Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2024-2025

Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2024-2025

21/4/12

Segovia, viernes 27 de abril: “Yo Soy en el Aquí y Ahora”


El próximo viernes 27 de abril, si la Providencia no estima otra cosa, daré una charla en Segovia con el título “Yo Soy en el Aquí y Ahora”.
La charla y el coloquio posterior tendrán una duración total de tres horas, con inicio a las 18:00 y final a las 21:00 horas. El lugar de celebración será la Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad. C/ Santa Isabel, 2 (al lado del acueducto).
La asistencia es gratuita y la entrada totalmente libre hasta completar el aforo.
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16/4/12

Recuerdos de Ávalon

Ya se que parece increíble, pero entre los años 2009 y 2010 tuve el privilegio de pasar un largo tiempo en Ávalon, la célebre Isla de Cristal, que no es imaginaria, sino Real.

Un hecho tan maravilloso lo había compartido hasta hora con muy pocas personas. Pero el pasado 30 de marzo, con ocasión de la presentación oficial en Sevilla del libro El archivo oculto de Ávalon de mi buen amigo Alberto Luis Fernández, llegó el momento de expresarlo abiertamente y sin reparos.

El video de la presentación, que incluye mi “confesión”, dura 35 minutos y lo podéis ver en You Tube (en la ventana de búsqueda, escribir: Presentación oficial de "El archivo oculto de Avalon") o a través del siguiente enlace:

http://www.youtube.com/watch?v=0Yj7WHc3QpQ

Aunque tomo la palabra al comienzo de la presentación para hacer los saludos de rigor, mi intervención como tal discurre entre los minutos 7 y 24 del vídeo.

Durante ella hablo igualmente de unas Crónicas de Ávalon que escribí en su momento. Las podéis encontrar introduciendo “Crónicas de Ávalon” en la sección del blog situada a la izquierda de la pantalla, bajo “Seguidores”, titulada “BUSCAR EN EL BLOG”, o yendo directamente a sus fechas de publicación:

1. Llegada a la Isla de Cristal (entrada del 16 de noviembre de 2009)

2. Ritmo de Vida (9 de diciembre de 2009)

3. Merlín (20 de enero de 2010)

4. Iapetus y Nibiru (22 de febrero de 2010)

5. Viaje al centro Galáctico y a mi interior (22 de marzo de 2010)

6. Fanum (19 de abril de 2010)

7. Vamos a contar mentiras (17 de mayo de 2010)

8. Práctica del ahora (21 y 22 de junio de 2010)

9. Ho´oponopono (26 de julio de 2010)

10. Campos morfogenéticos (1 de septiembre de 2010)

11. Dimensionis (22 de septiembre de 2010)

12. El Principio Holográfico (18 de octubre de 2010)

13. El Gran Teatro del Mundo (22 de noviembre de 2010)

¡Qué disfrutéis!

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15/4/12

Fragmentos de vientos en calma en la divina esquizofrenia divina

Al entender la esencia que me conforma, el estallido acompasa; acaricia el temple con espuma azarosa.


Cuanto más te amo, más te alejo de mí, sin perderte.

Cuanto más me amo, más me alejo de mí, sin perderme.

En ese vaivén, de ola celestial, entrando y saliendo, permanecemos. Abrazados, juntos, en el infinito de causa imparcial


No hallo palabras para expresarme cuando me hallo.

No encuentro palabras para manifestarme cuando me encuentro.

No alcanzo palabras para explicarme cuando me alcanzo.

No existen palabras para aclararme cuando existo en mi.

No descubro palabras para describir cuando me descubro.


Ya, la sombra no asiste, al ser la sombra que encauza.

Ya, el suspiro no es tornado en ahogo inalcanzable.

Ya, un abrazo de aciertos me acoge y guía, complace.


He comido, ahora quiero beberme, hasta respirarme.

Puedo agonizar en un morir exhausto, sin olvidarme, escuchando en mis esquinas, dulcificando el aire. Siendo la puesta, y el sol poniéndose.


No soy madre, sino mi madre. Soy un embarazoso embarazo a punto de parirme. Quiero nacer, respirándome, tomándome, besándome.


En el acierto está el beso, el latido sin zumbido.


Partirme me fui y fueme en dos, en millones incontable, incluso intratables. Dividirme quise, aunque fue, aquello, en presente, y en él sigo existiendo, siendo y creándome en formas finitas e imperfectas, consciente que lo Soy, de la perfección y la infinitud en cada instante aunque parezca delirante, que lo es, como lo es el Amor, que es lo que Soy.

Y es que en un delirio estallé de tanto amarme por encontrarme en lo que no soy sin dejar de Ser pese a que en el trayecto del ir hasta llegar al venir, ni me reconozca.

Fue un olvido de Mi, siendo MISES y YOES infinitesimales elevados a la incoherencia más absurda que imaginé, que es infinita, plegada al instante, en el instante.

La locura es ternura, pues al amarme en lo que no es el amor, ni lo que Soy, encuentro, sin haberlo perdido, el conocimiento de expansión de amor más infinito y perfecto en cada infinitesimal olvidado infinitesimalmente.

Puedo estar sin Ser, Siendo un estar doliente sin sufrir en el sufrimiento. Pues Soy Todo al dejar de Serlo Todo. Construyo al de-construirme perfectamente en la imperfección, estando sin límites en la limitación acotada de un instante imperfecto, acabadamente perfecto.


Tú mismo, Soy.

Soy lo que no Soy, lo que no hay ni es, siendo el qué sin un que u otro qué.

Permanezco en la no permanencia sin apoderarme, sin un poder y sin poder, siendo el que, no el qué, el poder que permanece en el qué, sin que.

El que Soy, es sin el qué, pues Soy, Soy es él, Él, el y, y el que sin qué, Soy.


Retorno y abrigo.

Lecho y sábana.

Luz y brillantez.

Olor y ausencia.

Color y pincel.

Quien escribe no soy, Soy quien lo percibe.

Sólo al percibirme, Soy.


Curioso y creador.

Invertido y resuelto.

Poderoso y agotador.

Benefactor y beneficiado.

Bienvenido, Soy.


No tengo palabras para contenerme, dado que soy quien contiene la palabra, el contenido expresado y lo que subyace en lo no expresado

No tengo palabras para expresarme.

Soy la expresión sin palabras.

La palabra ya no llega, llega lo que llega.

Permanecer sin palabras, sin expresión. Conteniendo el contenido del continente sin contenido, de una expresión contenida en la limitación sin límites.

Soy la palabra, y no lo soy.

Puedo expresarme, sin palabras.

Y cuando me alcanzo ya no hay palabras, ni sonidos.

Cuando me alcanzo me quedo sin palabras, sin prosa y sin verso.

Cuando me alcance será sin palabras, sin agitación, sin murmullos, sin expectación, será el Ser sin más posible expresión que el Ser.


Ya no vivo, porque he muerto a Mí.

En Mi, termino sin términos, sin acabar.

En Mí, nazco y Estoy.


Es un estar sin ver, y aun cuando no se está viendo el Ser, se Está. Se está sin Ser y siendo a la vez el no ser.

Ser y no ser.

Ver y no ver.

Estar y no estar

Saberlo y negarlo.

Es la divina esquizofrenia que me define, confortándome, expandiéndome, amándome.


Sólo al saberlo lo Eres.

Y Siendo, no quieres dejar de saberlo.


Sélo sabiendo, sabiendo Serlo.

Dejando al dejar; de dejar sin dejar; dejando y volviendo.


Olvidé qué quiero Ser, no que no Soy.

Y al perder el olvido de Mi, encuentro el querer; un querer que es Amor en el desamor.

Sólo padezco lo que Soy, y lo que no, sin dejar de Ser.

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Autor: Adrián Díaz Mateos

9/4/12

Málaga, viernes 13 de abril: “Expansión Consciencial y Cambio Interior”

El próximo viernes 13 de abril, si la Providencia no estima otra cosa, daré una charla en Málaga, organizada por la Fundación Andaluza Nuevo Mundo (FANUM), con el título "Expansión Consciencial y Cambio Interior”.

La charla y el coloquio posterior tendrán una duración total de dos horas y media, con inicio a las 19:00 y final a las 21:30 horas. El lugar de celebración será el Salón de Actos del Museo del Patrimonio Municipal de Málaga (Paseo de Reding, 1. 29016-Málaga).

La asistencia es gratuita y la entrada totalmente libre hasta completar el aforo.

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Carta a Dios

Coincidiendo con el ochenta aniversario de Marià Corbí y a instancia de nuestra amiga Ana Gómez, recuperamos aquí un texto suyo publicado en la obra colectiva Cincuenta cartas a Dios (PPC, 2006).

Mariano Corbí (o Marià, cuando firma en su lengua propia, el catalán) nació en 1932, en Valencia (España), y reside en Cataluña desde su infancia. Doctor en Filosofía y Licenciado en Teología, ha sido profesor de Ciencias Sociales en ESADE y en la Fundación Vidal y Barraquer. Desde 1999, dirige el Centro de Estudio de las Tradiciones Religiosas de Barcelona. Para más información, puede consultares su ficha biográfica y bibliográfica en esta web:

http://www.cetr.net/modules.php?file=article&name=News&sid=436

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Dios, me piden que te escriba una carta. Pero, ¿cómo escribirte una carta a ti, que no eres “otro” de mí? Solo mi necedad y mi pobreza, que son el enclaustramiento en mí mismo, me hacen sentirme a mí como “otro” de ti y a ti como “otro” de mí.

Desde mi juventud te busqué, y los caminos que he recorrido han ido siempre por donde ni esperaba ni era capaz de imaginar. Cada tramo del camino fue distinto de mi expectativa.

Todo lo que yo podía concebir de mi itinerario que va de mí a ti estaba estructurado y pensado desde el supuesto de que hay una distancia entre tú y yo, de que debía sufrir un proceso, de que tú cumplirías con todos mis anhelos y deseos. Tuve que ir comprendiendo, poco a poco, que entre tú y yo no hay ninguna distancia, que no hay que recorrer ningún proceso al término del cual estuvieras tú. Tuve que comprender, y esta vez fue más difícil, que, mientras me acercara a ti con anhelos y deseos, no podría entender jamás que tú no eres “otro” de mí, ni yo “otro” de ti.

Tuve que comprender que tus caminos transitan por paisajes inimaginables. La vía circula por los campos de silencio de todo lo que yo pueda concebir, planificar, imaginar y desear. Solo el silencio que calla todo el pensar y sentir que hace de mí algo, y algo distante de ti, puede guiarme.

El camino es tu don, tu gracia; y tu gracia está más allá de mis intenciones, de mis planes y de mi misma capacidad de imaginar.

Cuando me puse a caminar por los campos del silencio, tuve que entender que ahí yo no podía conducirme a mí mismo. El “yo”, con sus criterios y proyectos, se quedó al lado de acá de la frontera del silencio. Te pedí que me guiaras, y lo hiciste en una época de grandes cambios, pero no lo hiciste desde fuera, sino desde dentro, como “no otro” de mí mismo.

Ahora, mirando hacia atrás, puedo decir que en mi caso hubo guía. Pero la guía que me condujo no fue la guía de mis criterios, ni tampoco nada fuera de mí. Tú, como “no otro” de mí, fuiste la guía.

Pronto tuve miedo al miedo, porque el miedo es el gran enemigo de la verdad en el camino, especialmente en época de cambios. No sé cómo pude superarlo. Tú me hiciste caminar por encima del miedo.

Lo que a lo largo de los años fui encontrando no era nada de lo que yo esperaba, porque lo que yo esperaba era lo que mis ojos ya habían visto, mis oídos habían ya escuchado, lo que el deseo de mi corazón podía representar. Tú me condujiste más allá de mis expectativas, proyectos y concepciones.

Donde estoy no me he traído yo, ni nada fuera de mí. No podía esperar llegar donde he llegado, no podía sospechar el camino interior como lo he vivido y como lo vivo.

Con frecuencia me inquieto pensando dónde he ido a parar, sobre todo cuando me comparo con todos los que han sido mis compañeros y han vivido mis mismas circunstancias. Me inquieto, aunque no quiera, cuando les veo como una piña, pensando y sintiendo igual, y yo solo, y yo solo lejos de todos ellos. Sé, por otra parte, que mi inquietud es necia, porque parte de un falso supuesto que se traduce en preguntas como: “¿Dónde he ido yo a parar? ¿Qué he hecho yo para estar donde estoy? Lo que he hecho, ¿ha sido lo correcto? Si es lo correcto, ¿por qué estoy solo?

El supuesto de todas estas inquietantes cuestiones es siempre que “donde estoy y la dirección que llevo es obra mía”. Y no lo es. Otro me trajo acá. Otro me llevó por una vía que ni mis colegas ni yo podíamos concebir.

Creí que la religión era sumisión y me entregué a ella, y he ido a parar a la libertad.

Creí que la vía era un camino trazado, paso a paso, y no hay camino.

Creía que había de creer, y el camino libera de las creencias.

Creía que la religión era el encuadramiento en un ejército bien organizado y compacto, donde sentías el aliento y el roce de los que marchan contigo, y he necesitado entender que hay que ir completamente solo.

Creía que sabía lo que tenía que pensar y sentir, y he ido a parar a comprender que la vía transita por una luz y un fuego silencioso.

Creía que sabía lo que había que hacer, y he ido a comprender que no hay nada que hacer.

Creía que caminaba hacia ti, y he tenido que comprender que, a medida que la vía aproxima a ti, te sume a ti en la niebla y me disuelve a mí como un tenue vapor.

Creía que el camino de Jesús era el camino de la salvación, y he tenido que comprender que no hay nada que salvar.

Creía que debía esforzarme, con tu ayuda, y he tenido que comprender que el trabajo que hay que hacer es más tenue y más sutil que esforzarse, porque es un acertar misterioso, que más que hacer es un peculiar “no-hacer”.

Creía que recorrer el camino era cultivar el espíritu y alejarse de la carne, y he ido a comprender que la vía del silencio es la transformación del sentir y de la percepción.

Creía que el camino alejaba del mundo, y he tenido que comprender que el mundo es su discurso, su manifestación, su ángel de luz.

Creía que tú y yo éramos dos, y he tenido que comprender que “no hay dos”.

Creía que creer en ti era creer en lo que no se ve, y he tenido que comprender que eres el Patente, el Manifiesto.

Creía en la Iglesia católica, apostólica y romana, y he terminado por creer a los cristianos, los hindúes, los budistas, los musulmanes, a todos y a ninguno de ellos.

Tu camino es un camino que va de perplejidad en perplejidad. Por eso es un camino secreto.

Buscaba en ti la Verdad, y he tenido que comprender que la Verdad no es ninguna formulación. La Verdad, que es tu verdad, es silencio, presencia y certeza. Esa es también mi verdad.

Dios, líbrame del miedo en el tramo de camino que me queda, y libera del miedo a todos los que te buscan. El miedo está descarriando a los pastores y a los rebaños.

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8/4/12

No huir del sufrimiento para sanarlo y transformarlo en Paz, Compasión y Amor

En este blog se sabe que el momento presente rebosa de Bendición y Dicha. Personalmente, voy a dónde me llaman para dar la buena nueva de que estamos en un Tiempo de Evolución, constatar que el Cielo está anclando en la Tierra y compartir con tod@s la bella oportunidad y el privilegio de vivir este fantástico Aquí y Ahora en Alegría y Gozo.
Pero esto no quiere decir que no sea plenamente consciente de la existencia y el enorme calado del sufrimiento. Todo lo contrario, lo percibo con claridad y crudeza porque la Metamorfosis interior que estamos experienciando pasa inexorablemente por no huir del sufrimiento y percatarse de su presencia en una triple dimensión: el sufrimiento que hay en mí; el que hay en la gente de mi alrededor; y el sufrimiento del mundo. Y sólo con este reconocimiento y esta toma de contacto directa e intima con el sufrimiento, en su triple presencia, se puede sanar y transformar el mismo en Paz, Compasión y Amor.
¿Cómo hacer esto?. Mi querida Morganamaya me ha enviado un precioso vídeo que contiene una potente práctica al respecto, por más que su duración sea corta (sólo 23 minutos). Se trata de la “Canción al nombre de Avalokitesvara”, que se inicia en el minuto 8 del vídeo que podéis ver en You Tube (en su ventana de búsqueda, introducir: “Thich Nhat Hanh.2011.Avalokitesvara.SubEsp.flv”) o pinchando en este enlace (aunque el sistema no siempre funciona adecuadamente):
Palabras de Thich Nhat Hanh
Antes de comenzar la canción, Thich Nhat Hanh, maestro Zen y monje budista vietnamita residente en Plum Village, comunidad localizada cerca de la ciudad francesa de Burdeos, toma la palabra y expresa lo siguiente:
“Los monjes y monjas de la comunidad de Plum Village cantan el nombre de Avalokitesvara, el Bodhisattva del profundo escuchar Kuan-yin. Esta no es exactamente una oración, es una práctica de meditación.
Avalokitesvara es una persona que tiene la capacidad de escuchar a su propio sufrimiento interior. Por esa práctica, pudo entender la naturaleza, las raíces del sufrimiento dentro él; y por ese entendimiento, la compasión surgió y logró la sanación y la transformación. Después de eso, fue capaz de mirar a la gente de alrededor y reconocer el sufrimiento en cada uno; y fue capaz de entender muy rápidamente el sufrimiento dentro de cada persona y practicó el escuchar el sufrimiento de estas personas, ayudándolos a sufrir menos y transformarse.
Así que los monjes y monjas cantan el nombre de Avalokitesvara y, mientras lo hacen, tratan de tocar el sufrimiento dentro de ellos, porque dentro de todos nosotros hay sufrimiento. Y el sufrimiento dentro de nosotros también refleja el sufrimiento del mundo.
Muchos de nosotros no queremos regresar a casa con nosotros mismos y tomar contacto con el sufrimiento que hay dentro de nosotros. Tenemos miedo a ser sobrepasados por el dolor, la pena, la desesperación y el enojo en nuestro interior. Siempre tratamos de huir del sufrimiento por el camino del consumo: consumimos televisión, revistas, música, comida,… con la esperanza de poder tapar el sufrimiento interior. Pero eso no ayuda mucho, porque el sufrimiento está ahí y continúa creciendo y siempre trata de manifestarse, especialmente durante la noche.
Entonces, la práctica recomendada por el Buda es no huir del sufrimiento. En vez de eso, cada uno tiene que volver a casa con uno mismo y tomar contacto con el sufrimiento, tratar de sostenerlo amorosamente y escuchar muy atenta y hondamente para poder entenderlo. Comprender el sufrimiento les mostrará el camino de la transformación y sanación.
La Primera Noble Verdad es el estado de sufrimiento del ser. Si miran profundamente dentro de ella, verán las otras tres verdades, incluyendo la Verdad del Sendero, lo que llevará al cese y transformación del sufrimiento. Mas si tratamos de huir de la Primera Noble Verdad, no hay manera de que podamos ver la Verdad del Sendero y nadie nos va a poder guiar en la transformación y la sanación
En la canción, cuando los monjes y monjas cantan por primera vez el nombre de Avalokitesvara, se adentran en su interior y tocan el sufrimiento que ahí hay. Cuando cantan el nombre por segunda vez, reconocen el sufrimiento de aquellos que están a su alrededor. Cuando lo cantan por tercera vez, perciben el sufrimiento en el mundo. Y cantando así, con Atención Correcta, ellos generan juntos la energía de la Atención Correcta, concentración y compasión.
La energía de la Atención Correcta para tomar contacto con el sufrimiento puede ayudar a surgir la energía de la compasión. La compasión es un tipo de energía que puede ser sanadora y transformadora. Y si sabemos cómo permitir que la energía colectiva de la Atención Correcta y la Paz penetre en nuestro cuerpo, sufriremos menos, podremos liberar la tensión y el dolor en el cuerpo y también liberar la tensión y el sufrimiento en nuestro corazón.
Hay tensión y dolor en nuestro cuerpo. Si sabemos como seguir nuestra inhalación y exhalación y permitimos a nosotros mismos estar totalmente en el Aquí y Ahora y relajarnos, la energía colectiva de la Atención Correcta y la Paz generada por el canto será capaz de penetrar en nuestro cuerpo y ayudar a liberar la tensión y reducir el dolor y sentirán mejor después de unos pocos minutos de escucharlo. Y si tenemos algún dolor, pena o desesperación en nuestro corazón, quizás queramos abrir nuestro corazón para que la energía colectiva de la Sangha pueda penetrar y ayude a sanar el bloqueo del dolor y la pena en nosotros, él es mi dolor, él es mi desesperación. Por favor, que la Sangha ayude a reconocer y sane en mí. Si sabemos cómo abrirnos y permitir a la energía colectiva de la Atención Correcta y a la Paz y la Compasión que abracen nuestro dolor y pena, sufriremos menos después de unos pocos minutos de escuchar la canción.
Esta es una práctica, no una oración. Si tenemos alguien en la familia que está enfermo, que sufre ahora, podemos enviar esta energía colectiva a él o ella sólo pronunciando su nombre silenciosamente o pensando en esa persona. Y esta energía pura de Paz y Compasión será dirigida a él o ella y enseguida, en su casa o dónde esté, se sentirá mejor.
Permitámonos unirnos en la práctica, permitámonos estar relajados y permitámonos que la energía colectiva de la Sangha penetre en nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro corazón”.

Mi propia experiencia interior

        Escuchad la canción cuantas veces lo sintáis en vuestro corazón. Seguid para ello los consejos de Atención Correcta formulados por Thich Nhat Hanh. Y no tengáis miedo a llorar. Porque si oís con Atención la canción, vais a llorar y mucho. Pero es normal y hermoso, forma parte de la práctica de sanación y transformación del sufrimiento en Paz, Compasión y Amor.

        A este respecto, no tengo reparo alguno en compartir  que tras ser dado de alta en el hospital en la Navidad de 2010, lloré mucho y durante largo tiempo. Y viví en primera persona las tres dimensiones del sufrimiento que Thich Nhat Hanh describe, así como la necesidad de no huir de él para sanarlo y transformarlo.

Mi propio sufrimiento: su transformación en Paz

        Primero, me pasé tres meses llorando a consecuencia de mi propio sufrimiento.

        Curiosamente, la experiencia del tránsito al borde de la muerte física que había vivido y todo el proceso de enfermedad los interioricé desde el principio como una Bendición y un completo Re-Nacer. Y brillaba ya en mí la Armonía y la Alegría, habiendo comprendido definitivamente la Perfección de cuanto Es y como la Felicidad es Nuestro Estado Natural.

        Sin embargo, por tantas experiencias acumuladas a lo largo del tiempo, tanto en esta vida física como en otras anteriores, había mucho sufrimiento guardado en lo más hondo de mi corazón. Reconocí que así era y el sufrimiento fue saliendo a cuenta gotas, poco a poco, al ritmo de mis lágrimas y sollozos. Hasta que un día supe que había salido la mayor parte de él y que mi interior empezaba a estar por fin limpio de dolor. Inmediatamente comprendí que mi sufrimiento había sido consecuencia directa de mi cuidado hacia mi mismo (ese dichoso cuidado de nosotros y hacia nosotros mismos que tanto preocupa a los seres humanos). Y haciendo míos los versos de San Juan de la Cruz, dejé “mi cuidado entre las azucenas olvidado”.

        ¡Se acabó el cuidar de mí!. Y el lugar del cuidado fue inmediatamente ocupado por la absoluta confianza en la Providencia Divina, en la que fluyo desde entonces sin pretender controlar mi vida, ni programarla, ni conducirla a puerto alguno previsto por mi mente o por mi ego.

        Entonces, dulcemente, se posó en mí la Paz.

El sufrimiento de los que están a mi alrededor: su transformación en Compasión

        Llegaron después otros tres meses de llanto, ahora por el sufrimiento de los demás, de la gente que está a mi alrededor.

        Ríos de lágrimas manaron de mis ojos y una cascada de estremecimientos conmovió mi corazón ante la contemplación interior y exterior de tanto sufrimiento desparramado por la vida de tantas personas, algunas tan próximas y queridas. Y no sólo por motivos físicos (violencia, penurias económicas, injusticias, enfermedades, rupturas de relaciones, apegos materiales, ritmo de vida estresante,…), sino también por esas razones que pertenecen a la “sinrazón humana” (miedos, culpas, autolimitaciones mentales, sentimientos de soledad, desamores, vacío interior, depresiones,…).

        Así hasta el momento en el que me percate de que el sufrimiento por los que están a mi alrededor contiene o puede contener dos tipos de sentimientos bien distintos: el sufrimiento puro por el dolor que vivencian o el sufrimiento derivado por el impacto que en mí y en mi vida tienen esa vivencia y ese dolor.

        En lo relativo a este segundo tipo de sufrimiento, comprendí que era mi responsabilidad, pues tenía su causa en mi deseo de estar contento, es decir, en mi absurdo empeño de buscar fuera y en el exterior la Felicidad que todos atesoramos dentro, por lo que asumí e interioricé la honda dimensión de lo dicho al respecto por Buda: “mi deseo de estar contento es el origen del dolor de los demás”.

        En cuanto al primero, esto es, el sufrimiento puro por el dolor que experiencian los que están a mi alrededor, constaté que, dada su pureza, puede ser transformado en Compasión y que ésta es una energía sanadora que puedo proyectar hacia ellos y en ellos paliando así su dolor.

        Entonces, dulcemente, se posó en mí la Compasión.

El sufrimiento del mundo: su transformación en Amor

        Finalmente, vinieron otros tres meses de desconsuelo por el sufrimiento del mundo, en su globalidad y totalidad.

        ¡Cuánta aflicción por cuántas cosas!, ¡cuánto abatimiento por los obtusos caminos en los que se ha adentrado la llamada civilización!, ¡cuánta amargura por tanto daño al género humano, a los animales y plantas, a la Naturaleza en su conjunto, a la Madre Tierra y a la Creación!.

        Pero un día las lágrimas cesaron. Había comenzado a entrever que ese sufrimiento emanaba, igualmente, de mí. Más concretamente, de mi necesidad de enjuiciar todo y a todos y mi anhelo de que las cosas sean y marchen como mi yo quiere y pretende que sean y marchen. Y el corolario de un viejo cuento sufí surgió en mi memoria con gran convicción: “respeta a los demás y al mundo aceptando todo y a todos tal como son, sin estar de acuerdo ni en desacuerdo con nadie ni con nada”.

        Entonces, dulcemente, se posó en mí el Amor.

La transformación del sufrimiento: Confianza

        Aquí y Ahora la Confianza plena se ha posado dulcemente en mi Corazón. Ya no hay huída del sufrimiento. Y la Confianza ha transformado el sufrimiento en Paz, Compasión y Amor:

+Confianza en la Providencia: el cuidado de uno mismo sustituido por la confianza en la Providencia, que es nuestro ser interior y divino en acción.

+Confianza en la Vida: el deseo de estar contento sustituido por la confianza en la Vida, que es el Aquí y Ahora, ni más ni menos, en su completa y amorosa radicalidad.

+Confianza en la Perfección de cuanto Es: el enjuiciamiento y el anhelo de que las cosas sean y marchen como anhela mi pequeño yo sustituidos por la Confianza en que todo fluye, refluye y confluye en la Perfección de cuanto Es

+Confianza en la sabiduría Innata: la incesante búsqueda de conocimientos, originada igualmente por mi deseo de estar contento y la necesidad de enjuiciamiento, sustituida por la Confianza en la Sabiduría Innata que como seres divinos atesoramos en nuestro interior.

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Tú eres el organizador de todo

Un buen amigo ha escrito y me ha enviado el texto que se transcribe bajo estas líneas, titulado Tú eres el organizador de todo. Me ha autorizado a compartirlo a través del Blog, aunque prefiere que su nombre se mantenga en el anonimato al entender que tod@s, sin excepción, somos l@s verdader@s autor@s del mismo.

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Tú eres el organizador de todo

Al instante en que percibes, entiendes, ves y aclaras en ti, de forma impactante, fulminante, que todo los has organizado tú, eres tú. No hay, pues, en modo alguno y al momento, brisa propia de desaliento, de crítica y juicio hacia ti que todo lo has organizado. Incluso estas palabras que lees, son tuyas. Tú mismo te las has enviado. Tú mismo la has redactado. Tú mismo eres estas palabras.

Todo lo que existe en ti, cercano o no, eres tú. Incluso ese hermoso cuadro pintado de la realidad, y de esta realidad, donde pusiste algo de color negro, eres tú. Tú mismo lo has puesto, tú mismo lo has expresado, tú mismo has cuadrado el cuadro de hermosura con trazadas de negro que en el global forman un marco de hermosura, pues no hay color que pueda ser considerado despreciativo cuando has sido tú quien lo ha puesto.

Tú eres el organizado de todo, de ti y de mí, de mí y de ti. Tú eres quien da el beso, tú eres el beso, y tú eres quien recibe el beso.

En ese estado, en este estado, en cualquier otro, tú y sólo tú puedes compartirte en ti y en otro que eres tú. Al ocurrir eso, el miedo no posee sentido alguno, sólo emerge el amor, emerges tú.

Tú eres el organizador. Tú eres, por tanto, el único responsable.

La soledad del mando (en referencia a lo anterior)

Una película narró los acontecimientos desarrollados en el estado mayor conjunto de los aliados en la II Guerra Mundial. Relataba cómo el General Eisenhower, el jefe supremo, en los previos al desembarco en Francia tenía una actividad frenética con todos los preparativos. Y justo al dar la orden de ataque, el actor que lo interpretaba, escenificaba perfectamente, cómo el General quedaba en la soledad de su mando. Una vez dada la orden, nada tenía que hacer, sólo esperar. Se debatía en sí. Sabía de las consecuencias, de las bajas, del dolor, de la sangre derramada. Pero estaba solo en sí una vez dio la orden. Quedaba esperar resultados e informes. Nada podía hacer, todo estaba consumado, todo lo hacían los demás; él ya había hecho lo suyo. Mientras, paseó por el exterior, en soledad, en sí. Había dado una orden tremenda y nada podía hacer, nada. Todo estaba en los demás. En ese instante se encontró en sí, en la soledad del mando que tras dar una orden nada más puede hacer que esperar. Y al estar en sí, la paz, en sí, en el fragor de la guerra total, obtuvo, aunque fuera por unos instantes.

En alguna ocasión me ha pasado. He tenido que dar una orden por cuenta propia, sin consultas. Ante un imprevisto, había que hacer otra cosa, y estaba solo para tomar la decisión. Una vez dada la orden, quedaba en mi soledad, sin estar cubierto por una orden superior. Yo era el que había organizado la acción. Yo era el responsable de lo que sucediera. No cumplía órdenes, las daba quedando aislado en mí a la espera de resultados, fuesen los que fueran. En ese momento, de fuerte soledad, saltan las dudas, pero al instante se resuelven. Sabes que no obedeces a un capricho, a una sinrazón, que no buscas las medalla, sino lo mejor para los que están a tu mando a sabiendas de que habrá dolor en la acción; a pesar de la dureza de la misión a ejecutar. Cuando te das cuenta, la soledad desaparece. Eres tú en ti, sin el mí. Eres la orden, la acción y el resultado.

Eres el organizador de todo, siendo tú, siendo todo. Te encuentras. Existe plena confianza. Hay fe en la acción. Tú eres la acción. Tú eres el resultado.

Me duele

Me duele el dolor del sin amor.

Lloré por unas palabras, por unos ojos encendidos al verme.

Clamé por un beso tierno, suave y profundo.

Anduve tras de un mundo perdido.

Hasta encontrar la caricia que anhelé en mis lágrimas.

Inundé todo mi estallido al contemplarme a mí en ti, en Mí.

Conseguí abrazarme cuando lo hice contigo. Cuando supe que tú y yo somos lo mismo, únicos, lo único. Como único y perpetuo es el amor.

Amor que dejé por crearlo de nuevo, por gozarlo en el encuentro.

Lleno estoy de Vos mi señor/a, y esclavo a sus pies me ciño porque nunca más quiero irme sin vuestra compañía.

Quiero poseerte como me poseo, pero has de poseerme, ayúdame en ello.

Fuerzas no alcanzan, dame las tuyas, envuélveme en Ti y no dejes que me aleje aunque sea por amor.

Que por amor partí; y ahora que a tu puerto he amarrado, soltar el cabo no quiero más.

Dame el amor del amor, y hazme de nuevo amor. Pues si soy amor, quiero serlo, quiero Ser el Amor, cubriendo cada pliegue, cada detalle.

Quiero ser tú, déjame ser Yo en Ti sin más idas.

No puedo alcanzar a imaginar de nuevo ir alejándome del dulzor, del gozo eterno, que en ti soy y en ti estoy.

Soy amor. Amor soy. Permíteme explicarlo, que me duele el dolor del sin amor.

Siento que no puedo seguir en este yo, que henchido tengo el corazón, el alma se parte en dos y este espíritu brama por el retorno inmediato. Quiero estar ya en Sí, que es mucho el haber estado en un yo, sin Mí, envuelto en un mí que no fue Yo.

Que pases un día como gustes organizado por ti, para ti y desde ti.

Yo, sin mí.

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6/4/12

¡Todo está cumplido!

Viernes Santo: ”Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: ¡Todo está cumplido!. E inclinando la cabeza, entregó el Espíritu” (Juan 19,30).
¡Todo está cumplido!. Es la hora, llegó el momento. En el Aquí y Ahora sólo resta hacer nuestro, en la esencia más íntima y sagrada de cada uno, que “Todo está cumplido” y penetrar en el Paraíso que ya echa sus raíces sobre la Tierra en forma de una nueva frecuencia vibracional de Armonía y Amor, mucho Amor.
¡Todo está cumplido!. Todos los Puentes de Einstein-Rosen están tendidos para que nuestra Multidimensionalidad, la de cada ser humano y la del ser vivo que es el planeta, aterrice en este plano y el Cielo ancle en la Tierra.
¡Todo está cumplido!. Todos los anillos de gusano están operativos y en pleno funcionamiento con el fin de que las hebras de nuestro ADN se destensionen y sus doce capas se activen para que brille nuestro Linaje Divino y la Ascensión se consume, recuperando la Memoria de un Viaje que comenzó en el No-Tiempo y en el No-Tiempo fluye y continuará fluyendo
¡Todo está cumplido!. Todas las puertas están ya abiertas: las que unen tu corazón y el mío y fusionan ambos con el corazón común de la Humanidad y el de la Madre Tierra; las que nos unen con el corazón del sistema solar, el Padre Sol, y con el que, localizado en Sirio, agrupa energéticamente el grupo de sistemas en el que solar se inserta y juntos conviven en la Vía Láctea; las que nos unen a Alcióne, corazón de ese gran portal interdimensional que son Las Pléyades, y desde ahí nos vuelcan hacia el Centro-Corazón Galáctico; las que nos unen con el Centro de Andrómeda, cual corazón del grupo de galaxias en el que la Vía Láctea se inscribe y comparten existencia en el seno del Universo; las que nos unen con el corazón de este Universo y con el de los demás Universos que conforman el Multiverso en el que en el Aquí y Ahora desenvolvemos nuestras experiencias; las que nos unen a los corazones de todos los Multiversos, Omniversos y MultiOmniversos que constituyen la Creación en su totalidad y Unicidad; y las que nos unen al corazón de la Creación y al Corazón de Dios, que es el nuestro.
¡Todo está cumplido!. Así es. Ya podemos escuchar y sentir en nosotros mismos el Latido de Dios y el Latido de la Creación, Naturaleza tan Viva como Divina. Y con su acompasado ritmo latiendo en nuestro interior, comprobar nuestra Esencia Co-Creadora. La que hace posible que la Luz de nuestra dimensión álmica (vibración multidimensional de frecuencia muy elevada), alentada y animada por siempre y desde siempre por la fuerza del Espíritu Uno y Nuestro (Vibración Pura e Infinita, Amor, Cristo), impulse y lance el Mundo de las Formas y el Verbo (vibración que se condensa en las Dimensiones más densas) hacia nuevas Dimensiones y nuevas modalidades de existencia en la que Dios -y tú y yo- se manifiesta.
¡Todo está cumplido!. Ahora toca la Gozada. Redescubierto que Todo es Perfecto, toca Vivir, sólo Vivir, ni más ni menos. Vivir en un maravilloso contexto en el que todo es verdad y nada es Real precisamente para que podamos ejercitar nuestra Magia.
Palabras vivas
Como escribió CH. Péguy en El pórtico del misterio de la segunda virtud (Ouvres poétiques complétes, París, 1975, pp. 588s), “Jesús no nos ha dejado palabras muertas para que las encerremos en pequeñas (o en grandes) cajas o las conservemos en aceite... Las palabras vivas sólo pueden conservarse vivas... Y de nosotros depende hacer vivir y alimentar y mantener vivas en el tiempo aquellas palabras pronunciadas vivas en el tiempo... A nosotros nos corresponde y de nosotros depende hacer que se entienda por los siglos de los siglos la palabra del Hijo de Dios”.
Frente a esto, los ritos y los textos del Viernes Santo se repiten inmutables año tras año y, en demasiados casos, de manera puramente automática y sin alma. Sin embargo, las palabras pronunciadas por Jesús el día de su expiración como hombre están llenas de Alma y plenas de Vida. Y son un mensaje que transciende la Historia para situarse radiantes y abundantes en un Aquí y Ahora que es Tiempo de Evolución y Dicha para la Humanidad y para la Madre Tierra.
¡Todo está cumplido!. En primer lugar, hace dos mil años, la vida terrena de Jesús, la obra que el Padre le confió para que la cumpliera.
¡Todo está cumplido!. También desde hace dos milenios, están cumplidas las Escrituras. Y no en tal o cual punto, sino en bloque, todo el Antiguo Testamento, siendo el “¡Todo está cumplido!” la gran página que fusiona y hace uno los dos Testamentos, el Antiguo y el Nuevo.
¡Todo está cumplido!. Está cumplida y completada la Resurrección de Jesús y, con ello, en el Aquí y Ahora, la superación definitiva del viejo mundo, que queda sustituido por un Mundo Nuevo: la ley sustituida por la Gracia, la irrealidad holográfica por lo Real, la Tierra por una Nueva Tierra y la Humanidad por una Nueva Humanidad. Están cumplidas de esta forma no sólo las esperanzas de un pueblo, Israel, sino las de todos los pueblos y las de todos los seres humanos.
¡Todo está cumplido!. Y sobre todo y de qué manera, en el momento presente está cumplido y consumado el destino humano, que no es otro que traer el Cielo a la Tierra y transformar a ésta en un colosal Paraíso donde el único requisito para entrar es, precisamente, estar desnudos. ¡Sí, desnudos!: libres por fin de tantos apegos, cargas, capas, pertenencias, miedos, culpas y autolimitaciones mentales arrastrados a lo largo de la Historia.
¡Todo está cumplido! es, en definitiva, la Proclamación Crística de nuestra Libertad para ser el Dios que Somos y disfrutar de una Felicidad que es nuestro Estado Natural.
Abrazos, Besos y Bendiciones de Amor y Gozo.
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Dedicado a Soy, querida A., con tanto Amor…
Por tu Acompañamiento en el No-Tiempo;
por tu Inspiración en el Aquí y Ahora; y
por lo que los dos sabemos y pronto todos sabrán, pues… ¡Todo está cumplido!.
¡Qué Alegria!; ¡qué Libertad!
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