Espero que veas ahora por qué es tan importante que concentremos toda nuestra energía y atención en este suave movimiento del amor contemplativo, que conduce a la voluntad impersonal. Con todo el respeto debido a los dones de
Es posible, incluso, que comiences a amar a Dios por esas cosas y no por Él mismo. Sucede esto si te sientes aburrido e irritable cuando no las experimentas. Si hallaras que este es tu caso, entonces tu amor no es todavía perfecto. Cuando el amor ha alcanzado la perfección, puede permitir que los sentidos se nutran y fortalezcan por suaves emociones y lágrimas, pero nunca se turba si desaparecen y sigue gozándose en la divinidad de la misma manera.
Algunas personas experimentan cierto grado de consolación con frecuencia, mientras otras sólo raras veces. El que esto sea así depende del Yo Verdadero, que en su gran sabiduría determina lo que es mejor para cada uno. Hay personas espiritualmente tan delicadas que precisan una consolación sensible casi permanentemente. Y otras tan frágiles físicamente, que no pueden avanzar en pureza a través de la disciplina y el Yo Verdadero las purifica espiritualmente por medio de consuelos y lágrimas. Hay, sin embargo, otras tan fuertes espiritualmente que encuentran suficiente consuelo en el amor contemplativo. Yo soy nadie para decir cuál de estos tipos de personas está más cercano a Dios.
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