Este 2020 va a ser un año que, cuando pase (?), entre otros
recuerdos, quedarán algunos dignos de destacar.
Por extraño que parezca, me ha llamado la atención escuchar asomado
a ese balcón, refugio de mi encierro, el canto de los grillos, en el centro de
Sevilla; el olor de la colada de mis vecinos, en la azotea de casa; y la
cantidad de pájaros, que vuelven a sobrevolar el cielo de la ciudad.
Es una primavera a la que veo pasar por la ventana de mi cuarto,
asombrado por el montón de fenómenos inesperados que se han incorporado a mi
vida diaria. Y como protagonista principal: el silencio.
Esta pandemia ha paralizado buena parte de la actividad humana
durante semanas. Sus consecuencias se aprecian en los cielos; en las calles de
la ciudad, que están vacías; y en nuestra relación con el medio natural, que
tanto ha cambiado, por el momento…. Esperemos que mejore lo anterior, al
reanudarse en todos los aspectos.
Los efectos de este parón se debe observar desde los satélites y
estaciones meteorológicas de todo el mundo. Los habitantes del norte de India
han descubierto que se podía ver la cordillera del Himalaya, los animales se
atreven a realizar visitas de exploración por las calles de la ciudad y desde
mi azotea se puede observar con nitidez las alturas de Morón de la Frontera.
Hasta se refleja en las noticias, ya que la pareja de osos panda del zoo de Hong
Kong, después de diez años de convivencia, se han apareado por primera vez: un
noviazgo de los de antes.
Una de las conclusiones más interesante a la que he llegado es ver
como la naturaleza no nos necesita para nada, todo lo contrario. Ya se encarga
ella de restaurar nuestros daños sin que necesite nuestra aportación. Lo mejor
que podemos hacer es no intervenir: una lección aprendida para desilusión de
los estudiosos y activos agentes de protección de la naturaleza. ¡Sabrá ella mejor que nadie lo que le
viene bien!
Un ciclo nuevo ha comenzado y hasta aquí hemos llegado,.. O te
adaptas, o estás fuera.
Mira por donde, ni armas de destrucción masiva, ni inteligencia
artificial, ni siquiera lo tradicional del agua y el fuego, en alternancia
periódica, que ha empleado otras veces, cada vez que se iniciaba un nuevo
ciclo. Esperemos que no haya paso atrás, que aprendamos la lección, que nos
olvidemos del PIB y que las estadísticas económicas no vuelvan a dominar
nuestras vidas. Que los índices de crecimiento queden en una entelequia absurda
y trasnochada.
Si fuimos capaces de superar (?) lo de Chernóbil, esto también
pasará… Si aprendemos la lección.
¿Cómo volver a la normalidad?
Con calma y serenidad, no con ímpetu. Dejemos que la naturaleza
termine su papel, actuemos con discreción y nada de retornar a nuestros
anteriores compromisos y comportamientos…
¡Ojos nuevos para una vida nueva!
Qué no vuelva la arrogancia humana a arrastrarnos al querer
continuar con los métodos que se espera hayan quedado atrás.
Nuestra actitud, ante lo que se nos avecina, la podríamos condensar
en estos puntos:
1. Seamos alegres; y nunca
dejar que esa alegría desaparezca de los corazones.
2. Seamos pacientes.
3. Seamos optimistas.
4. Seamos entusiastas.
5. Seamos de mente abierta.
Si estás unificado y sintetizado dentro de ti mismo, logras tu
objetivo. Si no te sintetizas dentro de ti mismo, fallas. Esto también es
cierto con nuestro Grupo. Si realmente nos dedicamos a traer una gran fuerza a
la manifestación, tendremos éxito. Pero si incluso una persona del mismo está
creando una distorsión con su duda, el Grupo se debilitará gradualmente más y
más.
¿Seremos capaces?
Los que estamos preocupados por la Tierra que les dejaremos a
nuestros nietos, podemos relajarnos. Nunca hasta hoy ha quedado más claro que
la Madre Tierra es un organismo vivo; y su respuesta a nuestro ataque ha sido
temible, tal y como hemos podido comprobar. No entra en consideraciones si fue
un accidente, premeditado o casual, si fue un “salto” entre especies o si
alguna lo transmitió: el caso es que a la naturaleza le vale para detener
nuestra “terricida” actuación. Que recapacitemos y cambiemos es nuestro
desafío, porque estoy seguro de que le quedan recursos todavía para hacerse
notar con mucha más claridad que la hasta ahora empleada.
Esto es un paso preciso en nuestra evolución. Aquel que lo admita,
lo asuma y proceda en consecuencia, integrará la experiencia en sus registros y
habrá dado un paso más en su proceso evolutivo. Aquel que siga actuando sin
considerar lo que la naturaleza nos está marcando, le tocará sufrir más hasta
que se dé cuenta de qué va todo esto. Estos son los métodos de que se vale para
mostrarnos sus enseñanzas. El aumento del sufrimiento nos hará finalmente
despertar del lamentable estado en el que estamos y decir: “No quiero vivir así
más. Quiero evolucionar y ser realmente espiritual”.
En realidad la situación anterior demuestra la falta de unidad de
acción de los componentes de nuestra personalidad: es lo primero que tenemos
que conseguir, el primer objetivo del Yoga antes de pensar en plantearnos
mayores logros. En algunas personas, hay divisiones y lagunas que hacen que los
cuerpos trabajen en contra de los demás. Hay una separación en la persona; y no
se puede decidir. El resultado es la enfermedad y la infelicidad. El primer
paso de la unificación es convertirse en uno en su personalidad. Debes crear
unidad dentro de tus cuerpos físico, emocional y mental para que funcionen como
un todo integrado. Con ello dejaremos atrás el sufrimiento y el miedo.
Los acontecimientos mundiales son las manifestaciones de un plan y
propósito interno. Cuando abrimos la mente y miramos los eventos mundiales en
el distanciamiento, podemos ver que no hay nada que temer. El miedo es una
emoción que controla a muchas personas debido a la propaganda en noticias de
los medios y por el apego a los objetos materiales.
Cuando se mantiene a la gente en el miedo, se puede controlar a esa
gente.
Actuarán para la preservación y el placer del ego y olvidarán las
cosas de valor real. La gente que tiene miedo valora lo falso, lo irreal y el
no ser; y son fácilmente manipulados por sus apegos.
La televisión y la radio nos condicionan a vivir con miedo. “El
crimen aumentó un diez por ciento el año pasado... Luchando en la frontera...
La inflación se come su salario...”
Aprende a mirar los eventos y a ver las causas detrás de ellos. No
te dejes condicionar por el miedo que los acercamientos sensacionalistas a los
acontecimientos de siempre tratan de estimular en tu interior. Tu miedo hace
mucho dinero para alguien, así que sé más consciente y más despierto.
No me cabe ninguna duda que, con la aceptación y la unificación,
conservando siempre nuestro derecho a discrepar y a mantener nuestra armonía,
seremos capaces de superar esta y todas las pruebas que se presenten para el
arranque de este nuevo ciclo.
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Autor: Pedro Castañeda
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