Por el estilo que tenemos de nadar la vida, podemos llegar a saber cómo nos navegamos a nosotros mismos. Esto lo reflejamos en la forma que tenemos de habitar nuestro hogar.
Las mismas zonas de desorden
externo se hallan en nuestro interior. Nuestros puntos de bloqueo internos los
reflejamos fuera en forma de colores, texturas, imágenes y distribuciones.
Solemos tener la tendencia de
trabajar mucho en el reflejo, pero los cambios en él son solo temporales.
Trabajar en la parte externa de nuestra vida sólo aporta valor real cuando nos
atrevemos a mirar de cara los cambios internos que el exterior provoca.
Habitar nuestra vivienda
debería ser una experiencia comparable a la forma de habitar este planeta.
Vivirla con consciencia y respeto debería ser lo natural. Cuando no lo es, el
síntoma refleja un bloqueo interno a la fluidez de la vida en general.
Prestar atención a tu mundo
interno y comprometerte con su coherencia es lo que creará, por sí solo,
reflejos de luz y ordenará tu vida en una sincronía de unidad.
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Autor: Andrés Tarazona (andres@andrestarazona.com)
Todos los jueves, desde el 7 de noviembre de 2019, Andrés comparte en este blog una serie de publicaciones centradas en
el Diseño Sentido: interiorismo y diseño consciente de viviendas, comercios y empresas que mejoran la calidad de vida.
https://andrestarazona.com/
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