La Nube del No-Saber y El Libro de la Orientación Particular son obras escritas en inglés por un autor anónimo del siglo XIV. A medida que las leo y medito, escribo y cuelgo en el Blog estas Variaciones sobre las mismas, respetando sus respectivas estructuras, lo que supone un total de 99 breves capítulos (fecha de publicación del primero: 20/07/09)
A la vez, si el Espíritu Santo inspira en nosotros una plegaria, debemos seguirle. Pero, por otra parte, no debemos preocuparnos del gesto, porque todo gesto físico ha de sujetarse al espíritu y no viceversa.
La ascensión de Jesús lo pone de manifiesto. De una forma similar, aunque menos completa, han de experimentar la verdadera relación de la materia con el espíritu aquellos que generosamente se entregan a la obra interior del amor que hemos descrito en este libro. Aun cuando el contemplativo no se dé cuenta de ello de una manera consciente, su cuerpo quedará influenciado por la disposición de su espíritu. Pues cuando se recoge para comenzar esta actividad, su cuerpo se recoge súbitamente en una postura de atención y alerta. La alerta interior de su espíritu afecta a la disposición exterior de su cuerpo, y con qué precisión.
Sé, por tanto, prudente para no interpretar lo espiritual en términos materiales. Es necesario usar palabras como “arriba”, “abajo”, “dentro”, “fuera”, “detrás”, “delante”, “izquierda” y “derecha”. Pues por espiritual que pueda ser nuestro tema, nosotros somos humanos y debemos apoyarnos en el vocabulario del lenguaje ordinario para comunicarnos. El lenguaje pertenece al reino de la materia porque nuestras palabras derivan de la experiencia humana y se pronuncian con la lengua física. ¿Significa esto, sin embargo, que hayan de entenderse en un sentido literal? Por supuesto que no. Como seres humanos, podemos ir más allá de su significación inmediata y captar el significado espiritual que comportan a otro nivel.
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