Hace unos días, escribí unas reflexiones sobre el
momento presente que intentaban dar respuesta a la pregunta “¿Y qué hacemos
ahora?”. En el texto se decía: “Ha llegado el momento de la verdad.
Hemos terminado los estudios, y toca ejercer. Somos licenciados en la Vida. Y
hemos de pasar a la acción, si no lo hemos hecho ya. Llevamos eones esperando
este momento de inicio de la Nueva Humanidad”.
Todos los que directa o indirectamente nos
relacionamos con el blog “El Cielo en la Tierra” sabemos que estamos despidiendo
una era y dando paso a otra, que estamos protagonizando el tránsito de un
sistema viejo y caduco, a uno nuevo en el que habite la Nueva Humanidad. No
vamos a hablar aquí de ello. Os recomiendo los magníficos artículos de este
blog, o los vídeos que Emilio Carrillo comparte generosamente en él, donde
explica con claridad los dos raíles por los que transitamos: la utopía y la
distopía.
Lo que sí vamos a hacer es intentar responder a la
pregunta derivada de todo esto: ¿quiero formar parte de esa Nueva Humanidad? Si
estás leyendo estas palabras apostaría a que la respuesta es SÍ, un sí rotundo
lleno de Ilusión y de Esperanza. Pero ahora vuelve el interrogante: “Vale, sí,
quiero formar parte de la Nueva Humanidad. Entonces ¿qué hay que hacer?”
Como casi todo en la vida, la respuesta es sencilla
pero no fácil: para crear y formar parte de esa Nueva Humanidad, no hay que
luchar contra lo viejo, sino vivir conforme a lo nuevo. Ya nos lo dijo ese gran
Maestro que fue Jesús con una bella parábola: “Nadie echa un remiendo de
paño recio en vestido viejo, de otra manera el mismo remiendo tira del viejo, y
hácese peor rotura. Ni nadie echa vino nuevo en odres viejos, de otra manera el
vino nuevo rompe los odres, y derrámase el vino y los odres se pierden; mas el
vino nuevo en odres nuevos se ha de echar” (Mc. 2,22).
Tenemos que vivir con lo nuevo, de acuerdo a la
utopía; hemos de vivir Desde Ya como miembros de esa Nueva Humanidad. ¿De qué
manera? ¿Lo vamos viendo?
¿Qué es lo primero que hace un miembro de la Nueva Humanidad
cuando se despierta cada mañana? Al abrir los ojos y antes de salir de la cama,
ese hombre nuevo da Gracias. Agradece a la Vida el nuevo día, la nueva
oportunidad que nos brinda de ser expresión de su grandeza y es consciente de
lo maravilloso del simple hecho de Vivir. Y envuelto en una profunda Reverencia
por la Vida comienza el nuevo día.
Y ese miembro de la Nueva Humanidad hace aparentemente
lo mismo que antes (ducharse, vestirse, desayunar, lavarse los dientes, hacer
la cama…) pero con consciencia plena; cada acción pasa a ser una meditación en
sí misma, como proclama el Budismo zen:
“El alumno de la escuela Zen pregunta:
-
Maestro ¿cómo se practica la meditación en la vida diaria?
- Comiendo y durmiendo.
- Pero
maestro, cualquier ser humano come y duerme.
- Sí,
pero no cualquiera come cuando come y duerme cuando duerme”.
¿Y qué come la Nueva Humanidad? Sus integrantes tienen
una alimentación consciente. Hay que atender al cuerpo físico, por supuesto, es
el vehículo de nuestra alma en la Tierra, y para ello cuidamos lo que comemos
porque de los alimentos va a depender su salud. Sabemos que la principal fuente
de energía es el prana, y lo absorbemos del sol y de la naturaleza con
respiraciones profundas y conscientes llenas de agradecimiento. Y seleccionamos
los alimentos con cuidado, porque de este simple acto dependen muchas cosas.
Cada vez que comemos alimentos de origen animal,
estamos contribuyendo al maltrato de nuestros hermanos pequeños, que sufren
tortura y elevan a los cielos un ensordecedor chillido lleno de dolor. Por eso
no contribuimos a ello, y buscamos otra manera de llenar nuestra despensa. El
mundo vegetal nos ofrece con generosidad sus frutos, que podemos tomar, con
respeto y agradecimiento.
Pero no nos quedamos ahí y damos un paso más: cada
alimento que compramos fomenta un tipo de comercio, un tipo de cultivo y un
tipo de sociedad. ¿Mi opción? Alimentos lo más ecológicos posibles, de
temporada y de proximidad. ¿Para qué comer tomates en invierno si son de invernadero,
cultivados con mano de obra rozando la esclavitud, y están llenos de pesticidas
que enferman a la Tierra y a nuestro cuerpo? ¿Para qué comprar sal del
Himalaya, que ha sido traída quemando combustibles fósiles que llenan de
contaminación la atmósfera y contribuyen al calentamiento global? ¿De verdad
nos hace falta comer algas que vienen de Japón?
Evitamos también los productos procesados: aprendí en
mis estudios de Medicina Tradicional China que la mejor manera de tener una
humanidad embotada y con miedo es dándole alimentos muy salados y muy dulces.
¿De qué están llenas las estanterías de los supermercados? De snacks,
bollería, chucherías, etc. ¡Leed las etiquetas y reflexionad! ¿De verdad tiene
algún nutriente esa barra de pan congelada que te venden a precio de risa? ¿Qué
tiene de alimento esa pizza que chorrea grasa por todos lados? ¿Puede ser sano
un alimento en cuya composición entran palabras que no podemos ni pronunciar?
La alternativa es más laboriosa, ya lo sé: buscar ese
pequeño agricultor que aún cultiva la tierra de verdad, saber qué verduras son
de temporada y adaptar nuestros menús a ello, aprender a hacer masas, pan,
bizcochos, etcétera, pero es que el resultado merece la pena. Vamos a formar
parte de la Nueva Humanidad, y sus integrantes han de alimentarse correctamente
SIN DAÑAR a nuestros hermanos los animales y causando el menor impacto en
nuestra Madre Tierra, porque en la Nueva Humanidad, todos los reinos
coexistimos en simbiosis y armonía. Y cada gesto cuenta. Cada gesto, por muy
pequeño que parezca.
Ya tenemos material para reflexionar, y con más
elementos de juicio para poder responder a la pregunta que encabeza estas
líneas. Sé que hay otros muchos temas a tratar (salud, vestido, pensamiento,
palabras, ocio, lecturas…) pero hemos empezado por algo bien cotidiano que
todos necesitamos realizar.
Y ahora volvemos a plantearnos ¿quiero formar parte de
la Nueva Humanidad? Va a ser toda una aventura, llena de retos y de soluciones
imaginativas. Yo sí quiero vivir en ese nuevo mundo. ¿Me acompañas?
==================================
Autora: Raquel Fernández (raquelfrao@gmail.com)
==================================
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.