La casi explicación de porqué hay algo en vez de nada
Lamarck fue el visionario científico
naturalista, precursor de la Teoría de la Evolución de Darwin, que proclamó una
de las más importantes sentencias de la Biología, “la función crea el órgano”. Significa que un ser vivo puede
presentar distintas necesidades a medida que cambia su medio ambiente, por lo
que el organismo se va modificando hasta que se pueda satisfacer esta
necesidad. Que los seres vivos fueran algo más que simples micelas, fue el
resultado de la “especialización de los
elementos del sistema”. Esto es a lo que conduce la sentencia de Lamark y
la condición sinequanon que hace posible la Evolución.
Así que, todo lo que hemos explicado
hasta ahora sobre las bases del pensamiento sistémico, la visión sistémica del
Universo, la simple existencia del Cosmos, la casi explicación del porqué el
Universo se tomó la molestia de existir y “hay algo más que el vacío”; o por
qué “la Nada decidió vibrar” y crear las cuerdas, los quarks, los leptones,
muones o el Bosón de Higgs, es porque los elementos de un sistema para
“ser”, para “existir”, no pueden ser todos iguales, sino diferentes, para poder
establecer una relación de dependencia mutua. El electrón no es lo mismo
que el protón; por eso interactúan. Los átomos, que comenzaron siendo todos
iguales, átomos de Hidrógeno, evolucionaron hasta formar la tabla periódica de
los elementos de Dimitri Mendeléyev.
Así que, el hecho de que dos elementos de
un sistema interactúen, es porque son diferentes; y si lo son, es porque
cumplen diferentes funciones.
En los seres vivos, la Anatomía estudia
las estructuras, tejidos y órganos, pero la Fisiología estudia el porqué de
esos órganos, que no es otro que el hecho de que ejecutan funciones diferentes.
Es decir, los elementos están especializados, porque para existir necesitan
cumplir una función que dé sentido a su existencia. Si no, la pura existencia
carece de sentido.
El átomo, ahí donde le vemos, es ya de
por sí una estructura, un sistema, altamente complejo, por cierto, virtualmente
vacío, ya que, respetando sus proporciones, si viéramos el núcleo como una uva,
la corteza electrónica sería del tamaño de la Tierra (ver entrega 7.- En la
frontera de lo trascendente). Pero su núcleo está llenito de cosas que se
mantienen relacionadas por la fuerza nuclear fuerte y, partículas subatómicas
hay para aburrir, aunque sólo los quarks y el electrón parece que sirven para
la constitución de la materia. Y si para ver el núcleo del tamaño de una pelota
de tenis, los electrones ocuparían el tamaño del Sol. Así que, además de ser el
átomo virtualmente “nada”, resulta ser altamente complejo, compuesto de muchos
elementos, que cada uno cumple una función diferente.
Podíamos seguir deteniéndonos en cada
sistema cósmico analizando sus elementos y las funciones de cada uno, pero es
suficiente con esta idea, para pasar a los seres vivos a continuación.
En la célula, los orgánulos que la
componen y que, a la Naturaleza le costó 3000 millones de años diseñar y
evolucionar, resultan ser el conjunto de elementos, compuestos de moléculas
altamente especializadas, que cada uno cumple su función específica, es decir,
han alcanzado un altísimo grado de especialización.
La membrana plasmática, el mayor de los
inventos de la Vida, se ha especializado a su vez para formar la cubierta
protectora de la célula que la separa selectivamente del medio externo. Se ha
especializado para configurar las mitocondrias, que permiten efectuar funciones
de respiración, que en el fondo es lo mismo que producir energía en forma de
ATP.
Las enzimas son proteínas alucinantemente
complejas capaces de permitir las funciones metabólicas. Y así podríamos
señalar al núcleo, el retículo endoplásmico, los ribosomas, el aparato de Golgi,
curioso orgánulo que modifica, almacena y exporta las proteínas sintetizadas
por los ribosomas; y etcétera, etcétera.
Creo que merece la pena, detenernos
brevemente en las “precisamente” 19 funciones en las que se han de especializar
los diferentes elementos, orgánulos o subsistemas de todos los seres vivos para
que estos puedan existir, para que la Vida sea simplemente posible; 19
funciones ya apuntadas en la quinta entrega.
Según Miller, el ser vivo completo, posee
sus estructuras divididas en tres grandes grupos de subsistemas, 1.- los
subsistemas que procesan materia y energía, 2.- los subsistemas que procesan
información y 3.- los subsistemas que procesan tanto materia, como energía e
información, que básicamente constituyen el sistema de defensa o cubierta y el
sistema reproductor.
Materia, energía e información son los
tres fluidos básicos de la vida. Y ya podemos ver que, Materia y Energía
aparecen de forma aparentemente simple en la famosa ecuación de Einstein E=mc2
o, m=E/c2, que es algo así como que la Energía es el producto de la
Materia por la velocidad de la luz al cuadrado. Y como la velocidad de la luz
(encima elevada al cuadrado) es un número descomunalmente grande, en concreto 89.875.517.873.681.800,00
metros/segundo (¡¡casi 90.000 billones!!),
la fórmula
implica que incluso un objeto cotidiano en reposo con una cantidad modesta de
masa tiene una cantidad muy grande de energía intrínseca.
Es
decir, que la Materia está formada por un astronómico empaquetamiento de Energía,
que queda expresada por el movimiento de la materia, es decir por su
temperatura, que el ser vivo necesita mantener dentro de márgenes de
viabilidad, no muy anchos, donde la entalpía (orden) y la entropía (caos)
tienen que jugar un delicadísimo equilibrio de fuerzas.
Y
para eso, hacen falta 19 funciones que han de ser realizadas por 19 elementos o
subsistemas, todos ellos críticos.
Y
queda el tercer fluido, la información que, ya indicábamos también en la
séptima entrega, que puede que sea el único constituyente del Universo. Pero
admitiendo que materia y energía son diferentes a la información, consideremos
ésta el invento magistral de la Vida, porque gracias a este elemento, que se
puede reducir al modo digital (cero – uno), el bit, abierto o cerrado, todo o
nada, luz u oscuridad, “yin o yang”, los elementos, los subsistemas críticos
van a poder llevar a cabo (o no) su función, según las condiciones que sepan
por la información que reciban.
Vamos
a reflexionar sobre cada uno de estos subsistemas críticos, considerando la
escala general de los seres vivos, tal y como lo refiere también James Grier
Miller: célula, individuo y organización social, como siguiente “filo” de la
evolución, dado que, desde los cordados, la Naturaleza, como individuos, no ha
inventado nada mejor.
Empecemos por el primer grupo.
Subsistemas que procesan materia, energía e información
Casi
empezando la casa por el tejado, vamos a comenzar por examinar dos subsistemas
que hacen posible la viabilidad del ser vivo, por dos razones fundamentales, la
primera porque garantizan la viabilidad de la especie como tal, ya que
consiguen con él burlar a la muerte del individuo. Se trata del sistema
reproductor. La segunda razón, porque establecen un sistema de protección
frente al medio externo y lo separa del medio interno y, además, consigue
neutralizar cualquier ataque desde el exterior, con ánimo de destruir el propio
sistema. Es el subsistema de cubierta y defensa.
1.- Reproductor.
Todo sistema
ha de ser capaz de, potencialmente, conseguir generar una copia de sí mismo, si
posee recursos suficientes para ello. Esto se traduce en generar un nuevo sistema
como un todo completo y autónomo, aunque en los primeros estadios depende de
alguna forma de los progenitores. Salvo en los individuos partenogenéticos, la
reproducción es sexuada, requiere la intervención de dos individuos de ambos
sexos.
Si un individuo
no es capaz de hacer o fabricar una copia de sí mismo, la especie (o la saga)
como tal, está condenada a desaparecer. Esta necesidad de perpetuarse, va
intrínsecamente asociado al hecho de vivir, porque en su lucha contra el caos,
los individuos, más tarde o más temprano, saben que tienen la guerra perdida,
al final, el catabolismo y la degeneración, es decir, la entropía, terminará
reinando y vencerá definitivamente conduciendo al individuo a su muerte.
Poseer
algún tipo de procedimiento de perpetuación hace que la vida no sea una
experiencia fugaz en el tiempo, sino que sea capaz de permanecer y en el fondo,
vencer a la muerte.
Y he aquí
el gen, que no es otra cosa que una unidad de información. Millones de genes,
constituyen el genoma, que viene a ser como los manuales donde vienen las
instrucciones y los planos para fabricar una copia del ser vivo. Cuando un
ingeniero diseña un aparato, una vez construido el prototipo, para hacer copia
del primero, tiene que echar mano del manual de diseño y fabricación y, si
quiere hacer múltiples copias de ese aparato, lo que se suele hacer es montar
una fábrica. Pues esa fábrica es el subsistema reproductor que, en los
individuos celulares, forman el núcleo y sus ribosomas. Porque de lo que se
trata es de fabricar proteínas, que son los elementos estructurales de las
células, pero el plano de diseño de las proteínas está en el ADN (Ácido
desoxirribonucleico) y ARN (Ácido ribonucleico) y, los ribosomas son las
fábricas donde a partir del denominado ARN-t (de transferencia) y, en medio de
una adecuada fuente de aminoácidos, los ribosomas fabricas las proteínas.
En fin,
todo un complejo industrial que comienza por la división y recombinación del
ADN, que contiene los genes que, por cierto, ellos sí son eternos (inmortales).
O, dicho de otra forma, se comportan como si cada individuo fuera en el fondo
una copia, un medio, sobre la cual el gen pudiera pasar de una generación a la
siguiente. Esta idea, dio lugar a una teoría formulada por Richard Dawkins en
1976 denominada “El gen egoísta”. Como
curiosidad, decir que el término “meme”,
que se utiliza tanto en la actualidad, como elementos de transmisión de
información en las redes sociales, fue invento de Dawkins.
En el
estrato de los grupos y las comunidades, el sistema reproductor, garantiza que
ellas no se extingan con el retiro de los elementos que las fundaron. Es el
sistema que permite el paso de padres a hijos de la empresa, o el sistema de
selección de personal y nuevas contrataciones en la medida en que se producen
las bajas por jubilación o cambio de trabajo. Y pasadas unas cuantas décadas,
la empresa actual “no es” la empresa original, sino una copia, basadas en la
paulatina renovación de sus componentes humanos, e incluso materiales (sedes,
mobiliario, activos, etc.).
Por otra
parte, la reproducción no sólo tiene como objetivo asegurar la tasa de
reposición de individuos, sino su reproducción y extensión numérica por nuevos
territorios y nuevos mercados.
2.- Cubierta o sistema de
Defensa.
Volviendo al tema de la
Segunda Ley de la Termodinámica, El físico escocés
Clark Maxwell propuso en 1871 en la Teoría del calor, que una criatura
suficientemente pequeña, que pudiera ver y manejar moléculas individuales, se
hallaría exenta del cumplimiento de la segunda Ley; sería capaz de mantener la
asimetría de temperatura y presión en un sistema de dos cámaras sin necesidad
de realizar trabajo. Es el “Demonio de Maxwell”.
Desde los tiempos de Maxwell se han propuesto
numerosas versiones del Demonio, como por ejemplo, uno que sea capaz de
permitir el paso de las moléculas en una sola dirección, hasta crear una
sobrepresión en una de las cámaras y un vacío parcial en la otra. Si fuese esto
posible, estaríamos ante una formidable fuente de energía inagotable. Esto
parece violar flagrantemente la segunda Ley, si se acepta que cualquier flujo
de calor lleva consigo incremento de entropía total del Universo. El demonio
que hace fluir las moléculas desde el recinto frío al caliente, rebaja la
entropía del frío en mayor medida que eleva la del caliente, disminuyendo la
entropía del universo en su conjunto, lo que es imposible. Es curioso cómo un
duendecillo imaginario como este ha hecho correr ríos de tinta y de autores de
tanto renombre como el mismísimo Leo Szilard, creando encendidos debates sobre
si viola o no la segunda ley. Parece que al final no puede violarla. Y para eso
se acude incluso hasta al principio de incertidumbre.
Esta introducción sobre demonios y la Segunda
Ley viene al caso de algo que si bien, desde el punto de vista físico, el
Demonio de Maxwell puede ser una quimera, quizás no lo sea tanto desde el punto
de vista biológico, en tanto que la esencia de la Vida, como hemos visto,
bordea muy seriamente la “legalidad” de la Física. La Segunda Ley sentencia que
la entropía global del Universo crece siempre. Y en ningún caso puede
disminuir. Caben por tanto dos únicos tipos de procesos, aquellos en los que la
entropía crece y aquellos en los que la entropía consigue mantenerse
constante. Los primeros se denominan
procesos termodinámicamente irreversibles porque su inversión provocaría
violación de la segunda Ley. Los segundos se denominan procesos
termodinámicamente reversibles, en virtud de los cuales la entropía de un
sistema disminuye si se realiza trabajo sobre él, pero ese mismo trabajo para
mantener en niveles bajos la entropía provoca el incremento de entropía del
entorno. Y si bien todos los subsistemas de un individuo y de una comunidad
colaboran a mantener la entropía constante, desde luego, que sin el sistema de
cubierta, el medio interno sería imposible de mantener.
Así que todo sistema
biológico necesita disponer de unos límites que le separen del exterior. El
gran invento de la Naturaleza ha sido, como hemos referido anteriormente, la membrana
celular, capa semipermeable que protege y a la vez permite el intercambio
con el exterior de materia, energía e información selectiva. En organismos
pluricelulares esta capa es el exoesqueleto o la piel. En las
organizaciones humanas y animales esta capa es uno de los subsistemas más
interesantes y complejos, pues en él se incluyen la seguridad y vigilancia
exterior, no sólo física, sino también informativa, y los canales de entrada y
salida de materia y energía. Son componentes físicos tales como barreras y
humanos como los vigilantes.
El proceso
de vigilancia controla el acceso de materia, energía e información autorizada,
e impide todo aquello considerado como intruso o perjudicial.
El sistema
inmunológico es otro de los componentes del sistema cubierta, pues está
diseñado para mantener una continua vigilancia interna ante cualquier intruso, reconocido
como tal, desarrollando hacia él los denominados anticuerpos. El equivalente
social es la policía y el sistema judicial. Y puestos a tener que
“luchar o morir”, entran en escena las Fuerzas Armadas, auténtico sistema de
Defensa “a cara de perro” frente a un enemigo que pretenda colonizar, devorar o
destruir al individuo o la propia comunidad. Y si fuera necesario para la
propia supervivencia, atacar a sistemas humanos más débiles, con tal de
prevalecer.
Por otro
lado, criterios tales como la política de compras, planificación de
adquisiciones, contratación de personal, fuentes de financiación son ejemplos
de procesos concebidos desde los órganos de dirección, pero ejecutados desde el
"subsistema cubierta".
Estos dos
subsistemas garantizan la mera existencia de lo que reside dentro de la
cubierta. Y su integridad física garantiza a su vez la condición de individuo,
de indivisible, dado que de dividirse, sería de modo traumático, lo que
supondría la muerte del individuo…
Esto es
verdad salvo si el aparato reproductor (en las células procarióticas, las bacterias)
ejecuta el proceso de mitosis o, en las eucarióticas se ejecuta el proceso de
meiosis, o en la fase embrionaria del nuevo individuo, las células embrionarias
se reproducen por mitosis para generar los tejidos.
Autor: José Alfonso Delgado (Doctor en Medicina especializado en Gestión Sanitaria y
en Teoría de Sistemas) (joseadelgado54@gmail.com)
=========================================================
La publicación de las diferentes entregas de Visión sistémica del mundo se realiza en
este blog, en el contexto del Proyecto Consciencia y Sociedad Distópica, todos los lunes
desde el 20 de enero de 2020.
Se puede tener información detallada sobre los objetivos y contenidos de tal Proyecto
por medio de su web: http://sociedaddistopica.com/
=========================================================
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.