Mi intención en todo esto no es ciertamente disuadirte de que ores en voz alta cuando el Espíritu Santo, tu Yo Verdadero, te inspire hacerlo así. Ni deseo apartarte de expresiones externas de amor. El Creador me libre de separar cuerpo y espíritu cuando fue Él mismo quién los hizo una unidad. En efecto, debemos ejercer nuestra divinidad y ahondar en ella con toda la persona, cuerpo y espíritu juntos.
El Yo Verdadero puede inflamar a veces los sentidos de los seres humanos con indecibles delicias y consuelo y hasta con frecuencia. Este goce, sin embargo, no se origina fuera de la persona entrando a través de las fuerzas de los sentidos, sino que brota del Ser Profundo, de la abundancia de la alegría y la inspiración espiritual. Consolación o dicha como ésta nunca ha de ser puesta en duda o temida. Todo el que lo experimenta no podrá dudar ya de su autenticidad.
Pero te prevengo para que seas cauto ante otros consuelos, sonidos, alegrías o goces provenientes de fuentes externas que no puedes identificar, ya que pueden ser obra e influencia de tu ego y sus ilusiones mentales. Pero si evitas vanas especulaciones y tensiones físicas y emocionales no naturales en los caminos que yo te he enseñado –o en los mejores que tú puedas descubrir- importan poco esas influencias egóicas, pues no podrán afectarte ya. ¿Por qué esta seguridad tan afianzada?. Porque la auténtica dicha y consolación que experimentas por obra de tu Yo Verdadero, libre de fantasía y error, posibilitará que hagas caso omiso a cualquier otra clase de goce, que siempre comprobarás como inferior.
Aprende a estar continuamente ocupado en el ansia ciega y trascendente del amor contemplativo y él mismo convertirá en insustanciales e inicuos los goces, consuelos y sonidos que percibes de fuentes externas. Esas experiencias puedan cogerte desprevenido al principio, pero el ciego impulso del amor contemplativo afirmará tu corazón y no les dará espacio ni sitio en ti, salvo que, desde dentro, el Espíritu Santo, tu Ser Profundo, las estime oportunas para tu orientación espiritual.
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