Nota previa: recibí un mail en
referencia a la parte anterior que preguntaba “¿cómo sé si no estoy en el
tontismo?” Mi respuesta ya te la puedes imaginar. EL caso es que pensé en
escribir un especial “del buenismo al tontismo” pero esto sería agregar otro tema
a publicar en los previstos, retrasar mi fecha de retiro y en especial, el que
está instalado en el tontismo, por mucho que le expliques, no saldrá ya del
mismo. Por ello, Almitas, recuerdo que no escribo para los que se anclaron en
el buenísimo y declinaron al tontismo absolutorio, estos ya no podrán entender
mis palabras por más veces que las lean o se las traduzca su gurú de élite. Y
sí, en serio, lo he dicho en serio, muy en serio, que dejo de escribir, que no
es una técnica de marketing o publicidad como me dijo uno en su mail. Ya queda
menos, y en dos escritos os digo el por qué. Ah, y cuando llegue a este punto, el
ofrecimiento de la terapia, que anuncia abajo Emilio, también habrá llegado a
su fin, así que, si la quieres, apúrate.
Otra idea para asumir, de esas que saqué
del libro de los Maestros, y me pareció excelente: es dejar de concebir a Dios
de un sexo, como nos lo vendieron, como ese señor mayor de barbas blancas
sentado en una nube mirando como sufren sus criaturas pecadoras, desde los tiempos
iniciales del TONTISMO donde un tal Adán y una tal Eva se comieron una manzana
y dieron por el orto y hasta el ocaso a todas al Almas que fueran encarnando en
este valle de lágrimas dirigido por los de siempre. Se trata de establecer una
nueva reprogramación neurolingüística y neuro-emocional, se trata de concebir a
Dios como PADRE Y MADRE, no solo como PADRE; por ello he ido cambiando la forma
de dirigirme al Altísimo, y la mejor definición que encontré es la de la
DEIDAD, que anteriormente ya he ido usando para que fuerais aclimatándoos. Por
cierto, con esto del feminismo, hay que recordarles que el dominio del
hetereo-patriarcado no es real, que quien se impuso y dominó a Adán fue una Eva
despendolada con delirios de grandeza, así que menos feminismo y más realismo
si queremos darle veracidad al cuento bíblico que narraron los jesuitontos
lamebotas, impulsadores entre otros, de la paranoia actual en la que sigue este
valle no de lágrimas, sino de lagrimones victimistas que se arrojaron al
TONTISMO y la resignación caótica.
-
¡Deéelij! ¿dónde estás? Que
te vas a dar palos a los de siempre y te olvidas de qué querías contarnos.
-
¡¡Ostras, es verdad,
Almita!! Ya me había ido. Pero es que me encanta dar esos palos, me pone mucho
eso. Ni te imaginas si pudiera llevar a término lo de esquilmar a Gru y su
Minions, menuda gozada me iba a dar, es más, pagaba lo que no tengo por poder
llevar eso a término y barrer el mundo controlado por malvadetes y mediocres.
Retomemos.
En esto de hacerse a la idea de una Deidad MADRE Y PADRE, o PADRE y MADRE, a mí
me costó un poco al inicio, pues con mis padres humanos la cosa no fue de
padres, sino más bien de progenitores y los sentía muy en la distancia de mí, así que tuve que hacer un
esfuerzo para llegar al punto de percibir
a la Deidad como el padre y la madre que no tuve y que siempre quise. Eso,
insisto, me llevó un tiempo, pero se consigue. Y no tendrás dificultad en ello
si percibes una emoción positiva
hacia los que son o fueron tus padres en esta encarnación. En serio, se
consigue, y es realmente hermoso, pero o lo percibes o no consigues esto que propongo.
Veamos otro detalle de cómo
reprogramarnos en lo neurolingüístico y neuro-emocional a la hora de exigir a
Dios como Hijos que somos. Tu pensamiento, en la exigencia de lo que reclamas
ha de estar revestido de la emoción de su alcance. Esto es parte de algo que ya
sabíamos, algo así como que al imaginar lo que quieres has de percibirlo ya configurado en tu
interior, es decir, experimentar percibiendo
la emoción de lo que alcanzas tras la solicitud reclamada. O dicho más
vulgarmente, lo que quieres has de imaginarlo y percibirlo como experimentado en tu interior, así que este aporte
de esos libros no dice nada nuevo, no obstante, quería recordarlo por si sales
del tontismo espiritual y social y se te ocurre reclamarle lo que te
corresponde a tu Padre, el Todopoderoso; perdón, habíamos quedado en llamarle
la DEIDAD.
Otro punto interesante en este
enlazamiento con la Deidad, es darte cuenta que una idea de lo que quieras
manifestar en tu vida encarnada, no es solo una idea propia, sino sugerida por
la Deidad que haces como propia en su elaboración al reclamarla que se ejecute
en tu realidad o línea de tiempo. El mejor ejemplo es programarte en que el
arquitecto es la Deidad y tú el contratista. Así que si la Deidad propone una
idea (planos a construir), la desarrollas tuya, y como contratista reclamas,
tras los planos que te han dado, que estás dispuesto a la ejecución de la
misión, pero que los materiales te los vaya proporcionando la Deidad para
llevar a término el proyecto. Así que la disposición propia es la de ponerse
manos a la obra acorde a los planos trazados, pero que los ladrillos y el
cemento te los hagan llegar, de lo contrario manda a paseo todo y exige de
nuevo un proyecto viable si el anterior no lo es. Y no te canses en reclamar lo
que te corresponde, pues como contratista te ha contratado la Deidad para que
definas en esta encarnación un propósito, plan, misión o encargo, así que la
Deidad ha de poner lo que le corresponde ya que tu disposición es la adecuada.
O si quieres podemos evidenciarlo con otro ejemplo, la Deidad es el General, y
tú el Soldado de Infantería que voluntariamente se ha reclutado y alistado para
la guerra (encarnando), pero una vez en la misma, es el General quien le
corresponde hacerte llegar la munición, las armas y los pertrechos necesarios
para el combate. Y si no lo hace, que la guerra la combata la Deidad por sí
misma. Porque lo que el General no puede pretender es que encima que el
Soldadito (Alma encarnada) se la juega en cada envite y combate, sea él mismo
quien pague las municiones, el arma, el agua, la comida, la cama y las
samaritanas del amor.
¿Quién es el que propone la estrategia de combate
sino el General (la Deidad), y quien sino el Soldado (Alma) es quien se dispone a ejecutarla con los
medios que le ofrece quien propone,
pero disponiendo de su táctica personal en primera línea de combate?
Si la Deidad (General) te PROPONE un plan de encarnar en este campo de batalla,
y tu Almita (Soldado) te DISPONES alistándote a ello, la Deidad ha de proveerte
de lo necesario para llevar a término el plan propuesto, y por supuesto estás
en todo tu derecho de EXIGIR
que así sea. ¿Qué General (Deidad) propone ir a su dispuesto Hijo (Alma) al combate
sin armas?
No
caigas en el TONTISMO, Almita, reclama lo tuyo, y que la DEIDAD haga su parte.
No obstante, aquí podemos introducir, también, aquello de “el hombre propone y Dios dispone”, pero lo tenemos que cambiar pues
también nos programa este dicho. Se trata que tú, Soldado (Alma encarnada), te
dispones a cumplir con lo que propone la DEIDAD, o mejor dicho, se propuso
antes de encarnar, y tú te dispusiste a cumplimentarlo, así que si el que
propone es la DEIDAD, que te dé lo necesario para la disposición tuya en este
combate como Alma encarnada. O de lo contrario, ortazo a la DEIDAD si no cumple
en su propuesta inicial pactada. Pues, ¿qué haría el Soldado de Infantería si
no le dan comida, agua, armas y munición? Yo, desde luego, daba media vuelta y
que vaya el General a las trincheras a mojarse el orto, que lo suelen tener muy
fino.
Otra
frase que hay que reprogramar es esa que dice: “Dios proveerá”. Dicha de esa forma, y el verbo ejecutado en el
futuro, toda provisión quedará en el futuro y nunca llegará al presente. Por
tanto, Almita, reprograma y si la usas dila de la siguiente forma: La Deidad provee, al instante. Que la
provisión de las armas para el combate esté disponible en cada momento, no en
un futuro que no llega nunca, porque el futuro, siempre se queda en el futuro.
Lo mejor de todo el cambio de la línea
de tiempo es que la dualidad desaparece. No hay bueno ni malo, solo eres el
espectador desde tu línea de tiempo personal, allá en tu camino de cabra, en la
montaña que transcurre paralela a la línea de tiempo general sintiendo el padecer del humano
aborregado, esclavizado, sumiso y sirviente sin experimentar su padecimiento y
sin percibir nada de su sentir, pues te percibes en unidad con la Deidad. Así, tú ya no estás en ninguna
guerra ni necesitas de munición para ningún combate, y te llega el alimento que
necesitas a diario, mientras que lo que se siente
que llega de la línea de tiempo general no inmuta, y por supuesto no es ni
bueno ni malo, solo es como es; y a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga. Por tanto, cambia de proposición a
disposición, y una línea de tiempo nueva se te abrirá, pero procura
especificarla que yo no lo hice a la perfección y en la entrada en la misma aun
ando dando tumbos, he de reajustar los parámetros y terminar de meterme en todo
esto que te he comentado y exigir como buen Soldado dispuesto a cumplir lo
propuesto, que la munición y las provisiones han de llegar, o de lo contrario,
que esta nueva línea de tiempo la recorra la Deidad como le apetezca, pero no
lo haré si la Deidad no se comporta acorde al plan previamente pactado tal y
como la Deidad propuso.
Y no hay más en esto de cambios de
líneas de tiempo que pueda darte más que la propia experiencia consumada en mi
Mismidad. Aportarte datos de gurús, libros, métodos… no es de lo que se trata,
pero si quieres recurre a ello. Solo te ofrezco lo que sé y mi experiencia. No
obstante, te recuerdo dos cosas si quieres cambiar tu línea de tiempo general
de A hacia B, por una B1 personalizada, y es que: (1), puedes encontrarte muy
solo, pero luego merece la pena; y (2), ajusta bien qué quieres en esa línea de
tiempo nueva, pero pese a ello, me da que tendrás que seguir reajustando cada
día, pues es ir dando botes hasta que definitivamente aterrizas en la misma y
te haces con lo nuevo que llega, que será lo propuesto con la Deidad con matices a
perfeccionar en tu nueva disposición. Y antes he dicho con, no por, pues se llega al punto
de que es un NOS
quién realiza la propuesta cuando estás enraizado en la Deidad.
Recuerda aquella frase que dejé al final de la parte XVII: Soy y Estoy en
Ti; Tú en Mí; Uno Somos
Pasemos, pues a lo que me queda
exponeros por deuda prometida: el cómo conectar con la Deidad; no sin olvidar
que más adelante hablaremos de la existencia o no de ese Dios de Amor con
respecto a los verbos sentir y percibir. Aunque me parece que eso lo
voy a dejar para el día de la despedida final y así cierro con broche del buen
toca pelotas provocador que soy, y parece que soy así por designios de la
Deidad, o por propuesta de la Deidad, y me empeño en disponerme en ese estilo
tan propio que me caracteriza.
Conectar con la
Deidad o el Cristo Interior
En
“El retorno del no Yedi (XIX - 2 de 4 Extra)” dije
que te enseñaría a reencontrarte en tu
Cristo Interno, a acceder a tu Conciencia Crística, y dije, además: pero no
será en este texto, sino en otro siguiente (posiblemente en la parte XX o XXI)
y ha sido en la XX, el actual. Pero no te preocupes, Almita, es corto lo que
queda y el método Deéelij, no patentado y gratis, es corto de exponer, pero
quizá arduo de poner en acción.
Para ello
os copio y pego lo que ya mencioné en la parte 1 de 3 de la actual:
Necesito que lleguemos a un
acuerdo. Y menciono el acuerdo porque si buscamos el significado de las
palabras PERCIBIR y SENTIR en los diccionarios, encontraremos que no existe un
acuerdo e incluso observaremos contradicciones chocando la definición de un
concepto con el otro. Así que acordemos que PERCIBIR es algo interno, y SENTIR
es algo externo. Ejemplos para aclararnos: uno siente frío o calor respecto a
cómo esté la temperatura externa del medio ambiente con respecto al cuerpo, o
uno siente el impacto de una golpiza en su cuerpo por algo externo que lo
apalea; pero, al contrario, lo que uno percibe hacia su hijo, desde lo interno,
no lo percibe hacia otro niño que no es su hijo, aunque sea su sobrino. Sin
embargo, fíjate bien cómo los controladores del sistema saben de la diferencia
entre los dos conceptos, cuando con la moda actual de los no sé cuántos géneros
inventados, dicen que si alguien “se auto-PERCIBE mujer” ya es mujer, lo que
nos viene a confirmar que PERCIBIR es interno y SENTIR es externo, pues no me
siento un viejE lésbico, sino que me
auto-PERCIBO un viejE lésbico y me
tenéis que respetar (que significa adorar, venerar) como tal, Almitas.
Aclarado
lo anterior y fuera de bromas, empiezo a explicar el método que fui elaborando
de cosas que pillas de aquí y de allá.
Partamos
de la base, por tener otro acuerdo, de que todo lo que existe es la Deidad. Que
todo lo creado en esta línea de tiempo general de A hacia B, que controlan los
de siempre, es la misma Deidad. Por tanto, hasta el propio aire que respiramos
es la misma Deidad. Pero como si no quieres observarlo así, no pasa nada para
aplicar el método como lo muestro.
Os
indico los pasos de cómo lo fui realizando (subrayado) y al mismo tiempo
apuntalo aclaraciones y/o recomendaciones.
A) Adopta
una posición cómoda, bien sentado en una silla, quizá en un sillón y lo
menos aconsejable tumbado en un sofá o en la cama. Pese a este primer esbozo de
posición de partida, he terminado consiguiendo realizar este proceso andando,
paseando, y es tremendamente magnífico, pero primero hazlo en un lugar de forma
estática y luego llévalo a conseguirlo dando un paseo.
B) Puedes
hacerlo con los ojos cerrados o abiertos. Yo empecé cerrándolos y a los
pocos días lo hacía con los mismos abiertos.
C) Aquí
llega lo principal. Has de poner la atención en cómo el cuerpo, por su
cuenta, que ya sabe hacerlo desde siempre, inhala aire, así que deja que
el cuerpo lo hago solo sin forzar nada. Cuando te centras en la primera
inhalación de aire que toma el cuerpo, fíjate que es el vientre quien se
expande, es el fuelle natural para inhalar aire, y no son los pulmones los que
empiezan a realizar de aspirador. Si en
la primera inhalación ya has comprobado que es el vientre quien se hincha,
ahora se trata que en la siguiente inhalación sí has de tomar el control de la misma forzando a llenar los
pulmones al 100%. Normalmente se llenan, en una respiración normal, sentado o
andado tranquilamente por la calle no más de un 40%, pero en esta ocasión has
de forzar a que los pulmones se inflen al máximo, haciéndolo de forma suave,
acompasada a la inhalación normal que se realiza. No se trata de inflar
los pulmones de forma brusca, sino de forma suave, hasta que ya no cabe más
aire dentro. Es algo así como inflar un globo de forma suave insuflando
dentro del mismo toda la capacidad de aire que se ha inhalado anteriormente.
Ten en cuenta que inflar un globo es exhalar el aire de los pulmones, mientras
que lo que se pretende es inhalar todo el aire posible, de forma suave en los
pulmones. Inmediatamente después, deja que el cuerpo expulse el aire de
forma natural; aquí no has de forzar nada, solo deja de nuevo el control de
la respiración en manos del cuerpo. Solo has de tomar el control de la
respiración en el momento en que el cuerpo de nuevo inhala aire de forma
normal, y ahí fuerzas a llenar suavemente los pulmones y de nuevo sueltas el
control de la respiración en el cuerpo que exhala a su manera el aire
almacenado. Así se sigue en el proceso una y otra vez, procurando que toda
la caja torácica se expanda lo máximo posible.
D) En
todo este procedimiento de inhalación puedes imaginar, si quieres, que el aire
que inhalas es la misma Deidad, o que es salud, o bienestar, o amor, o
abundancia, pero sea lo que quieras imaginar que es ese aire entrando en los
pulmones, has de sentir cómo
va penetrando desde la nariz, por la tráquea y hasta los pulmones, has de sentir ese aire rozando por esas tres
partes del cuerpo.
E)
Y aquí vamos ahora a pasar
de sentir el aire que se inhala, a percibir inmediatamente después, o al mismo tiempo que se expulsa el
aire, algo interno. Pasamos de sentir
algo desde lo externo, a percibir
algo en lo interno. Bien, pues al poco de llegar al paso anterior (D), al
soltar el aire, y tras haber inflado al máximo toda la caja torácica, empiezas
a percibir una ligera
presión en la tráquea, como si la nuez (en los hombres) fuera a salirse
hacia afuera; luego, la presión interna la percibirás en el esternón y las costillas. Y al igual que la tráquea antes mencionada,
la presión que percibes muestra que,
pese a haber expulsado el aire y sin haber inhalado nada aún, se mantiene la
presión, y que si sigues atento a la inhalación suave y forzada, y a la,
posterior, expulsión del aire acorde a cómo lo haga el cuerpo, se mantiene la percepción de esa presión interna en la
tráquea, esternón y costillas. Es agradable, no llega a cosquilleo interno,
solo es una presión que se mantiene en el tiempo que estés inhalando o
expulsando. La presión se percibe
que se mantiene y dura constante e incluso aumentando. Luego llegas a percibir la presión del
diafragma sobre la boca del estómago, no vas a sentir náuseas, tranquilo,
sino que parece que todo el diafragma presiona sobre todos los órganos alojados
en el vientre. Y esta presión del diafragma es el punto culmen, pues se
seguirá produciendo mientras mantengas (1), la atención en el proceso de dejar
inhalar al cuerpo cuando lo necesite; (2), forzar entonces hasta llenar toda la
caja torácica; y (3), luego, de nuevo dejas que el cuerpo suelte el aire a su
manera.
F)
Cuando percibes esta presión interna de forma constante, es como una
expansión corporal que es apetecible, agradable y quieres mantener. La percepción interior de la presión se
mantiene al ir inhalando hasta llenar al máximo y expulsando suavemente.
Incluso puedes no forzar la inhalación y dejar que el cuerpo tome el aire que
quiera, como el 40% de todo lo que cabe en los pulmones, y sigues percibiendo la presión; se mantiene
constante.
G) Al
mismo tiempo que la presión inicial en la tráquea se percibe, percibirás un
silencio interno diáfano, rotundo, limpio, claro, de pronto y al mismo
instante que percibes la presión
interna desde la tráquea, esternón, costillas y diafragma; y percibes que dentro de ti existe el
silencio. Al percibir la presión
interna se percibe, por igual, el
silencio interno, como vacuidad, como que no hay nada, y de pronto está el
TODO, la DEIDAD.
H) En
el momento en que percibes la
presión, más en concreto del diafragma sobre el vientre, y percibes ese silencio interno, puedes percibir a la DEIDAD. Has conseguido
acrisolar desde un sentir externo en
la inhalación del aire que llena los pulmones, un percibir interno de presión continua en expansión repleta de una manifestación perceptiva de vacuidad absoluta interna. Ahí, ya
estás en contacto con la DEIDAD, o si quieres, con el Cristo Interno. Y ahí, puedes
preguntar mentalmente lo que quieras, si es que se te ocurre preguntar
algo. Y percibirás una
respuesta interna. A mí me llega por el lado derecho de la estructura
craneal. Pero llegue por donde llegue, es como una voz rotunda, clara, breve,
concisa y firme en la respuesta que recibes, que percibes desde lo interno.
I)
Cuando llegas a ese percibir interno, de presión y
vacuidad, percibes una CONFIGURACIÓN
que antes no podías definir, y es la DEIDAD asentada en tu interior,
dispuesta a mimarte; y puedes percibir
seguridad, paz, consuelo, alegría, dicha, bondad… y además puedes comunicarte
consiguiendo respuestas. Y este nuevo estado de percibir una CONFIGURACIÓN interna (DEIDAD) se puede mantener el
tiempo que quieras. Incluso en esos momentos ya podrás darte cuenta que la
respiración ha vuelto a la forma propia que tiene el cuerpo de realizarla. Pero
puedes avivarla, sentirla, de nuevo
una vez más; a continuación, la percepción
interna de presión hacia fuera y el silencio interno se van manteniendo en el
tiempo, incluso cuando no fuerces la inhalación tras conseguir estos resultados
expuestos y el cuerpo retome su pulso normal de respiración habitual, la percepción interna se mantendrá durante
un largo tiempo si sigues, de vez en cuando, forzando un poco la inhalación
como ya se ha explicado.
J)
Se llega a un punto en que
la presión del diafragma sobre el vientre es muy fuerte, tremenda y justo ahí
es donde la CONFIGURACIÓN de la DEIDAD que percibes
internamente te dará respuestas de forma más clara y contundente. Incluso
puedes pasar tiempo sin preguntar nada, solo percibiendo lo que la DEIDAD quiere manifestar en tu interior.
K) Pero
llega un punto en que la percepción
interna de presión del diafragma es tal fuerte que es mejor aflojar, empezar a
respirar de forma normal, sin forzar más inhalación; y, poco a poco, esa
presión cede y puedes mantenerla en un nivel agradable sin el punto anterior
del que procedes donde se volvía demasiado intensa y algo agobiante.
L)
En esos momentos donde percibes esta presión tan agradable, y percibes al mismo tiempo la vacuidad
interna, ya estás en diálogo con la DEIDAD, y si en esos instantes alguien, por
ejemplo, te llama por teléfono y atiendes la llamada, te costará hablar de
forma fluida, solo lo harás de forma suave y muy despacio, no tendrás ganas de
hablar, ni de charlar ni de pasar un rato con alguien, pues es tal el percibir interno, que el sentir externo que te ofrezcan queda
muy lejos de lo que tú quieres seguir percibiendo.
M) Salir
de este estado de percepción interna
es sencillo, retomas la respiración normal del cuerpo y poco a poco
el percibir interno de presión y
vacuidad se van esfumando, y empiezas a
sentir lo externo… Y (redoble de tambor), de nuevo te sientes en la línea de tiempo general
con lo que la misma te hace sentir.
N) Pero
si además empiezas con los ojos cerrados este método, y al término de contactar
con la DEIDAD los abres, la realidad externa seguirá dándote su sentir como siempre, y puede ser algo
desagradable al inicio de este ejercicio, pues vuelves a la línea de tiempo
general donde dominan y ganan por los siglos de los siglos Gru y sus Minions
acorde a la voluntad divina, según no sé qué texto y gurús.
O) Y
si todo esto te parece absurdo e imposible, déjalo, no sigas, olvídalo. Pero si
quieres probar, te digo que mientras he escrito la descripción de este método,
me he percibido con la DEIDAD en mi
interior, y no ha sido complicado escribir al mismo tiempo que estar fijando la
atención en forzar la inhalación, hasta es el punto que concluyo de escribir
estos pasos, y la presión del diafragma se mantiene, y es algo tremendamente
placentero. Ah, y no te contaré las respuestas que la DEIDAD me ha dado a mis
preguntas en todas mis incursiones en esta percepción
interna, pero sí te cuento que en ese punto uno se percibe protegido, cuidado y amado, y para los que buscan ser
salvados, también se puede percibir
que uno ya está salvado.
P)
Y quizá lo más importante,
hazlo un mínimo de 10 minutos, en ese tiempo has de percibir algo, si es así, continua más tiempo en el método, y cada
vez percibirás con una intensidad
muy agradable. Pero si al menos le dedicas 20 minutos al día, al poco podrás
hacerlo andando por la calle, subiendo un ascensor, yendo en el bus, y podrás
estar en contacto continuo con la DEIDAD pues la percibirás de forma indefinida, pero esto requiere constancia, perseverancia, disciplina y paciencia.
Listo, Almitas, ya está explicado. Queda que lo pongas
en acción. Yo no voy a hacer más por ti en este sentido, ya sabes, cada palo
que aguante su vela. Yo lo he conseguido, y lo que tú hagas no es mi
responsabilidad. Pese a todo, hay una posible variante que introduje de una
cuestión que me enseñó Beth. Y es que cuando estés en esa percepción interna de vacuidad en contacto con la DEIDAD, imagines
que se abre el chacra corazón… Y puedes alucinar. A una chica que posee una
gran capacidad de introversión y que ya tenía cierto entrenamiento en esto del
control de la respiración, le enseñé esto concreto, lo hice por Zoom y en solo
cinco minutos ya estaba conectada, tanto que le dije que la dejaba disfrutar y
desconectaba el Zoom. Luego, me contó que cuando terminó tuvo que irse a la
cama a dormir dado que su cuerpo se había quedado muy relajado y desconectado.
Si pruebas y no te sale, solo una de las siguientes
posibilidades es la verdadera, y a ti te corresponde averiguar cuál es:
1.
El método no funciona y es
pura paranoia mía.
2.
Los pasos (subrayados) no
se han seguido adecuadamente.
3.
La constancia,
perseverancia, disciplina y paciencia no se dieron.
4.
Te he tomado el pelo como
te lo toma Gru y sus Minions.
5.
Ni la Deidad, ni el Cristo
Interior existen.
Pese a todo lo dicho, he dejado lo mejor para el
final. Si con este método consigues lo que se propone llegas a un punto que es
el que el libro de los Maestros proclama: llegas a LA PRESENCIA. Pero es
mejor el punto que te ofrezco pues llegas a TU PRESENCIA, dado que has enraizado
con TU DEIDAD, no que hayas conectado
con LA DEIDAD que siempre la concebimos fuera, y no dentro. ¿Lo
pillaste?
Y mira por donde, esta vez nos sobra un pelín de la
octava página, y eso da para añadir que no he de comentar más al respecto, solo
practícalo, y si quieres me comentas los resultados, estaré por aquí hasta
quince días después de mi pronta despedida, o quizá no, ya veremos, que sea la
DEIDAD quien lo proponga y yo sea quien lo disponga con ejecución inmediata,
con las herramientas que ya me está facilitando.
Comunicado de Emilio Carrillo
Quien
ahora escribe es Emilio Carrillo, y no soy Deéelij, pues somos personas
distintas, aunque aún hay quienes piensan que soy yo con un pseudónimo.
Le
pedí a Deéelij que anunciara la terapia, que recibió por psicografía, en este
Blog y no en otros lugares de publicidad porque, estando más enfocada a las
personas que ya han iniciado su despertar espiritual, o están ciertamente
avanzadas, pero aún les queda algo por conseguir (eliminar su ego, reconectarse
con su alma, tener control emocional…), este Blog posee los lectores adecuados
para lo que se ofrece. Además, muchas de las cuestiones que comparto en
conferencias, seminarios, retiros… se pueden asentar mejor con ella, como un
plano a construir, ayudando la terapia en la construcción.
Para solicitar la ayuda terapéutica dirigirse
a: deeelij@gmail.com
Comunicado
de Deéelij
Si
quieres recibir esa terapia anunciada por Emilio, quien la imparte soy yo, no
Emilio, que os asustáis cuando en el primer contacto por video conferencia veis
que no es Emilio y os lleváis un buen susto. Si quieres recibir esa terapia,
has de contar con una hora y media al día para ti para poder ir ejecutando lo
que te iré mostrando en el proceso terapéutico, así que si no dispones de ese
tiempo, no pasa nada, deja pasar el momento hasta que tengas ese tiempo para
ti. Cuando contactes conmigo deja un número de teléfono la que mandar número de
móvil o celular al que poder enviar un WhatsApp y
desde ahí establecer un contacto para explicar lo que necesites y determinar,
en su caso, cita para comienzo de sesiones online.
Audio libro: https://www.ivoox.com/podcast-deeelij-2022_sq_f11441821_1.html
Actualizaciones de “Todo Deéelij”: en deeelij@gmail.com
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