Presentación
Querido lector, soy quien
en la encarnación humana llamaron Jesús
de Nazaret, Jesúa, Yêshûa, Jesucristo o Cristo Jesús.
Ciertamente, hay mucha
información a mí referida, sobre lo que supuestamente fui, pero, en demasiados
casos, nada tiene que ver con la realidad…
¿Quién fui y para qué
vine a este plano?; ¿fui totalmente humano o una especie de extraterrestre?
Preguntas como estás son
las que percibo en los corazones de los que buscan saber de mí, ya sea por un
genuino afán de amarme o por la simple curiosidad de saber acerca de ese al que
denominaron, ni más ni menos, que “Hijo de Dios”…
Estas páginas se dirigen
a responder este tipo de cuestiones. Y me vierto en ellas en la confianza de que,
los que las lean, interiorizarán e integrarán la sabiduría profunda y sencilla
que contienen. Es un texto que pongo al servicio de quién quiera “beber de mi
fuente, pues es su propia fuente”…
Quién fui
Para explicar “quién
fui”, hay que detenerse en “quién soy yo”…
Pues bien, soy un hijo
del Padre, tal y como tú lo eres… Yo estaba antes que este planeta fuera
creado, como también tú lo estabas… Todos somos parte de la mano de Dios
Creador.
La única diferencia
estriba en que Yo estaba con Él cuando todo empezó a ser generado: fui su
primigenia creación antes de todos los tiempos, antes incluso de que el Cosmos
fuese manifestado y configurado.
Pero, insisto, yo soy
igual que tú, pues pertenecemos al Padre.
Subrayado lo anterior,
¿fui una especie de alienígena, una forma de vida no terrícola en medio de los
humanos y la Madre Tierra? Ante una pregunta así, te hago yo otra, amado
lector, cuya contestación te pido que reflexiones: ¿de qué le hubiera servido a
la humanidad y al planeta un Mesías con características extraterrestres? Seguro
que coincidirás conmigo: de nada. Obviamente, si yo hubiera sido un alienígena,
del tipo que fuera, tal experiencia le habría sido útil a esa modalidad de
existencia, pero no al género humano y al ser vivo Tierra.
Por tanto, encarné
enteramente como un ser humano, con todo lo que conlleva, pues, solo así, mis
vivencias y experiencias han podido ser y quedar integradas en la consciencia
de la humanidad y el planeta, coadyuvando decisivamente a su impulso evolutivo
y espiritual.
Viví y conocí toda la
dimensión humana, con su cara y su cruz, incluido, en lo más material, el dolor
físico; y en lo más transcendente, circunstancias que pusieron a prueba lo que
era mi propósito de encarnación y, de este modo, mi lealtad al Padre… El marco
humano, con las grandezas y limitaciones que le son propias, aporta una colosal
maestría de hasta dónde puede llegar la Esencia encarnada en un contexto de
densidad vibracional.
Debía de ser igual a ti
para poder entender lo que pasa en tu mundo interior. Y aunque a muchos les
cueste asumirlo, fui un hombre completo: cuerpo (yo físico, emocional y mental
y la personalidad a él asociada), alma y Espíritu.
Llegados aquí, observa el
dibujo que encabeza el presente texto. La he seleccionado en comunión, la
elegimos los dos, con la persona que lo ha transcrito para que pudiera llegar a
ti. Pues bien, mi rostro fue parecido al que ahí se muestra: piel de color
canela, ojos marrones, pelo ondulado y castaño, con algunos reflejos rubios… Y
tuve una complexión fuerte, con una estatura, 1,80 metros, superior a la media
de la época. Con estas breves reseñas, espero satisfacer la curiosidad de los
que desean conocer como fui físicamente.
E insisto en que, desde
ningún prisma o perspectiva, fui un ser o entidad alienígena. Mi madre, María,
me concibió por la vía normal, como cualquier mujer; esto es, el amor y la
conexión sexual con su esposo, o sea, mi padre terrenal, José, reducido por la
ignorancia a un papel muy secundario. En ambos, María y José, estaban
encarnados grandes almas; y su linaje, camino y pureza se fueron preparado
durante muchas generaciones: no es nada fácil crear un receptor físico con la
capacidad de recibir, en un momento determinado, la encarnación/proyección de
la energía crística. Y tuve abuelos y abuelas,
hermanos y hermanas, tíos y tías, primos y primas, amigos y amigas…
Y por sorprendente que
pueda parecer, me enamoré varias veces. Especialmente, de quien fue el amor de
vida: María Magdalena. Un alma de gran calado y una mujer, como mi madre y
hermanas, sabía, culta, inteligente, activa… Nada ver con el sambenito de
“prostituta” que la iglesia pervertida colgó sobre ella.
En cuanto a la condición
socioeconómica de mi familia, no era pobre, como se suele indicar. Mi padre,
desde el punto de vitas de sus ocupaciones externas, fue carpintero, un oficio
muy demandado en aquella época. Viví de forma cómoda para el momento, lo que me
permitió, durante mi juventud, viajar y formarme en muchas disciplinas,
trabajado durante varios años de la carpintería.
Me gustaban las artes,
la filosofía… Era un gran conversador y
solía tener largas tertulias. Y tocaba el arpa cuando podía… Otra de mis
pasiones era la buena comida, pero en término de gula, porque solía comer poco,
aunque en grandes momentos disfrutaba de la mesa.
¿Te has quedado perplejo
con todo lo que te acabo de compartir? Espero que haya servido para descartar
cualquier connotación extraterrestre referida a mi persona.
Todo lo cual desemboca
una gran cuestión: ¿por qué la encarnación de la fuerza crística en quien fui
físicamente?; ¿Qué sentido tuvo y tiene esa “venida”? Y ¿habrá una “Segunda Venida”?
Vine principalmente por
Amor: a vosotros, a todas y cada una de las almas encarnadas en la experiencia
humana; a la Madre Tierra; a la Vida; y, por supuesto, al Padre. Vine a enseñar
y a mostrar en la práctica cotidiana que el Amor lo es Todo. Y vine para
prepararos para lo que ha de venir en estos tiempos, en ese momento
auténticamente histórico de la humanidad: el final de una generación humana
para que nazca otra nueva.
Voy a explicar con palabras
sencilla mi “venida”.
El Amor es
Todo
El Padre es Amor y desde
el Amor todo lo crea, todo lo impregna y en todo se halla presente e inmanente
como fuerza activa de Vida. Coloquialmente expresado, somos una prolongación de
Él y nuestra Esencia más íntima y sagrada es la Suya.
Es Causa de todo lo
causado y nos regala la Vida y el poder de experimentar y sentir en una forma
material, ya sea en la Madre Tierra o en los mundos que llenan el espectacular
Cosmos en el que se desarrolla nuestra existencia.
Y todo esto por Amor, que
se recibe y se da. Como recalque en mi vida física, “la ley de los profetas en
el Amor”.
Vine a recordaros que
vuestra genuina naturaleza es divina y que el ser humano, cuando es consciente
de ello y lo plasma con coherencia en su día a día, está capacitado para hacer
grandes obras en el nombre del Padre.
Frente a esto, mi mensaje
ha sido muy tergiversado en clave de intereses y objetivos egoicos y
egocéntricos. Pero su razón de ser nada tiene que ver con esto, sino con la
superación miedos, culpas y dogmatismos y sin dogmatismos desde la Libertad de
nuestro Ser, la Alegría íntima y la Esperanza fundamentada el hecho cierto de
que Dios-Padre está en todo y en todos.
Les enseñé que se amaran
los unos a los otros desde el compromiso con vosotros mismos, para sacar así lo
mejor de cada uno –amor a uno mismo, plasmación efectiva de nuestra Esencia…- y
ponerlo al servicio de los demás y de todas las formas de vida. Y cuando les
dije “háganle a los demás aquellas cosas que quieran que les hagan a ustedes”, me refería a lo que en
los tiempos actuales se le conoce como “empatía”. Pero lo matizo y añado que
eso es Compasión y Amor.
Llegados aquí, ¿te
estarás quizás preguntando acerca de los milagros que compartí? Y si te digo que con ellos vine a mostrarte lo
que tú también puedes hacer… Reflexiona al respecto, busca en tu corazón, haz
presente tu Esencia y recuerda la Sabiduría Primordial o Perenne atesorada por
tantos pueblos y culturas a lo largo de la historia… Insisto, sólo mostré obras
que tú puedes hacer, cosa que hubiera sido imposible, si como ha se ha
explicado, yo hubiera sido una especie de extraterrestre.
Vine a
prepararos el camino para lo que se vive ahora, en vuestros tiempos actuales
En mis tiempos, hace dos
mil años, muchos pensaron que yo era el “Mesías” llamado a a liberar al pueblo
de Israel; o que mi misión era crear un dogma nuevo o una nueva religión. Pero
no fue para cosas como esas para lo que mi Padre, que es también es el tuyo, me
envío a este mundo. La primera razón, como ya antes expliqué, fue el Amor,
inefable plasmación de la íntima divinidad que todos compartimos en nuestro
verdadero ser. Y la segunda, preparar el
camino que conduce al final de esta “generación” humana” y el nacimiento de una
nueva humanidad.
Vine a generar las
condiciones pertinentes para que cada cual, en su libre albedrío y en proceso
consciencial, pueda despertar del letargo y ser libres hasta el punto de poder
experimentar, individual y colectivamente, el acceso a esa humanidad nueva.
Con relación a lo cual, hay
quien considera que se trata del fin del mundo; otros, vais hacer capaces, por
vosotros mismos, de vencer al “mal” que se ha echado raíces en el planeta y
vuestro entorno… Dejadme que os lo explique del modo más sencillo posible…
A pesar de que han sido
cuantiosos y perseverantes los intentos de esconder y manipular el verdadero
mensaje compartido por numerosos maestros y maestras con la humanidad a lo
largo de la historia, el núcleo esencial su contenido ha sido trasmitido de
generación en generación. En verdad te digo que ese contenido ha podido ser
captado por todo aquel que se haya acercado desde el corazón a los textos
sagrados de las tradiciones espirituales serias, al legado de los grandes
sabios y sabias, a los templos de las distintas religiones… Y , muy
especialmente, ha sido hecho suyo por los que han sentido compasión ante el
sufrimiento ajeno, por los que han experimentado la Reverencia por la Vida en
todas sus modalidades y manifestaciones, por los que generosamente han
procurado sacar lo mejor de sí mismos y ponerlo al servicio de los demás… En
definitiva, por todos aquellos que han entrado en la sala de su alma y, con las
palabras y el formato que sea, han hecho suya mi Misión y la de todos aquellos que me antecedieron o
estuvieron después de mí.
Cuando viene como ser
humano, preparé la antesala de otros tiempos, que son los vuestros actuales. Algunos,
como antes apunté, pensaron que me refería a la época en la que encarné. Y
sobre ella volcaron las enseñanzas que compartí en forma de parábolas, por ser
esta la mejor manera de llegar por entonces a unas gentes en su inmensa mayoría
analfabeta y, por ende, sin posibilidad de acceso a textos y a maneras más intelectuales
de entendimiento. Y es cierto que algunas de las señales o profecías que di se
cumplieron en aquellos años. Sin embargo, esto fue así solo para que la humanidad
pudiera creer entonces y a través de los tiempos venideros. Porque mis
verdaderas enseñanzas y señales estaban destinadas para los últimos días de
esta generación humana, es decir, para los momentos actuales tan llenos de injusticias,
tan faltos de amor y respeto, tan egoicos y egocéntricos, tan fríos e
indiferentes…
Un mundo así está abocado
a desaparecer y a dar paso a otro más consciente, más noble, más elevado
vibracionalmente en cuanto al amor… Y todos los que hacéis vuestra esta
distinta forma de vida sois ya simientes de esa nueva humanidad. Mis palabras
se dirigen precisamente a que prepares tu alma y tu vida para que seas un
agente activo al respecto.
Las profecías que
compartí son los tiempos que marcan el final de esta generación no son
adivinanzas, sino que beben de la sabiduría profunda acerca de cómo se
desenvuelven los ciclos, los menores y los mayores, y evoluciona de la
consciencia. En ellas se describen los tiempos de la desolación y la gran
tribulación que ya estás viviendo, donde los males de siempre (miseria y
hambre, catástrofes naturales, enfermedades y pandemias, crisis económicas y
sociales…) se presentan con mayor
intensidad que nunca y se les suman otros de nuevo cuño (dominio y control por
medio de las tecnologías, efectos del cambio climático, manipulación genética…)
que la humanidad nunca antes ha conocido.
Satanás
controla el mundo
Quiero dejarte claro una
cosa a ti que operas fuera de Dios, fuera de mí, que no soy más que tú, sino
algo similar a tu hermano mayor: Satanás controla este mundo. Y debajo de él
están los demonios caídos, seres venidos de otros planos y planetas que operan
con él. Y dependiendo de todos ellos, están algunas decenas de familias
“humanas” que controlan el planeta por medio de una élite que conforma una
vasta red de dominio, engaño y manipulación. Lo que no puede llevaros a una
especie de consciencia de víctima, porque en vosotros está la divinidad pura y
todo está en función de vuestro libre albedrío. Pero, ciertamente, Satanás y
los que le siguen intentan romper o deteriorar lo que podríamos denominar el
“ecosistema consciencial”, el escenario de adecuado equilibrio para la
evolución de las almas en auto-consciencia.
Quizás pienses que
revelándote contra el sistema imperante vas a vencerlos y que se van a ir así
como así… Pero déjame decirte que son muy poderosos… Y entre unas de mis
“señales” fue el anuncio de mi Segunda Venida. Porque, efectivamente, en
conjunción con la evolución de la Madre Tierra y de la consciencia de la
humanidad, volveré para “tener un cara a
cara con Satanás y su ejército”. Vosotros físicamente no podéis luchar contra él: en este plano no
tenéis la suficiente energía para luchar con esas energías tan densas, de tan
bajo gradación vibración.
Recordad una cosa
importante: Satanás sabe muy cómo sois física, emocional y mentalmente y
vuestro estado de consciencia; conoce cuáles son vuestras debilidades. No
obstante, le estáis ya venciendo cada vez que hacéis el bien, que superáis un escalón
de consciencia, que eleváis vuestra frecuencia ya estáis venciendo… Y en tal
marco, mi misión es vencerlo, a él y sus
ejércitos, por vosotros y por mi Padre, que el vuestro.
Vendré
otra vez a encarnar como ser humano para enseñar y mostrar la Mano de Dios
De hecho, hay mucha gente
que espera que yo, cual Mesías, como denominaron en tiempos pasados, llene de
victoria al mundo. Y, en paralelo, también hay numerosas personas que anhelan que
Satanás y los suyos den marcha atrás, pues están destruyendo sus almas… Este
sería nuestro sueño, el del Padre, el mío y el de muchos de vosotros, almas
nobles.
Mi respuesta es que
podría ser un poco de todo, pero lo cierto es que ya todo está escrito en el
Rollo de la Vida (los Registros Akáshicos de los que hoy se habla). Para ser
más claro: por un lado, quizás para tu sorpresa, nuestro Padre, tan pleno de Amor,
sigue dejando en manos de cada uno, en su libre albedrío, su decisión y acción
en estos momentos finales; y, a la par, como vuestro hermano mayor, me ha
otorgado la autoridad necesaria para liberar a la humanidad de la presencia
–influencia, interferencia, injerencia…- de Satanás.
¿Será mi Segunda Venida
como se narra en tradiciones y textos como el Apocalipsis? Sí, desde luego, hay verdad en ellos. No obstante, antes
de poder mostrar mi “Gloria“, antes de que
“de norte a sur, de este a oeste,
del cielo hasta el mar y sus confines vean esa Gloria y mis ejércitos”,
habrá un momento, que ya es cercano, en que se intentará borrar por todos los
medios las señales sobre los tiempos actuales que anuncié en mi encarnación como
Jesús de Nazaret y la Sabiduría del Padre, que es la mía.
Te aclaro también que
aunque ya se están cumpliendo muchas profecías, aún queda tiempo hasta que
ocurran estas cosas. Pero como te digo, dentro de poco procurarán borra todo
conocimiento trascendente que tenga que ver con el Padre y su Verdad.
Igualmente, quiero
comunicarte que he enviado a muchos hombres y mujeres por todo el planeta, que
están ayudando a despertar a todo aquel que esté receptivo a abrir sus ojos y
salir de la oscuridad. Algunos de ellos incluso acabaron ya su proceso evolutivo
en la Tierra, pero han decidido apoyar este proceso en el aquí-ahora por amor
al Padre, a mí, a vosotros, la Madre
Tierra y la Vid, poniendo de manifiesto un Amor auténtico y una genuina
Lealtad.
Por otro lado, tengo millares de hermanos
llamados por vosotros “ángeles” prestos a protegeros, guardaros y comunicarse para
coadyuvaros en vuestro proceso de despertar de consciencia.
Y, ahora te preguntarás: ¿qué
puedes hacer tú?
¿Qué
puedes hacer tú?
Primero debo de decirte
que “arriba”, en los planos más sutiles, apreciamos mucho el enorme valor que tenéis las almas personas
encarnadas, pues habéis decido transitar en un mundo donde no tenéis vuestros
privilegios en cuanto a poderes y marcháis tomando consciencia poco a poco de
lo que Sois y es en medio de limitaciones corpóreas, emocionales y mentales…
Por todo lo cual, sois tremendamente admirados en los planos superiores.
Partiendo de ahí, te
digo, que tú puedes hacer mucho desde tu corazón, desde tus sentimientos más
profundos, y que todo ello quedará registrado en el Rollo de la Vida y sumará
aceite a la lámpara de tu alma y a la consciencia humana, impulsando la nueva
humanidad. En especial:
+Haz el bien a todos los seres de la Tierra, sean personas,
animales o plantas.
+Ten una vida limpia y ordenada en pensamientos y actos.
+No seas egoísta.
+No tengas prejuicios.
+No seas hipócrita, mira en
tu corazón, cambia todo aquello que no sea elevado y cultiva pensamientos
nobles.
+Practica una alimentación que respete tu cuerpo y toda la vida que
te rodea.
+Sé cómo un niño inocente en tus pensamientos y en tus actos, pero
con la inteligencia abierta para aprender y conocer las cosas que precisas para
tu crecimiento en consciencia.
+Abre tu corazón para que el verdadero discernimiento llegue a ti;
deja que él te hable, deja que mi palabra penetren dentro de ti y puedas llegar
a volver a poner tus ojos y tu amor sobre nuestro Creador.
+Has siempre el Amor, siempre, en cada acto de tu vida, pues el
Amor es la verdadera fuerza de la vida.
¿Se puede
hablar conmigo y con el Padre?
Y, para terminar, te voy
a contestar a otra pregunta muy importante: ¿se puede hablar conmigo y el
Padre?; ¿cómo hacerlo?
Cuando estuve entre
ustedes compartí un “modelo” de oración que ha sido tergiversado al gusto y
semejanzas de las religiones y poderes, pero voy a volver a explicarla:
Padre nuestro que estás
en los Cielos,
Santificado sea tu Nombre,
Hágase tu Voluntad y no
la nuestra.
Danos el pan de cada día,
no nos deje caer e n
tentación,
mas líbranos del mal.
Amen.
Con estas palabras quise
transmitir que, cuando oren al Padre, le pidan y le den gracias por las cosas
que son realmente importantes en la Vida.
Necesitáis estar en
comunicación con Él y compartir vuestras inquietudes y problemas, pues son
muchas las codas que os afligen. Hablad con Él con toda tranquilidad desde
vuestros corazones, sin filtros, sin miedos, sin palabras repetitivas y con
respeto, honestidad e impecabilidad. Así es como hay que hablar con el Padre,
sin más…
Y puedes hablar conmigo:
¡hazlo desde tu corazón y yo te responderé siempre, siempre! “Todo el que cree
en mí me hallará; y todo el que me busca, me hallará…”.
Tiempos
difíciles, tiempos extraordinarios…
Son estos tiempos muy
duros para la humanidad. Y lo serán más… Ante ello, les pido que no teman. Ni
están ni estarán solos. Muchos seres espirituales evolutivos os acompañan con
Amor y Consciencia. Y el Padre sabe hasta dónde pueden llegar y hasta dónde no.
Y no se inquieten por el día y la hora del final de esta generación humana, pues
solo el Padre la conoce.
Verán cosas hasta ahora
no vistas: robots manipulados para imponerse a los humanos; predominancia de la
inteligencia artificial y del enfriamiento propio de las maquinas hombres y
mujeres modificados genéticamente; seres extraterrestres que serán auténticos
lobos disfrazados de corderos; falsos profetas al servicio del engaño y la
mentira; un pretendido Mesías que dirá ser yo…
Pero, sabiendo que cosas
como estas sucederán, no tenga miedo alguno. Confiad en la Vida y vuestra
esencia divina… Y no olvidad que mi Nueva Venida será silenciosa y discreta
hasta que el día y la hora en la que el Padre lo determine…
Volveré a encarnar y mi Gloria
no será visible hasta que los ciclos se cumplan. Entonces tocarán las trompeta
en el Cielo y la Tierra se conmoverá porque habrá llegado la hora de los
Justos.
Cuídense, ámense, y
busquen y plasmen todo lo que es noble y elevado… Hagan siempre, siempre, el
bien a todos los seres de la Tierra. Y no olviden desde la Esencia divina que
atesoran con lo más grande, lo mejor y mayor, es Amar y Amarse los unos a los
otros. Como el Padre Ama y os Ama. Como yo, que doy testimonio de Él, Amo y os
Amo.
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Texto transmitido por Jesús de Nazaret, en enero-febrero de 2021, a
una persona que prefiere mantenerse
en el anonimato y lo ha puesto a
disposición de este blog para su publicación y divulgación.
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