Manuel León, atento y cualificado seguidor de este Blog, me envía la siguiente puntualización que, con gusto, comparto con vosotr@s:
En Mi Mundo Imaginario (barra lateral a la izquierda del Blog) aparece la frase “Adán, Eva, la Serpiente y el Árbol de Manzanas”. Pues bien, La Biblia no dice que el árbol fuera de manzanas, sólo que era un fruto. Parte del relato dice lo siguiente: “Por consiguiente, la mujer vio que el árbol era bueno para alimento; y que a los ojos era algo que anhelar. Sí, el árbol era deseable para contemplarlo. De modo que empezó a tomar de su fruto y a comerlo. Después dio de este también a su esposo cuando [él estuvo] con ella, y él empezó a comerlo. Entonces se les abrieron los ojos a ambos, y empezaron a darse cuenta de que estaban desnudos. Por lo tanto, cosieron hojas de higuera y se hicieron coberturas para los lomos" (Génesis, 3: 6,7). La tradición de la manzana parece ser que viene de hace siglos, cuando un pintor dibujo el Jardín de Edén y puso una manzana en la mano de Eva.
Recogido queda. Gracias, Manuel.
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