Entre el 14 y el 18 de septiembre pasados, la Universidad Internacional de Andalucía ha celebrado un Curso sobre políticas y actuaciones públicas con relación al Patrimonio Cultural. El Curso contó con la presencia de los principales responsables de instituciones culturales de Andalucía, Argentina, Brasil, Chile, Cuba, Ecuador y México. Entre los docentes asistieron profesionales del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, Secretaría de Cultura de Argentina, Instituto del Patrimonio Histórico Artístico Nacional de Brasil, ICOMOS de Chile, Consejo Nacional de Patrimonio Cultural de Cuba, Ministerio Coordinador de Patrimonio Cultural y Natural de Ecuador e Instituto Nacional de Antropología e Historia de México.
Aunque el patrimonio cultural es de una gran diversidad, el intercambio de experiencias que ha propiciado el curso ha evidenciado elementos comunes, como la necesidad de articular mecanismos de gestión para la protección, documentación y difusión de los bienes culturales o la ampliación del concepto de patrimonio, donde cada vez más tienen cabida nuevas formas del patrimonio como el industrial, el subacuático o los paisajes culturales.
La importancia de abordar el patrimonio de una forma integral, de establecer alianzas sostenibles con otros actividades como el turismo o el medio ambiente, han sido algunas ideas recurrentes en el curso, puestas de manifiesto a partir de distintas experiencias novedosas.
Todas las ponencias presentadas pueden descargarse en el siguiente enlace:
http://www.juntadeandalucia.es/cultura/iaph/nav/contenido.jsp?pag=/portal/Contenidos/Noticias/cursounia_sept09&seccion=DESTACADOS
Y fueron las siguientes:
+ Las políticas patrimoniales en América Latina y el Caribe. Pedro Salmerón.
+El Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico como modelo de organización y gestión del patrimonio cultural. Román Fernández-Bacas
+La cooperación regional en América Latina y el Caribe. Marcelo Brito
+Políticas patrimoniales en Brasil: el IPHAN . Marcelo Brito
+La protección y conservación del patrimonio cultural en Cuba. Nelson Acosta
+Ecuador: protección del patrimonio y fortalecimiento institucional. Alexis Rivas
+Ciudades históricas: una nueva mirada. Dora Arizaga
+Políticas patrimoniales en Argentina. Nani Arias
+Políticas patrimoniales en México: el INAH. Salvador Acebes
+Chile: la construcción de la institucionalidad patrimonial. Ángel Emilio Cabeza
En el desarrollo de sus contenidos estuvo muy presente el concepto, las políticas y los programas relacionados con la denominada de cultura local.
En el entendimiento del desarrollo vigente hasta finales de los años 70, hubiera sorprendido enormemente la inclusión de la cultura y la identidad local entre los parámetros que pueden promover el propio desarrollo. Y eso a pesar de que hace tiempo que existen numerosos territorios que han hallado en el mantenimiento y potenciación de su idiosincrasia y tradiciones un foco de generación de riqueza y empleo. Circunstancia que no ha pasado desapercibida para un desarrollo local que no ha dudado en situar la cultura local entre sus ámbitos preferentes de trabajo.
A este respecto, hay que reseñar que las estrategias de desarrollo local subrayan la necesidad tanto de una actitud pasiva -defensa y conservación - como de una actitud activa -cual palanca para el desarrollo- con relación a la cultura local.
Desde la primera perspectiva, las colectividades locales han de mantener y preservar sus valores culturales y sus pautas de identidad. Es un derecho y también una obligación. Máxime en estos tiempos de globalización, donde la amenaza de la homogeneización pesa sobre el conjunto del planeta, pudiéndose perder, o quedar reducida a meras anécdotas, ese gran patrimonio de la humanidad que es la diversidad cultural. Y ello, por supuesto, planteado de forma generosa y abierta, sin ningún atisbo de fundamentalismo excluyente, y utilizando la valoración de lo propio como forma para respetar y valorar, igualmente, lo de los demás.
Mas tal actitud pasiva de conservación -de la cultura, la identidad,…- no es suficiente bajo el prisma del desarrollo local. La misma tiene que ir ligada a una actitud activa que procure insertar los distintos fenómenos y actividades que abarca la cultura local -costumbres, tradiciones, folclore, ferias y fiestas, gastronomía, patrimonio histórico-artístico, yacimientos arqueológicos...- en una estrategia de rentabilización socioeconómica que los configure como fuente de autoestima ciudadana -crucial para el desarrollo sostible del territorio- y de iniciativas emprendedoras generadoras de tejido empresarial, renta y puestos de trabajo.
En este sentido, debe tenerse en cuenta que las actividades culturales y de ocio constituyen una porción importante de la actividad económica de los territorios. Es verdad que, tradicionalmente, no se ha prestado a este hecho la atención que merece. Afortunadamente, estudios recientes, llevados a cabo en diferentes lugares, están poniendo de manifiesto la dimensión exacta del mismo-la cultura no como gasto, sino como inversión- y ayudando a una ponderación que, no obstante, no sólo debe ser cuantitativa, sino, en consonancia con lo expuesto, también cualitativa.
Aunque el patrimonio cultural es de una gran diversidad, el intercambio de experiencias que ha propiciado el curso ha evidenciado elementos comunes, como la necesidad de articular mecanismos de gestión para la protección, documentación y difusión de los bienes culturales o la ampliación del concepto de patrimonio, donde cada vez más tienen cabida nuevas formas del patrimonio como el industrial, el subacuático o los paisajes culturales.
La importancia de abordar el patrimonio de una forma integral, de establecer alianzas sostenibles con otros actividades como el turismo o el medio ambiente, han sido algunas ideas recurrentes en el curso, puestas de manifiesto a partir de distintas experiencias novedosas.
Todas las ponencias presentadas pueden descargarse en el siguiente enlace:
http://www.juntadeandalucia.es/cultura/iaph/nav/contenido.jsp?pag=/portal/Contenidos/Noticias/cursounia_sept09&seccion=DESTACADOS
Y fueron las siguientes:
+ Las políticas patrimoniales en América Latina y el Caribe. Pedro Salmerón.
+El Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico como modelo de organización y gestión del patrimonio cultural. Román Fernández-Bacas
+La cooperación regional en América Latina y el Caribe. Marcelo Brito
+Políticas patrimoniales en Brasil: el IPHAN . Marcelo Brito
+La protección y conservación del patrimonio cultural en Cuba. Nelson Acosta
+Ecuador: protección del patrimonio y fortalecimiento institucional. Alexis Rivas
+Ciudades históricas: una nueva mirada. Dora Arizaga
+Políticas patrimoniales en Argentina. Nani Arias
+Políticas patrimoniales en México: el INAH. Salvador Acebes
+Chile: la construcción de la institucionalidad patrimonial. Ángel Emilio Cabeza
En el desarrollo de sus contenidos estuvo muy presente el concepto, las políticas y los programas relacionados con la denominada de cultura local.
En el entendimiento del desarrollo vigente hasta finales de los años 70, hubiera sorprendido enormemente la inclusión de la cultura y la identidad local entre los parámetros que pueden promover el propio desarrollo. Y eso a pesar de que hace tiempo que existen numerosos territorios que han hallado en el mantenimiento y potenciación de su idiosincrasia y tradiciones un foco de generación de riqueza y empleo. Circunstancia que no ha pasado desapercibida para un desarrollo local que no ha dudado en situar la cultura local entre sus ámbitos preferentes de trabajo.
A este respecto, hay que reseñar que las estrategias de desarrollo local subrayan la necesidad tanto de una actitud pasiva -defensa y conservación - como de una actitud activa -cual palanca para el desarrollo- con relación a la cultura local.
Desde la primera perspectiva, las colectividades locales han de mantener y preservar sus valores culturales y sus pautas de identidad. Es un derecho y también una obligación. Máxime en estos tiempos de globalización, donde la amenaza de la homogeneización pesa sobre el conjunto del planeta, pudiéndose perder, o quedar reducida a meras anécdotas, ese gran patrimonio de la humanidad que es la diversidad cultural. Y ello, por supuesto, planteado de forma generosa y abierta, sin ningún atisbo de fundamentalismo excluyente, y utilizando la valoración de lo propio como forma para respetar y valorar, igualmente, lo de los demás.
Mas tal actitud pasiva de conservación -de la cultura, la identidad,…- no es suficiente bajo el prisma del desarrollo local. La misma tiene que ir ligada a una actitud activa que procure insertar los distintos fenómenos y actividades que abarca la cultura local -costumbres, tradiciones, folclore, ferias y fiestas, gastronomía, patrimonio histórico-artístico, yacimientos arqueológicos...- en una estrategia de rentabilización socioeconómica que los configure como fuente de autoestima ciudadana -crucial para el desarrollo sostible del territorio- y de iniciativas emprendedoras generadoras de tejido empresarial, renta y puestos de trabajo.
En este sentido, debe tenerse en cuenta que las actividades culturales y de ocio constituyen una porción importante de la actividad económica de los territorios. Es verdad que, tradicionalmente, no se ha prestado a este hecho la atención que merece. Afortunadamente, estudios recientes, llevados a cabo en diferentes lugares, están poniendo de manifiesto la dimensión exacta del mismo-la cultura no como gasto, sino como inversión- y ayudando a una ponderación que, no obstante, no sólo debe ser cuantitativa, sino, en consonancia con lo expuesto, también cualitativa.
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