La Nube del No-Saber: Orientación Particular (XLIII)

La Nube del No-Saber y El Libro de la Orientación Particular son obras escritas en inglés por un autor anónimo del siglo XIV. A medida que las leo y medito, escribo y cuelgo en el Blog estas Variaciones sobre las mismas, respetando sus respectivas estructuras, lo que supone un total de 99 breves capítulos (fecha de publicación del primero: 20/07/09)

Vacía tu mente y tu corazón de todo excepto de Dios durante el tiempo de contemplación. Rechaza el conocimiento y la experiencia de todo lo que es inferior a Dios, dejándolo en la nube del olvido. Y aprende a olvidar no sólo a toda criatura y sus obras, sino también a ti mismo, a tu pequeño yo con toda su historia personal; olvida, incluso, cuanto como persona hayas hecho al servicio de tu Yo Verdadero y, por tanto, de los demás, pues tal recuerdo, convertido en objeto mental, forma parte, igualmente, de tu ego.

Un verdadero amante no sólo quiere a su amado más que así mismo, sino que, en cierto sentido, se olvida de sí mismo en relación al único que ama. Y, en este caso, el amado es Dios, tu Yo Verdadero, y con Él debes vivir un auténtico enamoramiento para alcanzar el reconocimiento completo de tu divinidad y que esta coja las riendas de tu vida humana; para lograr, pues, el endiosamiento (en expresión de San Basilio, Padre de la Iglesia).

Esto es lo que has de aprender a hacer. Has de evitar que ocupe tu mente algo que no sea Dios, tu dimensión espiritual, pues todo es un obstáculo entre ella y tu dimensión humana. La dimensión humana de la persona ha de estar al servicio de la dimensión espiritual: el pequeño yo ha de quedar inactivo ante el poder, la sabiduría y, sobre todo, el Amor que derrocha el Yo Verdadero. Y cuando te hablen del pecado, no existe otro que interferir esta relación íntima entre ambas dimensiones, impidiendo que tu Ser profundo tome el mando de tu vida.

Rechaza, por tanto, el pensamiento y la experiencia de todas las cosas creadas, pero aprende más especialmente a olvidarte de ti mismo, de tu pequeño yo, ya que todo conocimiento y experiencia verdaderos depende del conocimiento y experiencia de Ti Mismo, tu Yo Verdadero.

Todo lo demás se olvida fácilmente en comparación con uno mismo, con el ego de cada cual. Comprueba si la experiencia no me da la razón. Aún mucho después de haberte olvidado con éxito de las criaturas y de sus obras, te darás cuenta de que un elemental conocimiento y sentimiento de tu pequeño yo sigue interfiriendo entre tu dimensión humana y tu dimensión espiritual, entre tú y tu Yo Verdadero, entre tú y Dios. Créeme, no serás perfecto en el amor hasta que estas interferencias no desaparezcan por completo y el Yo Verdadero y divino aflore por completo en tu cotidianeidad.