En medio del culto a la velocidad en el que la sociedad vive, las parejas suelen tener escasa consciencia sobre la importancia y significación que ostenta concebir un hijo, la enorme transcendencia que detenta la encarnación de un nuevo ser humano. De hecho, son muchas las mujeres y sus parejas que afrontan la fecundación, el embarazo y el parto como una fase más de las que toca vivir conforme a los usos sociales y culturales, cuando no en el contexto de la más absoluta improvisación y, en ocasiones, hasta contra voluntad.
Sin embargo, “concebir un ser humano es, quizá, el proyecto creativo más apasionante y hermoso. Y no sólo porque se abre una puerta a una nueva vida, sino porque supone un auténtico camino iniciático para los futuros padres; un camino de transformación y de descubrimiento”. Quien así se expresa es Ángela Boto, autora del magnífico libro Concebir un hijo. Historias de concepción consciente (
Ella es bioquímica con experiencia en la industria farmacéutica, pero también experta en terapias energéticas. Ha traducido al castellano el último texto de Rupert Sheldrake (El séptimo sentido: la mente extendida) y cuenta con una amplia e intensa formación holística en ciencia y espiritualidad.
Paseando por las páginas del libro, se adquiere consciencia de algo fundamental: concebir un hijo, traer una nueva Vida al mundo material, es una esplendorosa manifestación de nuestra capacidad creadora y trasciende del mero hecho biológico para situarse en la dimensión espiritual y en el plano de los pactos de amor que las almas suscriben en
Es por esto que hay que tener muy presente un consejo crucial que la obra ofrece: para traer un ser al mundo en las mejores condiciones es necesario “parirse” a uno mismo antes, amarse en lo profundo, crear una magia personal, dejar a un lado los prejuicios racionales, comprender las fuerzas sutiles de la sexualidad y su carácter sagrado, reconciliarnos con nuestros ancestros y honrar el cuerpo.
Todo lo cual no se plantea en el texto desde una óptica exclusivamente teórica, sino también práctica. Así, Ángela recoge historias y testimonios de personas sobre el camino de consciencia que supuso la concepción de un hijo; y sobre las oportunidades implícitas para transformarse profundamente y evolucionar.
Todo lo cual hace que el libro sea único en su género. Y de aconsejable lectura no sólo para futuras familias, sino para cualquier persona con inquietudes interiores y capacidad creativa. No en balde, las experiencias que recopila son extrapolables a otros proyectos creativos y proporcionan claves y herramientas para el desarrollo personal.
jkjkj
ResponderEliminarEs, que duda cabe, una gran responsabilidad, pero también hay que saber disfrutar de la experiencia y confiar en la Providencia.
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