Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2024-2025

Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2024-2025

29/6/14

María da señales de vida tras la espiral



María Ibars, buena amiga y gran actriz, da señales de vida "tras la espiral"


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NOTA DE MARÍA IBARS:
Por si no lo conociáis, la mencionada espiral (Espiral ROMA*AMOR) consistió en activar mediante el sonido y la frecuencia del amor incondicional las catedrales de 24 ciudades en España y Roma, finalizando en el Vaticano. Abrazar su historia, que es la nuestra, en Amor incondicional y así abrir esas construcciones al flujo de la energía del espíritu. Y… funcionó. La madre Tierra, el último día se sumó al co-propósito con sus lluvias, truenos y un Sol radiante que dio lugar a un doble arco iris que se replicó en muchas ciudades, también de sur-america manifestando así el mensaje que Matías recibió cuando estuvo en la Antártida al respecto de este peregrinaje “...y las puertas del cielo se abrirán".
Por si tenéis más curiosidad, este audio resume lo acontecido. El texto es de Matías de Stefano, un joven argentino en gozo y servicio de anclaje del Cielo en la Tierra. ¡Abrazos!
https://soundcloud.com/mariaibars/romaamor-conclusiones-texto-matias-de-stefano-voz-maria-ibars

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27/6/14

Vuelve a las raíces


Volver a las raíces es encontrar el significado,
pero perseguir apariencias es alejarse del origen.
En el momento de la iluminación interior
se transcienden las apariencias y el vacío.
A los cambios que parecen ocurrir en el mundo vacío
los llamamos reales solamente debido
a nuestra ignorancia.
No busques la verdad;
tan sólo deja de mantener opiniones.
No permanezcas en el estado de dualidad;
evita cuidadosamente esas búsquedas.
Si queda rastro de esto o aquello,
de lo correcto o lo incorrecto,
la esencia de la Mente se perderá en la confusión.
Aunque todas las dualidades proceden del Uno,
no te apegues ni siquiera a este Uno.
Cuando la mente existe imperturbable en el Camino,
nada en el mundo puede ofender;
y cuando ya nada puede ofender,
deja de existir tal como era antes.
Cuando no surgen pensamientos discriminatorios,
la mente de antaño deja de existir.


 La naturaleza de la consciencia

La naturaleza de la consciencia consiste en ser solamente un espejo. El espejo no tiene elecciones propias. Refleja lo que aparece delante de él, no tiene preferencias, no juzga, no condena. En el momento en el que entra la interpretación, el espejo pierde la propiedad de reflejar. Entonces ya no es puro… Se llena de opiniones y queda trastornado, dividido, fragmentado, esquizofrénico. Cuando la consciencia se divide y deja de reflejar, se convierte en la mente. La mente es un espejo roto.

La mente, en su raíz, es consciencia. Si dejas de discriminar y de hacer divisiones dualistas (eligiendo esto en oposición a aquello, gustándote esto y disgustándote aquello), la mente se convierte de nuevo en un espejo, en pura consciencia. Así que abandona todas las opiniones, las filosofías, las preferencias, los juicios, las elecciones. Y esto no debería convertirse de nuevo en otra elección; ese es el problema.

Puedes hacer de esto una elección. “No voy a elegir, a partir de ahora ya no voy a elegir más”. Y de nuevo vuelves a estar en la misma situación; has vuelto a elegir. Ahora estás en contra de elegir y a favor de no elegir. Entonces ¿qué hacer? Sólo se necesita entender, no hay que hacer nada. Ningún esfuerzo te conducirá hasta ello, porque el esfuerzo siempre es parte de la mente dualista. Entonces rechazarás el mundo y elegirás a Dios, perseguirás la liberación suprema. Pero de nuevo habrá entrado la mente… No puedes hacer nada; simplemente estar atento a toda situación. Si lo estás, la mente se evapora en una repentina iluminación. De pronto eres uno con esa consciencia que es como un espejo; has descendido a tu base, a tus raíces. Y cuando esto acontece, toda la existencia desciende a las raíces.

La existencia se muestra ante ti de la forma que tú seas. Todo lo que ves depende de cómo lo veas. Si tienes una mente dividida, todo el mundo aparecerá dividido. Y no es así, porque los opuestos, en el fondo, son uno. La vida y la muerte aparecen como opuestos porque tú estás dividido. De otra forma la vida se vuelve muerte y la muerte se vuelve vida. El mismo día que naces has empezado a morir. Y en el momento en que mueres aparece una nueva vida. Es un círculo: el círculo chino del yin y el yang. Hay que recordar este círculo una y otra vez.

Todos los opuestos están unidos en la existencia. Cuando vuelves a tu origen y te haces uno, de repente toda la existencia se alinea y se hace una. Cuando eres uno, aparece Brahma, aparece lo supremo, porque al uno sólo se le puede aparecer el uno; al dos el dos, a lo múltiple lo múltiple. Tu ser está profundamente dormido. De ahí la insistencia de todos los Cristos, los Krishnas y los Budas: “¡Despierta!”. La verdadera cuestión no es luchar contra la ira, los celos o el odio, sino despertar. Una vez que estás consciente, cada cosa se pone en su lugar. Pero esta consciencia sólo es posible si regresas al origen.

La naturaleza de la mente

La mente está destinada a permanecer dividida, no puede volverse una; la propia naturaleza de la mente es así: mirar las cosas de tal manera que siempre van con su opuesto, porque la mente sólo es capaz de ver a través del contraste. Por ejemplo, ¿cómo vas a saber lo que es la salud si nunca has conocido la enfermedad? Puede que estés sano, pero no te darás cuenta.

Para la mente cualquier cosa es comprensible si trae consigo su opuesto. Pero en el momento en que traes el opuesto falsificas la existencia, porque en la existencia no existe tal cosa como “el opuesto”. La existencia es unitaria, advaita, no-dual. La vida es una; la mente es dualista. Así que si continúas eligiendo, nunca llegarás al origen. Te aferrarás a la vida y tendrás miedo a la muerte; te aferrarás al amor y tendrás miedo al odio; te aferrarás a lo bueno y tendrás miedo a lo malo; te aferrarás a Dios y tendrás miedo al Diablo.

Para la mente todo es un conflicto. Si eliges, entonces eres parte del juego. Y todo el arte consiste en cómo no elegir, cómo entrar en ese estado en el que no hay elección. Pero recuerda, ¡tampoco elijas no elegir! La mente dice: “Está bien, así que elegiré ese estado de no-elección”. Y vuelves a caer en la misma trampa.
  
El significado de la existencia y la vida

¿Cuál es el propósito de todo este juego de la existencia? ¿Cuál es el significado de todos esos árboles creciendo, de los seres humanos, de los animales? ¿Cuál es el significado de esta tierra y este cielo? ¿Cuál es el significado de todo esto?

Para la mente, el significado debe de estar al final, en el lugar hacia donde se mueve esta existencia, en su destino, hacia donde vamos. Sin embargo, “volver a las raíces es encontrar el significado, pero perseguir apariencias es alejarse del origen”… El significado de la existencia y la vida no se halla en el futuro, ni en el deseo, ni en el destino, ni en ningún otro lugar… Se encuentra en sus raíces, en la semilla… Quizá oculto, no visible, pero está en la semilla, porque no puede surgir nada que no esté en ella.

Incluso si existe un destino, la de hallarse oculto en la semilla, como la flor lo está en la semilla. El final tiene que estar en el principio; el omega en el alfa. Jesús dice: “Yo soy el principio y el fin. Soy el alfa y el omega”. El principio es el fin, porque puede que el fin no esté patente en este momento, pero tiene que estar aquí, no necesitas esperar. La semilla siempre está aquí y ahora, en el presente, porque todo el pasado está en el presente. Y, por supuesto, también todo el futuro, aunque el futuro no ha ocurrido, mientras que el pasado ya ha ocurrido, el principio ya ha ocurrido. Penetra en el principio, ve a las raíces, al origen, y el significado te será revelado.

Y ahora llevas en tu interior la semilla; la semilla de todo significado, de toda posibilidad, de todas las puertas que pueden abrirse y de todos los misterios que pueden ocurrir. ¡Llevas la semilla en ti! Pero si esperas al futuro puede que nunca jamás ocurra, porque el futuro es infinito y esperar será perder vida, tiempo y energía y, finalmente, se convertirá en un hábito, Y entonces puede que la flor florezca y tú no la veas, porque el ver no depende de la flor, sino de la capacidad de penetración de tus ojos. Y tus ojos no son tan penetrantes. Si lo fueran, verías que el principio está siempre ahí, que la semilla está siempre ahí.

Si miras hacia el futuro y esperas a que, en algún lugar, se revele el significado, entonces tarde o temprano sentirás que la vida no tiene significado. Eso es lo que está ocurriendo en Occidente, porque la filosofía ha estado pensando siempre que el destino estaba en algún lugar del futuro.

Parece absurdo pensar que el destino está en el principio. Así que la mente dice que el destino tiene que estar en algún lugar hacia adelante, porque ella se mueve a través del deseo. Y ahora que siempre se ha estado pensando en términos de futuro, la mente occidental piensa que no existe ningún significado porque el futuro nunca ha llegado. De hecho, ¡nunca llega! No puede debido a su propia naturaleza. Siempre está llegando, pero nunca llega. Entonces, esperando y esperando, sientes que nada tiene ningún sentido… ¿para qué seguir arrastrándose?, ¿para qué vivir? Si no tiene ningún significado y te mueves en la misma rutina: levantarse cada día, ir al trabajo, ganar algo de dinero, dormir por la noche, soñar y otra vez la mañana...; la rueda sigue girando y no llegas a ninguna parte. Al final está la muerte. ¿Así que para qué esperar? ¿Por qué no suicidarse? ¿Por qué no acabar con todo este sinsentido? ¿Por qué preocuparse tanto y vivir con una carga tan pesada y con tanta ansiedad y angustia por algo que no tiene sentido? Es una conclusión lógica.

Sin embargo, si realmente quieres encontrar un significado, la única forma es mirando en el interior de la semilla, que está aquí y ahora. Pero la mente prefiere mirar al futuro. Es más fácil. Mirar dentro de la semilla es difícil. Esta es la única sadhana, este es el único esfuerzo arduo: mirar en el interior de la semilla. Porque si quieres indagar en la semilla, necesitarás una cualidad de visión diferente, otros ojos que sean capaces de penetrar en la semilla y ver ahora lo que lleva consigo.

Si de verdad quieres mirar en el interior de la semilla, mira hacia adentro porque tú también eres una semilla en el interior. Perteneces a esta existencia, has surgido de ella. Esta existencia ha puesto su sello en ti. Esto es la meditación: mirar en el interior de la semilla, dentro de uno mismo. Allí el significado florece inmediatamente. Siempre ha estado allí; sólo necesitaba de tu atención. Pero lo habías descartado, te había sido indiferente. Habías estado ocupado, liado con otras cosas; has estado dándote la espalda a ti mismo. Y el significado espera y todo el propósito de la vida permanece oculto; y toda su gracia y sus bendiciones sólo esperan y esperan a que te des la vuelta.

Afuera sólo hay apariencias

Afuera sólo hay apariencias. No puedes conocer lo que hay afuera, porque a través de los sentidos sólo puedes tocar la apariencia… Yo no puedo verte. Sólo puedo ver tu cuerpo, ni siquiera el cuerpo entero, tan sólo la superficie de la piel. ¿Cómo saber quién hay adentro? No puedes penetrar, sólo puedes moverte alrededor, tocar la superficie… Solamente tú puedes entrar en ti mismo. Solamente ahí puedes estar seguro de la consciencia; en ningún otro lugar.

Este mundo puede ser sólo un sueño. ¿Quién sabe? Ha habido muchas filosofías y teorías que han intentado demostrarlo. Pocos creen en ellas, pero tampoco nadie ha sido capaz de refutarlas… Puede que todo sea un sueño, no hay forma de refutarlo. Coloquialmente, como mucho, podemos decir que son apariencias, pero en el fondo no hay forma de saberlo.

Hay sólo una realidad de la cual puedes estar absolutamente seguro y es tu realidad interior: sólo puedes estar seguro de ti mismo, de nada más… Recuerda, hasta en sueños tú eres… Para que pueda existir un sueño por lo menos tú eres necesario. Todo lo demás puede ser un sueño pero tú no, porque sin ti ni siquiera el sueño puede existir. Hasta para soñar se necesita la consciencia. Puedes demostrar que todo es un sueño, pero no puedes demostrar que el que sueña es un sueño, porque el que sueña tiene que ser real, de otra forma los sueños no pueden existir.

Sólo una cosa es absolutamente cierta y esa es tu realidad interior. Conversión quiere decir ir de un mundo incierto, el mundo de las apariencias, al mundo de la realidad. Y una vez que tienes esta certeza interior y se solidifica, una vez que sabes que eres, entonces desde esta certeza la visión cambia y la cualidad cambia: miras el mundo exterior y se abre ante ti un mundo diferente. Este mundo es Dios.

Ahora puedes mirar... y el mundo entero cambia. Ya no son apariencias, sino la realidad, lo auténticamente real, que no son las formas externas, pues estas cambian, sino lo que se mueve a través de las formas, que es inmutable. Primero fuiste niño, luego joven y ahora te has hecho viejo: la forma ha estado cambiando constantemente. Tu cuerpo cambia a cada momento, la forma cambia; pero si te fijas, en tu interior siempre has sido el mismo.

La consciencia nunca cambia, no tiene edad. Tu realidad no tiene edad; nunca ha nacido y nunca morirá. Una vez que te centras en esta eternidad, inmutable, entonces tu cualidad cambia, puedes ver, te conviertes en un espejo. En ese espejo se refleja la realidad. La mente distorsiona la realidad y la consciencia la revela.

Si continúas persiguiendo apariencias te alejarás del origen, porque las apariencias pertenecen al exterior. Unas veces persigues riqueza, otras una mujer o un hombre, otras prestigio y poder... y sigues persiguiendo apariencias. Y todo ese tiempo te alejas de ti mismo, vives en un sueño. Si te alejas del origen te lo pierdes todo. Puede que en el mundo exterior consigas muchas cosas, pero al final descubrirás que no has conseguido nada. Te has perdido al que lleva consigo todo el significado.

Sólo aquello que transciende la muerte es poderoso; todo lo demás es impotencia. Puede que durante algún tiempo te lo creas, pero la muerte te mostrará la verdad. Recuerda siempre que la muerte llegará y ella es el criterio: lo que sea que pueda transcender la muerte, lo que sea más poderoso que ella, será la realidad. Lo real no puede morir y lo irreal muere una y mil veces.
  
Sólo cuando la iluminación interior ocurre…

En el momento de la iluminación interior se transcienden las apariencias y el vacío”… La luz está ahí pero tú la echas fuera. Se mueve con tu deseo. Ves lo que deseas. Tu deseo es tu visión, tu luz siempre se enfoca en tu deseo. Cuando esta luz se gira, se invierte, se mueve hacia adentro, es la iluminación. Y de repente vas más allá de las apariencias y del vacío. Ya nada es sólo la apariencia y nada está vacío, todo está lleno de divinidad, cada árbol, cada río, cada océano… Entonces Dios está en todas partes. Puedes llamarlo la verdad, o lo que quieras, pero lo real está en todas partes. Cuando tú eres real, el mundo es real; cuando estás viviendo en deseos irreales creas un mundo de apariencias. Tu mundo es lo que tú eres. Y hay tantos mundos como personas, porque toda la gente crea su propio mundo a su alrededor. Esa es tu proyección, tu creación.

A los cambios que parecen ocurrir en el mundo vacío los llamamos reales solamente debido a nuestra ignorancia”… Nadie es joven y nadie es viejo. El interior no tiene edad, sólo cambia la forma exterior. El cuerpo no es más que un vestido. ¿Se puede decir que alguien sea viejo o joven basándose en el cuerpo? ¿Por la forma, que está cambiando constantemente? La realidad es inmutable, no cambia. Lo que va cambiando son los vestidos. Por ejemplo, si el médico te dice que tienes cáncer, ten en cuenta que en lo que a ti concierne no tienes ningún cáncer. El cáncer es algo que concierne a las ropas. Así que acuérdate. Y cuando te digan que alguien ha muerto, no olvides que es mentira, que sigue muy vivo… Parecerá una locura en este mundo de locos donde se cree que las ropas son lo real.
  
¿Cómo puedes tú buscar la verdad?

¿Cómo vas a buscar lo Divino?, ¿cómo vas a buscar la verdad?, ¿qué vas a hacer? Todas las búsquedas surgen de la mente. La consciencia nunca busca, nunca persigue nada; la consciencia simplemente es. Es ser, no es un deseo. Y la búsqueda es un deseo. Has buscado la riqueza en el mundo, el poder y el prestigio… y has fracasado. Ahora buscas a Dios y la verdad, pero tú eres el mismo. Nada ha cambiado, sólo las palabras. Antes era “poder” o “riqueza”, ahora es “Dios”; pero eres el mismo buscador.

La verdad no se puede buscar. Por el contrario, cuando toda búsqueda cesa es cuando la verdad llama a tu puerta; cuando el buscar ya no existe, la verdad te llega. Cuando dejas todos los deseos, cuando ya no tienes ningún motivo para ir a ninguna parte, de repente descubres que estás iluminado… De repente llegas a darte cuenta de que tú eres Krishna, de que tú eres Jesús. No te llega ninguna visión; eres el origen de todo, eres la propia realidad.

No busques la verdad; tan sólo deja de mantener opiniones”… La opinión es de la mente y la verdad no viene de la mente; la verdad ocurre cuando ya no hay mente. La opinión es lo conocido y la verdad es lo desconocido. Cuando cesa lo conocido, lo desconocido llega a ti. Con la mente no puedes alcanzar la verdad. Esto es lo único a lo que hay que renunciar: la mente, la opinión, el ser esto o aquello…

 Observa la diferencia. La consciencia es como un espejo: lo que sea que se ponga ante él es reflejado, sin ningún prejuicio. Otra cosa es una placa fotográfica. También refleja, pero sólo una vez y luego el reflejo se queda adherido. La mente es como una placa fotográfica: refleja y se aferra al reflejo. Entonces lleva esa información muerta, siempre la misma información. Un espejo refleja y de nuevo se vacía... está siempre dispuesto a recibir porque nunca se queda apegado a nada. El espejo no opina. La mente tiene muchas opiniones y debido a ello nunca será capaz de llegar a la verdad.

Más allá del bien y del mal

No permanezcas en el estado de dualidad; evita cuidadosamente esas búsquedas. Si queda rastro de esto o aquello, de lo correcto o lo incorrecto, la esencia de la Mente se perderá en la confusión”… Hasta puedes entender que hay que abandonar toda información, pero tu conciencia de lo bueno y lo malo está en un nivel aún más profundo que la información ordinaria. Puedes pensar: “Está bien, ya no soy ni esto ni aquello”, pero ¿la moralidad, el bien y el mal...?... Tienes que abandonar todos los conceptos, incluidos el bien y el mal.

Lo sabes por experiencia... Si piensas demasiado en ser bueno, ¿qué harás? Lo malo seguirá ahí, lo reprimirás. En la superficie lo pulirás, pero en el fondo habrá inquietud. La diferencia sólo radica en qué es lo que está en la superficie y qué es lo que está oculto. Pero la división permanece; si estás dividido no puedes entrar en la fuente original.

Es como un árbol, un gran árbol con miles de ramas. Si te aferras a las ramas ¿cómo vas a llegar a las raíces? Cuanto más profundo vayas, menos ramas habrá, las ramas irán desapareciendo y llegarás al tronco único, sin ramificaciones; con todas las ramas en él, pero sin divisiones en sí mismo. Todo sale de él. Lo múltiple sale del uno, pero el uno sigue siendo uno. Tienes que regresar al uno. Y esta es la raíz, el origen.
  
No hagas de esto una teoría

Aunque todas las dualidades proceden del Uno, no te apegues ni siquiera a este Uno”… Por tanto, no hagas de esto una teoría a la que aferrarte, dispuesto a pelearte si alguien te lleva la contraria. La verdad está ahí. No es una teoría, es una realidad; tiene que ser experimentada; no puedes pensar acerca de ella, no puedes filosofar sobre ella. Cuanto más filosofas, más te alejas.

Los que están a favor de la dualidad dicen que la existencia no es posible sólo con el uno; y aquellos que dicen que es uno, no-dual, también luchan contra los que están a favor de la dualidad… Si realmente has entendido que todo procede del uno, ni siquiera te identificas con ello, porque el identificarte muestra que estás a favor de algo y en contra de algo. Si dices: “Soy no-dualista”, no has entendido nada; porque si sólo existe el uno, ¿cómo puedes ser dualista o no-dualista? ¡Quédate en silencio! Un verdadero no-dualista no puede afirmar, no puede decir: “Yo creo en esto”, porque el creer siempre implica el opuesto. Si digo: “Creo esto”, entonces queda implicado que no creo en lo otro, entonces se crea el dos.
  
Si alguien te insulta

Cuando la mente existe imperturbable en el Camino, nada en el mundo puede ofender”… Si realmente vives imperturbable, no se te puede insultar; pueden intentarlo, pero tú no te sentirás insultado. Pueden hacer lo que sea para insultarte, pero no te afectará. Y a no ser que a ti te afecte, fracasarán. Si alguien se enfada, es su problema; si insulta a alguien, es su problema; si abusa de alguien, es su problema. Si tú estas tranquilo, estás tranquilo. Pero inmediatamente te inquietas; eso quiere decir que la ira y el insulto del otro son sólo una excusa. Tú estabas dispuesto, hirviendo por dentro, sólo a la espera de cruzarte con cualquier excusa.

Y cuando ya nada puede ofender, deja de existir tal como era antes”… La cualidad cambia con la actitud. Si alguien te insulta, es un insulto porque a ti te lo parece, porque te sientes insultado. ¿Cómo te iba a parecer un insulto si no te sientes insultado? Si alguien te odia y lo sientes como odio es porque te molesta. Pero si alguien te odia y a ti no te molesta, ¿lo llamarás odio? Ese nombre ya no será el adecuado, porque ya no tienes la misma actitud y cualidad.

Puede que hasta sientas compasión, porque cuando alguien está enfadado está envenenando su propio cuerpo, su propio ser; está enfermo. Si alguien tiene cáncer no te peleas con él. Le llevas al hospital. Y si el mundo se iluminara un poco más, siempre que alguien se enfadara, toda su familia, sus amigos, le llevarían al hospital. Lo que necesita es una buena cura. Es estúpido pelearse y enfadarse con él. Es absolutamente absurdo: está enfermo y, para colmo, todos se ponen en su contra. Con las enfermedades físicas tienes compasión, pero con las mentales no tienes ninguna porque tú también sufres esa misma enfermedad mental, de ahí esa actitud.

Una vez que eres imperturbable, todo cambia porque tu actitud cambia. Eres diferente, el mundo entero es distinto, deja de existir tal como era antes.
  
La no discriminación

Cuando no surgen pensamientos discriminatorios, la mente de antaño deja de existir”… La discriminación -eso es bueno y esto es malo, esto me gusta y esto no me gusta…- es la mismísima base de tu mente. Si desaparece, la mente cae en un abismo y llegarás al origen. Y este origen lleva consigo todo el significado, todo el sentido, todo el éxtasis, todas las bendiciones.

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Fuente: Extracto del capítulo 4 de “El Libro de la Nada”, de Osho, realizado por Emilio Carrillo.
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25/6/14

Culmínate


Todo instante es infinito. Infinito, profundo y eterno.

Todo instante es perfecto. Perfecto como tú y yo.

Todo instante es lo que quieras que sea, sin que jamás deje de ser.



Ser es la plasmación del instante perfecto, infinito y perfecto.

Ambos somos perfectos, pero quizás aún no lo percibas.



Hoy contemplé unos ojos infinitos que clamaban por sí, por ti y por mí.



Hoy perfilé su instante, su Ser, su esencia.

Hoy te contemplé; y me contemplé.



Cuando tu sonrisa permanece, el río de la vida se transforma en arco iris de felicidad.

Por ti, cuando clamas por mí, llego, llegas, llegamos, y en abrazo nos
transformamos.



Nada muere, todo se transforma, todo permanece y nada es igual.

La magnitud del instante se torna en brisa fresca que arrulla el canto de
una musa sin fin.



Permaneces. Estás. Eres. Sé.



¿Por qué acallar?

¿Qué sentido tiene no Ser, si ya Eres?



Este existir no es más que un espejo de ti, de todos.

Ámate, ámame. Disfrútate, disfrútame. Gózame, gózate.



Déjate de asfixiar que a nada conduce, ¿o a algo llega?

Llégate y llégame. Y en un abrazo culminemos. Culmínate.


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Autor: Deéelij
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24/6/14

Si yo soy tú y tú eres yo soy


Si yo soy tú y tú eres yo soy

¿Soy unión?
¿Soy amor?
¿Soy armonía?
¿Soy serenidad?
¿Soy Paz?

Si el yo soy es fusión con el tú eres

¿Estamos en la unión universal?
¿Estamos en el todo?
¿Estamos conscientes?
¿Estamos en la sabiduría?
Estamos TODOS

¿Quiero a Mí?
¿Quiero  Ti?
¿Quiero a Vosotros?

Es tiempo de bonanza.
Fuera las tristezas.
El corazón late repleto de amor.
Nuestra conciencia toma el poder.
Unidos conseguimos alterar conscientemente
el momento evolutivo de nuestro Ser.

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Autora: Asunción Vera Coines
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22/6/14

Audio de la entrevista a Emilio Carrillo en Radio Nacional de España, el 6 de junio de 2014


Se ofrece a continuación el audio de la entrevista (duración: 00:24:32) realizada a Emilio Carrillo por Miguel Blanco en el programa Espacio en Blanco de Radio Nacional de España, con fecha 6 de junio de 2014. La entrevista tiene como título Salir de la Matrix y comienza en el minuto 8 de la grabación:


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21/6/14

Aparta la vista del teléfono, apaga la pantalla




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Vídeo remitido por Carmina Caraballo desde Zaragoza (España)
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19/6/14

La verdad no se puede buscar


Negar la realidad de las cosas
es no ver su realidad;
afirmar el vacío de las cosas
es no ver su realidad.
Cuanto más hablas y piensas acerca de ello,
más te alejas de la verdad.
Deja de hablar y de pensar,
y no habrá nada
que no puedas saber. 


La realidad está justo ahí

La realidad está justo. Puedes tocarla, sentirla, vivirla, pero no puedes “pensarla”.

Intenta entender la naturaleza del pensamiento. El pensamiento siempre es acerca de, nunca es directo. Puedes ver la realidad, pero si piensas en ella tendrá que ser acerca de y ese “acerca de” es la trampa, porque cuando piensas acerca de algo ya te has alejado de ello. “Acerca de” quiere decir que no verás la flor aquí y ahora, que pensarás acerca de ella. Y ese “acerca de” se convertirá en una barrera. Ver es algo directo, tocar es algo directo; pero pensar es algo indirecto. Es por eso que el pensar no toca la realidad.

Si vas pensando “acerca de”, te pierdes la vida entera. Todo se vuelve humo. La acción se vuelve imposible porque es algo directo, mientras que el pensar es algo indirecto.

¿Cómo parar el círculo vicioso del pensar y aun así ser consciente? La energía que va al pensar tiene que volverse consciencia. La consciencia que se mueve en un círculo vicioso al pensar tiene que purificarse. El pensar tiene que parar, el girar de la consciencia tiene que parar, pero la consciencia no. La consciencia tiene que cristalizarse y la acción tiene no debe parar.

Al unir la consciencia y la acción inmediatamente alcanzas la realidad. Te convertirás en el ambiente, en el clima alrededor del cual las cosas empezarán a ocurrir.

Ver es una acción, moverse es una acción, danzar es una acción, pintar es una acción. Cuando haces cualquier cosa, sea lo que sea, te pones en contacto con la realidad.

Tienes que volverte cada vez más sensible en tu hacer. No hay que renunciar a la acción; la acción tiene que estar totalmente presente, porque ese es el puente a través del cual tú te mueves en la realidad y la realidad se mueve en ti.

Nunca renuncies a la acción, renuncia solamente al pensar. Pero si renuncias al pensar cabe la posibilidad de que te vuelvas inconsciente. Uno tiene que renunciar a pensar, pero no tiene que hacerse más inconsciente. Al contrario, tienes que hacerte más consciente.

En esto consiste todo el arte de la meditación: en cómo estar totalmente en la acción, cómo renunciar al pensar, cómo convertir en consciencia la energía que se empleaba en pensar.

Si el consciente cae en el inconsciente, tú caes en un coma, y si el inconsciente penetra en el consciente y se convierte en el propio consciente, te iluminas.

Y es muy fácil que la consciencia que caiga en la inconsciencia, porque la consciencia es una parte muy pequeña de tu ser. Sólo una pequeña parte se ha vuelto consciente y hasta esa parte está siempre oscilando. Puede caer en cualquier momento, es muy fácil.

Así es como ocurre cuando te intoxicas: tomas alcohol, y la consciencia cae en la inconsciencia. Las drogas, el alcohol, o cualquier otra clase de sustancia embriagadora, han sido usados siempre por la gente religiosa. Pero a través de ellos nunca se alcanza la realidad. A través de ellos caes en un estupor, en un coma. Y en este coma puedes soñar.

Los sueños se pueden guiar, dirigir. Si has estado pensando mucho en Cristo, entonces bajo la influencia de la droga se te aparecerá Cristo. Es tu propia mente jugando contigo: un hindú verá a Krishna; un cristiano, a Jesús; y un budista, a Buda. Pero eso tan sólo son proyecciones de la mente.

Una pequeña parte ha salido de la inconsciencia, y esa es la belleza del ser humano. La agonía y el éxtasis de haberse convertido en una isla en medio de la inmensidad de la inconsciencia. Esta isla tiene que crecer más y más hasta convertirse en un continente. A través de las drogas se sumergirá de nuevo bajo el agua, vivirás de nuevo como los animales, o como los árboles, que son hermosos en sí mismos. Y esto no ocurre solamente con las drogas, pues existen también otros medios sutiles para hacer que el consciente se vuelva inconsciente, como, por ejemplo, la música, los cánticos o la repetición de mantras.

Hay que parar el pensar haciéndose más consciente, más alerta, más atento, dándose uno más cuenta, para que la energía que se pone en el pensar se mueva hacia ser consciente y surja en ti un testigo. Así que recuerda, no hay que parar el pensar a través de cánticos, sino convirtiéndose en un testigo del proceso del pensar; mirándolo, observándolo, siendo un observador en la distancia, siendo alguien que observa desde lo alto, desde la colina, mirando, viendo...

Si miras y penetras profundamente en las palabras, empezarán a desaparecer. Se formará un lapso, un intervalo. Las nubes desaparecerán y se verá el cielo azul. Entonces estarás alerta, sensible; no en coma. Se disolverá más inconsciencia en la consciencia; tu llama crecerá, más alta, más viva, y podrás ver más, tocar más, oler más. Y tus acciones desarrollarán una nueva cualidad, la cualidad de la divinidad.

Cuando un buda te toca, su forma de tocar es diferente: está presente, toca con amor, cálidamente, de modo vivo,… confía en ti… La cualidad ha cambiado. Porque siempre que la consciencia es total, absoluta, todas las acciones se vuelven totales. Cuando toca, todo su ser se convierte en tacto. No es ninguna otra cosa. Todo su ser está en el tacto, todo su ser fluye en él. No está en ningún otro lugar más que en el tacto. Y te sentirás iluminado a través de su tacto; una energía se ha movido en ti.

Cuando un buda te mira, todo su ser se convierte en ojos. No puede ser de otra manera, porque no está dividido en su interior. Cuando miras, miras y a la vez haces muchas otras cosas. El pensar prosigue, y por eso estás dividido. Tus ojos no son totales. Cuando un buda te mira, sus ojos son totales. Si le dejas, nunca serás el mismo otra vez. O por el contrario, puedes permanecer cerrado y él no podrá penetrarte. Aunque te toque, tocará un cadáver; puedes quedarte cerrado.

Cuando la consciencia está presente, y hay acción, la consciencia y la acción se vuelven una totalidad. 

Negar la realidad de las cosas...

Ha habido filósofos que han negado la realidad de las cosas. Fíjate bien, esto se puede hacer de dos maneras.

Una es hacer tu ser más grande; entonces el mundo se va volviendo cada vez más pequeño..., y llega un momento en el que tu ser se convierte en la totalidad, en Brahma, y el mundo desaparece, deja de existir.

Y la otra manera es simplemente una artimaña y consiste en empezar a decir que el mundo es una ilusión, maya, que no existe, que no está ahí, que es irreal, que es sueño. Así que te convences de que el mundo es un sueño; y entonces sientes que eres real, pero ese sentimiento no es verdadero. Es tan sólo una ilusión.

Si te vuelves infinito, el mundo desaparece, lo absorbes, porque dos infinitos juntos no son posibles, sólo puede haber un infinito. Entonces puedes decir que el mundo es ilusorio y estarás en lo cierto. Pero esto no es un argumento filosófico. A través de la filosofía puedes convencerte de que no existe, puedes tratar de encontrar pruebas y argumentos que demuestren que es ilusorio. Y puedes convencer a tu mente de ello, y tendrás un sentimiento, un falso sentimiento, de que te has convertido en Brahma. Tienes que convertirte en Brahma, entonces el mundo se vuelve ilusorio, no viceversa. ¿Cómo te vas a volver Brahma si el mundo se vuelve ilusorio? Y no puede volverse ilusorio porque es tan sólo un concepto; piensa en ello.

Negar la realidad de las cosas es no ver su realidad; afirmar el vacío de las cosas es no ver su realidad”. Y su realidad es Dios, su realidad es la verdad. Ahí está el árbol. Si niegas su realidad niegas lo Divino en él. El árbol es un hecho; un hecho es sólo lo que recubre la verdad. El pájaro es otro hecho, pero la verdad es la misma. Algunas veces la verdad se presenta en forma de pájaro, otras en forma de árbol, otras en forma de roca, y otras en forma de hombre. Todas ellas son formas.

Los hechos son formas, pero en cada hecho, si profundizas, está la verdad. Si niegas todas las formas, niegas el interior sin forma. Si dices que nada es real, entonces ¿cómo puede lo Divino ser real? Es imposible, porque la realidad viene de la realidad.

Y si dices que las cosas existen pero que están vacías, también esa es una postura filosófica porque el árbol existe como un ser, no como un compuesto. Hasta una roca tiene su propio ser. Cuando te vuelvas más sensible y observador verás que hasta una roca tiene sus estados de ánimo. Entonces cuando la roca esté feliz podrás sentir su felicidad, cuando esté infeliz podrás sentir su desdicha, y hasta cuando cante podrás sentir su canción. Pero tú necesitas muchísima sensibilidad.

No eres consciente; tu consciencia es un fragmento tan pequeño que se agota en los hechos diarios, en la rutina diaria. Eres sólo lo suficientemente consciente para llegar a la oficina y regresar a casa sin tener ningún accidente en el camino; sólo esa cantidad de consciencia tienes. Pero no puedes sentir la roca, no puedes sentir el árbol.

Todo está vivo, nada está vacío. Todo está lleno de consciencia, diferentes tipos de consciencia; es por eso que no puedes penetrar en ellas. Es difícil debido a los diferentes lenguajes de la consciencia. Un árbol tiene un tipo de consciencia y una roca otro totalmente diferente. Es difícil comunicarse con ellos porque nuestros lenguajes son diferentes, pero si te vuelves más atento, más consciente, si no tienes la mente llena de pensamientos, entonces te podrás acercar incluso a una roca. Nada está vacío; todo tiene un ser propio, todo tiene un Dios en su interior.

¡Llénate! Cuando te llenes de amor, de consciencia, de meditación, entonces no verás que el mundo está vacío. Si no tienes amor, entonces verás que no hay amor en el mundo. Si tienes un corazón que late con amor, sentirás el latido en todos los sitios. “Cuanto más hablas y piensas acerca de ello, más te alejas de la verdad”. 

Pensar es divagar

En cuanto empiezas a pensar acerca de algo, inmediatamente has empezado a alejarte. Yo estoy aquí, tú puedes estar conmigo; pero si empiezas a pensar acerca de mí, te embarcas en un viaje sin fin, y cuanto más piensas más te alejas. Pensar es una forma de huir de la realidad.

Un pensador nunca está aquí y ahora, en el presente, está siempre en algún otro lugar. Un meditador está siempre aquí y ahora, y en ningún otro lugar. Por eso es que el pensar es el único obstáculo en la meditación. Tienes que hacerte consciente, y poco a poco, cuanto más consciente te vayas volviendo, más dejarás de cooperar con el pensar.

Yo te traigo una rosa y tú empiezas a pensar: “¿Qué hermosa es?”… Y así sigue y sigue… Y la rosa no podrá llegar hasta ti. Y era algo real; podría haberte penetrado. La rosa estaba lista para llamar a tu corazón, pero empezaste a pensar acerca de ella. A través de la rosa, algo de lo desconocido, de lo Divino, algo de más allá del tiempo, penetra en el tiempo. Pero si piensas, te lo pierdes, porque al pensar te alejas.

El filósofo piensa acerca de la rosa. El poeta siente acerca de la rosa. Y un místico, ni piensa ni siente; simplemente está en presencia de la rosa. Porque sentir también es alejarse. Un místico simplemente está en presencia de la rosa. Sin actividad, sin pensar, sin sentir; sin corazón ni cabeza. Simplemente está ahí con la rosa. Los hindúes lo llaman satsang: estar en presencia de la verdad.

Pensar es una actividad más burda y sentir es una actividad más sutil. Pero sabes que el sentir puede desembocar en el pensar y el pensar puede convertirse en el sentir.

Solamente estando con..., y entonces todo se revela, entonces se abren todas las puertas. No hay preguntas ni respuestas. Simplemente te has hecho uno con la realidad. Ni pensando ni sintiendo, sólo siendo, y de pronto tú ya no estás ahí y el mundo ya no está ahí. El Uno, Brahma, se revela. Tú y el mundo, ambos os habéis hecho uno. Lo infinito está ahí, lo que no tiene forma está ahí; y esa es la verdad.

La verdad no es una conclusión filosófica, es una experiencia existencial. No es ni pensamiento ni sentimiento, es existencial; estás con ella con todo tu ser.

El que no es ni esto ni aquello, el que no elige, el que no proclama que “soy esto o soy aquello”, el que simplemente está en la presencia, sólo ese puede conocer lo Divino.

¡No necesitas ir a ningún templo! Te puedes quedar junto a un árbol y ocurrirá. Ni siquiera necesitas acercarte al árbol: te puedes quedar simplemente contigo mismo y ocurrirá; porque lo Divino está en todos los sitios. Cada átomo vibra con ello, cada átomo lo celebra. Está en todas las cosas. 

No pensar es la puerta

Deja de hablar y de pensar, y no habrá nada que no puedas saber”. No-pensar es la puerta. Sin-palabras es la entrada.

¿Cómo lograrlo? La mente es muy astuta. La mente dirá: “Sí, es verdad”. Y te habrás alejado. La mente dirá: “No, eso es muy difícil, es imposible. ¿Cómo puedes dejar de pensar?”, y te habrás alejado. Si escuchas a la mente nunca estarás cerca de la verdad. Si escuchas a la mente estarás siempre de viaje.

Y nunca estás en contacto con lo real. Comes pero no te das cuenta porque la mente sigue pensando en mil cosas. Cuando estés comiendo; simplemente come, estate en ello. Cuando camines; simplemente camina, estate ahí. No te adelantes, no te vayas aquí y allí. La mente siempre se adelanta o se atrasa. Estate en el momento. Al principio te será muy difícil permanecer en el momento. Y a veces el momento puede que no sea muy feliz.

Toma una determinación: cualquier cosa que venga... tristeza, ira, depresión o infelicidad; sea lo que sea, estate con ella. Y de repente te sorprenderás de que si permaneces con la tristeza, la tristeza se transforma en algo hermoso, la tristeza se vuelve algo profundo.

Si empiezas a vivir en el momento verás que tu ser es un milagro, que tiene magia en sí mismo. La felicidad se volverá más profunda. Todo se transformará porque aportarás una nueva cualidad de ser, de consciencia, de presencia. No luches contra la tristeza ni persigas la felicidad, porque eso es alejarte, perderte.

La mente no está nunca donde estás tú: la consciencia está siempre donde estás tú. Ve abandonando más y más la mente y el darle vueltas a la mente y hazte más y más consciente y atento. Tráete a ti mismo al momento.

Al principio será difícil. Porque debido al hábito, la mente se irá una y otra vez. Tráela de vuelta. ¡No hay necesidad de luchar! Simplemente dile que vuelva, dile: “Ven”. De nuevo se irá..., en unos segundos ya no estará ahí. Dile de nuevo que vuelva.

Y poco a poco, cuando empieces a disfrutar de este momento (el eterno presente, el único tiempo que existe, la única vida que hay), cuanto más empieces a disfrutarlo, más presente estará la mente en ello. Y menos se irá.

Entonces se produce una sintonización. De repente estás aquí, en casa, y la realidad se desvela. La realidad siempre ha estado ahí, tú eres el que no estaba ahí. No es la verdad lo que hay que buscar, sino que eres tú el que tiene que volver a casa.

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Fuente: Extracto del capítulo 3 de “El Libro de la Nada”, de Osho, realizado por Emilio Carrillo.
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17/6/14

Vídeo de la charla de Emilio Carrillo en Pilas el 22 de mayo de 2014




Gracias a los dones y talentos de los amig@s de la Asociación Hinneni, sobre estas líneas se ofrece el vídeo (duración: 02:05:46) de la charla-coloquio compartida por Emilio Carrillo, el 22 de mayo de 2014, en Pilas (Sevilla). También puede accerse a él mediante este enlace:

https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=iHdiD7Xb6fw

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15/6/14

Yo Soy esto (I Am This)



CANCIÓN:

MEDITACION:

YO SOY ESTO:

ALGO HA ENTRADO EN MI Y ME HA HECHO SUYO.
ALGO MARAVILLOSO HA ENTRADO Y SE HA DE MIS SENTIDOS APODERADO.
YA NO SOY YO,
LO QUE CREIA QUE ERA YO SE FUE Y ALGO MARAVILLOSO SE HA APODERADO DE MI.

ESTO ES ALGO QUE MI MENTE NO PUEDE CONCEBIR ...
Y QUE NI HA OCURRIDO SIQUIERA
Y QUE NO CAMBIA.
ESTO SOY YO.

MI MENTE TODAVIA PROYECTA PENSAMIENTOS ... PENSAMIENTOS QUE VAN Y VIENEN,
PERO NO SON MAS QUE ESO ... PENSAMIENTOS.
YO NO SOY MIS PENSAMIENTOS

YO YA NO SOY YO,
YO SOY ESTO QUE HA ENTRADO EN MI Y ME HA HECHO SUYO.
LO QUE CREIA   QUE ERA YO SE MARCHO ...
Y ALGO MARAVILLOSO SE HA APODERADO DE MI.

YO SOY LO QUE TU ERES,
TU ERES LO QUE YO SOY.
SOY UNO CON TODO LO QUE ES.

YO SOY ALGO QUE MI MENTE NO PUEDE CONCEBIR
Y   QUE NI HA OCURRIDO SIQUIERA
Y QUE NO CAMBIA,
Y QUE NO MUERE

YO SOY ESTO

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Autor: Sonia Perol ( www.soniaterol.com / www.metodoterol.com /
sonia.terol @ gmail.com)
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