—Mirad, mis hermanos –decía Abul Beka–: El otro día, paseando por
los jardines que dan al Tajo y visten sus piedras de verde, cerca de la fuente
que llamamos de las Esmeraldas, mientras empezaba a desperezarse en el espíritu
de la primavera y se abría a la vida, oí una flor que decía a otra flor:
«Todo
mi pasado se presenta como un recuerdo oscuro en mi nublada memoria; y mi
futuro, como una vasta incertidumbre. Soy el hilo que une el tiempo,
materializado en un revoloteo y un ansia, pero sé que tengo un fin y es
fundirme con el áureo resplandor de la mañana.
«Pues yo, hermana –le respondía la otra–, no deseo sino expandir
mi perfume; porque con él me extiendo más allá de mi forma y puedo acariciar
otras formas y llenarlas con mi aliento.
Entró en conversación una tercera y les dijo: «Yo, sin embargo,
mis hermanas, cada día veo más que somos lo que damos.
Y si realmente quisiera ser una rosa, sería para poderme dar más.
Que así sea: ¡Feliz 2020!
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Autor: Cayetano Arroyo
Fuente: Diálogos con Abul Beka (Editorial
Sirio)
Nota: En homenaje a la memoria de Cayetano Arroyo y Vicente Pérez Moreno,
un texto extraído de los Diálogos de Abul Beka se publica en este blog todos los
miércoles desde el 4 de octubre de 2017.
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