Es
muy común que andemos por la vida a bandazos.
La elección de compartir este
plano es porque aquí podemos tener “sensación”, que es sentir-acción. Y esto de
sentir esa acción la alcanzamos andando entre los extremos. Esos extremos nos
llegan a través de los sentimientos que, cuando vamos dormidos experimentado la
vivencia humana, nos llevan de la euforia al dolor, de verlo todo blanco a verlo
todo negro, buscamos el bienestar huyendo del malestar, queremos tener mucho
por el miedo a tener poco, decimos que amamos con toda la fuerza a alguien o a
algo para después odiarlo con la misma fuerza. Etiquetamos todo. Cuestionamos y
fundamentamos porque necesitamos tener razón para justificar nuestro accionar
egóico. Sensaciones… sólo sensaciones...
Y estando dormidos, creemos que la vida
es eso: “lo que cuesta se disfruta el doble”, “sin sacrificio no se consiguen
las cosas”, “el sufrimiento es parte de la vida”, solemos repetir con total
liviandad y actuamos por inercia desde la mente cargada de estructuras y viejos
paradigmas. Todo este cúmulo de experiencias vividas desde la inconsciencia nos
empuja indefectiblemente a la frustración y a la resignación.
La
Paz está en el equilibrio.
Damos gracias a todas esas “sensaciones” y libero el
lastre que provocaba un freno en mi evolución. Ahora sí puedo ver mi creación y, como creador, acepto lo presente y me instalo en el Equilibrio. Este Equilibrio consigue
la conexión que necesito para fluir, para confiar, para comprender. Desde ese
punto cero que en nuestro cuerpo se encuentra en el Corazón vemos la realidad,
la real, la del Ser. Ese reencuentro se da naturalmente y sentimos la vida como
es: Amor. Y este Amor se expande desde el Equilibrio en mí hacia ti y de ti
hacia mí.
Abracémoslo. Ya es tiempo.
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Autor: Diego
Alcalde (alcalde.diego@hotmail.com)
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