De todos es sabido que la forma de ver el mundo ha ido cambiando a lo largo de la historia, y si bien en el mundo antiguo podían convivir varias culturas sin apenas comunicarse entre sí, hoy, gracias a las comunicaciones y el proceso de globalización, se tiende a unificar la visión que se tiene del mundo en que vivimos, se tiende a seguir una línea homogénea de respuestas ante las preguntas que todos nos hacemos. Y el encargado de responderla suele ser la ciencia, verdadero caballo ganador de los tiempos que vivimos. Algo es verdad solo si la ciencia lo dice, y esto viene sucediendo desde varios siglos atrás.
Todo ese conjunto de respuestas científicas han ido conformando nuestra visión del mundo, nuestro paradigma, el que hoy manejamos con total convencimiento y sin casi dudarlo. El problema reside en que lo que hoy se piensa casi de manera global, en su día sustituyó a otra forma de pensar, cierto que más religiosa y por ello menos creíble desde el punto de vista científico: que si la Tierra era plana, que si Dios creó al hombre, que si vamos al cielo o al infierno, etc. Pero es que todo eso empezó a suceder hace más de trescientos años, cuando algunos hombres “ilustres” empezaron a hablar sobre la ley de la gravedad, el origen de las especies, la democracia en la política, la clasificación cartesiana, las leyes mecánicas de causa y efecto, etc. Y no eran tomados muy en serio, sin embargo, a la vuelta de trescientos años, todos esos descubrimientos forman ya parte de nuestra vida cotidiana en prácticamente todo el globo terráqueo.
Por todo ello resulta interesante preguntarnos dónde están los descubrimientos, no solo científicos sino también sociales, que dentro de quizá doscientos años cambie por completo nuestra forma de ver la vida. ¿Qué dicen los hombres ilustres de hoy? En realidad hoy existen tantas teorías en tantos campos diferentes de estudio que sería difícil apostar por una u otra. Sin embargo, atendiendo a la creciente aceptación que está teniendo, sí podemos atrevernos a mostrar algunas de estas nuevas ideas, que en realidad no son tan nuevas, lo son en el sentido de su aplicación real en la sociedad, en el sentido de que es ahora cuando, poco a poco, más y más gente empieza a cambiar su manera de relacionarse en la vida, con lo cual son los pioneros, los primeros brotes de un paradigma que viene, o al menos eso parece.
Ken Wilber habla en su libro, “Una teoría de todo”, de cómo las diferentes formas de consciencia han ido marcando nuestro crecimiento como seres humanos (y con ello nuestra forma de ver las cosas), llega incluso a hacer ocho clasificaciones, atreviéndose a imaginar cómo será la futura humanidad a medida que amplíe esa conciencia. Él divide esta historia de la consciencia, o “Dinámica de
1- Arcaico-instintivo. Nivel de supervivencia básica donde lo primero es el alimento, el agua, el calor, el sexo, la seguridad. Y donde se depende mucho de los hábitos e instintos. Es propia de las primeras sociedades humanas, pero también del recién nacido, los ancianos, vagabundos y masas hambrientas. Lo forman un 0,1% (con un 0% del poder social) de la población y su color sería el beige.
2- Mágico-animístico. Se refiere a los pueblos que ven la tierra poblado de espíritus mágicos, las religiones animistas, el culto al espíritu de los ancestros. Se halla presente en el vudú, los juramentos de sangre, el rencor, los rituales familiares, las creencias y las supersticiones. Está muy implantado en las bandas callejeras y los equipos deportivos. Lo forman un 10% de la población (con un 1% del poder) y su color sería el púrpura.
3- Dioses de poder. Emerge en algunos individuos un yo separado del grupo, alguien poderoso e impulsivo que se convierte en héroe, o líder. Muy propio de las épocas feudales donde el señor protege a sus subordinados en un mundo lleno de peligros. Se halla en el rebelde sin causa, los héroes épicos, los mercenarios o en un personaje histórico como Atila. Lo forman un 20% de la población (con un 5% del poder) y su color sería el rojo.
4- Orden mítico. En este paradigma o nivel existe una fuerte creencia en leyes impuestas y todopoderosas. Creándose un código de conducta con principios absolutistas que fijan lo que está “bien” y lo que está “mal”, siendo duramente castigado quien lo infringe. Puede asumir un aspecto religioso o de misión seglar histórica. Se halla presente en
5- Logro científico. Aquí el yo del individuo escapa de la mentalidad de grupo y busca la verdad por sí mismo. Tiene las características del científico en cuanto a la experimentación y el uso de la razón para conocer las leyes naturales, y orienta todo eso hacia objetivos que suelen ser materiales. Según Ken Wilber “las leyes de la ciencia gobiernan la política, la economía y los asuntos humanos”. Lo podemos ver en
6- El yo sensible. En esta forma de ver la vida ya se da un salto muy importante en el camino que lleva a grados de conciencia más amplios. El individuo ahora valora mucho las relaciones entre los seres humanos, hay una gran sensibilidad ecológica. Se camina hacia la liberación de la codicia, de los dogmas y de la división, reemplazando la fría razón por el respeto y la atención a los demás. Es contrario a las jerarquías y gusta del diálogo y el consenso, interesándose por lo espiritual, la armonía y el crecimiento del ser humano. Lo podemos ver en Greenpeace, la defensa de los derechos de los animales, los movimientos antirracistas, la defensa de los derechos humanos, etc. Lo forman un 10% de la población (con un 15% del poder social) y su color sería el verde.
Podríamos quedarnos en este nivel verde y defenderlo como el paradigma que viene, pero en realidad estas ideas ya están entre nosotros, muchas provienen de
7- Integrador. La vida se observa como un caleidoscopio de jerarquías organizado en holones (término acuñado por A. Koestler), es decir, partes que son a la vez una totalidad. Dicho de otra manera, un holón es una totalidad que forma parte de otra totalidad (holoarquías), por ejemplo: la totalidad átomo forma parte de la totalidad molécula, la totalidad molécula forma parte de la totalidad célula, la totalidad célula forma parte de la totalidad organismo, etc. Es decir, se ve la realidad como algo no compuesto ni de totalidades ni de partes, sino de totalidades-partes u holones. Esto no gusta al nivel verde (el yo sensible) que odia todo tipo de imposiciones, pero se trata de una jerarquía de conocimiento e idoneidad (y no de dominio) que surge de manera flexible y espontánea provocando un orden natural, esto complementa el igualitarismo. Lo forman un 1% de la población (con un 5% del poder social) y su color sería el amarillo.
8- Holístico. Es la visión de la unidad, del sistema holístico universal, donde se integran el sentimiento y el conocimiento de manera consciente. Ya no se habla de reglas externa (nivel azul) ni de lazos grupales (nivel verde), se toma conciencia de un orden universal y vivo que hace posible una “gran unificación”. Este pensamiento se sirve de todos los niveles pues percibe todas sus interacciones. Su color sería el turquesa.
Recordemos que los niveles (maneras de interpretar la vida), según esta teoría, no se anulan unos a otros, sino que se trascienden y a la vez se incluyen, por lo tanto deben ser respetados, pues pueden verse reactivados según las circunstancias de la vida. Por ejemplo, un peligro estimula el impulso rojo (heroico) de poder; una situación caótica activa el nivel azul del orden; una relación de amistad incentiva el nivel verde de lo íntimo. La diferencia es que ahora, en esta conciencia integral de segundo grado, se vislumbran como partes de un todo, pero se los respeta como totalidades. Es la visión holística del mundo. Apenas representan una mínima parte de la población y del poder social, por eso podríamos decir que son el verdadero paradigma que está aún por venir, la auténtica “vanguardia” de la evolución humana.
Autor: Ken Wilber
Fuente: Centro de Colaboraciones Solidarias (http://ccs.org.es/)
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Las Aportaciones para la plasmación de la consciencia expandida y la red consciencial se publican en el Blog los martes, miércoles y jueves. Hasta ahora se han insertado las siguientes:
0. Solicitud de aportaciones (entrada de fecha 19 de enero) 1. La hora y el turno de la “ecología mental” (Leonardo Boff) (20 de enero) 2. Más de lo mismo. ?No! (Federico Mayor Zaragoza) (20 de enero) 3. 2010: Año del Amor Incondicional y del Paraíso en
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