31/12/16
Ave Fénix… trasmutación
Cuando los
seres violentos conectan con la maldad interior,
surgen las
heridas sangrantes
en una posesión
del mí,
en un
desarrollo maléfico.
Desean prensar
a las almas,
desean doblegar
el espíritu físico,
desean destruir
emociones,
desean acosar,
arrasar, descolocar.
En esa amplitud,
con un quehacer
diario.
Sin desaliento
posible.
Con estas
sustancias adversas.
Como el Ave Fénix,
vas saliendo de
las injusticias.
Exige ayuda,
exige cobijo,
exige el
derecho de ser Tu-Yo.
Sigue
elevándote sin pausa,
sigue
agrupándote,
sigue al abrigo
del calor, que te pertenece.
Colócate en el
Amor,
colócate en la Paz,
colócate en la
certeza de la Verdad.
Clama y repite
Libertad.
Libérate del
anclaje emocional,
libérate de los
perjuicios,
libérate del
rol violento.
Las tormentas mueven y airean
los maremotos,
las aguas tumultuosas.
Los tornados,
como espirales bambolean.
Alejar las
adversidades en la vida, son propósitos de amor.
Los apoyos de
los deberes conscientes,
son racimos de
manos unidas:
enlazas en un
punto y…
como cascadas
van recorriendo y poblando grandes bellezas.
Tú eres ser
bello;
tú eres
triunfador;
tú eres
primavera, con los alientos en ebullición.
Eres otoño sin
caídas,
invierno sin
recogimiento,
llegando al
verano en esplendor.
Feliz, feliz
con la caída de los lastres.
Feliz, feliz,
siendo todo tú.
Me ofrezco, nos
ofrecemos en la vida amorosa que nos pertenece.
Somos seres
únicos en un TODO.
Ámate,
Quiérete y, sobre todo,…
Libérate.
El Ave Fénix es una ave fabulosa, semejante a un águila, que según los antiguos era única en su epecie, perecía quemándose y renacía de sus propias cenizas. Símbolo de
fuerza, purificación y renacer físico y espiritual.
================================
Autora: Asunción Vera (averacoines@gmail.com)
================================
30/12/16
Cuatro millones de vistas al blog "El Cielo en la Tierra": ¡muchas gracias a tod@s!
En la tarde de hoy, 30 de diciembre de 2016, el blog El Cielo
en la Tierra ha alcanzado 4.000.000 de visitas directas, a la par que
9.500.000 a través de Google+, dejando atrás
los 3.000.000 de visitas a las que llegó el pasado 22 de febrero:
Muchas
gracias a tod@s los que habéis participado en su construcción y expansión y a
los que os habéis acercado a sus contenidos desde su creación, el 26 de
junio de 2009. Desde entonces, han sido 2.780 las entradas
publicadas.
Actualmente,
el blog recibe una media de 3.500 visitas directas diarias y 100.000 mensuales. A través de la red social Google+, estas cifras más que se duplican.
Abrazos para
tod@s y, de nuevo, ¡muchas gracias!
===============================================
Emilio Carrillo en “La Escóbula de la Brújula”, de R4G
¿Solo existe un universo o
varios? ¿Vivimos en eso que llaman Matrix? ¿Puede haber puertas, pasillos o
túneles que nos trasladen a otra dimensión? ¿Acaso portales o ventanas que nos
lleven a otro espacio-tiempo? Y en caso de existir, ¿son puertas físicas o
virtuales? ¿Están fijas o son móviles? Preguntas que el ser humano se hace y ha
buscado indicios, pruebas y explicaciones en la historia, las leyendas, la
religión, la mística y la ciencia.
Con fecha 25 de noviembre de 2016, el programa La Escóbula de la Brújula , de R4G FM, contó con la presencia del economista y
escritor Emilio
Carrillo para
navegar por esos posibles multiversos, a veces holográficos, donde conjugar
ciencia y espíritu, siempre desde su personal perspectiva basada en la teoría y
la experiencia.
Programa de altos vuelos (duración: 01:59:54) que tal vez sea real o
no:
===============================================
29/12/16
El mundo que habitamos no es un "Valle de Lágrimas", por Emilio Carrillo
Vídeo breve (duración 00:09:06), editado y divulgado por Mindalia
TV el 1 de diciembre
de 2016, en el que Emilio Carrillo muestra como el mundo que habitamos no es un "Valle de Lágrimas".
===============================================
28/12/16
"Las Cuatro Nobles Verdades" de Buda: entrevista a Emilio Carrillo
En la tradición budista, la
“iluminación” de Siddharta Gautama y su transfiguración en Buda se liga al
discernimiento sobre el sufrimiento…
Realmente, entronca con una Sabiduría sin Edad y perenne que siempre ha estado ahí a lo largo de la historia de la humanidad. Pero sí, en el budismo se
narra que lo primero que hizo Buda tras alcanzar la “iluminación” bajo el
árbol Bodhi, hace aproximadamente 2.500 años, fue compartir las Cuatro Nobles Verdades, en las que el
“duhkha” o “dukkha” ostenta un papel central. Y aunque este vocablo abarca una
amplia gama de significados en su idioma original y carece de una traducción
directa en las lenguas occidentales, todos ellos giran en torno a la noción de
sufrimiento: malestar, dolor, tristeza, pena, descontento, desilusión, insatisfacción,
incomodidad, intranquilidad, imperfección, fricción, aflicción, padecimiento,
impermanencia, insustancialidad, pesar, frustración, irritación, presión, ir
contra corriente, agonía, tensión, angustia existencial…
Y ¿qué enseñó Buda por medio de esas
Cuatro Nobles Verdades?
Lo
expuso en su primer discurso, llamado Dhammacakkappavattana-Sutta
(La puesta en movimiento de la rueda de la Verdad o Dharma). Estas
son las Cuatro Nobles Verdades:
1ª. La noble verdad de dukkha:
El nacimiento es dukkha, la vejez es dukkha; la tristeza, el lamento,
el dolor, la pena y el desespero son dukkha; la asociación con lo que no
se ama es dukkha; la separación de lo que se ama es dukkha; no conseguir
lo que se quiere es dukkha. En breve, los cinco agregados del aferramiento
son dukkha.
2ª. La noble verdad del origen
de dukkha: El aferramiento que provoca el consiguiente devenir y que
es acompañado por la pasión y el deleite, probándolo ahora aquí y ahora allí.
El aferramiento al placer de los sentidos, el aferramiento a que algo aparezca,
el aferramiento a que algo no aparezca.
3ª. La noble verdad del cese
de dukkha: La disminución y cese del aferramiento, la renuncia, el
abandono, la liberación, el dejar ir ese mismo aferramiento.
4ª. La noble verdad del camino de
práctica que conduce al cese de dukkha o “Noble Camino Óctuple”:
el correcto punto de vista, la correcta resolución, el habla correcta, la
acción correcta, el modo de vida correcto, el esfuerzo correcto, la atención
correcta y la concentración correcta.
Pensando en los lectores menos
familiarizados con el magisterio de Buda, ¿podrías acercarnos más estas
Verdades?
Es
muy sencillo, porque lo que Buda hace a través de ellas es describir un
procedimiento médico que, siguiendo los usos de la medicina de su época, está
configurado por cuatro fases principales: observación del síntoma de
la enfermedad; diagnóstico de la misma; pronóstico de las posibilidades de
recuperación; y prescripción de una receta o tratamiento. Eso sí, aquí no
se trata de una enfermedad física, sino del “dukkha”, que es una enfermedad de
más calado.
¿Cómo se concretan cada una de estas
“fases”?
La
observación del síntoma se recoge en la primera de las Verdades: “El nacimiento es dukkha, la vejez es dukkha;
la tristeza, el lamento, el dolor, la pena y el desespero son dukkha; la
asociación con lo que no se ama es dukkha; la separación de lo que se ama
es dukkha; no conseguir lo que se quiere es dukkha”.
Con
ello se muestra que el sufrimiento está siempre presente: la muerte de uno
mismo y de los seres amados es sufrimiento; la enfermedad de nuestros seres
queridos y la propia es sufrimiento; incluso la convivencia con los seres
amados conlleva sufrimiento; etcétera. El síntoma del sufrimiento es la
insatisfacción ante la vida; y conlleva la compresión de que toda existencia
genera sufrimiento.
Tras la observación del síntoma, el
diagnóstico…
Centra
la segunda de las Verdades: “El
aferramiento que provoca el consiguiente devenir y que es acompañado por la
pasión y el deleite, probándolo ahora aquí y ahora allí. El aferramiento al
placer de los sentidos, el aferramiento a que algo aparezca, el aferramiento a
que algo no aparezca”.
Se
pone así de manifiesto que el sufrimiento proviene de la postergación de
nuestro “verdadero ser” y “naturaleza esencial” y la identificación exclusiva
con el yo físico, emocional y mental y la personalidad a ello asociada. Tal
aferramiento provoca la ignorancia consciencial acerca de lo que realmente Somos,
de nuestra dimensión espiritual y divina. Y por esto, no percibimos la Felicidad que es nuestro
Estado Natural –el “Bien-Ser” que Somos- y nos lanzamos fuera, al mundo
exterior, a buscar desesperadamente un sucedáneo: el “bien-estar”.
¿La visión de un Dios exterior y la búsqueda
del “bien-estar” en el exterior son la fuente del sufrimiento?
La
idea de Dios aún prevaleciente en la Humanidad , que es la de un Dios exterior, y la
búsqueda del bienestar en el exterior, que orienta la vida de la mayoría de la gente,
son el origen y la causa del sufrimiento humano.
La
idea de Dios que todavía comparten mayoritariamente los seres humanos, creyentes
o no creyentes, es la de algo o alguien exterior a ellos: los creyentes creen
en ese algo o alguien y los no creyentes no, pero ambos comparto idéntica percepción
de lo divino, algo externo y ajeno a ellos mismos. Esta percepción sumerge a
hombres y mujeres en el olvido de lo que realmente Son: en la ignorancia de su
“verdadero ser” y “naturaleza esencial”. Y el olvido e ignorancia de algo tan
sublime les impide, a su vez, sentir la Felicidad o “Bien-Ser” que es el Estado Natural
de nuestra naturaleza divinal.
Al
concebir un Dios exterior –para afirmarlo (creyente) o para negarlo (no creyente),
da igual-, el ser humano se desune mentalmente de la divinidad que constituye
su genuino ser y naturaleza y se contempla a sí mismo como algo separado de
ella. La consecuencia directa es la identificación con un yo físico, emocional
y mental, que realmente es sólo el vehículo que utilizamos para experienciar la
vivencia humana. Es así como esa
idea de Dios, que hacen consciencialmente suya la mayoría de las personas, las
conduce a aferrarse a un yo y a una personalidad que no son reales, dado su carácter
puramente instrumental, efímero y circunstancial, viviendo en un estado de
“ensoñación” en el que no se percatan de la “naturaleza esencial” y divinal que
todos, sin excepción, atesoramos y a todos, sin exclusión, nos caracteriza.
Y
desde esa inconsciencia se lanzan con vehemencia hacia fuera de ellas mismas
–hacia el mundo y hacia los demás- en búsqueda del “bien-estar” (placer,
contento, cuidado, protección, seguridad, éxito, conocimientos,
reconocimiento,...), que no es sino un pobre sustitutivo de la Felicidad o “Bien-Ser”
que constituye el Estado Natural –innato, espontáneo, que no necesita ser
buscado ni hallado- de nuestro “verdadero ser”.
Dios exterior y bienestar en el
exterior…
La
búsqueda del bienestar en el exterior es la derivación lógica de la visión de
un Dios externo que impide a tanta gente percibir y constatar su “verdadero
ser” y “naturaleza esencial” y divinal. Y esta búsqueda exterior de lo que de
forma sublime y esplendorosa ya atesoramos en nuestro interior, se halla
presidida por la inclinación vital y mental hacia el placer, que se plasma en
un sinfín de deseos, anhelos, ansias, aspiraciones, pasiones y apegos.
Se
pretende la satisfacción aquí y allá. Sin embargo, cuando no la conseguimos, nos
frustramos y ofuscamos (“mal-estar”), lo que produce sufrimiento. Y cuando sí
la alcanzamos, no nos percatamos de que esa satisfacción momentánea
(“bien-estar”) es intrínsecamente origen y preámbulo de más sufrimiento, pues
el “bien-estar” es siempre algo inevitablemente pasajero y vendrá seguido de “mal-estar”.
Además,
por efecto de la polarización de las dicotomías, cualquier interpretación de las
vivencias cotidianas en clave dual –ponerlas en un platillo (experiencias que
consideramos mentalmente “positivas”) u otro (vivencias que estimamos
mentalmente “negativas”)- provoca impactos en los dos bandos dicotómicos -en los
dos platillos a la vez-, por lo que la búsqueda de contento crea igualmente
dolor; la de cuidado, desprotección y soledad; la de conocimiento,
incomprensión y desubicación; etcétera.
El
“mal-estar” y el “bien-estar”, aunque para la mente parezcan experiencias muy
distintas, forman parte realmente de una misma experiencia y beben de idéntica
fuente: la omisión de nuestro “verdadero ser” y “naturaleza esencial” y la identificación
con un falso yo. ¿Lo “ves”?
¡Lo “veo”!. Y comprendo que la ruta
que nos lleva al sufrimiento es una única ruta, pero cuenta con dos vías
alternativas: el malestar y el bienestar. El malestar es la vía directa, sin
parada, al sufrimiento. Y el bienestar es la vía que cuenta con una estación de
tránsito: tal estación es precisamente la sensación pasajera de bienestar, que es
sólo la antesala del sufrimiento
La
ruta única al sufrimiento, con las dos vías que mencionas, tiene un nombre:
“experiencia dual”. El sufrimiento es la consecuencia automática y lógica de
las actitudes y las acciones que desarrollamos en libre albedrío cuando nos
apartamos de lo que Somos y buscamos en lo que no somos nuestro contento,
cuidado, protección, seguridad, conocimientos, reconocimiento, satisfacción,
placer,... Y aunque tales actitudes y acciones, en su desenvolvimiento, parecen
seguir caminos radicalmente distintos –malestar o bienestar-, realmente parten
de un mismo punto de salida –el olvido de lo que Somos- y conducen
inexorablemente a un mismo punto de llegada: el sufrimiento.
Bajo
todo ello subyace el aferramiento a lo físico y material, la consiguiente
percepción de la “realidad” por la única vía de los sentidos corpóreo-mentales
y, derivado de ambas cosas, el encumbramiento del ego y la ignorancia acerca de
la impermanencia e interdependencia de cuanto nos rodea.
Olvidamos
nuestra “naturaleza esencial” y divinal, nos identificamos con una “naturaleza
egocéntrica” y creemos ilusamente que algún acto, logro, objeto, persona o
entorno propicio nos llevarán a la satisfacción permanente del “yo”, cuando el
"yo" en sí no es más que una fabricación impermanente de la mente.
Es
una pescadilla que se muerde la cola; una pesadilla que se enrosca sobre ella
misma. Y responsabilizamos a los demás o a factores externos por el sufrimiento
que hay en nuestras vidas, en vez de darnos cuenta y asumir que son nuestras actitudes
y acciones personales las que generan ese sufrimiento y que la vida de cada uno
es cien por cien responsabilidad de cada cual.
Y esta enfermedad, el sufrimiento, ¿tiene
cura?
En
la tercera de las Verdades, Buda
afirma que sí, que el sufrimiento puede ser vencido: “La disminución y cese del
aferramiento, la renuncia, el abandono, la liberación, el dejar ir ese mismo
aferramiento”.
La
sanación de esta enfermedad es posible por medio del recuerdo y el reencuentro
con lo que Somos, lo que provocará paulatinamente la disolución del deseo, la
liberación de los anhelos y los rechazos, la eliminación de los apegos y las
renuncias y, en definitiva, el abandono de toda búsqueda de bienestar, no
dándole acogida en nosotros.
Esto
exige la auto-observación: introspección para detectar lo que nos impulsa a
desear cosas y a perseguir nuestro cuidado y contento. Así hasta lograr lo que
San Juan de la Cruz
expone en el cierre de su Noche oscura:
“Dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado”.
Por
tanto, el sufrimiento tiene cura: desaparecerá de nuestras vidas cuando dejemos
nuestro cuidado y contento (la querencia de bienestar, en cualquiera de sus
manifestaciones) entre las azucenas olvidado. Esto exige Confianza: dejarse
fluir (“Vivir Viviendo”) con absoluta Confianza en la Providencia , en la Vida , en cuanto Es (Perfecto)
y Acontece y en la Sabiduría
innata –muy superior a cualquier tipo de conocimiento- que todos atesoramos en
nuestro interior.
Y
esta Confianza surge y se nutre, a su vez, del “cesar de ser yo”: la única
forma de escapar de la insatisfactoriedad de la vida es enfrentarnos de manera
directa a esta condición insatisfactoria, que siempre se dará y existirá
mientras caminemos por la vida negando nuestro “verdadero ser” y con los
zapatos del falso “yo”. Al mirar de frente esta realidad, entenderemos cómo es
y sabremos las causas del sufrimiento y qué hacer para que no surjan.
Y llegados aquí, sólo queda la cuarta
fase del procedimiento médico…
La
cuarta de las Verdades. Se trata del
“Noble Camino Óctuple”: 1. Comprensión correcta; 2. Pensamiento correcto; 3. Palabra
correcta; 4. Acción correcta; 5. Ocupación correcta; 6. Esfuerzo correcto; 7. Atención
correcta; y 8. Concentración correcta.
Este
“Camino” conlleva método y atención interior para centrarnos en nuestro
“verdadero ser” y “naturaleza esencial” y no volver a buscar el “bien-estar”.
La
práctica del silencio y la meditación son muy importantes para esto. Y, sobre
todo, conseguir que nuestras actitudes en el día a día –y las acciones que de ellas
derivan- estén llenas de Amor, impregnando con su Frecuencia cualquier hecho,
situación o circunstancia de la vida cotidiana. Para ello se requiere
consciencia y vivir en el aquí-ahora, con nuestro componente emocional
equilibrado y en armonía y con la mente a nuestro servicio y centrada en el
momento presente.
===============================================
Se flexible o la rigidez te hará quebrar, hasta matar
Un buen ejército, cuanto más
quien lo dirige, sabe, si está bien instruido, que no se pueden mantener las
filas rígidas sin oscilar, dado que el combate es móvil y se presenta en
diferentes frentes. Hay que adaptar las situaciones; y, cuando es necesario,
adaptarse a ellas sin ser esclavos de las mismas, procurando esquivar la
inercia de las hostilidades, evitando el envite que no se busca a sabiendas que
el gobierno de la lucha ha de estar en manos propias, no del adversario.
En la vida ocurre algo similar.
Cuando se mantienen posturas inamovibles, que para remate son ilógicas y sin
base sólida, los envites que llegan hacen crujir la moral y la voluntad.
Entonces el desatino se apodera de tu destino. Se convierte en tu mal. Todo por
no estar dispuesto a negociar, a entablar acuerdos, a buscar el diálogo
sostenido. Cuando la rigidez de los planteamientos es manifiesta, es también
manifiesto el hundimiento.
Hay que saber y estar dispuestos
a modelar, a modificar… De lo contrario, te encontrarás de continuo en un mar de
desaciertos. Y no estoy diciendo que se haya de cambiar de opinión, al
contrario, sino de saber cambiar cuando la razón no te asiste, cuando no se
posee y no se basa en nada que poder defender.
Por el contrario, sí invito a
forjarse unas bases sólidas y firmes desde las que plantear batalla, si llega
el instante.
========================================
Autor: Deéelij
Ver su libro Alas sin
plumas (Ediciones Ende, 2016):
========================================
27/12/16
Ausencia de mí
Vivo ausente…
En este cuerpo de vida.
Y en este cuerpo de muerte.
Noto que ya no estoy.
Me diluyo en lo vivido,
en lo experimentado,
en lo aprendido.
No es que yo conozca…
Es que “es conocido”.
He pasado, por tanto,
al modo subjuntivo.
Lo vivido y la que vive.
Ya no son dos… son, simplemente, lo mismo.
Lo vivido de este modo
no tiene ya formas personales.
No soy yo, ni tú…
Es la vida “fuera de la vida”.
Y, a la vez, tan dentro
que la vivo como si fuera mía.
Como algo prestado,
desconocido…
Observando con curiosidad
los sucesos de cada día.
No es por mí, no es cosa mía.
Me trajeron a la vida.
Ahora en mí la vida
es sentida;
es amada, no querida;
es vivida, no poseída.
No es que esté preparada para la muerte.
Es que me estoy preparando para la vida.
===================================
Autora: María Ferrer (mariafconciencia2@gmail.com)
===================================
26/12/16
Hasta que la muerte nos una…
La gente confunde el
morir con el nacer. Es por ello que cuando alguien parte de esta existencia, se
lamentan, lloran y extraen de la guarida del recuerdo lo único que en verdad ha
muerto: el pasado de alguien que hoy es eterno presente.
Cuando la muerte llega, nos
despoja de lo temporal y nos corona con el regalo de lo permanente. Morir es el
nacimiento del puro Ser, que se libera de la última cáscara del ego, que se
dispone a surcar en auténtica libertad los confines de la existencia.
¿Qué es muerte sino la Vida transformándose,
mutando? A pesar de que en tus sentires una profunda angustia construya su
morada en tu pecho, no es sino la nostalgia del recuerdo, la añoranza del
regreso a casa, alegría disfrazada. ¿Comprendes ahora que el partir no es más
que el reencuentro con la fuente creadora de todo lo que existe?
Eres un recipiente vacío,
ansioso por ser colmado. Es el beso de la muerte en los labios de los hombres,
como el néctar a la abeja, como la lluvia al desierto, como canto a los
pájaros.
A mi muerte te pido que, en
lugar de propinarme angustia y tristeza, me celebres con una fiesta y con el
color de una bella melodía alegre, pues es mi encuentro con el eterno lo que me
espera al atravesar el muro de la existencia.
¡No llores por mi partida,
lo que has visto de mí no es más que el sucio ropaje de un Alma pura y clara
que a Él le pertenece! ¡Morir es ser besado por la gloria de la eternidad! ¡Morir
es ser Espíritu, despojado del peso de la forma! ¡Morir es regresar a casa!
¿Te parece esto acaso un
motivo de lágrimas? No claudiques ante lo que en verdad es una bendición
disfrazada… Que las lágrimas derramadas y los lamentos esparcidos al viento
sean en honor a este nuevo nacimiento, a la liberación de las garras del mundo.
==================================
Autor: Alejandro
Gatti
Enviado por: Encarga G M (noska1952@gmail.com)
==================================
25/12/16
Navidad es cuando...
Navidad es cuando
descubrimos lo que somos,
nuestro ser verdadero.
Navidad es cuando, cada
mañana, desde el amor,
nos abrimos a gestionar lo
que la vida nos traiga ese nuevo día.
Navidad es cuando
vivenciamos que los otros son solo actores,
representando su papel, como
nosotros mismos, en el Gran Teatro de la Vida.
Navidad es cuando
descubrimos, y gozamos con ello,
que sabemos poco y, de lo
poco que sabemos, sabemos poco.
Navidad es cuando nos
sumergimos, con naturalidad,
en el Gran Misterio de la
existencia y el Universo.
Navidad es cuando nos
adentramos en el silencio
del no-ser para llegar a
Ser; y viceversa.
====================================
Autora: Concha Redondo (concharedondo@gmail.com)
====================================
Por debajo de lo que percibimos hay algo más poderoso y fundamental y, desde luego, más real, aunque sea totalmente intangible (Recordando lo que es: 74)
En la anterior entrega de Recordando lo que Es, dentro del replanteamiento de lo que se
entiende por real que está llevando a cabo la ciencia contemporánea y su
conexión con lo percibido y divulgado por antiguas culturas y tradiciones
espirituales, se abrió la reflexión acerca de que por debajo de lo que
percibimos hay algo más poderoso y fundamental y, desde luego, más real, aunque
sea totalmente intangible. Esto es precisamente lo que la física está
revelando: en el núcleo del mundo material y cuanto lo compone hay una realidad
no física que puede ser denominada ondas de probabilidad, información,
consciencia... Así, el físico Jeffrey Satinover ha señalado: “La materia, sea
lo que fuere, no tiene nada en esencia; es completamente insustancial. Lo más
sólido que se puede decir sobre ella es que se parece mucho a un pensamiento;
es como una pizca de información concentrada”. Una nueva forma de comprensión
de lo real que tuvo uno de sus más notables pioneros en el filósofo inglés
Herbert Spencer, nacido en 1820, quien postuló la existencia de una “energía
infinita y eterna de la cual proceden todas las cosas”. Línea de investigación
que ha ido evolucionando con aportaciones como las del genial físico,
matemático e ingeniero Nikolas Tesla -señaló que en el núcleo de lo material hay
una realidad no física que se expresa como vibración y tiene su razón de ser en
información, consciencia o pensamiento- o el antropólogo y lingüista Gregory
Bateson -llegó a afirmar que “la mente es la esencia de la vida”-. Gracias a
científicos como ellos, en el siglo XXI se empieza a describir la realidad
substancial de cuanto existe como energía vibratoria asociada a alguna
modalidad de información. La
Teoría de Cuerdas, por ejemplo, sostiene que las partículas
fundamentales no son puntos, como ha mantenido la teoría de partículas
convencional, sino cuerdas, objetos extensos y vibratorios. Para el físico
David Gross, premio Nobel y uno de los máximos expertos en dicha teoría,
partículas como el electrón o la radiación electromagnética corresponden sencillamente
a las vibraciones de menor energía. En palabras de Fritjof Capra, prestigioso
físico fundador del Instituto Elmwood, “no resulta inverosímil pensar que todas
las estructuras del Universo (desde las partículas subatómicas hasta las
galaxias y desde las bacterias hasta los seres humanos) sean manifestaciones de
la dinámica auto-organizadora del Universo, que hemos identificado como la Mente Cósmica ”.
=======================================================
Una nueva entrega
de Recordando lo que
Es se publica en
este blog cada domingo.
=======================================================
24/12/16
Adopta en Puntanimals (o en cualquier otra protectora de animales) y ¡Feliz Navidad!
No compres animales, ¡adóptalos!:
Además, ¿por qué no apoyas y te haces socio de una las muchas
protectoras de animales actualmente en funcionamiento? Seguro que cerca de
donde vives hay una que necesita tu ayuda.
Si no se te ocurre ninguna, puedes colaborar con la protectora Puntanimals, que ha realizado este magnífico vídeo y desarrolla una estupenda labor en el rescate y cuidado de animales abandonados
gracias al apoyo de sus socios y al trabajo desinteresado de voluntarios:
================================================
Respiramando
Los 10 "Amamientos"
1- Ama tu cuerpo... Es tu herramienta de presencia aquí.
2- Ama tu mente... Es tu sistema operativo y administrador de datos.
3- Ama tu corazón... Es la llave a tu origen y código de conexión.
4- Ama tu alma... Es condensación del Universo que asoma a esta existencia.
5- Ama tu planeta... Es escenario de tu experiencia como ser caminante sobre él.
6- Ama a tus hermanos... Son expresiones de ti.
7- Ama al VACIO... Está lleno, esperando darte incondicionalmente lo que habita en ti.
8- Ama al OM... Primera expresión de ti y de todo lo que conoces y desconoces.
9- Ama al SILENCIO... Cuna del primer movimiento y amor absoluto, la primera inhalación del universo.
10- Ama.... Hasta confundir Amar con respirar.
... Y date cuenta que para AMAR a tu cuerpo, a tu mente, a tu corazón, a tu alma, a tu planeta, a tu hermano, al vacío, al OM y al silencio en esta experiencia humana sólo hace falta estar RESPIRANDO.
Amar... Amor...
Llegar a amar lo que haces en ocasiones nos lleva a pensar en la búsqueda de hacer lo que nos llena... ¿Y si esto fuera al revés?... Y si llegar a amar lo que haces se tratará de cambiar nuestra perspectiva sobre lo que estemos haciendo.? Indiferentemente de que sea lo que nos gusta o lo que no… Convertir cada movimiento en algo divino...
En realidad, quizás con sólo hacer algo lo hacemos desde el amor, pues eso es lo que somos... Veo que una cosa es vivir desde el amor, lo cual es inevitable, y otra sentir el amor como emoción... Creemos que tenemos que Amar entendiendo esto como una acción, cuando el AMOR, a mi entender, se daría con sólo una respiración...
Así pues, si somos conscientes de que EL AMOR es la matriz de absolutamente todo lo que nos rodea (por tener el mismo origen y, por consiguiente, ser lo mismo), a partir de ahí podríamos percibir lo sagrado de cada situación, escenario, escena, vivencia, etcétera que se dibujará en el día... Pero, claro, la mente -sistema de gestión, calificación, clasificación, organización y archivo (y, para ello, basada en un sistema de contraste)- le cuesta ver la naturaleza divina de algo que es "incómodo, desagradable, feo, injusto", etcétera...
En resumen, podemos amar desde la mente o podemos simplemente recordar nuestro origen y reconocernos a través de lo que nos rodea, percibiendo EL AMOR... Y, así, aceptar e, incluso, ver lo grandioso que existe en "esas tareas": trabajar, barrer, ordenar, madrugar, pelar patatas... o lo que sea...
Conseguir que tus ojos no crean en la neblina, que te dejen ver
Amar es viajar en cada aquí y ahora conscientes de quien somos... sabiéndonos hermanos de hasta de esa ráfaga de viento que nos roza.
==================================
Autora: Sisi Bocanegra (sisibocanegra@gmail.com)
==================================
23/12/16
Vïdeo "Sexualidad Sagrada: Segunda Parte", con Carol Rodríguez y Emilio Carrillo
Vídeo (duración: 01:43:20) del programa de Recuerda TV titulado Sexualidad Sagrada: Seguda Parte, emitido con fecha 16 de diciembre de 2016, en el que Carol Rodríguez y Emilio Carrillo dialogan y comparten sobre dicha temática. Actúa como moderador Enrique Álvarez, presidente de la Fundación Espató.
La primera parte fue emitida con fecha 11 de noviembre de 2016 y puede accederse a ella a través de este enlace:
===============================================
En esta Navidad, trae un nuevo libro a tu vida
Desde Adaliz Ediciones deseamos una Feliz Navidad
a tod@s l@s seguidor@ de El Cielo en la Tierra. Y os animamos a que, aprovechando estas fechas tan entrañables,
traigáis un nuevo libro a vuestra vida y a la de vuestros seres queridos.
Por ejemplo, uno –o ambos-
de los dos de Emilio
Carrillo que
hemos publicado hasta ahora:
+Sin
mente, sin lenguaje, sin tiempo:
+Ojos
nuevos:
Y para que te sea más cómodo
y sencillo, te lo hacemos llegar a tu propia casa sin ningún gasto de envío.
¡Feliz Navidad y un fantástico
Año Nuevo!
===============================================
22/12/16
La nueva alimentación
===============================
Enviado por: Carmina (cgirasol@telefonica.net)
===============================
21/12/16
Un ciego es quien mira fuera de sí
Amor... El
Amor te abrirá las puertas de la comprensión, la empatía, la compasión y el
perdón. Te llevará a un mar en calma, a un mundo de flores, a esencias
luminosas, a un corazón henchido...
Rencor...
Mientras persistas en el odio, en el enojo hacia los demás, en encontrar y
sublimar diferencias que mancillar, en algo que pinchar… ¡perdido seguirás!
¿Qué puedes
hacer?
Conocerte a
ti mismo. Tomar consciencia, observándo desde la aceptación, no desde el
rechazo, lo que se mueve en tus esferas emocional y mental para, de este
modo, mutar en frecuencia de Amor la vibración de las actitudes y acciones de
tu vida cotidiana.
Escrutarte,
realizar una intronspección y perforar el rencor que impide, como si de una venda
sobre tus ojos se tratara, otear el Amor que te contiene, que te hizo, que te
ama infinitamente...
Conócete y
deja de querer llegar a ninguna parte mirando afuera, buscando afuera, de ti siempre fuera... ¿No estás cansado de tanto viajar?, ¿no hay algo en ti que te llama a
volver al Hogar?
La verdad,
y es verdad, dentro la tienes. No hay más; ni menos. Tu tesoro, el mayor de los
inimaginables, se halla en ti, no fuera de ti, y se llama Divinidad.
Créeme,
nunca te engañaría. Siempre he apostado por ti. Sois mi cielo, lo que
he de custodiar y mimar.
Un día te
contaré mi gran falta y responsabilidad hacia Vos, mi Amor. Y compartiré
contigo cómo pude alcanzarme de nuevo, reencontrando lo que soy y somos, tras
perderme en el desconcierto… Sólo el Amor lo hizo posible. Sólo el perdón
lo hizo llegar a mí; y, ahora, a Vos.
Un día te contaré
cómo me perdoné para amarme y cómo, con ello, llegué a adorarte.
Pero
aquí-ahora te toca a ti. Tú juegas... Es el momento de que pongas en marcha tu
transformación para desarrollar todos tus potenciales y, simplemente, ser lo
que eres. Es el momento que, desde el Conductor (Yo Superior, Ego Espiritual...) que eres, tomes el mando del coche que utilizas para experienciar esta vivencia humana y pongas a punto y en condiciones de perfecto funcionamiento sus componentes físico, emocional y mental, es decir, todo eso que configura la personalidad, el traje con el que te paseas por esta vida y en este mundo.
Ámate para
poder Amar. Conócete para poder Saber. Céntrate en ti para poder Vivir.
========================================
Autor: Deéelij y Emilio Carrillo
========================================
20/12/16
El castillo de arena
La familia había esperado con gran expectación
este día. Desde hacía semanas, se planeaba esta salida a la playa. El niño
apenas había podido dormir la noche anterior, dentro de él, bullía una mezcla
de alegría y nerviosismo. Sus salidas preferidas eran las que incluían un día
de playa. Le encantaba chapotear en el agua y zambullirse en el agua límpida
del mar.
El trayecto hasta el tan deseado destino, se le antojó larguísimo. Era
tal su ansiedad por arribar al punto deseado que se pasó todo el camino, moviéndose
de manera compulsiva en el asiento del automóvil. Finalmente para alegría y
descanso de los padres, se divisó al horizonte el mar. La atmósfera adquiría el
tan conocido olor salino y los ojos de la criatura parecían quererse escapar de
su ubicación.
No habían aparcado todavía, cuando la puerta trasera se abrió
rápidamente y el crío ya ponía un pie en el pavimento del aparcamiento. El
padre, alzó su voz por encima de todos los sonidos exteriores, prohibiendo
taxativamente al muchacho que se apeara del auto. Este contratiempo, injusto a
todas luces, bajo el prisma personal del niño, no le restó en modo alguno ni un
ápice de emoción, a la aventura que se presentaba y se forjaba, en la mente del
pequeño. Cuando el pote de hojalata, nombre con el cual designaba al coche de
su padre, se hubo detenido, esperó “pacientemente” a la señal del cabeza de
familia, para, por fin y después de una eternidad, poder bajar a tierra firme.
Oteó el horizonte, quedando extasiado por el retumbar de las olas y la brisa
tibia de aquel soleado instante.
La familia se dirigió hacia un punto
determinado de la extensa playa. Colocaron la sombrilla y las toallas. El niño
ardía en deseos de zambullirse en las aguas que rompían ante él. Era un
espectáculo maravilloso, observar aquel brillo esplendoroso en la mirada de la
criatura. Su padre lo agarró de la mano y caminaron hasta la misma orilla de la
playa. El agua gélida del mar, comenzó a besar suavemente los piececitos del
niño. Estaba encantado de sentir aquel cosquilleo y decidió avanzar un poquito
más, hasta que el agua bañó sus rodillas. Estaba encantado de la vida y cada
momento era un regalo maravilloso para sus sentidos. Tan solo ocho años de
vida, pero vividos intensamente, se decía así mismo. Finalmente no pudo
aguantar más y se zambulló de golpe en aquellas aguas de color esmeralda. ¡Que
maravillosa y gozosa sensación!, pensaba. Naturalmente, su padre no le había
dejado adentrarse en demasía, aunque portara unos manguitos. Esto le
fastidiaba, porque le confería un halo demasiado infantil para su gusto. Pero
nada podía hacer al respecto; si no llevaba manguitos, no había chapuzón.
Después de una larga estancia en el interior del mar y saliendo más arrugado
que una pasa, llegaba el momento tedioso y aburrido de tumbarse en la toalla,
para poder secarse y no agarrar demasiado frío, según palabras textuales de su
mamá. Tras una eternidad, según el reloj personal del crío, se le concedió la
autorización para poder jugar con la arena. Sacó su juego de cubo, pala y
rastrillo. Comenzó a escarbar la arena y a formar montículos con ella. Lo tenía
decidido, ¡construiría un castillo!
Marchó hasta la orilla y llenó el cubo de
agua. Mojó una y otra vez la arena, hasta que decidió que la textura de la
misma, era la idónea, para comenzar su obra “arquitectónica”. Modelaba con gran
soltura la arena y sus manos iban dándole forma a un enorme castillo. De vez en
cuando mojaba la arena, para conferirle la suficiente dureza y que aquella
“magna” obra no se viniera abajo a las primeras de cambio. Era tal su
concentración, que no se había apercibido, que todos aquellos que pasaban por
su lado, quedaban atónitos ante aquella preciosa obra de arena. Él continuaba
ensimismado con su trabajo, ajeno a todos los comentarios de la gente. Después
de mucho quitar aquí y poner allí, dio por terminada su obra. La verdad, había
quedado bastante bien; se decía para sí. Fue a buscar sus juguetes.
Era el
momento de disfrutar de una aventura medieval; aunque el apuesto caballero,
había sido cambiado por un tal, Toro Sentado y las lanzas y escudos, suplidos
por rifles y pistolas. Allí se dieron cita enormes batallas, infinitas muertes
y resurrecciones. Las heridas se curaban rápidamente y los indios se hacían
dueños del castillo una y otra vez. Su padre observaba desde la distancia
aquella preciosa estampa: El niño ensimismado en su juego, feliz y
despreocupado, creando una y mil historias. Además, se sentía orgulloso de su
vástago; todos se maravillaban del precioso castillo que había modelado su
pequeño.
Se acercaba la hora de partir y se debía comenzar a recoger.
Ciertamente, el padre sentía un poco de tristeza por interrumpir el juego del
niño. Pero por otra parte, pensó: Aquí quedará constancia del genio artístico
del muchacho, a través de este castillo de arena.
Tras haber guardado todas las pertenencias la
madre comenzó a llamar al crío. Se encontraba tan absorto en su batalla, que no
oía la voz de su madre. Finalmente, el padre se acercó hasta él. Le tocó en el
hombro y le dijo:
-Cielo, es hora de marcharse.
El niño salió de su mundo onírico, mirando de
forma ausente al padre, le respondió con un hilo de voz:
-Ahora voy, papá.
Comenzó a recoger sus pertenencias, limpiando
cuidadosamente sus intrépidos y valerosos guerreros. Cuando ya se encontraban
todos sus valientes, en el interior de la bolsa, se quedó observando
detenidamente su obra. El padre, a corta distancia, seguía mirando con gran
satisfacción el castillo de arena que con tanto esfuerzo había construido su
hijo. Se sentía orgulloso de él. Sin duda alguna, pensaba, será un gran
artista; tiene madera de escultor. Mientras el padre se regocijaba en el
futuro tan glorioso de su retoño, este, continuaba observando el castillo de
arena fijamente...
Súbitamente, un brillo cruzó por su mirada y una tenue sonrisa
se contorneó en su rostro. Sin pensarlo dos veces, saltó hacia delante, cayendo
encima de aquella magnífica obra, esculpida con tanto mimo. Una y otra vez
saltó sobre él, hasta dejarlo totalmente derruido. El padre quedó en estado de
shock. No podía dar crédito, a aquella imagen que se presentaba delante de él.
Tras reponerse del estado inicial de estupefacción, se dirigió hacia su hijo,
pidiéndole una explicación del por qué de aquella acción:
-¿Pero que haces?- le dijo en tono aireado.
El muchacho se encontraba ensimismado en su
particular tarea de destrucción. Haciendo caso omiso del padre. Es más, por el
gesto que reflejaba su rostro, ¡se lo estaba pasando en grande! Riendo a
mandíbula batiente, saltaba y saltaba, ajeno de la presencia del padre.
Finalmente, el padre lo agarró por el brazo, zarandeándolo fuertemente, para
sacarlo de aquella vorágine destructiva.
¿Qué haces?- le volvió a preguntar.
La cara del crío era la sorpresa manifestada
en toda su amplitud. Su mirada se encontraba ausente, perdida en el espacio
interior. No entendía, aquella reprimenda de su padre. Finalmente miró hacia
donde provenía la voz iracunda y se quedó mirándolo fijamente. No movía ni un
solo músculo. Nuevamente, el progenitor del muchacho habló:
-No entiendo que haces. Tanto tiempo y trabajo
invertido, para luego acabar con él, en un abrir y cerrar de ojos. ¿Puedes
explicármelo?
Al fin el niño, atinó a vocalizar unas
palabras:
-¿Explicar?, ¿el qué?- dijo entre susurros.
-¡Tú forma de actuar!, ¡a eso me
refiero!-contestó a gritos su padre.
-No te entiendo papá. Tan solo jugaba- dijo el
muchacho con suave voz.
-¿Tan solo jugabas?- repitió atónito el padre.
-Sí, jugaba- afirmó contundentemente el niño.
Su padre no entendía aquella contestación, tan
simple y directa. Antes de que pudiera articular palabra alguna, su hijo
prosiguió con su explicación:
-Cuando construía el castillo de arena, me
divertía hacerlo. Cuando se acabó de construir, me divertí inventando batallas.
Y, cuando me llamaste para irnos, me divertí destrozándolo... Es solo un juego, lo hago por diversión. ¿Es
que hay algo más a parte de poder divertirme con ello?
Ahora era el padre quien se había quedado sin
habla. De la forma más simple y sencilla, había sido aleccionado por un niño de
ocho años. No existía rastro de satisfacción personal, ni de orgullo. Ni tan
siquiera, apego a lo construido; tan solo se trataba de divertirse, de jugar,
de disfrutar ese momento. Una sonrisa preciosa iluminaba el rostro de la
criatura y una voz resonaba en el interior del padre:
“Es solo un juego. La vida
tan solo es real, cuando las cadenas de la personalidad, del apego y de la
identificación con un personaje ilusorio, son destruidas por la claridad de lo
evidente y despiertas a la realidad prístina y original de tu verdadero SER”
=========================================
Autor: Matías Márquez (gaudapada@hotmail.com)
Fuente: De su libro Alma embriagada (Editorial: Visión
Libros)
=========================================
Suscribirse a:
Entradas (Atom)