Se recoge a continuación un caso de regresión sacado del nuevo libro de Malena Martínez, publicado en formato digital, titulado La vida no acaba con la muerte (Vidas pasadas y muertes pasadas: una existencia que no tiene fin).
Malena, amiga personal y del Blog, nació en Paterna del Campo (Huelva, España). Escritora incansable, con obras como El sentido de tu vida eres tú. Ser Tú y El misterioso Templo de Salomón, tiene amplia experiencia como sofróloga y especialista en Técnicas de Desarrollo Personal. Articulista en revistas especializadas, trabaja hace 15 años como consultora en Técnica Regresiva, investigando y escribiendo sobre lo que descubre en estas experiencias.
Amablemente, pone a disposición de los lectores de El Cielo en
+La vida no acaba con la muerte: Prólogo e Índice (8 de julio)
+La vida no acaba con la muerte: Introducción (9 de julio)
+La vida no acaba con la muerte: Un “Maestro” inesperado (12 de julio)
+La sutil psicología de un Maestro (26 de julio)
+¡Un buen empujón! (2 de agosto)
+Una historia increíble y un encuentro insólito (3 de septiembre)
+La enigmática historia continúa (10 de septiembre)
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Falsas creencias
He seleccionado de nuevo una historia de Beatriz, porque podemos sacar con ella muchas conclusiones; quizás la más importante sea la gravedad de dejarse conducir por falsas creencias y sobre cómo, una "creencia falsa", puede provocar un creciente abandono de las energías físicas y psíquicas .Y arrastrarnos a una actitud negativa, que conduce a un "cerrarse a la vida".
Además, resulta significativo el comprobar, como nuestra "heroína" de las dos historias anteriores, resulta en ésta ocasión el vivo retrato de un "antihéroe"; con ello, podemos tomar conciencia de cómo hemos tenido muchas oportunidades de experimentar todo tipo de experiencias, que fueron útiles para nuestro aprendizaje.
Me pareció tremendamente significativo un aspecto totalmente "extraordinario" de la vida de ésta persona, Beatriz, que fue en éste pasado una mujer de unos 30 años, bella y brillante en su profesión -médico e investigadora-: becada por su Universidad, a finales del siglo XIX, en una localidad de EE.UU.
Se dirigió con su grupo de colegas, a la selva de Venezuela; se proponen investigar "in situ" el poder de los "brujos" sobre los llamados "zombis". Postulan la hipótesis de que la muerte no existe y se preguntan qué pasa en éstos casos, en los que la vida parece como "suspendida".
Esta mujer y los suyos, (hombres y mujeres), son invitados por un "brujo-chamán" a ingerir algún tipo de alucinógeno. Ella tuvo miedo y se negó a realizar la experiencia; sin embargo, sus colegas sí lo ingirieron y contaron después, que “no pasaba nada ´' y que lo que habían experimentado se podría clasificar como de 'orden espiritual'. Más tarde, ella también quiso intentarlo pero los brujos se negaron, alegando que no estaba preparada. Al parecer, los chamanes les explicaron, que el caso de los "zombis" no era inducido por las mismas sustancias alucinógenas y por tanto, no provocaban las mismas ‘experiencias’, a las que éste equipo se prestó. En conclusión, que no habían avanzado mucho en sus trabajos.
Beatriz volvió a su país y habló públicamente sobre la muerte, y sobre el hecho de que, -según sus investigaciones- la muerte no existía. Se basaba en los casos a los que había asistido como médico en su hospital; escuchaba a los pacientes que experimentaban, lo que se ha llamado "muerte clínica". Esta mujer elaboraba sus teorías, sobre éstos "supuestos" casos (1).
Al ser preguntada por mí, sobre si ella misma había tenido experiencia personal sobre aquello de lo que hablaba, se sobresaltó y se puso a llorar llena de emoción. ¡Sí que la había tenido y ahora lo recordaba! ¡Podía vivirlo de nuevo!. Según parece, esto sucedió cuando se encontraba en su despacho, y precisamente escribiendo sobre éste tema. Se le 'apareció' el ¡Maestro Jesús!, que se sentó en el asiento situado, al otro lado de la mesa. -Debo recordar que ésta es la 3ª. vez que ella se encuentra con este Maestro a través de éstas experiencias, pero no es probable que recordara éste hecho. Más bien parecía vivirlo de nuevo, aunque no puedo tener certeza de ello.
El Maestro, la animó a seguir escribiendo y a que informara a la gente de que efectivamente, 'la muerte no existía’. Le pregunté que, cual era la razón por la que quería que ella transmitiera ésta verdad. Contestó que la mayoría de la gente no vivía, pensando y temiendo a la muerte. Debo recordar, que esto ocurría a finales del siglo XIX, cuando posiblemente se tenía mucho miedo al final del milenio. Por otra parte, como nos ocurre ahora, sólo que nosotros evitamos pensar en la muerte con la esperanza de que así, se alejará de nuestra vida, ¡qué absurdo!. Nos aturdimos con el consumismo y el materialismo excesivo, sin querer afrontar ésta realidad; que ciertamente y como queda reflejado en éstas historias, no nos conduce a la destrucción como tememos, sino a
Sin embargo, lo que más me llama la atención, en éste asunto, es el cambio de actitud posterior de ella. Había sido visitada, nada menos, que por el Maestro Jesús, para decirle que la muerte no existía. Y aún así, ella no se comporta según ésta vivencia. Lo que sucedió después en su vida, nos muestra una vida totalmente incoherente. Acaso no creyó que realmente hubiese hablado con "este Personaje". Y así, en los años posteriores, viajó a Europa, (concretamente a Francia- Lyon), para hablar en esta Universidad del tema que era su especialidad, pero posiblemente habló desde un punto de vista más bien aséptico.
Cuando, después de ésta gira volvió a su casa y a su hospital, se empezó a sentir cansada de éste asunto y más tarde abandonó éste trabajo. El caso es que tenía muy pocos amigos y se sentía sola. A éstas alturas de su vida empezaba a acusar la crisis existencial, a la que todos somos expuestos, antes o después. Su vida fue perdiendo sentido. Intentó hacer otras actividades que no le aportaron ninguna solución; por ello, fue cayendo progresivamente en una fuerte depresión. Un amigo, que la visitaba a menudo, le dijo que la causa de lo que le ocurría debía buscarla en el encuentro que tuvo hacía ya unos años con los "brujos". La indujo a creer que había sufrido un "maleficio", del que no podría escapar; como si la hubieran condenado a muerte (quizás porque no se prestó a la experiencia, a pesar de que había ido a buscarla). Estas ideas de su amigo resultaron ser fatales, ya que ella necesitaba culpar a alguien de los errores cometidos en su vida, como el abandono de aspectos importantes en la vida de cada persona, como el amor, la familia, la amistad...
Y éste cambio de vida resultó ser definitivo, ya que la "falsa creencia" a la que se aferró, fue en aumento hasta el punto de que se fue abandonando, al que creía era su destino inexorable: la muerte. Y así contrajo una grave enfermedad (fiebres tifoideas) que efectivamente la condujeron a la muerte (2).
Después de su muerte en "ésa vida", se vio salir del cuerpo, y abandonar la habitación, pero su experiencia no fue como en anteriores sesiones, de encuentro con
Cuando le insistí en que ya, podía pasar de ésa fase de oscuridad; se encontró en ésta vida actual, en los brazos de su madre de ahora, y cuando tenía aproximadamente dos años. ¡Había desconectado de cualquier contacto con
Pero, dado que nuestra intención previa, era hablar con su Maestro actual, le sugerí que 'retrocediera' en el tiempo, hasta el momento en el que "presumiblemente" estaría repasando la vida que había dejado, con su Maestro o su Guía; para "revisar' al mismo tiempo, los errores cometidos y la intención que traía a ésta vida. Encontró al nuevo Maestro y éste le dijo que, básicamente la "asignatura" que traía pendiente, era la de "no tener miedo a nada", ¡y mucho menos a la vida! Se había dejado conducir por un error, producto del miedo provocado por una ¡falsa creencia!, y así había abandonado todo el sentido de su vida.
El Maestro, que ésta vez se manifestaba, era S, Martín de Porres -llamado comúnmente Fray-Escoba -(3). Contestó ampliamente a sus preguntas personales, y -como en otros casos-, a algunas de las mías. Esta mujer se comportaba como una escéptica, y constantemente dudaba de sus muchas experiencias, llamémoslas de índole "místico-espiritual". Como anécdota simpática contaré, que éste Maestro, contestó a Beatriz lo siguiente: "¿Si crees que no son verdad estas cosas 'sobrenaturales' que te suceden, ¿por qué buscas tanto éstos Encuentros?”.
EL tiene razón; sus dudas son meras excusas para no actuar consecuentemente. Al menos, éste es mi punto de vista. Sin embargo, cabe destacar para aquellos que estén siguiendo mis hipótesis, que se trata de un caso más, en los que se repite un viejo esquema, aún no superado.
Mi reflexión personal va encaminada no obstante, en otra dirección. Inicialmente podría pensarse que un Encuentro del tipo que experimentó Beatriz; nada menos que con el MAESTRO JESUS, confirmándole que la muerte no existía, tendría que haber producido en ésta mujer un giro total respecto al sentido de su vida. Supuestamente, le habría tenido que producir una "certeza" tal, en éste hecho, que su vida habría tenido que ser más libre y feliz, de lo que fue en realidad. ¿Cómo es posible que no seamos sensibles a la visión del "Milagro"? y ¿cómo es posible que esto, no cambie nuestra vida?. Pues, ciertamente así fue entonces y así es en muchas vidas. Quizás fuera Beatriz, una mujer excesivamente racional y toda su investigación, el fruto de la razón; sin embargo un encuentro así, tendría que haber marcado su vida. Sin embargo, murió sin tener en cuenta, aquello que predicó.
¿Se puede deducir de esto, que aunque viésemos "milagros" en nuestra vida, ésta no cambiaría si nosotros no la cambiamos?. Ni los Grandes Maestros pueden cambiar nuestra trayectoria en la vida ¡somos libres! hasta el punto de malgastarla sin razón alguna. ¡Por una falsa creencia! Eso queda claro y bien manifiesto en este y otros casos.
Me veo obligada a ampliar brevemente y de manera concisa la narración de éste caso, ya que se añade un elemento nuevo que cito a pie de página. Se trata de algo, que se hallaba "encubierto", y que ahora emerge a la luz, de alguna manera. El nuevo Maestro de Beatriz S. Martín de Porres, es –supuestamente y en la actualidad- el Maestro Ascendido Kuthumi, con lo cual, todo parece aún más una broma cósmica; o una forma de estructurar nuestra información de manera diferente, a como lo hemos hecho hasta ahora. ¿Qué quieren decirnos exactamente? Se nos manifiestan según el "personaje" que podemos reconocer y no otro. Claramente Beatriz, nunca habría reconocido al Maestro KUTHUMI, de quien nunca oyó hablar, pero sí, al fraile llamado “Fray Escoba,”de quien ella era devota.
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Notas:
(1) Todos los interesados en ésta materia pueden consultar los libros del doctor Raymond Moody; en particular; "VIDA MAS ALLA DE
(2) Las emociones y la salud están íntimamente relacionadas. Hace ya mucho tiempo se puso de manifiesto que tanto las emociones negativas como las malas experiencias pueden tener un efecto desastroso sobre la salud.....Muchas personas muy enfermas manifiestan en la "batalla por su curación" un fuerte rechazo de sí mismas. En ciertos casos esa falta de amor propio se manifiesta por hastío; en otros, por un sentimiento de culpabilidad o de vergüenza, o por un miedo profundo (SANACION ESPITIRUAL E INMORTALIDAD - Patrick Dronot).
(3) El Maestro Kuthumi, fue Director del Rayo amarillo-oro, durante muchos siglos. Entre otras encarnaciones él fue Gaspar, uno de los TRES REYES MAGOS; encarnó también como el conocido PITÁGORAS; luego en San Francisco de Asís y más recientemente en San Martín de Porres, el humilde Santo peruano ("
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