La Nube del No-Saber y El Libro de la Orientación Particular son obras escritas en inglés por un autor anónimo del siglo XIV. A medida que las leo y medito, escribo y cuelgo en el Blog estas Variaciones sobre las mismas, respetando sus respectivas estructuras, lo que supone un total de 99 breves capítulos (fecha de publicación del primero: 20/07/09)
Con referencia a la segunda cuestión planteada, la persona ha de comenzar la obra contemplativa cuando haya purificado su corazón y su conciencia, percatándose del tiempo que ha estado bajo el influjo del mundo y sus poderes -del pequeño yo- y estando decidida a encaminar sus pasos por el sendero de lo divino hasta lograr que su Yo Verdadero coja absolutamente las riendas de su vida.
Tras esta labor de purificación, obviamente seguirá teniendo un cuerpo físico; y su vida cotidiana continuará inmersa entre los objetos y ajetreos materiales. Pero la obra del amor lo situará cada vez más por encima de estas influencias hasta conseguir que las sobrevuele totalmente. Por ello, realizada la purificación, debe iniciar sin miedo la actividad contemplativa, pero con humildad, dándose cuenta de lo mucho que ha tardado en llegar a ella; y consciente de no habrá desaparecido el peso de los pensamientos errantes, que pugnarán por interrumpirla.
Con referencia a la segunda cuestión planteada, la persona ha de comenzar la obra contemplativa cuando haya purificado su corazón y su conciencia, percatándose del tiempo que ha estado bajo el influjo del mundo y sus poderes -del pequeño yo- y estando decidida a encaminar sus pasos por el sendero de lo divino hasta lograr que su Yo Verdadero coja absolutamente las riendas de su vida.
Tras esta labor de purificación, obviamente seguirá teniendo un cuerpo físico; y su vida cotidiana continuará inmersa entre los objetos y ajetreos materiales. Pero la obra del amor lo situará cada vez más por encima de estas influencias hasta conseguir que las sobrevuele totalmente. Por ello, realizada la purificación, debe iniciar sin miedo la actividad contemplativa, pero con humildad, dándose cuenta de lo mucho que ha tardado en llegar a ella; y consciente de no habrá desaparecido el peso de los pensamientos errantes, que pugnarán por interrumpirla.
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