Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2023-2024

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13/1/10

Samsara y Nirvana


El pasado jueves se publicó en el Blog una entrada en la que se informaba de la proyección de la película “Samsara” en el Cine de Sierpes. También se indicó que Juan Antonio Lorenzo, amigo del Blog, sería el encargado de presentar la cinta y coordinar el coloquio posterior.

Pues bien, Juan Antonio me ha hecho llegar unas reflexiones sobre el film para que las ponga a disposición de tod@s vostr@s, lo que hago encantado a continuación:

Sobre el rodaje

El director de Samsara, Pan Nalin, es también su guionista. Antes de la realización de la película, estuvo viviendo un tiempo en los Himalayas, donde realizó documentales en colaboración con Canal Plus, la BBC, Discovery Chanel, National Geographic, France 3, etcétera, evocando en todos ellos el universo espiritual de la región y confrontándolo con cuestiones como la sensualidad, la fe, la religión y la sociedad. Este bagaje fue fundamental para la realización de Samsara.

La película se rodó íntegramente en la región india de Ladakh, a más de 3000 metros de altitud. Es una región de climatología extrema, fronteriza con Pakistán y China y muy inestable políticamente, lo que causó no pocos problemas de rodaje.

El título

El título de la cinta es la palabra “samri”, de origen sánscrito, que significa fluir junto, pasar a través de distintos estados. Desde el año 2001 aparece en el diccionario de la Academia Española de la Lengua con el siguiente significado: “En algunas doctrinas orientales, ciclo de transmigraciones o de renacimientos, causados por el Karma”. Este es el significado oficial en nuestro idioma.

Sin embargo, desde la perspectiva Budista en la que la palabra Samsara hunde su autentico sentido, su significado sería el de un estado de renacimiento y muerte, el mundo de la relatividad, de los deseos, de la impermanencia y del cambio constante. Un estado de autoengaño e ignorancia de la realidad de las cosas.

También desde esta misma perspectiva, podremos entender mejor su significado confrontándolo con el estado opuesto a Samsara: el Nirvana, término igualmente sánscrito, que alude a la extinción de la ignorancia y el deseo, el despertar a la paz interior y a la libertad, la suprema liberación de todas las ataduras, la absoluta felicidad, el culmen de la iluminación.

Contenidos

Todos los que hayan visto o vean la película podemos comprobar que es una bella cinta, rodada en unos parajes extraordinarios con una fuerza y energía especial. La comunicación con el espectador se establece a través de todos los sentidos y no solo por medio de las palabras. La película pone en cuestión muchos temas. Todos no podremos abordarlos en estas reflexiones. No obstante, entre ellos están:

1. El comienzo del film es el primigenio, misterioso e inalcanzable “¿por qué?”: un ave soltando una piedra sobre una cabra. Así termina también la película, con el ave apareciendo y ocultándose tras las nubes. Ese “algo” inalcanzable por medio de la razón.

2. Un camino espiritual, cuasi convertido en religión e influenciado por la realidad social del entorno y utilizado en muchos casos como medio de supervivencia en un medio tan pobre y hostil. Este “uso” de la espiritualidad se ha dado en todas las tradiciones.

3. ¿Verdaderamente es el camino hacia el nirvana 20 años de estudios en un Monasterio, aislado del mundo, y 3 años de forzada meditación en una cueva?.

Durante toda la película se dicen frases y se provocan momentos y escenas que tratan de que el espectador no pierda el hilo conductor del film y acabe sumergido en el remolino de pasiones que arrastra a todos los personajes y sobre todo a su protagonista, el lama Tashi.

4. Las dos orillas: Tampoco debe pasar inadvertida la voluntad del director de que los escenarios siempre aparecen separados por un río: las dos orillas; el río que atraviesa Tashi, tanto para ir como para volver.

En una orilla, en el Monasterio, los monjes viven su cotidianeidad con delicadeza, presencia y compasión. En la otra, la mayoría de las personas viven sus vidas en medio de contradicciones, deseos y adversidades, en las que se desenvuelven mediante unas reglas asumidas. No parecen estar desbordados por las circunstancias y las aceptan, manteniendo un esquema de vida soportable sin mirar más allá de la supervivencia y la seguridad.

En un momento determinado del argumento, esos dos mundos “aparentes”, entran en contacto en la persona del lama Tashi. Fuera del reducido ámbito de recogimiento y blindaje de la vida monástica, las situaciones de la vida ponen al descubierto sombras y lugares no iluminados de la existencia de Tashi que escapan a su control. Sin embargo, las dos orillas no están realmente separadas.

Tashi podemos ser cualquiera de nosotros y el Monasterio no tiene por que ser un lugar físico determinado.

5. El Monasterio puede ser ese castillo más o menos sólido, más o menos camuflado, que nos podemos fabricar para solo exponer hasta un determinado punto. ¡Nada de mostrar nuestra desnuda vulnerabilidad al río de la Vida!. Podemos establecer un margen de separación, de seguridad. Doy, pero... Recibo, pero... Comparto, pero... Comprendo, pero...

Incluso tratamos de controlar todo cuanto nos rodea y podemos utilizar una fantástica memoria selectiva para que la consciencia no sobrepase ese punto en el que ya solo se puede vivir siendo uno con todo y absolutamente vulnerable o dispuesto a la VIDA, desde nuestra singularidad.

En el Monasterio, en nuestro castillo, manteniendo la dualidad, la separación entre las dos orillas, nadie nos pisa, nadie nos hiere, ni se despierta, sin control, la codicia o la lujuria o la ira, porque hemos creado los mecanismos para estar a la suficiente distancia de seguridad y con una aceptable comodidad.

6. El despertar de Tashi al mundo, lo lleva a tomar la decisión de marcharse de su Monasterio, con toda la compasión de Apo, el Abad y su guía. Tashi se marcha para conocer algo que desconoce y que cree necesario experimentar para después poder decidir. No sale para sucumbir, eso ya se verá.

Verdaderamente es necesario vivir y comprender en primera persona, cuestionando hasta comprender, en lo más íntimo, cualquier enseñanza. Apo así se lo había dicho en muchas ocasiones. Es necesario vivir Samsara para comprender qué es Nirvana.

7. ¿En cuantas vidas?. En el esquema de la película, con claridad se apuesta por el renacimiento cuantas veces sean necesarias.

El palo que se arroja a la corriente, el río, la vida y el mar, son una parábola, para hacernos entender la Unidad que siempre hemos sido; y que se nos mantiene opaca ante las vicisitudes del recorrido en un cauce que, sí o sí, nos llevará, a cada uno en su momento, a la mar.

8. ¡Para que una gota de agua no se seque hay que arrojarla al mar!. Entonces será lo que siempre fue: agua, pero mar, no gota. ¡Como gota tiene los días contados!

Corolario a propósito de nosotros mismos

Deberíamos preguntarnos con sinceridad y honestidad: ¿Vemos y vivimos como si hubiera dos orillas?. Si es así, ¿en cual estamos?. ¿Nos damos cuenta de la ilusoria película que nos hemos montado y en la que vivimos con toda clase de coartadas, siendo el director, guionista y protagonista principal de la misma? ¿Estamos utilizando una pretendida espiritualidad como castillo?.

La iluminación no es ningún deseo que se consigue. Y su llegada, que no conquista aunque así parezca decirse en la película, no depende del cumplimiento o incumplimiento de ningún código moral o de conducta, sometidos siempre a los avatares de la historia humana, sino de apartar obstáculos, de limpiar el cristal para poder ver el cristal, de apagar la película para poder ver la pantalla. Cualquier película. Porque también es una película creer que meditando ½ hora, 1 hora, 10 horas o 3 años seguidos alcanzaremos algo, pero eso no es así. La meditación o la contemplación, la quietud y el silencio interior que permiten ver la autentica realidad, ha de convertirse en un estilo de vida.

Cuando el despertar nos aboca a realizar un viaje interior, se abandona el mundo, se renuncia a todo lo que pueda obstaculizar el camino, se renuncia a todo lo no esencial para poder buscar y escrutar. Se intenta ir ligero de equipaje, porque es un viaje duro y se hace en soledad. Es necesario vaciar la taza. Pero ese no es el final, ahora hay que volver al mundo. Tashi volvió para conocerlo. Apo volverá ya iluminado para ayudar a otros a alcanzar el objetivo que él ya alcanzó.

La meditación de Tashi, fue una meditación forzada. La de Apo, ya se había convertido en una meditación compasiva, nada egoísta, era para los demás. Su propia vida era meditación o contemplación. Jesús, Buda y todos los numerosos seres iluminados están en el mundo, pasando, o no, inadvertidos para ayudar a todos los seres a trascender Samsara, adoptando cualquier forma necesaria, encarnada o desencarnada, o a través de cualquier acontecimiento.

Es seguro que a lo largo de tus vidas te has encontrado y te han ayudado innumerables Budas, aunque no los hayas reconocido. Con solo que reconozcas a uno, habrás despertado para siempre. Pero te toca a ti convertir la chispa en permanente luz, para ti y para los demás que también son tú.

¿Qué decir de Pema (la esposa de Tashi), sino que fue un Buda compasivo que ayudó a Tashi en su paso por Samsara de todas las maneras posibles y, sobre todo, en su despedida?

Amor y Compasión

Existen muchos más puntos sobre los que reflexionar a propósito de la película, pero paramos aquí, diciendo de ella que en todo momento y en todas sus escenas, incluso en las más crudas o dramáticas, se destila un aroma de amor y compasión. Y que para llegar a apreciar esto es necesario que reajustemos nuestra imagen de lo que es el Amor y la Compasión, a los que, normalmente, reducimos a una serie de sentimientos que tenemos catalogados; y si estos no se dan, no somos capaces de percibir ni Amor ni Compasión en lo que nos acontece en la vida.

El Amor es mucho más grande que nosotros, todo lo abarca y nos sobrepasa. Además no depende de nosotros, sino nosotros de él. ¡Menos mal!, ¡Esto es una inmensa suerte!, porque si no...

1 comentario:

  1. Muchas gracias a J. Antonio; hay que leerlo varias veces y cambiar el concepto de amor y compasión, como él dice. Me gustaría verla otra vez y comentarla entre todos o en un grupo de pocas personas

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