Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2024-2025

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22/2/10

Viaje Interior

Mañana martes 23 de febrero, a las 20:00, presentó el libro de Juan Luna titulado Viaje Interior (Padilla Libros; 2009), un hermoso y potente texto en el que recoge una amplia batería de poemas plenos de sentimiento y espiritualidad. El acto tendrá lugar en el Salón de Actos del Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla (C/ Sierpes, 65).

Conocí a Juan Luna a través de este Blog. Él mismo tiene el suyo:

http://juanluna.blogia.com/

En su arranque se autodefine de este modo:

“No soy más que un humilde caminante de las letras que intenta compartirse, alegrarse, y disfrutarse, con todo aquel que desee integrarse en sus vivencias”.

Y sobre Viaje Interior señala lo siguiente:

“Muchos que se sientan interesados por la poesía se preguntarán ¿qué utilidad puede tener leer un libro de poesías como el que tienes en tu mano?. A esto tenemos que decir, que cuando se comparten las interioridades de uno mismo con los demás y además de la forma que lo ha hecho el autor, convertido en “guerrero de la luz”, es decir, buscando y encontrando la forma, quizás en algunos casos dolorosa, lo que trasciende al hombre, la respuesta está dada. Sus versos se convierten en algo más que bellas palabras... son música celestial que nos embriagará para transmitirnos las mismas verdades que el autor ha descubierto para nosotros”.

Nuestro primer encuentro personal fue en diciembre de 2009 en una céntrica cervecería sevillana con raigambre tertuliana y cultural. En cuanto lo vi, lo “vi”, lo que se corresponde con una forma de “ver” que se hunde en la noche de los tiempos de la Humanidad y que ahora la película Avatar ha puesto de moda a su manera. Lo “vi” y eso no me ocurre, ni mucho menos, con todo el mundo. Y es que “ver” es una camino de ida y vuelta, donde el “otro” es tan importante, sino más, que el propio “yo”. De hecho la profundidad de “ver” está inexorablemente ligada a una conexión entre el “yo” y el “otro” que transciende lo físico y se mueve en el ámbito espiritual.

Y lo que “vi” en Juan, como lo que se “ve” cuando se “ve” en cualquier persona, no es posible resumir con palabras. No obstante, si tuviera que elegir una, en el caso de Juan escogería “sintonía”. Una sintonía no entendida como coincidencia en ideas, opiniones o sentimientos, sino que va mucho más allá para penetrar, en clave de armonía y correspondencia, en la esfera de la resonancia. Esto es, percibí, sentí y comprobé que ambos, en nuestro interior, vivimos y emitimos en una frecuencia similar, lo que suele ir asociado a almas con una parecida gradación vibracional y, por ende, semejante estado consciencial.

Tras aquel primer encuentro, ha habido otros en los que he podido confirmar lo que acabo de exponer. Soy consciente ahora de muchos componentes y ejemplos de la aludida sintonía. Valga con un botón de muestra: a la par que Juan perfilaba Viaje Interior, yo he sentido la necesidad, tras la presentación de mi libro Buscadores en los primeros día del mes pasado mes de octubre, de empezar a escribir intuiciones e inspiraciones que representen un viaje a mi interior. Y antes de conocer a Juan y su obra, ya comencé a publicar en este Blog una serie de entradas tituladas genéricamente Ofrendadas –la primera se insertó el 21 de octubre- que tienen como subtítulo, precisamente, Viaje a dentro de mí mismo. Es más, en su inicio, el estilo era el típico del ensayo. Pero, poco a poco, por un bello y desconocido impulso que me ha sorprendido a mí mismo, tales entradas han ido tomando forma versada y lírica (las dos Ofrendadas publicadas la semana pasada, el 15 y el 17 de febrero, son un claro exponente), es decir, el estilo poético que Juan utiliza en su libro.

Y ¿qué representa y supone el viaje interior?. Pues magistralmente y también poéticamente, lo resumió Kavafis en su colosal Ítaca. De muy joven, aprendí de memoria sus estrofas musicalizadas por Lluis Llach. Desde entonces, como María Jesús puede atestiguar, me han acompañado de por vida:

Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca

debes rogar que el viaje sea largo,

lleno de peripecias, lleno de experiencias.

(…) No hagas con prisas tu camino;

mejor será que dure muchos años

y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,

rico de cuanto habrás ganado en el camino.

No has de esperar que Ítaca te enriquezca:

Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.

Sin ella, jamás habrías partido;

mas no tiene otra cosa que ofrecerte.

Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.

Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,

sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.

Juan y yo sabemos bien lo que significan las Ítacas. Sabemos que Ítaca es nuestro Ser Profundo, lo que siempre hemos sido, lo que siempre seremos, lo que plasma fehacientemente nuestra divinidad, lo que nos hace esplendorosamente Conscientes y espectacularmente Uno.

Sabemos que en Ítaca se desembarca con los ojos bañados en lágrimas por la emoción de derivada de descubrir dentro lo que durante tantas travesías, llenas de peripecias y experiencias, buscamos por defuera.

Y, muy especialmente, sabemos que arribar a Ítaca es amarse pletóricamente a uno mismo como premisa imprescindible y necesaria para Amar Incondicionalmente a los demás, a cuanto existe, a la Vida, en todas sus manifestaciones, con todas sus connotaciones.

Algunos consideran equivocadamente que amarse a uno mismo es amar al ego. Pero el ego salta despavorido del barco, no sé a dónde irá ni me importa, en cuanto Ítaca se divisa en el horizonte. Y cuando el navío atraca y uno pisa puerto con las piernas aún renqueantes por tan largo viaje, la brisa de Ítaca canta alegre al oído del alma la única verdad, la única certeza, lo único que existe, lo único que es:

Ama lo que realmente eres,

ama tu condición y linaje divinos,

ama tus facultades, potestades y poderes

que son los de Creador

y que en Creador te transforman a ti mismo.

Sé consciente de ellos,

utilízalos sin miedo

y vuélcate en cuanto existe con Amor Incondicional,

porque Todo eres tú, porque tu eres el Todo,

porque la Luz emana de armonizar lo negativo con lo positivo,

porque Todo, también tú, es Perfecto.

Vaya, casi me sale un poema. Es señal inconfundible de que llegó el momento de que Juan Luna tome la palabra. Nos vemos mañana en el ahora.

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2 comentarios:

  1. Yo también me encontré este sábado con la mirada de Juan: estaba llena deluz amor y paz.

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