Y con la palabra puesta en la boca de su corazón, decía:
—Estad
contentos vosotros los que hacéis de vuestros días y de vuestras noches un
rosario de sacrificios y una corona de dolor, porque la purificación es la meta
de vuestras almas y sus pies se van haciendo alas con el roce del sacrificio
consciente.
Estad contentos vosotros que miráis por el bienestar de vuestros
hermanos con el corazón sincero y que vivís el desperezo de sus almas con
alegría. Porque escrito está: «Cuanto hagáis por elevar a otros a vosotros
mismos os eleva».
Estad contentos vosotros que al levantaros miráis al sol y,
mirándoos hacia dentro, decís: «Padre Nuestro Común, que el día que hoy nace
sea para tu alabanza en todas las cosas. Que mis manos sean tus manos en el dar
consciente. Que mi ser sea tu ser en el sacrificio consciente. Que mi voluntad
sea tu voluntad, para que se realice tu deseo en mí».
Estad contentos por encima de las penurias que os traigan las
circunstancias.
Estad contentos vosotros que, olvidándoos de vosotros mismos,
esperáis cualquier momento para ser útiles a la luz y a su reflejo sobre la
Tierra; porque el reflejarla no es imponerse, sino dar amor sin pedir nada.
Estad contentos vosotros, hijos del aire, porque habéis venido a
elevar a la tierra hacia el cielo y habéis tenido que mezclaros con ella para
ascenderla.
Benditos vosotros que camináis descalzos en una tierra ávida de
amor, olvidada de compasión y llena de veneno de serpiente.
Estad contentos vosotros los que comprendéis la unidad de todas
las cosas con todas las cosas; porque todo cuanto sale por vuestras bocas sirve
para unir y no separar, todo cuanto sale por vuestras bocas no es para herir
sino para sanar, todo cuanto sale por vuestras bocas es para sembrar la semilla
del perdón.
Estad contentos vosotros, porque vuestra hermana la naturaleza os
devolverá los favores que le hicisteis al cuidarla, y los mimos que le disteis
en sus flores y en sus animales y en sus pajarillos. Estad contentos y pedid al
cielo porque cada día sean más aquellos que también estén contentos, aunque la
ignorancia del mundo los zarandee y la lengua del mundo diga de ellos que son
locos.
======================================================
Autor: Cayetano Arroyo
Fuente: Diálogos con Abul Beka (Editorial
Sirio)
Nota: En homenaje a la memoria de Cayetano Arroyo y Vicente Pérez Moreno,
un texto extraído de los Diálogos de Abul Beka se publica en este blog todos los
miércoles desde el 4 de octubre de 2017.
======================================================
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.