Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2024-2025

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25/4/20

¿Quieres formar parte de la Nueva Humanidad?


Hace unos días, escribí unas reflexiones sobre el momento presente que intentaban dar respuesta a la pregunta “¿Y qué hacemos ahora?”. En el texto se decía: “Ha llegado el momento de la verdad. Hemos terminado los estudios, y toca ejercer. Somos licenciados en la Vida. Y hemos de pasar a la acción, si no lo hemos hecho ya. Llevamos eones esperando este momento de inicio de la Nueva Humanidad”.

Todos los que directa o indirectamente nos relacionamos con el blog “El Cielo en la Tierra” sabemos que estamos despidiendo una era y dando paso a otra, que estamos protagonizando el tránsito de un sistema viejo y caduco, a uno nuevo en el que habite la Nueva Humanidad. No vamos a hablar aquí de ello. Os recomiendo los magníficos artículos de este blog, o los vídeos que Emilio Carrillo comparte generosamente en él, donde explica con claridad los dos raíles por los que transitamos: la utopía y la distopía.

Lo que sí vamos a hacer es intentar responder a la pregunta derivada de todo esto: ¿quiero formar parte de esa Nueva Humanidad? Si estás leyendo estas palabras apostaría a que la respuesta es SÍ, un sí rotundo lleno de Ilusión y de Esperanza. Pero ahora vuelve el interrogante: “Vale, sí, quiero formar parte de la Nueva Humanidad. Entonces ¿qué hay que hacer?”  

Como casi todo en la vida, la respuesta es sencilla pero no fácil: para crear y formar parte de esa Nueva Humanidad, no hay que luchar contra lo viejo, sino vivir conforme a lo nuevo. Ya nos lo dijo ese gran Maestro que fue Jesús con una bella parábola: “Nadie echa un remiendo de paño recio en vestido viejo, de otra manera el mismo remiendo tira del viejo, y hácese peor rotura. Ni nadie echa vino nuevo en odres viejos, de otra manera el vino nuevo rompe los odres, y derrámase el vino y los odres se pierden; mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar” (Mc. 2,22).

Tenemos que vivir con lo nuevo, de acuerdo a la utopía; hemos de vivir Desde Ya como miembros de esa Nueva Humanidad. ¿De qué manera? ¿Lo vamos viendo?

¿Qué es lo primero que hace un miembro de la Nueva Humanidad cuando se despierta cada mañana? Al abrir los ojos y antes de salir de la cama, ese hombre nuevo da Gracias. Agradece a la Vida el nuevo día, la nueva oportunidad que nos brinda de ser expresión de su grandeza y es consciente de lo maravilloso del simple hecho de Vivir. Y envuelto en una profunda Reverencia por la Vida comienza el nuevo día.

Y ese miembro de la Nueva Humanidad hace aparentemente lo mismo que antes (ducharse, vestirse, desayunar, lavarse los dientes, hacer la cama…) pero con consciencia plena; cada acción pasa a ser una meditación en sí misma, como proclama el Budismo zen:

           El alumno de la escuela Zen pregunta:
         - Maestro ¿cómo se practica la meditación en la vida diaria?         
         - Comiendo y durmiendo.
         - Pero maestro, cualquier ser humano come y duerme.
         - Sí, pero no cualquiera come cuando come y duerme cuando duerme”.

         ¿Y qué come la Nueva Humanidad? Sus integrantes tienen una alimentación consciente. Hay que atender al cuerpo físico, por supuesto, es el vehículo de nuestra alma en la Tierra, y para ello cuidamos lo que comemos porque de los alimentos va a depender su salud. Sabemos que la principal fuente de energía es el prana, y lo absorbemos del sol y de la naturaleza con respiraciones profundas y conscientes llenas de agradecimiento. Y seleccionamos los alimentos con cuidado, porque de este simple acto dependen muchas cosas.

Cada vez que comemos alimentos de origen animal, estamos contribuyendo al maltrato de nuestros hermanos pequeños, que sufren tortura y elevan a los cielos un ensordecedor chillido lleno de dolor. Por eso no contribuimos a ello, y buscamos otra manera de llenar nuestra despensa. El mundo vegetal nos ofrece con generosidad sus frutos, que podemos tomar, con respeto y agradecimiento.

Pero no nos quedamos ahí y damos un paso más: cada alimento que compramos fomenta un tipo de comercio, un tipo de cultivo y un tipo de sociedad. ¿Mi opción? Alimentos lo más ecológicos posibles, de temporada y de proximidad. ¿Para qué comer tomates en invierno si son de invernadero, cultivados con mano de obra rozando la esclavitud, y están llenos de pesticidas que enferman a la Tierra y a nuestro cuerpo? ¿Para qué comprar sal del Himalaya, que ha sido traída quemando combustibles fósiles que llenan de contaminación la atmósfera y contribuyen al calentamiento global? ¿De verdad nos hace falta comer algas que vienen de Japón?

Evitamos también los productos procesados: aprendí en mis estudios de Medicina Tradicional China que la mejor manera de tener una humanidad embotada y con miedo es dándole alimentos muy salados y muy dulces. ¿De qué están llenas las estanterías de los supermercados? De snacks, bollería, chucherías, etc. ¡Leed las etiquetas y reflexionad! ¿De verdad tiene algún nutriente esa barra de pan congelada que te venden a precio de risa? ¿Qué tiene de alimento esa pizza que chorrea grasa por todos lados? ¿Puede ser sano un alimento en cuya composición entran palabras que no podemos ni pronunciar?

La alternativa es más laboriosa, ya lo sé: buscar ese pequeño agricultor que aún cultiva la tierra de verdad, saber qué verduras son de temporada y adaptar nuestros menús a ello, aprender a hacer masas, pan, bizcochos, etcétera, pero es que el resultado merece la pena. Vamos a formar parte de la Nueva Humanidad, y sus integrantes han de alimentarse correctamente SIN DAÑAR a nuestros hermanos los animales y causando el menor impacto en nuestra Madre Tierra, porque en la Nueva Humanidad, todos los reinos coexistimos en simbiosis y armonía. Y cada gesto cuenta. Cada gesto, por muy pequeño que parezca.

Ya tenemos material para reflexionar, y con más elementos de juicio para poder responder a la pregunta que encabeza estas líneas. Sé que hay otros muchos temas a tratar (salud, vestido, pensamiento, palabras, ocio, lecturas…) pero hemos empezado por algo bien cotidiano que todos necesitamos realizar.

Y ahora volvemos a plantearnos ¿quiero formar parte de la Nueva Humanidad? Va a ser toda una aventura, llena de retos y de soluciones imaginativas. Yo sí quiero vivir en ese nuevo mundo. ¿Me acompañas?

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Autora: Raquel Fernández (raquelfrao@gmail.com)
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