Cientos de miles de personas, seguro que entre ellas much@s seguidores de este Blog, han visto en You Tube el video Campanas por
Si traigo aquí y ahora el asunto es por un artículo que inserta hoy el diario madrileño El País con el título La monja y las teorías de la conspiración, escrito por Milagros Pérez Oliva, que sirve de respuesta al reportaje firmado por María R. Sahuquillo y Emilio de Benito que la sección Vida y Arte del mismo periódico publicó, bajo el titular Desmontando a la monja-bulo, hace una semana, el pasado 1 de noviembre.
Dicho reportaje constituía en si mismo una enorme infamia. De manera tan consciente como ruin se intentaba con él desprestigiar no ya las reflexiones y aportaciones de Forcades, sino su figura, su honestidad y capacidad personal.
No puede extrañar. Es la forma usual de respuesta –el guión estándar- de la élite cuando alguien que osa oponerse a su pensamiento único alcanza influencia pública. Y la dimensión social lograda por las reflexiones de Teresa Forcades exigía la aplicación a rajatabla de tal guión. Los autores del reportaje se brindaron a ello. Y El País le dio cobijo en sus páginas poniendo su imagen al servicio de un ataque feroz e indecente contra una persona honrada y sencilla; contra alguien cuyo única falta consiste en no compartir los criterios oficiales y expresarlo abiertamente con éxito entre el público.
Pero los inductores y promotores del reportaje-calumnia no midieron bien las consecuencias de su acción. Y un clamor popular se ha levantado a favor de Forcades. Hasta el punto que el propio diario publica hoy el artículo reseñado de Pérez Oliva cual modo evidente de recoger velas en el asunto e intentar paliar el daño que el reportaje en cuestión ha supuesto para su credibilidad entre los lectores, que en avalancha han reaccionado reclamando respeto a las voces discrepantes y alineándose con los que sostienen y muestran que todo lo relacionado con
Las cartas en alud de los lectores, de las que se hace eco Milagros Pérez Oliva en su artículo, ponen el dedo en la llaga al coincidir, con unas u otras palabras, en la idea que la psicóloga clínica Olga Fernández Quiroga expresa así: "El artículo (por el reportaje contra la monja) contiene todas y cada una de las acusaciones que los autores vierten contra la doctora Forcades: apariencia de seriedad, medias verdades y descalificaciones". La endocrinóloga y ex diputada socialista Carme Valls Llobet, autora de varios libros sobre salud y género, escribe: "El artículo (por el reportaje) intenta una burda manipulación de las palabras de Teresa Forcades. No se pueden utilizar medias verdades, o directamente mentiras, para descalificar. Son muchas las comunidades científicas contrarias a realizar intervenciones preventivas sin las adecuadas garantías de seguridad", afirma en relación a la vacuna. "El titular no se corresponde con el contenido", dice Margarita López Carrillo, presidenta de Xarxa de Dones per
El redactor jefe de la sección de Sociedad de El País, Ricardo de Querol, se ha defendido ante todo ello destacando “la oportunidad del reportaje”. Y no se corta un pelo al señalar el objetivo que con él se persiguía: "teníamos que desmontar el bulo de ese mensaje llamando a la población a evitar vacunarse". Y, claro, el fin jutifica los medios.
Como escribe Pérez Oliva, someter a un análisis crítico un vídeo tan controvertido entra sin duda en las funciones del periodismo riguroso. Pero el reportaje contiene errores de forma y contenido que empañan el resultado. El titular es profundamente descalificador. Y no es el discurso de Forcades lo que se tilda de bulo, sino a la propia monja, a la persona. Un titular tan desafortunado predispone contra Teresa Forcades, pero también descalifica al propio reportaje porque muestra una beligerancia y un apriorismo que casan mal con la objetividad. La ausencia de la versión de Forcades es además una grave carencia, pues no todos los lectores han visto el vídeo. Expresiones como "afirma que se especializó en Medicina" introducen una sombra de duda, cuando es un dato comprobable, pues el currículo de Forcades es público e incluye un doctorado en Teología y un master en Salud Pública. Decir que su "única obra conocida es un librito llamado Los crímenes de las grandes compañías farmacéuticas” es igualmente inexacto, pues tiene publicaciones sobre teología y sobre feminismo, una de cuyas figuras más acreditadas, la catedrática Milagros Rivera Garreta, ha escrito también al periódico en favor de la monja.
Como concluye Milagros Pérez Oliva, el éxito del video y el hecho de que Teresa Forcades tenga tantos y tan cualificados defensores se explican no sólo por sus extraordinarias dotes para la comunicación -53 minutos de monólogo en plano corto- y la serena convicción que transmite, sino, sobre todo, por la parte científica de su discurso, aquella en la que expresa dudas y críticas a la gestión de la Gripe A. El vídeo se ha convertido en la voz disidente frente a un discurso oficial que se ha impuesto por encima de dudas razonables y ha ahogado las voces científicas que critican, por alarmista y onerosa, la gestión de la (teórica) pandemia. Voces como el documento emitido el 25 de septiembre por
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