I
He
tenido una pesadilla. Dormí y, al amanecer, abrí los ojos y me hallaba en un
mundo oscuro. En él, las élites sombrías, apoderadas de los gobiernos, nos
fumigaban enfermedades, expandiendo pandemias. La pesadilla seguía. A los
hospitales se les privaba de la infraestructura necesaria. Y a los ciudadanos
se les negaba la libertad. Caminar por la calle era ser un delincuente. También
abrazarse, besarse o, simplemente, charlar en persona.
He
tenido un mal sueño, donde se prohibía la felicidad. Donde los artistas eran
silenciados. Donde se prohibían conciertos y bailes. Donde unirse para celebrar
la vida era ilegal. Donde los gobiernos promocionaban el miedo, prohibían la
libertad de movimientos. Hundían los trabajos de la pequeña y mediana empresa.
Un mundo donde destruían la economía del pueblo.
He
soñado también que hacían listas negras con los disidentes que cuestionaban
estas medidas dictatoriales en las redes.
He
tenido un mal sueño en el que las élites oscuras, hartas de la clase media, se
frotaban las manos decidiendo impacientes empobrecer y diezmar la población
mundial.
He
tenido un mal sueño en el que los Oscuros Satánicos, ya empoderados, nos
querían débiles, aislados y deprimidos. Sin fuerzas para luchar. Sin valentía
para pasear bajo el Sol.
He
tenido un mal sueño en el que nos decían que obedeciéramos, mientras destruían
nuestra libertad y nuestra abundancia.
En
esta pesadilla nos pedían que, como Poncio Pilatos, nos laváramos las manos
mientras destruían los símbolos de la luz, la belleza, el amor, la abundancia
material y espiritual, así como la justicia.
Se
nos pedía que permitiéramos que arrasaran con el Templo: la Salud Física y
Mental, mientras nos cruzáramos de brazos, preferiblemente llorando, aterrados
en el sofá.
He
tenido una pesadilla, donde unos pocos psicópatas asesinaban ancianos para
ahorrarse el pago de sus pensiones. Donde las redes de información oficiales se
convertían en pura propaganda del pánico y las cifras de la mentira.
He
soñado lo que nos habían advertido en películas, canciones y libros. En ellos, nos
acostumbraban a imaginarnos en situaciones de genocidio y destrucción
colectiva. Nos enseñaban a reaccionar con egoísmo y crueldad. Nos mostraban al
ser humano, atacándose, mordiéndose, robándose, matándose mutuamente.
He
tenido un mal sueño, en el que los poderes de las sectas satánicas se hacían
con el control y querían destruir para siempre el amor, la confianza y la
hermandad. Y aislarnos en el pánico, la depresión y la pobreza. Aliviados por
sus fármacos y sus envenenadas pantallas sociales.
Y
poco antes de caer al profundo pozo de la desesperanza, mi alma me habló:
II
Nosotros
somos la Luz. Somos la Ética. Somos hermanos de Vida y de Planeta. Ellos son
pocos. Nosotros muchos.
La
luz se abre camino, junto a la verdad. Estamos despertando. Comprendiendo la
gran mentira de este mundo. En el que nos quieren dormidos, siervos, mansos
ante la injusticia y lobos feroces de valores vacíos.
He
soñado que, ahora que las cadenas son apretadas, muchas almas contemplarán
estas dolorosas verdades.
He
soñado que la humanidad despierta y comprende que nos engañan en todo. Que la
secta oscura dirige nuestras vidas cual terroristas del engaño.
Que
las religiones limitaron nuestra consciencia llenándola de culpabilidad y
sumisión.
Que
la ciencia fue secuestrada por falsos profetas.
Que
la economía es un invento que sólo beneficia a los ricos.
Que
lo natural es destruido para ser sustituido por lo artificial.
Que
las pantallas son drogas que nos adormecen sin nutrientes de vida.
Tras
la pesadilla he despertado con la certeza de que mis hermanos y hermanas
también están despertando.
He
soñado que policías y militares se negaban a atacar al pueblo.
He
soñado que las oscuras élites se encerraban en sus bunkers y nos devolvían el
planeta.
He
soñado que cada día más disidentes de la oscura secta masónico-illuminati,
filtraban la información de las crueldades con que enferman nuestro mundo.
He
soñado que el ser humano madura y deja de creer en la dualidad de la política,
en los eslóganes de blanco y negro, donde nos dividen y debilitan.
He
soñado que estamos despertando. Y los oscuros que dominan el mundo,
desesperados, tratan de imponer su mundo del pánico.
He
soñado que nuestro ADN es imparable y que la naturaleza se abre paso hacia la
consciencia, el amor y la belleza.
He soñado
que los muchos se niegan a ser esclavizados por unos pocos.
He soñado
que nos volvemos cultos, que investigamos y cuestionamos las medidas injustas.
He soñado
que descubrimos las terroríficas verdades.
He soñado
que, llenos de unión y confianza, recuperamos la libertad y la hermandad.
He soñado
que no aceptamos políticos corruptos que venden países, economías y vidas a
cambio de un aumento de su sueldo.
He soñado
que nos revelamos contra los psicópatas que nos gobiernan y nacemos como los
seres maduros, sabios y fuertes que estamos llamados a ser.
He soñado
que juntos decimos ¡BASTA! Y en lugar de trabajar para pagar facturas, vivimos
ya de la energía libre.
He soñado
que juntos recuperamos las calles y unas estructuras de poder llenas de ética.
He
soñado que juntos podemos lograrlo y que, en estos tiempos, nos lo están
recordando.
He
soñado que este mensaje vibra profundo en mis herman@s y que recorre el mundo
despertándonos.
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Autor: Prefiere mantenerse en el anonimato para
que este mensaje sea de tod@s y para tod@s.
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