1. Antes yo era un personaje y me sentía importante. Vivía en un mundo aparentemente maravilloso. Mi posición me había abierto muchas puertas, pero me había encerrado en el mundo sordo y ciego del ego. Estaba tan ocupado siendo importante que ni siquiera me daba cuenta.
Fue entonces cuando la vida me colgó de cabeza en el Árbol de
Logré entonces atravesar el espejo de la realidad y las puertas de la percepción, que siglos antes el poeta William Blake había dejado abiertas sin llave: cuando abres los ojos por dentro, te das cuenta que la realidad es un espejismo donde las formas están por encima del fondo, donde tener la razón es más importante que ser feliz, donde el “deber ser” es más importante que el ser “Uno”.
Descubrí que el “sistema de la razón” era tan sólo un conjunto de creencias impuestas a través del miedo. Creencias que no compartía en el fondo de mi corazón. Me daba cuenta, pero me daba miedo abrir los ojos. Hasta que me sumergí en una espiral mágica y profunda que me ayudó a tomar la gran decisión: deshacerme de mi personaje para recuperar mi Ser.
Soy ahora estrella en fuga. Y esto es parte de la enseñanza de ese largo y sinuoso camino del Yo Soy. El caminar de los que desobedecimos la razón absoluta con tal de fugarnos al reino masivo del corazón.
2. Una visión del mundo nos hizo ver la vida en blanco y negro, nos dividió entre buenos y malos. Una forma de pensar antigua. Era el mundo de las apariencias, donde nos hicieron olvidar que somos Seres Luminosos para convertirnos en “consumidores racionales”. Nos educaron para comprar las medias verdades del sistema de la doble moral; comprar la mentira oficial, los miedos y las culpas. Por siglos, fuimos educados a comprar “la razón de los poderosos” a cambio de negar “la desnuda verdad de nuestro corazón.” Compramos la guerra como compramos la pobreza; compramos las enfermedades como compramos la muerte. Compramos los abusos al igual que abusamos de nosotros mismos. Compramos los dogmas a cambio de una vida cómoda, pero ignorante.
Todos los niños nacen libres de razón; ninguno nace con la razón puesta. La razón es algo impuesto. Un impuesto que hemos pagado durante siglos.
3. Hacernos creer que razón y verdad son lo mismo es parte de la “gracia” del viejo sistema de creencias. Sin embargo, la razón es, como mucho, una media verdad, 180 grados, cuando la verdad es 360º.
Cuando acontece el despertar espiritual, hay que enfrentarse a la disyuntiva entre seguir la razón o aceptar esta verdad nueva que sale de dentro como un torbellino; hay que tomar la decisión. Y empezará a consolidarse un amor muy grande por seguir la verdad. La verdad no como hechos pasados, sino aquí y ahora; la verdad que sincrónicamente se va moviendo. Según como yo vaya viendo la vida, voy creando la vida.
4. Sólo soy el mensajero y lo importante es el mensaje. Yo vengo del lado de la desobediencia, del lado de los que decidimos seguir al corazón. Es el camino de los guerreros, poetas, locos. Creo que perder la razón es el camino que conduce hacia el corazón. Porque creo que la vida es la obra de arte en movimiento eterno; la belleza viva; el poema de amor que no acaba.
Creo que la vida es según como la miramos. Si cambio la forma de ver las cosas, las cosas cambian de forma. No es magia, es un acto de fe (que, realmente, mueve montañas). Somos el lienzo, las pinturas y el artista (el guionista, el director, el cámara y el protagonista de la película de nuestra vida). Ver la vida con ojos de belleza y arte es conectarse a la vibración y cadencia del Universo donde todos somos Uno. La vida es para amarla, no para juzgarla.
Creer es Crear al mismo tiempo. Creer es caminar hacia adelante. Crear el siguiente escalón sobre el vacío. Crear, de la nada, otra realidad. Ser creadores es la misión de nuestra naturaleza humana. Si crees que el mundo puede cambiar, lo estás cambiando. La fe es Consciencia y Creación. No es ver para creer, como nos dijeron, es creer para ver. La creación antecede a la creencia. Creer en ti es volver a ser niño jugando al recreo con Dios.
El concepto de Creer es Crear dice que si tú creas una visión lo suficientemente poderosa como para que una buena cantidad de personas la sostengan, esa visión acaba convirtiéndose en la realidad.
5. Existe un lugar invisible de donde proviene todo lo visible. Es
Debes entender la diferencia entre un Dios falso y usurpador, el que hemos aprendido, pero que no es Dios, y el Dios Creador. Un Dios que, al hacernos a su imagen y semejanza, también nos hizo Creadores.
Estamos en el camino de dejar atrás miedos atávicos que, impuestos por religiones para controlar a la gente, atenazaron y atenazan el pensamiento humano para imponer unos conceptos ajenos a la libertad del pensamiento. Ese pensamiento, tras habernos adentrado en conocimientos ajenos a presidios dogmáticos, quiere volar resposablemente y sin ataduras de ningún (ya sean de índole espiritual o científica), marcarse sus propios límites y ser dueño de si mismo.
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