Continuando con la descripción de los subsistemas
críticos que han de existir y funcional en cualquier ser vivo, tanto desde la
escala celular, los organismos individuales y las comunidades, habiendo visto
en la entrega anterior, los subsistemas que garantizan la perpetuación de
los sistemas vivos más allá de la muerte de los organismos individuales y la
defensa de su integridad, entramos en esta entrega en el análisis de los
subsistemas de producción, necesarios para incorporar y evacuar, tanto la
materia como la energía necesarios para el mantenimiento del estado estable.
Subsistemas que procesan
materia y energía
Según
Miller, todo sistema vivo ha de poseer una estructura que sea capaz de procesar
materia y energía, por una parte y, por otra, información sobre el entorno y
los procesos internos de materia y energía a fin de regular estos y adaptarlos a
las circunstancias externas e internas. El conjunto de subsistemas que procesan
materia y energía constituye los centros de actividad "per se" del
organismo, presentes en la célula, en cada órgano, en el organismo individual y
en las comunidades.
En cualesquiera
de los casos, este conjunto de subsistemas constituye la “línea de producción”
del sistema biológico y social.
3. Ingestor
El subsistema ingestor es el subsistema
especializado en posibilitar la incorporación de materia y energía del exterior
al interior del sistema, una vez pasados los controles de seguridad al acceso
efectuados por los elementos del "subsistema cubierta".
Constituyen los elementos de este
subsistema el carácter semipermeable y selectivo de la membrana celular, los
orificios de entrada, la boca, garganta y esófago en los organismos
individuales, así como los orificios respiratorios por donde los seres vivos
incorporan el alimento, el agua y el aire, imprescindibles para vivir. En las
organizaciones estos elementos los constituyen el personal y elementos
materiales de recepción de clientes, de material (muelles), tomas de
combustible, y el personal que efectúa dichas operaciones.
Las organizaciones especializadas en este
proceso son las enmarcadas en el sector primario, minería, pesca, agricultura;
aquellas que extraen de la Naturaleza la materia y energía para incorporarlas
al sistema productivo de la organización.
Los seres individuales, tanto a nivel
celular como organismos, son autónomos, es decir, “totipotenciales”. Ingieren
materia, pero no energía en estado pura, salvo las células vegetales, capaces
de transformar la radiación solar en energía útil interna. El resto disponen de
los subsistemas necesarios para transformar internamente la energía que
contiene el alimento en energía libre para realizar todas sus funciones, en
forma de ATP.
Básicamente el proceso es de transporte
de fuera a dentro. En este paso, se produce una primera acción sobre los
materiales. El proceso ingestor en los seres vivos tiene una primera fase de trituración
del alimento en la boca, y una fase de transporte por deglución hasta la
siguiente cavidad equivalente al estómago, pero este elemento (el estómago), pertenece
ya al digestor o convertidor. En el caso de las organizaciones humanas, el
proceso de incorporación al sistema implica la recepción de las mercancías,
firma de albaranes y primer transporte al siguiente elemento, que bien puede
ser el subsistema convertidor o almacén. En el caso del personal éste ha de ser
afiliado, recibir una determinada información y formación respecto de su
cometido en la organización. Los clientes han de ser canalizados hacia los
lugares donde recibirán el servicio concreto. Y el material ha de ser
introducido según un determinado proceso con un orden concreto, y con una
determinada cadencia que se puede analizar con las técnicas de tratamiento de
las colas.
Si se produce saturación de entrada, ha
de activarse algún tipo de proceso y dispositivos capaces de tratar las listas
de espera que se generen.
4. Distribuidor
Es el
subsistema que permite el establecimiento de rutas de comunicación y
desplazamiento de materia y energía por el interior del organismo o la
organización de todos aquellos materiales, personal y elementos energéticos
entre los diferentes subsistemas.
En los
seres vivos individuales y las organizaciones, los procesos tienen una
descripción básicamente lineal, algo entra en cada proceso como materia prima o
energía utilizable, y algo sale de ella como materia elaborada o residuos.
Siempre habrá que llevar algo a alguna parte del sistema. Esta función ha
generado la ciencia de la logística.
Como
elementos distribuidores, los individuos vivos disponen de tubos tales como el
propio tubo digestivo, aunque en sí mismo como veremos, es el subsistema ingestor
– convertidor – evacuador. Por otro lado, está la red de arterias y venas y los
canales linfáticos, y la red bronquial preferentemente. En las organizaciones, se dispone de
elementos físicos y humanos. Como elementos humanos tenemos a los conductores, conserjes,
celadores, y en general todos aquellos que manejan algún tipo de vehículo o
dispositivo de transporte interno. También aquellos trabajadores que mantienen
operativas las instalaciones de distribución. Como instalaciones físicas
tenemos los ascensores, conductos de combustible líquido, gases, redes
eléctricas, cintas de transporte.
En los
individuos los sistemas de transporte están vehiculados básicamente por la
sangre, que bombeada por el corazón, llega a todos los confines de los tejidos
y células del organismo. Al alcanzar el nivel tisular, la red se atomiza en
infinidad de vasos denominados capilares donde se establece el intercambio de
nutrientes y de oxígeno, así como se incorporan al canal los residuos de la
combustión celular. En las organizaciones el mantenimiento de la circulación de
los diferentes elementos motores a través de las vías de comunicaciones
internas. La distribución de materia y energía requiere la conversión en
trabajo de cierta cantidad de energía. Tanto más importante es este proceso
cuanto más extensa es la organización, más centros de actividad y personal se
mueve dentro de ella.
5. Convertidor
En
principio, las entradas de materia y energía en una organización precisan una
determinada transformación para que puedan ser utilizadas en los usos de
producción interna. En los individuos el proceso convertidor está a cargo del
tubo digestivo. En él, los alimentos son digeridos y transformados por la
acción de los jugos gástricos, de los fermentos pancreáticos e intestinales y
los ácidos biliares en los principios inmediatos elementales, hidratos de
carbono, lípidos y aminoácidos (los elementos constituyentes de las proteínas),
que sólo así podrán ser absorbidos por las vellosidades intestinales y pasar al
torrente circulatorio. En las organizaciones el elemento convertidor se da como
ejemplo claro en las centrales térmicas que transforman los combustibles
primarios (petróleo, carbón, gas, agua, energía nuclear) en electricidad, o
bien los Altos Hornos que transforman los minerales en metales útiles para su
proceso posterior de fabricación de bienes estructurales, de equipo o consumo.
Es
justamente este subsistema el que más ha favorecido la división del sector
productivo industrial en dos subsectores, el primario, que convierte la materia
prima en materia elaborada, capaz de ser procesada en el sector secundario,
para obtener bienes de equipo y bienes de consumo. Es muy raro que, como tal
una empresa tenga elementos convertidores “stricto sensu” dentro de su sistema.
Acaso, los grandes hospitales y otras empresas de importante tamaño, incorporan
una central térmica para autoabastecerse. Pero es cada vez más raro.
En
cualquier caso, a falta de disponer por simple criterio de economía de escala,
de un elemento convertidor tal cual, como sucedáneo, podemos admitir con una
cierta licencia, que todas aquellas funciones destinadas a “preparar” los
inputs materiales para el proceso productivo, se podría considerar como
elemento convertidor. Por ejemplo, si en el servicio de farmacia se recepcionan
los medicamentos en cajas de 1000 comprimidos, así de esta forma no se puede
llevar a los pacientes hospitalizados; el personal de farmacia tiene que
desembalar la mercancía, colocarla en estantes, disponerlas en cajas
dispensadoras y preparar los carros de dosis unitarias en función del pedido
individual de cada planta. Ese proceso “convierte” una entrega en una salida
lista para entrar en el proceso productivo del hospital, que es el tratamiento,
en este caso farmacológico de los pacientes. El fármaco, como tal no ha sido
transformado, pero sí de alguna forma adaptado en sus condiciones externas para
la administración.
6. Productor
Es el
subsistema que establece la asociación estable que relaciona las entradas de
materia y energía utilizables, y el objetivo final de la organización que es la
generación de "outputs", bien sean materiales para el crecimiento,
reparación de daños o provisión de energía para el movimiento autónomo del
sistema. El resultado de este subsistema se valora en la propia supervivencia
del sistema, pues digamos que todo lo demás gira en torno a éste, que es el que
realmente añade valor final a la cadena. En el caso de las organizaciones, el
resultado de este subsistema da origen a los bienes y servicios que tras su
venta generarán la facturación final de la organización, y con ello la
capacidad económica de incorporar más materia, energía e información para
mantener la actividad y la vida de la organización.
El
subsistema productor es el "núcleo" de la organización como fuerza laboral
de bienes para la sociedad.
En lenguaje empresarial el subsistema
productor es el que soporta en las empresas de bienes lo que se suele denominar
“proceso principal o troncal”, el
núcleo central del negocio, aquel que le confiere su identidad y su razón de
ser, el que nadie puede hacer por él, y que no puede delegar en terceros, sin
dejar de ser prescindible para el suprasistema en el que está integrado. “Sensu
stricto”, el proceso troncal es aquel que participa de forma definitiva en la
cadena de valor de la organización.
El resto de los subsistemas de la
organización ejecutan respecto de este, “procesos
de apoyo o de soporte” a todos aquellos que coadyuvan en el servicio a
realizar su proceso estratégico, como por ejemplo, los procesos internos de
mantenimiento y chequeo de aparatos y material, de transporte, de vigilancia,
etc.
El proceso troncal o fundamental en los
organismos vivos es, sin lugar a dudas, las rutas del metabolismo
intermediario, aquellas que transforman los principios inmediatos a través de
las rutas metabólicas como la Glucólisis, el ciclo de Krebs o cadena
respiratoria, en moléculas denominadas ATP (adenosín trifosfato), unidades
energéticas básicas del organismo, y el proceso anabólico de síntesis proteica.
Todo esto se ejecuta en el horno celular. En realidad, todo el organismo
está al servicio de los millones o billones de células que lo componen.
7. Almacenador de materia
y energía
Este
subsistema lo componen los diferentes dispositivos que permiten el
almacenamiento de reservas de material y energía en diferentes periodos de
tiempo.
Existe un
almacén de materia o de energía siempre que el flujo de suministro sea
discontinuo. Si en suministro está garantizado permanentemente, puede que no
sea coste efectivo mantener almacenes, pues esta función puede llegar a
requerir un importante consumo energético.
Así, por
ejemplo, en los organismos individuales, se dispone de almacenamiento de
nutrientes en forma de una molécula de azúcar denominada glucógeno, que cuando
es necesario, el organismo puede tirar de ella y obtener glucosa que es el
hidrato de carbono esencial en el metabolismo. También la capa de grasa supone
un considerable almacenamiento, no de energía, esto es falso, sino de
combustible capaz de ser transformado en energía mediante las rutas
metabólicas. En último extremo, el propio músculo si fuese preciso podría
literalmente “quemarse” si no quedara otro remedio; luego en cierto modo es
también un “almacén de reservas”. Y todo esto se produce porque la función de
ingestión no es continua. No estamos comiendo continuamente, sino que
repostamos con cada comida, pero pasan horas, o a veces días sin volver a
comer, porque la fuente de alimento, la Naturaleza lo sabe muy bien, no está
disponible siempre, hay que buscar y cazar, y la presa tiene que dejarse cazar
y en cualquier caso el depredador ser más sagaz que la presa. Sin embargo, no
tenemos un almacén de aire en nuestro interior, porque estamos facultados para
ingerir permanentemente oxígeno del aire, luego por razones de coste
oportunidad no parece demasiado útil disponer de un almacenador de aire, que
por otra parte supondría serios problemas de ingeniería biológica. A cambio, no
podemos estar más de treinta segundos sin respirar, pues nos asfixiaríamos y
moriríamos.
Del mismo
modo, en las organizaciones los almacenes existen siempre que el flujo de
entrada es discontinuo, pero la actividad interna es continua. Si el flujo es
continuo, y la función no es crítica, no es necesario disponer de un almacén.
Es el caso del suministro de agua, luz o gas natural. Ningún edificio dispone
de algibes o acumuladores de energía, salvo que se tenga experiencia de
prolongados cortes de suministro eléctrico o de agua, con el consiguiente
perjuicio para los habitantes del inmueble, o porque se realicen funciones que
no pueden parar a pesar de los cortes, como los hospitales, laboratorios de
alta tecnología, industrias, etc.
Con la
actual tendencia de instalar fuentes de energía renovables (solar y eólica),
como este flujo no es continuo (día/noche, viento/calma), será preciso disponer
de baterías acumuladoras de hidrógeno u otro combustible “no contaminante”,
para garantizar el suministro de electricidad en todo momento.
Los almacenes en los organismos
individuales suelen ser depósitos tisulares de grasa, glucógeno, agua de los
tejidos. En las organizaciones suelen ser naves y locales preparados para tal
fin, así como tanques de combustible, o acumuladores eléctricos.
El proceso
de almacenaje consiste en la dinámica de entradas, almacenamiento y salidas de
almacén, según una determinada demanda y flujos de entrada y salida. Este
proceso se trata mediante en análisis de colas.
8. Evacuador
Este
subsistema tiene como misión dar salida del sistema a la materia y energía,
tanto en forma de productos elaborados o de residuos o productos de desecho, o
nocivos.
Es
importante tener en cuenta que este subsistema tanto está encargado de eliminar
residuos como de dar salida a productos terminados. En una palabra, es el
encargado de generar los flujos de salida de materia y energía de los
organismos individuales o de las organizaciones hacia el entorno, bien sea
estos productos terminados (listos para la venta) como productos de desecho. En
ambos casos, de alguna forma, el subsistema evacuador permite eliminar entropía
interna hacia el entorno. De no ser así se produciría un fenómeno de
tesaurosmosis, o almacenamiento masivo de productos, tanto de desecho como
elaborados que terminarían por paralizar, en el primer caso por efecto tóxico y
en el segundo por bloqueo, todo el tejido productivo de la organización.
En el caso
de los organismos individuales, el subsistema evacuador participa de tres
“aparatos”, el respiratorio, pues son las mismas vías aéreas que inhalan
oxígeno, las que expulsan el CO2. El tupo digestivo en su extremo
final elimina las emunciones resultado de la digestión. Pero mientras estos dos
subsistemas orgánicos participan de la función de evacuación, el subsistema que
“per se” cumple esta función es el gran depurador del organismo, es el riñón y
las tuberías y depósitos de desagüe de la orina. La piel también, por el sudor,
participa de esta función.
En las
organizaciones, el proceso con los residuos materiales y energéticos implica
todo un dispositivo que canaliza su evacuación utilizando instalaciones
destinadas a tal fin, personal formado a tal efecto, y con un proceso de
tratamiento orientado a, 1º que no se almacene más tiempo que el necesario ni
se acumule en exceso, y 2º que no contamine mezclándose con materia y energía
utilizable. El problema no es baladí. Nueva York generaba entre 35.000 toneladas diarias de basura. Si
nos damos cuenta, al entrar en un hipermercado o en unos grandes almacenes,
“absolutamente todo” lo que ven nuestros ojos, perfecta y apeteciblemente
colocado en las estanterías y expositores, más tarde o más temprano “será
basura”, desperdicio que se tardará siglos o milenios en ser reciclado por la
Naturaleza.
Hay un
proceso particularmente interesante en las organizaciones que es la eliminación
de personal. Como quiera que es un asunto que afecta a los trabajadores,
comporta todo un cuerpo de legislación relacionado con el régimen laboral y
motivos de rescisión de contratos y despidos, con un proceso eminentemente
legal orientado a conseguir dar salida a excedentes laborales para la
organización.
El proceso
de eliminación de productos terminados es el sistema de ventas de la compañía. Íntimamente
ligado con el sistema de información, el proceso de salida de productos para la
venta constituye el último escalón del aparato productivo, por el cual es
posible la facturación, y a cambio los ingresos económicos que permitirán el
mantenimiento y crecimiento de la organización. El proceso de salida de
clientes atendidos es propio de todas las empresas de servicios. En este caso,
la decisión de la compra del producto "servicio" ha sido a priori. No
es el subsistema evacuador el que consigue la venta, sino el
"ingestor" de clientes. En este caso, el proceso es la facturación
final del servicio, y el proceso que permite la salida del cliente atendido de
la organización.
Pero ¿qué
vende un organismo individual a la Naturaleza? La venta es una función por la
cual del trabajo del sistema se beneficia el propio sistema, pues obtiene
recursos para seguir viviendo, pero también se beneficia otros sistemas, que de
alguna forma utilizan los productos y servicios de la primera para mantener sus
funciones vitales.
Aquí es
donde podemos hacer referencia a la cadena alimenticia, y a los sistemas de
simbiosis de la Naturaleza. Los vegetales “venden” a los herbívoros sus frutos
y hojas para que estos se puedan alimentar, a cambio los herbívoros venden sus
excrementos que las bacterias nitrificantes convierten en abono natural como
nutrientes de las plantas. Los herbívoros “venden” (qué remedio) a los
carnívoros sus propios cuerpos para que estos se nutran y sobrevivan. De alguna
forma, el ciclo del carbono se cierra cuando los restos de todos los seres
vivos vuelven a la tierra, y los microorganismos del suelo los vuelven a
procesar para convertirlos en nutrientes del humus vegetal. Caso aparte son los
acuerdos simbióticos, donde se establecen relaciones de convivencia más o menos
estrechas u obligadas entre organismos diferentes, plantas de especies
distintas, animales pertenecientes a diversos grupos o entre animales y
plantas. En este estado de mutualismo el grupo de simbiontes proporciona
ventajas recíprocas. Si la simbiosis es puro comensalismo, uno sólo se
beneficia, pero el otro no se perjudica al menos. Son ejemplos de simbiosis, la
asociación alga y hongo, cangrejos y esponjas, bacterias de las leguminosas y
las raíces de estas plantas. El ejemplo de comensalismo es el conocido de los
tiburones y los pececillos mondadientes; estos se sacian de los restos de
comida que se le acumulan al tiburón tras su banquete, aunque este no reciba
nada tangible de estos peces, salvo mantener su boca limpia.
9. Motor
Es el
subsistema que mueve al organismo individual o a la organización, físicamente,
o parte de ella en relación con el entorno. En los organismos vivos el motor es
el músculo. En una organización como es un buque o un avión, el motor,
claramente se identifica con las turbinas motrices. En cualquier otra
organización el motor lo constituye el parque de vehículos que físicamente permiten
el desplazamiento de parte de la organización a diferentes lugares.
Como en otros subsistemas, existen
organizaciones especializadas en este tipo de actividad, que son las empresas
de transporte, especialmente las de mudanzas, tanto públicas como privadas.
Estructuralmente lo constituyen el
conjunto de recursos físicos y humanos que posibilitan el desplazamiento en
todo o en parte de la organización. Conductores, vehículos y dispositivos de
despliegue logístico.
El
subsistema motor supone también la expansión o desplazamiento de la
organización a nuevos lugares. Existen organizaciones que apenas utilizan o
siquiera tienen elementos motores, mientras que en otras es un componente
importante, como por ejemplo las que han de ser capaces de efectuar un despliegue
de recursos en situaciones imprevistas, evacuaciones, etc. Por ejemplo, el
parque de bomberos de una ciudad, o las organizaciones sanitarias.
10. Soporte
Es el
subsistema estructural básico. Mantiene la adecuada relación espacial entre los
diferentes componentes de la organización, de modo que las relaciones
funcionales y las diferentes interacciones son las adecuadas. En los organismos
individuales constituyen este subsistema el esqueleto y el tejido conjuntivo.
En las organizaciones la estructura de soporte está constituida por el conjunto
de elementos inmuebles de la organización, edificios fundamentalmente.
No se
produce como tal un proceso activo, sino la adecuada disposición espacial de
los elementos funcionales, incluida la red del subsistema distribuidor, de modo
tal que el resto de procesos activos de la organización se pueda efectuar sin
que se produzcan interferencias no deseadas, ni desplazamientos innecesarios.
Parece como
si sólo fuesen estructuras fijas, sin vida. Gran error. En los seres vivos,
están en constante proceso de remodelación, con un proceso de destrucción de
las células óseas y cartilaginosas mediante unas células dedicadas a esta
función, los osteoclastos y condroclastos; paralelo a otro proceso de
neoformación mediante los osteoblastos y condroblastos, células madres de los
tejidos de soporte.
Lo mismo
sucede con los edificios e instalaciones, que están sometidos a un constante
proceso de reformas por deterioro o pérdida de funcionalidad, y de rediseño
mediante los denominados planes directores.
En la
sociedad en su conjunto y, como sistema complejo, el subsistema de soporte lo
constituyen las “infraestructuras”, las que permiten de modo estático, la vida
dinámica de todos los componentes y subsistemas, entendiendo como tal las
organizaciones (aldea, población, ciudad, comarca, región). Así que las grandes
transformaciones sociales necesitan tener como punto fundamental de apoyo, la
reforma de sus infraestructuras. Así, por ejemplo, a lo largo de la Historia,
para desplazarnos por la tierra hemos pasado de utilizar el campo a través, el
camino de tierra, la calzada romana, las carreteras (para el paso de carretas),
nombre que se ha conservado hasta la actualidad, el ferrocarril, las autopistas
y las vías de levitación magnética; según las necesidades de comunicación entre
comunidades humanas.
Autor: José Alfonso Delgado (Doctor en Medicina especializado en Gestión Sanitaria y
en Teoría de Sistemas) (joseadelgado54@gmail.com)
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La publicación de las diferentes entregas de Visión sistémica del mundo se realiza en
este blog, en el contexto del Proyecto Consciencia y Sociedad Distópica, todos los lunes
desde el 20 de enero de 2020.
Se puede tener información detallada sobre los objetivos y contenidos de tal Proyecto
por medio de su web: http://sociedaddistopica.com/
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