Estimadas y amadas Almitas, y también, y por qué no,
estimadas y amadas personitas sin almas. A las primeras con sinceridad lo digo,
a las segundas con ironía, sarcasmo, chanza y envite, aunque no dejo de
reconocer el gran trabajo que hacéis al estar alienadas desde vuestras mentes
colmenas a un sistema mundial de depravación, mentira, manipulación y
adoctrinamiento dirigido por unos cuantos psicópatas, con alma, que van dando
tumbos en esto momentos dado que ya no poseen directrices que seguir y solo
saben protegerse de los propios, pues van
a la caza de unos contra otros, tanto en las alturas así como en las
bajuras, vais dándoos de palizas no sin que el resto del mundo padezca las
consecuencias colaterales de vuestros actos inhumanos y degenerados.
Lo dicho,
estimadas almitas encarnadas y sin almas con mente colmena. A todos me dirijo, pese que a sabiendas sé,
sobradamente, que sólo unos 150 me
leerán. Sí, he dicho 150. Este blog posee más de siete millones de visitas, no
obstante, las estadísticas del mismo reflejan que llegaron a leerme hasta
60.000 en cada post, pero ahora la cifra ha bajado a sólo 150. Supongo, porque
no tengo la certeza, que los que dejaron de leerme, son los que no pueden
comprender al estar desconectados de su Singularidad, yendo su Particularidad
(Ego) al fluir de los vaivenes mundiales. Y no pueden comprender debido a que
el entendimiento está radicado en la Singularidad, es decir en el Alma. Así que
los sin almas, si me leen, ni comprenderán y mis palabras les producirán rabia,
enojo, ira... en sus vidas sin sentido. Pero los que Alma poseen, si no están
conectados a la misma, en el Ego van dando tumbos, y a estos tampoco mis
palabras, llenas de exclamaciones mordaces, cargadas de ironía, machacadas con
el sarcasmo, y marcadas de la chanza y el envite, tampoco pueden comprender pues
ni se dan cuenta que procuro, con estas formas y usos, desdramatizar el drama
que acontece al ser humano al mismo tiempo que invito a reír mientras me leen,
si es que el sentido del humor les acontece.
El caso, es
que los que despiertan, o empiezan a hacerlo, lo que en definitiva consiguen ir
reconectando su Particularidad a su Singularidad, pero no lo consiguen al 100%,
y entran en eso que me ha dado por definir como el beato espiritual. Es decir,
pretenden ser espirituales, pero su ego aún le pesa mucho, así que no hay
naturalidad y espontaneidad en sus manifestaciones, sino que son caricaturas de
las formas externas que muestran otros que sí están realmente despiertos y bien
reconectados con su Singularidad, o bien usan los usos de aquellos que se consideran
despiertos, pero que no lo están, y se empeñan en mostrar a los demás el cómo
es un Ser Espiritual. Y no es que yo te vaya a mostrar cómo es un Ser
Espiritual, sino más bien cómo no es un Ser Espiritual, y que tras la
eliminación de lo que no es un Ser
Espiritual, surja en ti la forma única e irrepetible de lo que es un Ser
Espiritual, pero el saber ser un Ser Espiritual es algo que se sabe en el
momento en que uno ya no posee la
connotaciones de quien no es un Ser Espiritual pretendiendo serlo y que sólo queda en la beatitud de una
espiritualidad normalmente llena de miedos, apegos y creencias
insostenibles.
Así que sin más demoras procedo a
enunciar los pecados del beato espiritual. Y uso el concepto de pecado por la
connotación que posee la misma en esta civilización en cuanto a lo que se
aprendió que eso es malo, y que si es malo eres culpable de hacer eso que es
malo, por ejemplo. Por ello, la culpabilidad es uno de los efectos más nocivos
de los que hay que desprenderse para convertirse en un Ser Espiritual, pero de
la culpabilidad hablaré más adelante. Ahora toca mostrar los pecadillos de la
beatitud espiritual. Los he dividido en tres grupos, (1) Apegos y/o
dependencias; (2), sistemas de creencias y/o irracionalidad; y (3), Miedos y
derivados. Empecemos y al final os cuento cómo veo esto de la Ascensión y los
acontecimientos mundiales.
Apegos
y/o dependencias
1) El más adictivo de estos apegos es el
de seguir al gurú. Aquí, cada uno,
se ha buscado uno, o una. Da igual el nombre del gurú. La cuestión es que
siguen a alguien sin dudar de sus palabras. Sin cuestionar lo que dice. Asumen
lo que se predica como la verdad absoluta. Se transforma en incuestionable al
gurú de turno, y pese a que pueda meter la pata, se le justifica, se le
ensalza, se le vuelve a poner en el altar.
No
digo que no escuches a nadie, sino que escuches a muchos, que pienses luego
sobre lo que te dicen, y que saques tus conclusiones. Lo demás, es como seguir
a Hitler y defenderlo incluso cuando muere.
Lo
lamentable en todo esto, es que es como cambiar de religión. Si una religión ya
no me va bien, si es cuestionable, pues me busco otra, me sumo a la misma y a
seguir los dictados que manden. Como la gente ha sido acostumbrada al
borregismo, que es lo que aprendió en este sistema educativo planetario, es
decir, se le acostumbró a qué pensar, o a cómo pensar, pues ahora no se
plantean dejar de ser borrego del rebaño, sino cambiar de pastor; y así les va.
¿visto este punto? Pues pasemos al siguiente que son muchos y esto se me va a
ir de páginas, como siempre.
(2) El beato espiritual sigue esperando a que le salven. ¿De dónde viene esto?
Pues como he dicho antes, de lo aprendido en este mundo, pues te acostumbraron
a que algo o alguien llegaría para salvarte. Por ejemplo, llegó Jesús para
salvarte del pecado original. Está muy bien metido en la sique mental humana
colectiva esto de que la caballería vendrá al rescate. El problema aquí, es que
esto te arroja a la frustración continuada pues por más que esperas, nada ni
nadie llega a salvarte de eso que te dijeron que te salvarían. Y ahora muchos
están a ver cómo Trump les salva. Y por más anuncios que se oyen de esa
salvación, nunca llega la misma. A cada anuncio, hay un contra anuncio de que
se aplazan los plazos, que se aplaza porque no era el momento, que se aplaza
porque los otros han jugado de forma no esperada. Y así hasta el infinito. Al
mismo tiempo, y por otro lado, casi todas las culturas y religiones antiguas,
hablan de lo mismo, de que algo vendrá a salvar a la humanidad, y así estamos,
no se sabe cuánto tiempo, esperando a nada ni a nadie. Y cuando no llega ni
nada ni nadie, me agarro al gurú más cercano, y vuelta a lo mismo.
Lo que
aquí sucede es que nada ni nadie va a venir a salvarte de nada ni de nadie,
pues cuando realmente te conectas con tu Singularidad, aparece la esencia de la
que estás formado y conformado, aparece el Ser Espiritual real que sabe que ya
está salvo pues es un fractal divino encarnado teniendo una experiencia, en
nuestro caso humana. Así que mientras que no llegues a este punto, estás
abocado a esperar sin más que conseguir que la eterna frustración continua y
perpetua.
(3) En este punto es una ampliación del anterior, y es la
costumbre asentada de esperar que algo
externo te solucione algo. De seguir así, a lo anterior me refiero. Pero
resulta que se aprendió a que lo externo es lo que me solucionará algo; por
ejemplo, llegará el príncipe o la princesa que me hará feliz, y cuando llega al
inicio es maravilloso, pero al poco ya no lo es, y no nos damos cuenta que eso
externo no nos soluciona nada, en todo caso lo agrava más. Así que nada externo
a ti te ha de complementar. Que el cuento de la media naranja es sólo eso, un
cuento. Que poseer riquezas, estatus, reconocimientos… nada de eso te ayudará a
solucionar el vacío interno que posees, sino que lo que pasa es que te
acostumbraron a buscar en lo externo haciéndote creer que ahí estaría la
solución, cuando en verdad si alguna solución quieres encontrar, sólo has de
mirar en lo interno. Tú, en tu Mismidad, está la solución que buscas fuera. Así
que ya sabes. Y quien pueda oír, que oiga, y si no, ya sabe, siempre mearás
fuera del tiesto, como es la costumbre heredada. El caso, es que si así quieres
seguir, al menos no salpiques. Deja de manchar.
(4) Al beato espiritual le sigue importando algo o muchas cosas. La cuestión es que eso que
importa, tanto, le hace desequilibrarse emocionalmente. Y aquí no digo que no
tengas en cuenta a los tuyos, o que no los quieras. Verás, lo digo de otra
forma: no se trata de que no te importen en nada los tuyos, sino que no te
importe lo que suceda con ellos, pues cada alma tiene su proyecto, lo has de
aceptar, si no sufres, y no comprendes que cada cual va a su ritmo, aunque para
ti sea un ir dándose leñazos. Aquí sólo puedo
decirte que le dejes ser, que esto es amar incondicionalmente. Deja que cada
cual haga su vida, aunque no te guste. Y añado, pese a lo que pase en este
mundo, por muy negativo que sea, siempre es por algo positivo. Así que resta
toda importancia a todo. Si no lo haces, te apegas a todo, sufres, y es la
evidencia del beato espiritual dándose golpes en el pecho. Realmente nada es
importante, sólo es importante en función del ego, que todo le importa, y
contra todo lucha. Así que si tu estabilidad emocional pierdes, mira a ver qué
importó, que ya pasó, y que ya nada importa ahora, pues todo pasó. Así que es
la manera de solventar estas cosas, pues nada es más importante que tu
estabilidad emocional en todo instante.
(5)
Este punto es una ampliación del anterior. No
posee estabilidad emocional. Cualquier suceso o muchos sucesos, le hacen
entrar en estadios donde su emoción es alterada por esos eventos externos. Que
lo externo altere, no es que poseas estabilidad emocional. Has de conseguir ser
inmutable pase lo que pase, pues pase lo que pase, siempre es para mejor, y sólo
has de enfocarte en sacar el mejor rendimiento de lo que suceda, aprender de la
experiencia, pero desde una emoción de paz, de tranquilidad, sin descontrol. Si
hasta mis palabras te producen un malestar, es que no posees control emocional,
el ego te puede y te lleva a la beatitud de emociones contradictorias,
enfermizas y sufridoras.
En
este punto y a tener en cuenta, estos beatos espirituales, ante sus gurús sí
aparentan ese control emocional, se pliegan en el ritual de la sonrisa, del sí,
lo que el líder diga… pero una vez que no están con el gurú, su ego vuelve a
las andadas y esa simulación no se puede mantener y estallan normalmente con
los más cercanos. De estos hay muchos, y muchos he visto al lado de los gurú, y
cuando no están con el gurú, soberbios se vuelven. sólo hay que tener mucha
compasión por estos, es que no saben controlarse, no lo aprendieron, les queda
mucho recorrido por delante.
(6) El
beato espiritual no es espontáneo, ni
despreocupado, ni alegre. Y en este punto no me alargo, no explico, o es o
no es. Así de simple, así que aplícatelo.
(7) En este punto tampoco amplío, es tal cual se menciona,
el beato espiritual aún sigue en la
búsqueda del reconocimiento de los demás, de la aprobación de los demás, de la
aceptación de los demás, de que le den la razón los demás. El problema es
que ni se dan cuenta de esto y van como borregos al matadero para ser
degollados buscando todo lo mencionado antes, y normalmente en modo súplica...
y cuando no lo encuentran el descontrol emocional es la evidencia.
(8) Necesita del
apoyo de los demás. Está en la solicitud del consejo continuo, en especial
del gurú al que sigue, al que pregunta y espera una respuesta que mantener,
pues por sí no tiene decisión para ir a donde quiere, pues necesita de ese
apoyo, que normalmente es verbal por parte de los demás. Lo que en verdad busca
es no encontrarse con críticas ante la toma de decisiones libres pese a que no
gusten a los demás sus acciones. Si no se siente respaldado, no avanza, no
tira, se estanca.
(9) Autoestima
tocada. Es decir, aún le das valor a lo que los demás digan de ti. Aún no
aprendiste que no puedes controlar lo que los demás piensen de ti, que siempre
es subjetivo, pues parametran desde sus parámetros parametrados por el ego.
Cuando aprendas que sólo puedes controlar lo que tú pienses de ti y no le des
valor a lo que los demás piensen de ti, entonces tendrás autoestima asegurada,
el resto ya lo podrás comprobar en ti mismo, y la evidencia más clara es el
descontrol emocional en el que entras ante lo que los demás piensan de ti.
(10) El beatorro espiritual duda de sí y le falta confianza en sí. Esto es una ampliación de
los puntos 7 a 9. En sí, el beato espiritual duda de sus acciones, necesita del
apoyo externo, del reconocimiento de los demás, no suele tomar decisiones, sino
elecciones. Obviamente no confía en sí mismo, mucho menos en su Mismidad, pues
no está conectado a su Singularidad. Así que cuando no dudes en lo que quieras
realizar y confíes en ti plenamente, ya sabes que alienado estás, borrego eres
y el orto al desnudo llevas expuesto.
(11) Esta me encanta: Da
esperando a cambio. No hace si no recibe. Es incapaz de ser generoso. Todo
lo que hace es porque le interesa sacar algo a cambio. Y no amplío esto, es fácil de observar en uno, y evidente en los
demás cuando uno está conectado a su Singularidad.
(12) Otra que me encanta desnudar del beatorro: No brilla con luz propia, sino a la sombra
de la de los demás. Esto es una matización de puntos anteriores, de la
dependencia que mantiene a lo externo y a los demás. Se excusa en los demás.
Anda dando justificaciones de todo. Tiene que conseguir el beneplácito externo.
Vamos, que en todo caso es una vela que se apaga con un simple soplo.
(13) Esta es muy buena y evidente, pues la puedes comprobar
en ti mismo: Aún no sabe mantener
relaciones humanas sana. El conflicto, la pelea, la discusión, le acompañan
en sus relaciones, así que si lo observas en ti, ¿para qué más explicar?
(14) El beato deja
que le maltraten, en especial por el sistema. Y aquí no me meto en las
leyes de maltrato, no. Es más sencillo, ¿qué es el maltrato? Pues todo lo que
no sea buen trato. Pero estás
acostumbrado, por lo general, a absorber el maltrato como lo lógico, lo normal,
y así te va. Por mi parte, si te sirve de algo, quien llega a mi vida sin un
buen trato ofrecido, se va por donde llegó. Así de simple, pero también de
contundente. Hay que protegerse, de lo contrario, me remito al extenso Informe
XI “Sin bragas y a lo loco”, donde evidencio que el orto se aprendió a exponer.
(15) Este comportamiento que aludo, es muy nefasto en el
beatorro: espera a que los demás se
movilicen. Se queja de que los demás no hacen lo que quisiera que se
hiciera, pero él no lo hace. En esto alardea de valentía, pero no asume retos
individuales, sino que en todo caso se apuntaría, en la retaguardia, atrás del
todo, a lo que otro promueva, pero por sí no hace más que quejarse de que los
demás no hacen lo que le gustaría hacer él, y es obvio, no es valiente para
posicionarse. ¿Quedó claro esto? Realmente es la parte más cutre del beatorro
espiritual, al menos para mí, me da asco ver estas cosas. Es ver la cobardía.
(16) Una característica muy habitual: se compara siempre. Su Ego está en el hábito de compararse con los
demás, en querer ser superior a los demás, y no inferior. El caso es que es
incapaz de verse en igualdad a los demás, pues eso sólo es posible cuando estás
conectado a tu Singularidad y percibes que todos somos Almas perfectas
encarnadas, que en nada han de tener envidia una de la otra. Es la
Particularidad desconectada la que lleva al beato espiritual a la lucha, sin
cuartel, de no quedar por debajo y siempre por encima, y se empeña en esto sea
como fuere, aunque no lo demuestre en
lo externo, pero por dentro le corroen sus entrañas el no ser como éste o aquel,
en especial el no ser como su gurú espiritual, esto no lo lleva bien; y suele
decir eso de “es que la suerte que tiene mi gurú de estar iluminado” Y quiere
alcanzarlo, quiere ser como él, y aquí tienes la comparativa, cuando sólo has
de ir a tu bola sin medirte con nada ni con nadie cuando sabes que eres un
fractal divino con toda la potencialidad de la Fuente.
(17) Y la última que destaco en este apartado de apegos y/o
dependencias: Se apunta sin parar a
cursos de retiros, a talleres, a conferencias… pero no a las que son gratis
o sólo han de poner el mínimo para pagar los gastos sin que el gurú se lleve
una tajada. Lo auténtico no ha de pagarse, sólo los falsos profetas y gurús
venden la beatitud espiritual mediante el capitalismo de una espiritualidad
falseada llenándose los bolsillos de tu ingenuidad (ver “El club de la
estupidez”, lo que Cipolla dice sobre los ingenuos o incautos).
¿Visto
hasta aquí, incauto beato espiritual? O quizá ya dejaste de leerme y en las
próximas estadísticas que me pasen indicarán que no hay lectores algunos a mis
escritos. Si así fuera, que no lo descarto, ya he descartado a más de 60.000
lectores – beatos espirituales – que ya no me leen. Aleluya, hermano, quizá
seas uno de los despiertos de verdad si me lees. Bien, pues pasemos al
siguiente epígrafe de los tres de esto de los pecados de la beatitud
espiritual.
Sistemas
de creencias y/o irracionalidad.
¿Estás preparado beato espiritual? Lo pregunto porque lo
que llega puede ser duro de leer. Advertido estás, comencemos.
(1) Los beatillos espirituales aún creen en alguna doctrina, ideología o creencia religiosa. Tal
cual lo he dicho ¿quedó claro? Si todavía crees en una religión, tú,
absolutamente seguro, que no has conectado tu Particularidad a tu Singularidad.
Así que es seguro que todos los 17 puntos anteriores se dan en ti, que aún
dependes de que te salve algún diosito. Por tanto, si sigues en una adoración a
alguna divinidad o credo religioso, ni de coña, pero es que ni por asomo has
despertado. ¿Contundente? No, más bien claro.
(2) En esto de las creencias, está la norma de creerse lo que le dicen sin dilucidar. Escucha
a quien sea, se lo creen y listo. Vamos, que no se ponen a pensar si es real o
no lo escuchado, si tiene lógica o no. Tan solo se lo creen y listo. Vamos, que aún se creen, porque así se
lo dijeron, aquello de Adán y Eva en el paraíso. O se creen que el uso de
mascarillas es beneficioso para su salud. O se creen que todo lo que le cuentan en los medios de comunicación, se lo creen sin darse cuenta que esas noticias son
sólo distracciones para que no se fije en lo esencial. Vamos, que las tácticas
básicas de combate de usar la distracción contra el enemigo para darle el golpe
donde más le duele, es que ni la pillan. Se suman, estos beatos, a la primera
distracción que el sistema ofrece sin dilucidar.
(3) Este punto es consecuencia del anterior: repiten lo que escuchan como si de
loros se tratase. Entonces basan sus discursos, que no lo son, es la repetición
de lo que han escuchado, y lo emiten a modo de slogan, pero si lo observas
bien, detrás de ese slogan no hay un razonamiento, sólo una repetición sin
sentido. Aquí volvemos a incidir es que aprendimos qué pensar, no cómo pensar.
Y de este punto, caen en el siguiente.
(4) El lema del beato es: “lo dice tal o cual” y este es el factor argumentativo. O bien lo
dice el texto, teóricamente sagrado, o lo dice el gurú de turno, o lo dice el
político de pacotilla que habló. El caso es que el beato espiritual se escuda y
excusa en que lo ha dicho tal persona o está escrito en tal sitio. Pero la
cuestión, y volvemos a lo mismo, es que no hay razones para defender eso que
predican como slogan, solo lo repite. Es algo así como nos hemos encontrado
muchas veces en nuestros padres cuando le preguntábamos algo y respondía eso de
“porque lo digo yo” u otras sin razones como: “porque lo dice la iglesia” o
“porque lo dice el partido”. A ver,
Almitas, esto es no pensar, es no usar el entendimiento. Esto es un sin
sentido. Es irracionalidad.
(5) El beato, aún
cree en el sistema. Y al creer en el sistema defiende el mismo, defiende el
sistema judicial, el sistema policial, el sistema económico, el sistema de
partidos… y todo lo que se derive del sistema mundial en el que vivimos; y lo
grave es que se lo cree de verdad, que de verdad se cree que el sistema sirve
para ayudarle, cuando lo que hace es oprimirle. Como si no tuviéramos pruebas
sobradas en toda la historia de la humanidad de que el sistema no funciona en
servicio de los demás sino para unos pocos que están arriba en la cadena de
mando. De esto hablé mucho en Informe XI, y cómo la ingeniería social ha
desarrollado mecanismos para que defiendas al sistema haciéndote creer que no
hay otra posibilidad de sistema. Pero
por si aún no te has dado cuenta, el sistema va a por ti, y esta vez no usará
de una guerra mundial, sino que conseguiría que luchéis unos contra otros,
incluso dentro de la familia, denunciando al que no cumplan las normas que el
sistema impongan para sumirte en el caos absoluto, pero de esto ya hablaré más
al final cuando dé mi opinión de lo que sucede en este mundo y lo de la
Ascensión.
(6) El beato es incapaz
de evaluar sus sistemas de creencias. Si lo hiciera, es muy posible que
observara que en todo lo que cree, no posee sustento, ni racionalidad, ni
lógica. Entonces tendría que replantearse en qué creer, y buscaría una creencia
en algo, pero no se le ocurre mirar dentro y creer; o, mejor dicho, ni se le
ocurre confiar en sí. Necesita seguir creyendo en cosas externas como medio de
solución a sus cuestiones, problemas o circunstancias.
(7) El punto anterior, lleva al beato a no ser sincero consigo ni con los demás.
Y es que no puede serlo dado que sus sistemas de creencias son irresolubles,
antagónicos, incoherentes y absurdos. Así que, partiendo de esa base de
partida, la falsedad de su realidad es manifiesta, clara, rotunda y evidente.
Esto lo podréis comprobar, pues un día dice una cosa, y luego la otra, se
contradice, miente, oculta, quiere repararlo luego y cae en otra falta de
sinceridad consigo mismo y consecuentemente con los demás.
(8) Cuando el beato empieza a darse cuenta que el sistema
no funciona, quiere cambiarlo. Pero esto no funciona. No funciona cambiar el
sistema desde dentro. Ni cabe cambiarlo montando un sistema al margen del
sistema, pero apoyándose en similitudes del sistema, como la de implantar en el
nuevo un sistema judicial, como ya lo hay en el sistema que quiere cambiar.
Aquí se estaría queriendo levantar un edificio nuevo, pero en realidad se
estaría cambiando el color de las paredes, pues el edificio sigue siendo el
mismo. El beato lo que no ha visto, es que lo ha de hacer es dejar que el
sistema se destruya por sí mismo, y tras eso retirar los escombros y ahora sí
construir algo nuevo. Mientras, lo que se puede hacer es construirse uno a sí
mismo su propio sistema alejándose todo lo posible del sistema. Y aquí hay una
cuestión que el beato no pilla, que es la clave a explicar en este punto, y es
que no sabe ni qué construir ni cómo al
margen del sistema. No obstante, te lo puedo escenificar: como el sistema
actual sólo funciona mediante el miedo, lo que puedes es construirte tu propio sistema
personal mediante lo contrario al miedo: el amor incondicional. Y el amor
incondicional lleva aparejada la honestidad, la comprensión, la empatía… y con
este soporte, si consigues un soporte sólido a la construcción de, primero, tu
sistema personal, y luego cuando caiga el sistema, a la construcción de uno
nuevo desde la base personal ya construida que podrás compartir con otros que
hayan hecho lo mismo que tú.
(9) Este punto es una puntualización de otros vistos antes:
busca fuera de sí la verdad, sin
reconocerla en sí. Aprendió a creer, y creerse, que la verdad está fuera,
que el sustento está fuera, que todo está fuera, y en ello sigue delegando, y
así le va. Pero cuando deje de creer en esa estupi-memez, solucionará este
postulado en sí, en su Mismidad. Pero la clave es que el beato aún cree que la
verdad es la que dice la televisión,
y que no lo que no salga en televisión, no es verdad.
(10) Una característica notable, no sobresaliente, es que
aprendió en sus sistemas de creencias expresivos, que ha de proceder mediante el reproche, la acusación
y la exigencia contra los demás. Pero en esto no amplió, ya dije mucho en “El tratado de la sencillez” así que si
quieres léelo.
(11) El beato espiritual, no se da cuenta que sus sistemas de creencias le condicionan
en su forma de ser y de hacer, y que lo aplica por igual a los demás
condicionándoles. Si hay condiciones a uno y a los demás, es la evidencia de
que no hay amor incondicional pues el amor incondicional no se impone a sí
condiciones ni a los demás. Si esto que no amplío más, si no lo pillas del
tirón, es que están muy condicionado por tus sistemas de creencias
condicionantes.
(12) Su sistema de creencia, aprendido, es que una vez que
se cree salvado, que se lo cree, pero no lo sabe con certeza, se empeña en ir predicando a los demás para salvarlos.
Así se establece una especie de apostolado y proselitismo que no es más que un
adoctrinamiento a los demás mediante sus nuevos sistemas de creencias,
teóricamente espirituales, aprendidos desde su gurú favorito de cómo es el Ser
Espiritual. No cobra por esto, por lo general, pero otros que se creen los
nuevos líderes, sí se dedican a cobrar por los nuevos sistemas de creencias que
venden de cómo es el Ser Espiritual. Esto es entrar en una pescadilla que se
muerde la cola. Y así les va, a los nuevos beatos que se creen iluminados, y a
los iluminados que se creen maestros o gurús: que se dedican a querer convencer
a los demás, buscando aliados en su nuevo declinar falsamente espiritual, o
buscando nuevos clientes para venderles nuevos sistemas de creencias falsamente
espirituales. Qué asco me dan estas gentes, son más repugnantes que los
Iluminatontos.
(13) Lo peor se sus sistemas
de creencias, es creerse inferior a su
divinidad, a la Fuente. Esto les lleva a suplicar, a mendigar, a rezar…
buscando en ello una solución, El problema aquí es que no entienden que son un
fractal divino con toda la potencialidad de la Fuente.
(14) Molestarse cuando lea esto. Sí, beatillo, si te has molestado con
algo de lo que has leído hasta aquí, es que eres un beatillo, o un sin alma. Y
aquí no tengo más que añadir, he sido muy claro.
Hasta aquí sumamos 31 de los 40
pecados del beato espiritual. Anteriormente dije que irracionales, pues como
bien sabes, el entendimiento está radicado en la Singularidad (Alma) y mientras
que no se esté conectado a la misma desde la Particularidad, no hay raciocinio,
sino obediencia a lo aprendido. Bien, pues aquí lo dejamos y en la siguiente
parte vemos el resto, que esto ha sido muy largo y se ha tenido que dividir en
dos partes.
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Hasta
aquí por el momento, Almitas, que el texto es largo y lo he tenido que dividir
en dos partes.
Actualizaciones
y ¿¿¿…??? deeelij@gmail.com
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