La violencia y las guerras sacuden a la Humanidad y, con ella, la Madre Tierra. A los conflictos armados conocidos se suman no menos de 34 guerras “olvidadas”, que no son objeto de atención en las noticias, ni interesan en las cumbres internacionales. Y la violencia se halla también en nuestra sociedad, nuestras calles, nuestros trabajos, nuestras familias y en nosotros mismos.
Pero cientos de millones de seres humanos somos ya conscientes de que el mundo externo es reflejo de nuestro mundo interno. Y en este convencimiento, cuya veracidad constatamos cada día por nuestra experiencia práctica, estamos decididos a hacer del planeta un espacio de Paz y Amor, un hermoso lugar de vivencia, encuentro y convivencia desde el respeto al otro y honrando una diversidad de caminos, perspectivas y maneras que enriquece la Creación, Gaia y a la familia humana.
Es nuestro empeño cotidiano, en cada momento del momento presente. Y para alimentarlo aún más, la fecha de hoy, 30 de enero, ha sido señalada cual Día Mundial de la Paz y la No-violencia. Con tal motivo, millones de personas, en las más diversas partes del planeta, meditamos u oramos en soledad o nos reunimos colectivamente para convocar y expandir la Paz desde nuestros corazones, invocándola de modo expreso y concentrando en ella todas nuestras energías mentales y espirituales. Paz para todos los seres sintientes; Paz para celebrar la Paz que somos; y Paz por la que podemos y debemos conseguir que todo, igualmente, se transforme en Paz.
Cada uno de nosotros no es una gota de arena en la inmensidad del desierto. No somos la ola, sino el océano. Reconocemos que a veces somos parte del problema, pero queremos ser, ante todo, parte de la solución. Y como parte activa en la cocreación de este mundo, nos unimos para hacer oír nuestra voz alta y clara. Queremos que el clamor de nuestro silencio interior impregne cada esquina y rincón del planeta. Queremos y podemos sembrar nuestra semilla de Amor y Belleza. Y trabajamos día a día por la Paz interior, construyendo a cada instante también la de afuera. Porque somos conscientes de que todo lo que hagamos, digamos, pensemos, sintamos... se refleja en el mundo en que vivimos.
Hoy más que nunca seamos un centro de irradiación de Paz, Armonía y No-violencia activa, uniendo nuestros corazones al corazón de la Tierra en un solo latido, para que se escuche la Voz del Silencio. Allí donde estés, busca un momento de Paz, serenidad y recogimiento para recordar tu Centro y unirte en voluntad e intención a todos los que, en cualquier rincón del planeta, trabajamos por la Paz viviendo ya en ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.