Ayer se insertó en el Blog la entrada titulada Otra visión de la crisis. Al hilo de algunos de sus contenidos se trae aquí el libro Minimalismo anticrisis, un manual online
(http://minimalismoanticrisis.com/)
del que es autora Valentina Thörner da Cruz.
Como se puede leer en la web indicada, minimalismo es el arte de vivir con menos cosas para así liberar tiempo y energía para lo que realmente importa. Es un nuevo movimiento que ha sido fortalecido y empujado por la crisis económica, ya que con su propuesta de consumir menos, gastar menos e invertir en las cosas que te aportan actividades o relaciones encaja muy bien con las incertidumbres que trae una época de inestabilidad económica.
Pero también es verdad que los primeros que abrazaron el concepto de minimalismo han sido jóvenes, muchas veces solteros, sin bienes de una inversión mayor (como una casa), quizás sin familia, y con un trabajo muy relacionado con el mundo online. Algunos han montado su negocio minimalista para vivir de sus ingresos obtenidos en Internet y dedicarse a viajar por el mundo o cambiar de lugar cada par de meses. Aunque este estilo de vida suena muy aventurero, no todo el mundo quiere vivir así. Mucha gente se siente más seguro al tener una casa a su nombre. Hay personas que les gusta su trabajo, quizás no todos los días, pero muchos días. Hay personas que tienen su círculo social establecido en una ciudad y que no ven ninguna ventaja en cambiar de lugar cada dos por tres y así tener que empezar desde cero.
¡Y eso está bien!. El minimalismo trata de liberar tiempo y energía para lo que a ti te importa. Al reducir la dependencia de tu salario, de tu entorno, tienes mayor libertad de elección en cuanto a lo que quieres hacer y lo que no. Pero no te obliga a nada. Quizás esto es el punto más fuerte del minimalismo, y al mismo tiempo su punto más débil. Sí, puedes encontrar el tiempo para lo que es importante para ti. Pero eso también implica que sepas decidir lo que es importante para ti. Y en mi trayectoria de asesorar a personas que quieren simplificar su vida, he encontrado que este último es la tarea más difícil.
En un artículo que ha escrito para El Blog Alternativo (http://www.elblogalternativo.com/), Valentina señala:
Yo me refiero al minimalismo como corriente filosófica que intenta encontrar respuestas para muchas de las cosas que me preocupan a diario: la crisis económica, la falta de tiempo, los efectos del petróleo, la injusticia, la dependencia de la tarjeta de crédito.
La base del minimalismo es muy fácil: concéntrate en lo esencial e intenta reducir el resto, respeta a tu entorno, a la naturaleza y a las otras personas.
Todo empieza con la traducción de un libro: El Arte de Ser Minimalista de Everett Bogue (http://valedeoro.es/arte-de-ser-minimalista) que marca el inicio de mi interacción consciente con esta filosofía Everett es minimalista en todo. Vive con menos de 100 cosas, y cambia de ciudad cada medio año. Pero mientras me apropié de la filosofía, tuve que adaptarlo a mi propia realidad.
Tengo un marido y un perro y me gusta tener una casa acogedora y bien decorada. Pero sí quería desvincularme del imperativo de consumo que me tenía atada al trabajo para poder pagar todo lo que nos prometía felicidad en la publicidad. Así que adapté la filosofía para que sea aplicable a otras circunstancias.
En retrospectiva, puedo distinguir cuatro etapas, que a la vez son los pilares del minimalismo:
1) CONSUMO CRÍTICO
Una fuerte influencia en este comportamiento ha sido el vídeo La historia de las cosas que explica el impacto que tiene nuestro consumo por la influencia que tiene en otros lados. Desde entonces me lo pienso muy bien en qué gasto mi dinero.
No gasto necesariamente menos, pero sí con más cuidado. Prefiero comprar una camiseta de algodón ecológico a tres camisetas de rebajas por el mismo precio. Prefiero la calidad a la cantidad y la responsabilidad empresarial a las guerras de precios.
2) REDUCCIÓN DE PERTENENCIAS
Todos tenemos demasiadas cosas. La ecuación compra = felicidad está profundamente enraizada en la cultura occidental. Pero las cosas hay que guardarlas en algún lugar. En nuestro caso, las cosas se amontonaban en la habitación de visitas o en el armario empotrado enorme. Cuando me puse a reorganizar todas estas cosas y analizar su último uso y la frecuencia de uso, me quedé sorprendida. Había cosas que ni recordaba. La mayor parte fue vendida, regalada, o donada. Y nunca me arrepentí.
3) SANEAR LAS FINANZAS
Vivíamos en un piso enorme, en alquiler con opción de compra. Pero primero teníamos que guardar el 20% de entrada antes de una fecha límite. Esa obligación de ahorrar en todo, amargaba otros aspectos de la vida social.
Mejor no salir a comer con los amigos para no gastar este dinero. Mejor nos quedamos en Navidad en casa, que los vuelos son muy caros en Diciembre. Y encima el estrés de una economía insegura. Si uno de nosotros perdía el trabajo, no sobraría para comer después del alquiler.
Llegó el momento de aceptar que eso tampoco era calidad de vida. Con una plantilla de gastos e ingresos, y con lo aprendido a la hora de minimizar nuestras pertenencias, nos pusimos a analizar nuestra situación. Llegamos a la conclusión que visitar la familia es más importante que un piso representativo. Así que cambiamos de piso.
4) LIBERAR TIEMPO
Después de reducir los gastos con la mudanza (y muchos otros ajustes que fueron posibles gracias a este cambio) pude realizar un sueño.
Me hacía falta tiempo para mi y para mis proyectos. Con los gastos reducidos fue posible reducir mi jornada a 4 días por semana. Los viernes ahora serán dedicados a otras causas que quizás no me traigan tanto dinero, pero mucho más satisfacción.
Y fue de este camino que salió el libro Minimalismo Anticrisis. Un libro para gente que quiere cambiar algo para tener una vida más plena, pero que no sabe por donde empezar. Un libro para personas que quieren reducir su impacto medio ambiental, sanear sus finanzas y gastar en lo que es importante, no en lo que dice la publicidad.
El libro presenta estrategias claras y concisas sobre como incorporar diferentes aspectos del minimalismo en tu vida diaria sin asustar a tu pareja o tus amigos. Aprenderás como simplificar las pertenencias, como mejorar tus finanzas, y como incorporar el consumo responsable en tu vida. Las tres objetivos principales son: como simplificar tu vida, aunque no quieras vivir con menos de 100 cosas; como simplificar tus rutinas para abrir espacio para lo importante; y como encontrar lo que realmente te importa.
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