Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2023-2024

Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2023-2024

14/3/22

TC11- Conclusión al pensamiento medioambiental

Final del Capítulo 2 del libro “Bioeconomics, Biological Economics”

 

Como conclusión de lo expuesto en los capítulos anteriores, es importante significar que tomó algún tiempo, pero finalmente los economistas y científicos en general llegaron a aceptar el hecho de que la actividad socioeconómica estaba teniendo un efecto negativo sobre el entorno en el que se lleva a cabo. Los recursos naturales se redujeron rápidamente y la flora y la fauna se extinguieron. Como una reacción a este estado de cosas, el pensamiento ambientalista ha evolucionado gradualmente durante las últimas cuatro décadas conduciendo y aproximando algo parecido a uno disciplina de economía del medio ambiente. El resultado ha sido el aumento de varias disciplinas científicas dedicadas a investigar el impacto de la actividad socioeconómica en el medio ambiente y los recursos naturales.

Hemos visto que la primera de estas disciplinas que se desarrolló fue la Economía de los Recursos Naturales, que se ha ocupado del estudio de la utilización y la gestión de los recursos naturales en el proceso de producción económica. Fue muy importante para los economistas saber cuándo se agotaría un recurso para poder sugerir prácticas de manejo para su utilización a largo plazo.

Los últimos experimentos que utilizan análisis químicos o de ADN sugieren que diversidad de las especies botánicas puede ser mucho más útil que proporcionar sólo un sistema taxonómico de clasificación. Dicha información indica, que además de las ventajas económicas la multiplicidad de especies florales también pone de manifiesto cómo han interactuado con su entorno y cómo se han adaptado a él en para desarrollarse y evolucionar. Por tanto, la clasificación taxonómica para que sirva como un depositario de información realmente útil se debe estudiar holísticamente. Este tipo de estudio llamará nuestra atención sobre el hecho de que el orden taxonómico es mucho más que mera variedad y diversidad y es una expresión bioeconómica que indica la interdependencia y la integridad de la naturaleza. La información obtenida a través de estos estudios bioeconómicos podría facilitar el tipo de gestión a ser practicado para la conservación y sustentabilidad de los recursos naturales. Un sistema de taxonomía bioeconómica proporcionará una asociación de especies y será útil para actualizar sus relaciones de acuerdo con los últimos avances en el conocimiento, arrojando luz sobre los métodos eficientes y apropiados de gestión a largo plazo.

Las Economías de Recursos Naturales ha sufrido desde dos puntos opuestos de vista. Según el punto de vista biológico, los recursos naturales deben ser estudiados según sus poderes regenerativos indicativos de sostenibilidad mientras que el punto de vista económico sólo se preocupa por el precio que puede poner en el mercado. Este punto de vista se ve aún más debilitado de hecho por que estos precios suelen estar lejos de su valor real y de ninguna manera reflejan su valor biológico real. Además, los precios económicos de la naturaleza pueden mantenernos completamente en la ignorancia y tan alejados de la sostenibilidad que, al ocultar este hecho nos mantiene ajenos a su trayectoria de extinción.

La preocupación por el crecimiento económico continuo a través del derroche en el uso y abuso de recursos naturales escasos, especialmente combustibles fósiles, no ha sido suficiente y los economistas han tenido que preocuparse por la degradación ambiental y contaminación de sus componentes físicos tales como aire, agua y tierra. Así, la disciplina de la Economía ambiental se desarrolló para tratar con el impacto de la actividad socioeconómica y especialmente la utilización de energía y sus efectos secundarios, sobre el medio ambiente.

Los economistas ambientales también están preocupados por el papel de la tecnología en el sistema de actividad socioeconómica y cómo las “externalidades” producidas por la actividad económica industrial puede “internalizarse” y contabilizarse.

También han tenido en cuenta la importancia vital del capital natural y han completado la teoría del valor del capital incluyéndolo con sus otros componentes. Se percataron de que este tipo de capital tiene un valor intrínseco que es mucho más que el precio que podría tener en el mercado y es realmente invaluable.

La gestión medioambiental durante su vida bastante corta se ha distinguido por varios paradigmas, cada uno de los cuales se ha desarrollado en respuesta al nivel de conciencia del público en general y su demanda de decisiones políticas y medidas reglamentarias. Estas medidas se han basado en el principio de que la contaminación debe evitarse por la fuerza si es necesario. En una sociedad democrática esa fuerza ha sido un castigo monetario; que aquellos que contaminan tienen que pagar los costos de limpieza. No hace falta decir que esta medida, como todas las demás medidas similares, no ha tenido mucho éxito.

El objetivo debería ser realmente desalentar la contaminación por completo y la educación es el vehículo adecuado para lograr un cambio en la mentalidad y el comportamiento humano. Por supuesto, esto no es algo que se pueda lograr de la noche a la mañana o incluso durante varios años, necesita al menos una generación o dos, pero se ha dado el primer paso y cuanto antes a ese paso sigan los demás, mejor para todos. A nuestros hijos hay que enseñarles que hemos de cuidar nuestra casa común, el Planeta Tierra, con el mismo empeño y atención que damos a nuestros propios hogares para mantenerlos limpios y también recordando que nuestra casa común requiere aún más atención considerando el número de nosotros que vivimos en él.

El siguiente paso en el desarrollo de nuevos paradigmas de Economía-medio ambiente para proporcionar un estudio que explique las interrelaciones entre el sistema socioeconómico y el medio ambiente ha sido la Economía Ecológica y esta ha sido la razón principal para su desarrollo.

Esta disciplina se ha preocupado por la integración del estudio de utilización de recursos y la de gestión ambiental del proceso de fabricación, consumo y eliminación de residuos. Además, ha estado muy preocupada por si la tecnología en sí misma puede todo a través de los inconvenientes ambientales que ha creado a través de su uso por parte del sistema socioeconómico; es decir, si puede ser la causa y a su vez la solución de los problemas que ella misma ha creado.

La Economía Ecológica con sus raíces neoclásicas y neoliberales se ha preocupado solo por la creación de riqueza máxima por parte del individuo como agente económico independientemente de los impactos ambientales y sociales. Ha favorecido la monetización (no valoración) de recursos naturales y servicios ambientales con todas sus consecuencias perjudiciales como la sobreexplotación, la extinción, la degradación y la ética de la equidad intergeneracional. yo no pienso que aceptar precios económicos dudosos para los servicios ambientales será la la forma más “racional” de salvar los ecosistemas naturales y sus recursos biológicos. Fijar el precio de los servicios medioambientales será la forma más racional de escapar de nuestra esfera de responsabilidad y también de las generaciones futuras. Aunque la valoración monetaria proporciona una pragmática solución al comparar el valor de varios recursos y servicios ambientales, no obstante como todas las soluciones económicas es demasiado pragmático para nuestro propio bien y carece de un imperativo ético.

La monetización puede hacer que los valores diferentes sean conmensurables haciendo posible tener medios mensurables comunes para hacer concesiones. Sin embargo, existen valores, como salvar el medio ambiente, garantizar la biodiversidad o valores que tienen que ver con características culturales que son intrínsecos y, por tanto, inconmensurables. La teoría neoclásica favorece la monetización bajo pretexto de racionalidad. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la elección racional de los agentes económicos depende del juicio y del diálogo y no lo que es, o debería ser, el ideal neoclásico o deseable. Esta teoría se basa en el consumidor y se concentra en sus preferencias desde una perspectiva utilitaria. De esta forma el valor ético es a todos los efectos prácticos equivalente al valor económico monetario. Además, la utilización de los recursos naturales se rige por varias y conflictivas tendencias. Es decir, podrían utilizarse y gestionarse de acuerdo con principios biológicos de uso y regeneración y también de acuerdo con los principios de análisis de coste-beneficio determinados por abundancia o escasez.

Si bien la consideración biológica puede iluminar en cuanto a la sostenibilidad, la utilización de recursos el económico conducirá a la competencia en el mercado para obtener el mejor precio para ellos sin tener en cuenta su obsolescencia de uso. Tanto mas la utilización y gestión de los recursos según los principios biológicos son importantes para los países desarrollados, cuanto más lo son para los subdesarrollados donde tienen que ser utilizados por personas indígenas que practican un buen manejo de acuerdo con los principios biológicos pero han de pagar dividendos económicos. Los economistas deben idear planes e incentivos para lograr y demostrar este punto. Los planes e incentivos elaborados según la teoría bioeconómica puede proporcionar medidas que no se basen ni en valores monetarios exclusivamente ni sobre los valores biológicos tampoco exclusivamente, sino en una combinación de los dos, que tiene un valor bioeconómico que nos guiará en nuestras decisiones a utilizar los recursos biológicos y los servicios de los ecosistemas para garantizar su sustentabilidad.

La Economía Ecológica con la teoría del equilibrio general como fundamento no puede dar cuenta de la ocurrencia de eventos macroeconómicos tales como los cambios fiscales o fluctuaciones del mercado de valores. Según esta teoría, todos los eventos, pequeños o grandes, son predecibles y la racionalidad gobierna el día a día. Esto está lejos de lo que sucede realmente en el mundo “real” del comercio influenciado por contingencia, convulsiones políticas y catástrofes ambientales. Esto debería explicar el absurdo resultado de un pequeño evento cotidiano como una orden de venta de varios accionistas en una gran Economía que si se sigue por la mentalidad de rebaño de otros accionistas podría provocar una caída del mercado con consecuencias desastrosas a través de la Economía mundial interconectada para pequeños inversores en países desarrollados y para la población en general en los países subdesarrollados. Ahora más que nunca esto es una prueba más en apoyo del hecho de que la teoría del equilibrio de la Economía neoclásica es poco realista e inoperante en una Economía global interactiva.

Contrariamente a la teoría del equilibrio según la cual los pequeños cambios son promediados dentro de la teoría de “grandes números”, los últimos modelos de simulación indican que son acumulativos hasta poder causar grandes fluctuaciones. Además, se auto organizan para impulsar al sistema a un punto crítico en el que puede producirse un accidente que conduzca a la emergencia de un nuevo estado. Además, este nuevo comportamiento podría proporcionar el vínculo entre cantidad y calidad y es exactamente el pasaje desde un uso cuantitativo del sistema económico a uno cualitativo de un sistema bioeconómico que debería interesar a la humanidad en su actual etapa de desarrollo.

El sistema socioeconómico humano ya no es un simple sistema lineal, sino uno complejo no lineal en una etapa crítica donde es muy susceptible a grandes fluctuaciones auto organizadas como resultado de la acumulación de muchos pequeños cambios. Esto indicaría la inutilidad de los intentos de las autoridades monetarias de manipular la economía para paliar los efectos de los eventos macroeconómicos. El hecho sigue siendo que estas medidas son correctivas y no estructurales, que son las que son necesarias. Lo que realmente se requiere es transformar un sistema económico de máximo crecimiento optimo basado en recursos biológicos renovables a un sistema bioeconomico. Las medidas paliativas ya no funcionan; solo estamos posponiendo el día del juicio final.

Es con lo que comenzamos esta serie, que una vez superado el día del overshoot, el punto de no retorno, cualquier medida paliativa, lo único que hará es retrasar por algún tiempo la catástrofe, pero ya no la podrá evitar.

Ni siquiera sabemos si tomando políticas bioeconómicas adecuadas ahora, este final desastroso se podría evitar. Sólo queda intentarlo, a ver si…

Epílogo- AD

Desde finales del Siglo XX, desde cada vez más voces y agentes sociales se ha venido anunciando la creciente gravedad de la situación medioambiental. Calificados de milenaristas y de milenarismo, los grandes poderes económicos han tratado de minimizar la “intoxicación apocalíptica” de los ángeles trompeteros del fin del mundo, como se nos suele calificar a los que nos dedicamos a advertir a la gente sobre la gravedad de la situación medioambiental.

Pero por una parte, mientras se ridiculizan los avisos sobre la degradación medioambiental, por la otra, en una visión beatífica, esos mismos poderes nos acusan de ser los responsables del supuesto cambio climático; los mismos que critican, amenazan con un futuro atroz si no obedecemos a las autoridades para llevar a cabo la transición ecológica y se les llena la boca con el mantra del “desarrollo sostenible”, que es lo mismo que recomendarle a un paciente con cáncer de pulmón, que deje de fumar.

BIBLIOGRAFÍA DE LAS ENTRADAS 7 A 11

Bak Per. 1997. How Nature Works: The Science of Self-Crganized Criticality Oxford University Press; Oxford.

Blaug, Marc. 1978. Economic TheoryRetrospect. Cambridge University Press, l Cambridge

Bohi, Douglas and Toman, Michael. 1983. Understanding Non-Renewable Resource Behaviour. Science February 12

Colby, Michael. 1990. Environmental Management in Development: The Evolution of Paradigms. World bank Discussion Paper No. 80, Washington, D.C.

Costanza, Robert. 1989. What Is Ecological Economics? Ecological Economics 1 (1):

Costanza, Robert et al. 1997. The Value of World's Ecosystem Services and Natural Capital. Nature 15 May; 387: 253-260.

Dasgupta, Partha. 1996. The Economics of the Environment. Env. 8 Dev. Economics 1 (4)r 387-428

Dasgupta, Partha and Heal, G. 1979. Economic Theory and Exhaustible Resources. Cambridge University Press; Cambridge.

De Serpa, A. C. 1993. Pigou and Coase in Retrospect. Cambridge Iournal of Economics 17: 27-50

Gassler, Robert Scott. 1998. The Theory of Political and Social Economics: Beyond the Neoclassical Perspective. journal of Interdisciplinary Economics 9 (1): 93-124.

Hall, David, C and Hall, john, V. 198-1. Concepts and Measures of Natural Resource Scarcity. journal of Environmental Economics anil Management, September.

Hotelling, Harold. 1931. The Economics of Exhaustibe Resources. Iournal of Political Economy 39 (2): 137- 175

Hutchinson, George, E. 1959. Homage to Santa Rosalia:Why Are There So Many Kinds of Animals? American Naturalist 93: 145-159.

Kerr, Richard. 2000. USGS Optimistic on World Oil production. Science 289 (5477): 14 July

Kneese, A.V, and Russell, C.S. 1987. Environmental Economics: The New Palgrave: A Dictionary of Economics. Eatwell, I; et al. (eds.) The Macmillan Press; London.

Leopold, Aldo. 1919.The land Ethic. In: A Sand County Almanac. Oxford University press; Oxford

Mohammadian, Mansour. 1999. Towards a New Paradigm: From Resource Economics to Bioeconomics The Iournnl of lnterrfiscipliimry Economics 10 (4): 415-425.

O'Neill, John. 1995. Intrinsic Evil, Truth and Authenticity Religious Studies 31: 209-219. Passet, R. 1980. La Doble Dimension Energetique et Informationnelle de l'Acte Economique. Cahiers Due Centre Economie, Espace, Environnement, Paris.

Pearce David and Markandya, Anil. 1989. The Benefits of Environmental Policy. Organisation for Economic Cooperation and Development (OECD); Paris.

Pearce David and Moran, David. 1995. The Economic Value of Biodiversity. Earthscan, London

Pigou, A. C. 1962. The Economics of Welfare. The Macmillan Press, London.

Proops, ]ohn.L.R. 1989. Ecological Economics: Rationale and Problem Areas. Ecological Economics 1 (1): 59-76

Solow, R.M. 197-1. The Economics of Resources and the Resources of Economics. America Economic Review 64: 1-14.

Thomas, B. 1991. Alfred Marshall on Economic Biology. Review of Political Economy 2 (1): 1-14

Tisdell, C.A. 1990. Nahnral Resources, Growth and Development: Economies, Ecology and Resource Scarcity Praeger Publishers, Inc; New York

Uri, Noel, D. 1995. Energy Scarcity and Economic Growth Reconsidered. In. Journal of Global Energy Issues 7 (5 8: 6): 278- 290

World Commission on Environment and Development (WCED.) 1987. Our Common Future (The Bruntland Report.) Oxford University Press; Oxford

Worster, Donald. 1985. Nature's Economy. Cambridge University Press, Cambridge

 

==========================================

Autores: Mansour Mohammadiam y José Alfonso Delgado (traducción)

Nota: La publicación de las diferentes entregas de El Tercer Camino

se realiza en este blog, todos los lunes desde el 3 de enero de 2022.

==========================================

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.