Existen unas
Reglas de un Sagrado Juego en el que cada jugador -como si fuera Dios- va
creando su propia realidad; y aunque a todos les es dado el poder de crear, no
todos optan por hacerlo y prefieren hacer preguntas, ya que algunos están
dormidos e ignoran que nadie sino ellos se pueden a sí mismos contestar, pues
¿cómo osará ningún jugador responder preguntas que no corresponden a su propia
parcela o casilla en donde no está su ficha colocada?
Sólo los que han
despertado se percatan de que todo en este plano es como un juego, y entonces
tienen dos opciones: abandonar el juego voluntariamente, o decidir que van a
seguir jugando y creando su propia realidad, reinventándose una y otra vez para
ello si es necesario -como es muriendo y renaciendo sin tener que abandonar su
cuerpo-, y ayudando de esta insólita y llamativa manera, a despertar a aquellos
que -creyéndose aún que todo es real- sufren porque algunos cayeron en la
casilla del pozo y andan esperando que un jugador samaritano pase a rescatarlos
por no poder hacerlo por ellos mismos simplemente por no atreverse a romper a
tiempo las reglas del juego.
Otros fueron a
aterrizar sobre la casilla de la muerte y se sienten perdedores al tener que
empezar de nuevo el juego. Y a otros, la mala fortuna de unos simples dados les
tocó tener que dar con sus huesos entre rejas, un tiempo.
Sólo al que juega despierto
siempre le van a tocar los dados que él con su voluntad proyecta, ya que la
caída de éstos no va a depender de las leyes de la física, sino de otra Ley
diferente, que es LA LEY DE
LO INSÓLITO Y LO INESPERADO, y que en el plano de los que duermen -con
muchísima suerte y acompañado de la
Magia- acaso sólo pudiera "OCURRIR LA VEZ UN TRILLÓN",
¡jajaja!
Y ante los ojos de
los durmientes, esos que juegan despiertos y ya ninguna desgracia les afecta,
aparecerán como si fueran dementes, mientras éstos siguen tirando sus dados, y
en lo sucesivo siempre irán "de oca en oca y tiro porque me toca",
ante los incrédulos y dormidos ojos de muchos presentes, que ante tan inaudita
"suerte", comienzan a cuestionarse cosas...
Cuando uno deja de
estar tan seguro y comienza a cuestionarse lo que por tan seguro tenía y
comienza a desprenderse y a soltar, y soltar, y reír y reír (que eso sí que no
pesa), es la víspera del Despertar.
Mientras tanto,
Penélope sigue tejiendo y tejiendo con santa y jobiana paciencia, un bello
manto en el que la Realidad
no se nos muestra por el derecho, sino por el envés, en donde todos los nudos,
falsas puntadas, remates y otras Verdades se hallan escondidas en la trama.
Y entonces... sólo entonces
-cuando se nos ocurre darle la vuelta al tapiz y se nos revela de golpe todo el
entramado- es cuando comprendemos que nada es lo que parece, y que lo que se
nos mostraba como la Realidad ,
era tan sólo una bella ilusión, porque "lo esencial es invisible a
nuestros ojos", El Principito "dixit".
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Autor: Socrates (pseudónimo)
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