Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2024-2025

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18/11/10

Velos del temor sobre el resplandor de lo esencial

La madurez espiritual, tal como la veo, es el deseo de tocar y reconocer la impecabilidad de ser. Cuando no hay esta madurez, la atención está dispersa entre las experiencias que se tienen, todo lo que es variable. Por eso, según lo que atrapa mi atención, es que busco.

Cuando hay asuntos pendientes en mi mochila de tendencias y mi atención está atrapada en el devenir, las situaciones cambiantes de la vida me atraen más que el deseo de auto-reconocimiento como lo divino esencial de Mi. Por eso muchas terapias, libros y profesores o maestros de todo tipo se dedican a ayudar a encontrar lo que cada quién está buscando o necesitando, como por ejemplo, crecer personalmente.

El buscador ha leído, escuchado y conversado mucho, tal vez durante algunos años, y ya hay una semilla sembrada en él, la semilla del deseo de beber agua viva. Pero paralelamente hay otros deseos no comprendidos. Se dice que se entremezcla lo humano y lo divino. Lo humano podría comprenderse como reflejo de lo divino, mi expresión de ser. Lo humano no está ni puede estar separado de lo divino, por eso se entremezcla y en este lapso de espacio tiempo siempre estará entremezclado. El asunto es: ¿vives en confusión, en miedo, en angustia?

Se suele confundir la vida en realización, con algún extraño estado de insensibilidad, pero la expresión es pura sensibilidad, ¿cómo no habría de sentir? El cuerpo es sensibilidad pura, lo mismo las emociones, y la mente busca darle sentido a todo ello. Todo eso es la expresión de ser... lo humano.

Se refiere a lo que toca vivir en el tiempo, en el espacio, aquí y ahora. Es la experiencia constante de la vida, la experiencia, pero no lo esencial. Ir detrás de las experiencias tiende a perdernos en el laberinto del devenir, la mente y el ego. En cambio la vivencia, que es la conciencia de la experiencia aquí y ahora, es estar fuera del laberinto. Eso hace toda la diferencia ya que fuera del laberinto no hay confusión.

No significa esto, que, en cuanto a funcionar adecuadamente, no se usa todo el potencial de la mente. Planificar no es inadecuado, tomar precauciones es muy conveniente, usar las experiencias del pasado para comparar las posibilidades del futuro es inteligente. Ahora, el asunto es saber si buscas la felicidad en el futuro o la reconoces aquí y ahora. La felicidad entendida como el pleno gozo de ser.

Muchas personas admiten que no viven esa felicidad, y me pregunto, ¿cómo imaginan que es la felicidad? Se requiere en este sentido hacer una distinción. Una cosa es estar feliz, otra cosa es la felicidad misma. Estar feliz se refiere a que un personaje experimenta situaciones que complacen sus expectativas, en cambio felicidad se refiere a ausencia de temor, ausencia de angustia, ausencia de deseo por lograr algo para experimentarla.

El temor es un velo muy fuerte que oculta la felicidad y está en tus manos develarlo. Mientras haya una fuerte sensación de ser alguien que tiene temores, el develarlo depende de ti. Si lo dejas al azar, esa disposición que tienes no ayudará. Muchas veces, lo que la persona hace es observar lo que siente y tratar de analizar por qué se siente así o por qué está sintiendo una fragmentación, sin salir de su laberinto mental. Y hay sutiles trampas en eso.

Cuando observas el sentir, solo observas. En cambio cuando intentas explicarlo o razonar los por qué, ya estás introduciendo el juicio. Cuando haces esto le estás dando valor a lo que te dicen tus ideas, y son precisamente las ideas las que presentan los temores, siempre ofreciendo contrastes... eso es justamente la fragmentación. El temor que suele rondarnos es como una neblina que no se disipa, siempre en el fondo de nuestra mirada. Puede haberse producido por el recuerdo de alguna experiencia que impactó en forma brusca, violenta, y resulta indeseable que se repita. Ese miedo constante funciona como un regulador y un impulsor a proyectar deseos específicos a ser alcanzados, suponiendo que así podremos estar felices o seguros. Es conveniente ver estos temores, sacarlos a la luz y tratar de que no sigan impidiendo una clara mirada. Sin embargo lo que trato de mostrar es lo que es ahora y siempre ha sido, lo que soy, que es anterior a todo miedo e incluso se debe comprender que está presente cuando el miedo surge. Ordenar mi funcionamiento psicológico es muy adecuado, pero no es imprescindible para reconocer la realidad. Basta testificar todo ello, desde afuera, sin necesariamente racionalizarlo, ni pretender transformarlo. La claridad se ocupa muy bien de transformar las cosas una vez se está mirando desde Si mismo.

Se cree que cada sentimiento tiene un por qué, y pregunto: ¿será seguro que esto es así? Se puede razonar los sentimientos, si, se le puede aplicar historias a todo lo que vamos sintiendo, pero ¿has probado a sentir sin explicarlo? ¿De dónde sale la necesidad de averiguar por qué sientes así o asá? Una respuesta típica es que sirve para conocerse. ¿Quizás conocerse racionalmente? Otros desean saber qué es lo que quieren de la vida. Algo así como tener un listado de gustos y aversiones.

El asunto es: tú sientes y no necesariamente tienes que explicarlo. Cuando pretendes explicar los sentimientos, el miedo, incluso la alegría, entonces revisas en tu memoria el sentimiento que tuviste. Si conocerte a ti mismo significa revisar lo que recuerdas, lo que estás conociendo son las memorias y te estás definiendo con ellas, permitiendo que estas pongan una etiqueta al ser que eres. Con eso vas formando una identidad. ¿Es tan difícil darse cuenta de cómo funciona esto?

Esto es de suma importancia, lo tenemos en la punta del tenedor, así démosle un buen mordisco. Solo ahora puedo sentir. Primero siento y luego analizo.

Puede ser, desde el punto de vista causal, que se haya disparado el sentimiento o emoción debido a algo que estaba pensando, pero también puede ser que solo suceda, sin causa conocida. Ahora soy... sin duda soy, y supongo que si puedo ponerle un concepto a lo que estoy viviendo podré conocerme mejor.

Por eso se termina creyendo que soy lo que mis ideas dicen y han etiquetado a partir de las experiencias que recuerdo. Es esto exactamente lo que llamamos: vivir por medio de la mente. Algo que constantemente estamos señalando junto con R.Malak para poder ver lo evidente: soy anterior a cualquier idea que tenga de mí o de cualquier cosa. La realidad no se capta con la mente. Esta mañana Malak me comentó: “Con la mente no se puede saber eso. Es como si la nieve quisiera conocer el agua. Apenas la toque se derrite y se transforma en lo que siempre es... (agua)”.

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Autora: María Luisa

Fuente: Existo (http://existodesdesiempre.blogspot.com)

2 comentarios:

  1. Genial el texto y muy esclarecedor.
    Cuando surge la emocón por ejenplo de ira en la mente ...hay miles de justificaciones y esa mente quiere analizar los porques..., porque no le gusta sentir el pensamiento negativo que tienes pues provoca un desequilibrio mental y emocional y no lo quieres...
    Dice el post mirarlo simplemente...?
    Saludos.

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  2. Gracias, Peregrina, por tu comentario.
    Tendemos a identificarnos con los pensamientos que por acción-reacción emite nuestra mente, pero los pensamientos no somos nosotros. Tú no eres tus pensamientos.
    Un abrazo.

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