En el Blog nos hemos referido últimamente al deshielo del Ártico, como consecuencia del cambio climático. Pero los efectos del calentamiento global llegan a la zona más protegida de la Antártida, la oriental, una vasta región (representa el 70 por 100 del Continente Blanco) que conservaba hasta ahora un “status quo” que la mantenía resguardada del deshielo polar y en la que se encuentran la mayoría de los glaciares del planeta.
Así se pone de manifiesto en el último número de la revista científica Nature, que informa que la referida zona pierde anualmente 57 kilómetros cúbicos de espesor.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Texas (EE.UU.), dirigido por el profesor Jianli Chen, ha detectado que la capa de hielo de la plataforma antártica oriental comenzó a perder espesor en 2006, siguiendo la estela de la zona occidental del continente. Gracias al satélite Grace, los científicos han sido capaces de estimar la densidad del manto de hielo de ambas zonas entre abril de 2002 y enero de 2009. El Grace permite medir directa y exhaustivamente las alteraciones en la masa de la placa de hielo y determinar de ese modo cualquier modificación en la distribución de la masa terrestre con el paso del tiempo, por muy pequeña que sea.
Los científicos constataron que el ritmo de pérdida de masa de hielo en la zona occidental fue de 132 kilómetros cúbicos al año durante ese período, cifra similar a la apuntada por estudios anteriores. La sorpresa llegó cuando observaron que desde hace tres años, también el manto de hielo de las zonas costeras de la Antártida oriental perdía 57 kilómetros cúbicos al año, frente a la estabilidad aparente registrada hasta ese momento.
Así se pone de manifiesto en el último número de la revista científica Nature, que informa que la referida zona pierde anualmente 57 kilómetros cúbicos de espesor.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Texas (EE.UU.), dirigido por el profesor Jianli Chen, ha detectado que la capa de hielo de la plataforma antártica oriental comenzó a perder espesor en 2006, siguiendo la estela de la zona occidental del continente. Gracias al satélite Grace, los científicos han sido capaces de estimar la densidad del manto de hielo de ambas zonas entre abril de 2002 y enero de 2009. El Grace permite medir directa y exhaustivamente las alteraciones en la masa de la placa de hielo y determinar de ese modo cualquier modificación en la distribución de la masa terrestre con el paso del tiempo, por muy pequeña que sea.
Los científicos constataron que el ritmo de pérdida de masa de hielo en la zona occidental fue de 132 kilómetros cúbicos al año durante ese período, cifra similar a la apuntada por estudios anteriores. La sorpresa llegó cuando observaron que desde hace tres años, también el manto de hielo de las zonas costeras de la Antártida oriental perdía 57 kilómetros cúbicos al año, frente a la estabilidad aparente registrada hasta ese momento.
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