Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2023-2024

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13/6/19

El reino de los cisnes (Los cuentos de Noor Inavat Khan. Alias: Madeline) (9)



    Introducción: ver el primer post en el blog (18/04/2019)


EL REINO DE LOS CISNES

Hay muchos lagos en el mundo, lagos azules, lagos verdes, algunos con lotos blancos. otros con sonrientes nenúfares, pero ninguno tan hermoso como el lago Manasa porque en sus aguas brillaban todos los colores del cielo. Milagrosas flores  con grandes y rojas copas de miel, crecían alrededor de sus márgenes, y cada día vertían un poco de su belleza en el lago.
En este reino vivian sesenta mil cisnes, gobernados por el rey Dhritarashtra y por Sumukha, el comandante de su ejército.
Los cisnes eran hermosos como sirenas y el comandante de su ejército era majestuoso y fuerte, pero nadie podía comparársele al rey, porque sus plumas eran de un color plata brillante y mientras flotaba a lo largo de la noche, era como si la luna estuviera en el lago.
Los cortesanos de todos los palacios hablaron a sus señores sobre este reino de cisnes. Muchos monarcas alabaron esta maravillosa nación maravillándose  también de sus gobernantes Dhritarashtra y Sumukha. Pero sobre todo Brahmadatta, el rey de Benarés anhelaba conocerlos.
Así que un día reunió a sus cortesanos y les dijo: sabios y fieles amigos, vuestro rey no será feliz hasta que cierto deseo se cumpla.
Señor, ¿podemos conocer este deseo? preguntaron.
Yo ansío encontrarme con el rey y el comandante del lago Manasa;  decidme, por lo tanto, cómo puedo satisfacer mi deseo.
Oh rey, dijo uno de los cortesanos, si puedo opinar, hay sólo una manera. A una orden tuya el lago podría hacerse cerca de las puertas de Benares, incluso más espléndido que el lago Manasa. Cada día deberían gritarse bien alto estas palabras: el rey de Benarés da este lago a todos los pájaros del mundo y serán protegidos por él.
La noticia pronto se esparció hasta llegar a los cisnes del lago Manasa, y escuchando que existía en el mundo un lago más hermoso que el suyo, les hizo apresurarse para verlo.
El consejo complació al rey que dio órdenes de que empezaran las obras.  Árboles con un sin fin de floridas y flores, fueron traídas de tierras lejanas. El lago fue llenado con agua tan clara que los peces podían ser vistos nadando en el. Cuando el lago estuvo terminado era muchísimo más grande que el Manasa. Y los pájaros, las abejas y las mariposas vinieron a miles a cantar y bailar a su alrededor.
Cada día se escuchaba la llamada, invitando a los pájaros de otras tierras, y llegando desde cada parte de la tierra, hicieron del lago un punto de encuentro.
Un día, dos jóvenes cisnes del lago Manasa, dejaron su reino para viajar a través del mundo. Pasando por encima de Benares vieron el encantador lago, y tras escuchar la llamada de invitación, descendieron y miraron a su alrededor. Sus miradas se encontraron con una visión de belleza. Árboles y flores que ni siquiera habían soñado, incluso guirnaldas de flores flotaban suavemente sobre el regazo del lago.
Si fuera este nuestro reino, exclamaron. Navegaron de punta a punta el lago y luego levantando sus alas volaron de vuelta a su casa.
Un día tras otro ellos hablaron de la belleza del lago de las puertas de Benares, y los sesenta mil cisnes empezaron a inquietarse.
Llévanos allí, Oh rey, pidieron a Dhritarashtra diariamente, hasta que al fin el decidió ir. Pero Sumukha, pensativo, no se alegró por ello. Mi rey, dijo a Dhritarashtra, ¿estás lo bastante seguro de que es sabio complacer a tus súbditos en este asunto?  Ten cuidado con las palabras de los hombres. Ciertamente amable es la llamada de invitación, pero sabemos poco de que hay detrás de ellas. Si, de todas maneras, habéis decidido que debemos ir, no permanezcamos allí más de un día.
Con esto estuvo de acuerdo Dhritarashtra, y a la caída de la noche levantaron sus alas y volaron hacia Benares. Alcanzaron el lago y descendieron, y en un momento Masana quedó olvidado, nadaron entre las flores como en un sueño. Flotaron majestuosamente sobre la plácida agua, brillando como sesenta mil estrellas del cielo, la noticia fue llevada a Brahmadatta, quién lleno de alegría gritó alto: coged a Dhritarashtra y a Sumukka y traedlos al palacio.
Los sirvientes del rey no fueron lentos en montar una trampa en medio de las flores y pronto los pies de plata de Dhritarashtra quedaron atrapados en ella. Profundamente alarmados, los sesenta mil cisnes emanaron fuertes gritos de dolor y pena y volaron salvajemente en el aire, frenéticos como el pensamiento de que su rey había sido asesinado en la batalla. Sólo Sumukha permaneció con su rey.
Vuelve a Manasa, le dijo Dhritarashtra a Sumukka, mis súbditos no pueden ser felices si están solos. Vete por su bien, ¡oh Sumukka!
Pero Sumukha no escucharía sus palabras y permaneció al lado de su rey.
Cuando el sirviente de Brahmadtta vio que un cisne estaba atrapado y que otro permanecía esperando a su lado, los miró asombrado.
Tu compañero está atrapado, le dijo a Sumukka, pero tú, apuesto cisne, eres libre. ¿Por qué te quedas? ¿No sabes que los guardias pueden agarrarte?  Tus alas son blancas y perfectas; vuela lejos, valiente cisne, y no permanezcas aquí.
Pero Sumukka, le contestó con voz humana: este pájaro que habéis atrapado es nuestro rey. ¿Cómo puedo yo entonces irme de aquí y ser feliz lejos de él? Si quieres complacerme, ¡oh guardia, tómame a mí y déjalo a él libre!
No temas, contestó el guardia, ningún daño le será causado, es solamente que nuestro rey Brahmadatta desea conocerle. Así que ven sobre mi espalda al palacio. Nuestro rey os honrará a los dos.
Y fue tal como el hombre dijo, y cuando trajo los cisnes al palacio del rey y hubo contado la historia a Brahmadatta, el rey se quedó mudo y lleno de asombro. Dhritarashtra le habló con voz dulce y atrajo el corazón del rey. Ellos hablaron felices y después de que les fueran brindados todos los honores reales, los dos cisnes partieron de la corte de regreso a Manasa
Fue un feliz regreso a casa para todos los sesenta mil cisnes y vivieron felices juntos para siempre.


Ya sabéis, os puedo ir mandando estos cuentos de Noor Inavat Khan en PDF, escribir a deeelij@gmail.com

Finalmente aprovecho por si alguien quiere lo publicado, anteriormente, por Deéelij en este Blog sólo ha de decirlo en el mail antes indicado

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