En la actualidad una de las principales
amenazas para la salud de la sociedad es “la electrocontaminación no ionizante
de origen tecnológico”, es especialmente perniciosa porque escapa a la
percepción de los sentidos, fomentando una actitud inconsciente en relación a
la protección personal. La naturaleza de la contaminación es tal que no hay
lugar donde esconderse. El ser humano en su conjunto es un campo
electromagnético, funciona por impulsos eléctricos que van a ser
interferidos por las REM –radiaciones
electromagnéticas- emitidas por las
antenas, Tnos móviles, Wifi, y cualquier aparato inalámbrico. El primer efecto
vendría determinado por la cantidad de energía de microondas absorbida por
nuestro cuerpo, que depende de la distancia al foco de emisión y de la potencia
a que este emite. El resultado es una alteración de la temperatura del cerebro,
este aspecto ha sido el único que la legislación ha limitado de forma desigual,
así podemos observar como: Salzburgo permite 1,1 micro vatios/ cm2, Rusia 2,4;
Suecia 2,2; China 6,6; Italia 10 y España permite 400 micro vatios / cm2.
El segundo efecto tendría su origen en la
forma “pulsante” en que se emiten estas ondas, pulsación que entraría en
el rango de las ondas cerebrales “alfa” y “delta”, en el caso de los Tnos
móviles de transmisión discontinua, aquí los efectos ya no serian solo
térmicos, sino de interferencia en los procesos biológicos del organismo, como
confirman los estudios científicos.
Esta tecnología se instaló sin estudios
científicos independientes que abalaran su inocuidad, sin respetar el PRINCIPIO de CAUTELA, es un concepto esencial a la persona
humana y al entorno donde se desarrolla. PRIMUN NON NOCERE –primero no
dañar- criterio que desde hace siglos los profesionales de la medicina
mencionan en el Juramento Hipocrático y que nos coloca ante un riesgo grave e irreversible.
Este principio está recogido por la CEE y la ONU en tratados y convenios
internacionales suscritos por España como la Declaración de Bergen, el Tratado
de Maastricht y otros. Luego la mera sospecha fundada de que las radiaciones EM
pueden ser peligrosas en los límites aprobados, es motivo suficiente para su
aplicación.
La población en general y los
electrosensibles en particular, se ven abocados a sometimiento involuntario
durante 24h al día a las microondas que emiten las antenas, los Wifis y móviles
etc. El entorno de estas personas está permanentemente contaminado de forma
extensiva: colegios, calles, hospitales, autobuses, lugares de trabajo,
viviendas. Se trata de una situación completamente inaceptable que plantea
cuestiones éticas serias y contraviene el código de Núremberg, tratado firmado
por todos los países aliados tras la II GM, que prohibió la experimentación con
la población sin su consentimiento.
Son
las personas afectadas las que ya pueden demostrar la agresión a su salud por
las REM pues son sujetos involuntarios de un experimento en masa. Idea que
defiende el científico Inglés Barrie Trouve, conocedor
de los efectos de las emisiones de microondas tras su paso por la inteligencia
militar durante más de una década, ha decidido dedicar su vida a denunciar
públicamente sus peligros declarando de
la telefonía móvil: “esta industria, este gobierno y los científicos de este
gobierno serán responsables de más muertes de civiles en tiempos de paz que
todas las organizaciones de terroristas juntas”. Él estudió los efectos de las
emisiones de microondas en la salud, especialmente en el funcionamiento del
cerebro, selecionó una lista de 40 frecuencias y los cerca de 60 efectos que
las mismas provocaban en el ámbito
mental: deterioro cognitivo, pérdida
de concentración y memoria a corto plazo, tendencias suicidad, agresión sexual.
En el ámbito físico: disminución del sistema inmune,
daño cromosomático, y aumento de la incidencia de cáncer. Concluye que los Tnos
móviles, los inalámbricos, la tecnología Wifi y cualquier dispositivo que emita
microondas tiene una capacidad especial para interferir en la moléculas del
agua, el cuerpo humano funciona con el 80% de agua, y todas nuestras señales
químicas y eléctricas requieren agua en el organismo, concluye: “la industria
de telefonía móvil ha elegido la peor opción del espectro electromagnético,
porque daña a los adultos y en espacial
a los niños”.
La comunidad científica toma la palabra y se compromete
En 2002, médicos alemanes expertos en
medicina medioambiental y otras especialidades firmaron un documento llamado “Declaración de Friburgo “en el que
alertaban de los riesgos a la salud y el dramático aumento de enfermedades
graves y crónicas: trastornos en el aprendizaje, descontrol de la presión
arterial, trastornos del ritmo cardiaco, infarto en personas cada vez más
jóvenes, enfermedades cerebrales, cánceres como leucemia y tumores cerebrales.
Observaron la aparición de diversos trastornos que a menudo se diagnosticaban
erróneamente como psicosomáticos –dolores de cabeza, cansancio crónico,
inquietud interna, zumbidos de oídos, inmunodeficiencias, que no resultaban
explicables por las causas habitualmente conocidas.
En 2000-2004, la UE encargó el ESTUDIO REFLEX a 12 equipos de científicos que investigaron los posibles
efectos de las REM, presentando resultados preocupantes tales como: las REM de
la telefonía móvil provocan efectos genotóxicos (daños genéticos y celulares)
en las investigaciones in vitro. La Dra. Trillo –Directora del equipo Español-
explicó que en este estudio observaron: alteraciones cerebrales, daños en el
ADN e incremento de radicales libres. El Coordinador del estudio –dejado de
financiar por la CEE en 2004 - Dr. Adlkofer catedralicio alemán en 2007 en una
conferencia declaró que los sistemas de telefonía móvil UMTH son capaces de
romper cadenas de ADN con REM 40 veces menores de los límites legales
establecidos y tiene un impacto diez veces mayor que el sistema GSM. Él ha
pedido a los políticos que apliquen ya el principio de CAUTELA para evitar
daños irreversibles como ocurrió con el tabaco, el amianto y las radiografías.
El INFORME
BIOINITIATIVE 2007, realizado por 14 científicos expertos en salud pública
analizó más de 2000 estudios para documentar la evidencia sobre la afección de
los CEM hasta ese momento y fue apoyado por la Agencia Europea de Medio
Ambiente, concluyó que los límites de exposición no eran adecuados hasta que
sepamos si hay un límite mínimo por debajo del cual no ocurren efectos
biológicos ni perjuicios para la salud, no parecía sensato continuar
desarrollando nuevas tecnologías que incrementaran la exposición. En 2012 se
volvió a revisar el estudio añadiendo 1800 nuevos estudios y afirmaron: “cinco
años después del primer informe existe mucha más evidencia de riesgos para la
salud que afectan a miles de millones de personas en todo el mundo”.
Dr.
Olle Johansson neurocientífico e investigador en el instituto Karolinska
de Estocolmo ha participado en los estudio Reflex y Bioinitiative y en la
elaboración de las conclusiones finales que fueron enviadas a todos los
gobiernos de la UE y a todos los medios de comunicación. Plantea la necesidad urgente de proyectos de investigación
independiente, libre de cualquier tipo de interés, financiados por fondos
públicos para proteger la salud pública
en el mundo, y en especial a la infancia. En las observaciones científicas han
visto que los CEM afectan a los neurotransmisores que estimulan el síndrome de hiperactividad,
fragmentan el ADN, y rompen la barrera hematoencefálica.Tras
estas conclusiones han planteado: no wifi en escuelas, casas, lugares públicos,
protección a las personas electrosensibles y bajar ya los límites de potencia
para evitar daños irreversibles. Este científico vive amenazado por hablar claro
y ser ético.
La Asociación Americana de medio ambiente-2012-emitió una
advertencia pública sobre el wifi en las escuelas: “existen y están bien
documentados en la literatura científica efectos adversos para la salud por
exposición a los CEM procedentes de dispositivos inalámbricos, como problemas
de aprendizaje, respuesta inmune alterada o dolores de cabeza”.
Dr. Martín Pall profesor emérito de Bioquímica y Ciencias Médicas
Básicas de la Washington State University ( EEUU), especializado en
Medicina medio ambiental, profundiza sobre el viejo paradigma que tenía solo en
cuenta efectos térmicos de las REM,
este ha sido sustituido por otro nuevo que plantea que estas radiaciones
electromagnéticas pueden alterar los canales del calcio dependiendo del voltaje, lo que permite explicar las conclusiones de más de 20.000
trabajos de la literatura científica que no son explicables con el viejo paradigma.
Del buen funcionamiento de esos canales del Calcio depende la síntesis
proteica, las funciones neuronales, el control respiratorio, la apoptosis o la
expresión génica; teniendo en cuenta que la mayoría de las células del Sistema Inmune y
el sistema nervioso poseen canales de Ca.
El
profesor resalta que los canales del calcio activan la mayoría de las hormonas,
las células del S. Inmune, las células del S. Nervioso. Las células marcapasos
tienen densidades muy altas de canales de Ca y por tanto son susceptibles de
ser activadas por la REM, y en el corazón una hiperactividad de los canales de
Ca produce taquicardia y arritmia, lo que a veces lleva a la muerte súbita
cardiaca -ha sido probado en animales-. Hay diez efectos de las microondas bien
documentados, sostiene el Dr. Pall como consecuencia de la activación de los
canales del Ca:” estrés oxidativo, rotura de la hélice del ADN, la ruptura de
la barrera hematoencefálica, el cáncer, la reducción de la melatonina, las
disfunciones del sueño, y la infertilidad masculina y femenina. Respecto a los
contadores inteligentes de la luz, instalados sin nuestro consentimiento, es
contundente: “deben ser prohibidos porque utilizan pulsaciones de microondas
muy cortas y de alta intensidad” y saben desde hace treinta años que pueden causar un gran
daño celular.
La Dra. Magda Havas ha demostrado que se produce taquicardia cuando
se expone a una persona a un Tno móvil, resalta que en la actualidad hay una
epidemia de taquicardias, arritmias y muertes cardiacas repentinas a pesar de
que la enfermedad cardiaca isquémica está en retroceso, y nos sitúa ante hechos que requieren una reflexión.
El Dr. Ceferino Maestú científico relevante que estudia los CEM y
dirige el laboratorio de Bioelectromagnetismo en la UPM de Madrid, es una de
los 200 científicos que han firmado el “Manifiesto
Internacional contra los CEM en la CEE en el que piden a los gobiernos
sensibilidad y precaución ya que los efectos biológicos reconocidos por la
ciencia son el imperativo para proteger la salud de la ciudadanía. Considera
que el wifi es incompatible con el ser
humano desde el punto de vista biológico, utiliza la misma frecuencia
del protón del agua al someterlo a una radiación: “nosotros somos el 80% agua y
cuando utilizamos wifi estamos produciendo un calentamiento general en nuestro
sistema” De seguir así, se pone en
riesgo el Sistema Inmunológico que se
verá obligado a responder de forma aguda –caso de los EHS-. Esto no quiere decir que el de los demás no
vaya a hacerlo según aumenta la taxa de exposición. Opina que el 60% de las
personas afectadas de EHS son mujeres, el número de afectados se calcula del 3
a 5% en la CEE. Resalta que en Atención Primaria reconocen que ven a una parte de la población
con síntomas específicos de EHS: cansancio, pérdida de memoria a corto plazo,
desconcentración, escozor de ojos, acúfenos, rigidez muscular, nerviosismo,
alteraciones tiroideas.
Nos preguntamos ¿Cómo puede calificase este despropósito? Se está
radiando a la población a gran escala a nivel del planeta como un gran experimento
durante más de 15 años, y ahora comenzamos a ver las consecuencias graves para
la salud humana y de los seres vivos. La sociedad consciente necesita apoyar a
los científicos y a los médicos, que en medio de las presiones de las grandes
corporaciones, levantan la bandera la ética
hipocrática, apoyando a las personas afectadas, y denunciando esta agresión a
la salud. Los Sindicatos, Asociaciones que defienden la Salud Integral y las
personas EHS, tendrán que pedir responsabilidades ante este atropello llevado a
cabo por las corporaciones de telecomunicaciones y los poderes políticos, por
haber permitido los elevados niveles de radiación y no tener en cuenta el
principio de cautela, protección de la ciudadanía,. En nuestro país estamos a
la cabeza en emisiones permitidas, 400 microvatios/cm2. Urge cambiar la ley de
telecomunicaciones, urge controlar los niveles de emisión de las radiaciones en
el entorno y en el mundo laboral, urge cortar el Wifi de las escuelas antes de
que sea demasiado tarde, y es vital que las personas afectadas sean atendidas
por especialistas en el SNS. La salud es el bien más valioso a preservar, sin
ella somos frágiles, indefensos y no podemos afrontar la vida con creatividad y vitalidad.
Las personas electrosensibles tienen derecho a vivir, trabajar,
estudiar y ser atendidas en los hospitales y Centros de Salud en un entorno
saludable, libre de wifi y CEM. Ninguna
persona tendría que ser desahuciada de su casa, de su trabajo porque en su
entorno haya radiaciones que no puede evitar. La infancia, la más afectada,
necesita protección frente al wifi, es por ello que algunos países de la UE lo
están retirando de las escuelas, guarderías y bibliotecas. La Asociación Médica
de Austria y el Departamento de Salud Pública de Salzburgo advirtieron de este
peligro en escuelas y guarderías, y han elaborado
un protocolo para atender a las personas electrosensibles (EHS).
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Notas:
+CEM: campos electromagnéticos.
+REM: radiaciones electromagnéticas.
+EHS: personas electrosensibles.
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Autora: Ana
Carrera (Postgrado en Medicina Naturista)
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