Tras la publicación en el Blog de los 99 capítulos de las Variaciones sobre
De la vida y obra de Seng Tsan no se conoce casi nada. Sí sabemos, de acuerdo con los relatos tradicionales, que el Zen (Chan) llegó a China, en torno a la primera mitad del siglo VI, de la mano de un monje hindú llamado Bodhidharma. Era el 28º sucesor en una línea de transmisión de la enseñanza que se remontaba hasta Kasyapa, discípulo del propio Buda. A partir ahí, el Zen fue echando raíces en China, abriéndose un linaje espiritual de seis patriarcas o maestros, siendo precisamente Seng Tsan el tercero de ellos. En esos primeros tiempos, se produjo un bello encuentro entre el Zen y el taoísmo chino, surgiendo una de las tradiciones antiguas más ricas de significados en la que inscribe el poema Hsin Sin Ming, claramente impregnado del aroma taoísta.
A partir de hoy, de lunes a viernes, iré publicando una serie de meditaciones emanadas de su lectura. Constituyen un texto original, aunque beben de diversas fuentes, destacando la traducción directa del inglés efectuada por Shi Chuan Fa, la indirecta acometida por Esteve Serra al traducir del francés la obra de Arnaud Desjardins titulada Zen et Vedanta (Table Ronde; parís, 1996) y la versión de Mariano Antolín y Alfredo Embid en su libro Introducción al budismo Zen (Barral Editores; Barcelona, 1972).
-------------------------------------------------------------------------------------------
No es difícil encontrar:
no es complicado descubrir tu Ser Profundo, tu Verdadero Yo.
Simplemente, ¡deja de buscar!:
cesa de aceptar y rechazar posibles caminos para llegar a él;
evita elegir, elude toda preferencia;
libérate del odio y del amor.
Tu Ser Profundo se hará entonces en tí
con toda claridad, en toda su plenitud.
-------------------------------------------------------------------------------------------
Cuando uno encuentra su Ser,deja de buscar nuevos caminos; le falta tiempo para estar con El
ResponderEliminar