Comprendo que se hace difícil creer en la existencia de tal tipo de estructuras, por llamarlas de algún modo. A mí, desde luego, me cuesta. Pero hay indicios suficientes para pensar que la élite, o al menos una parte significativa de ella, que maneja los hilos de la economía mundial está perfectamente organizada en mesas o foros de trabajo de carácter confidencial, en los que diseña y consensúa estrategias y acciones a largo plazo y escala planetaria.
Tal hecho enlaza con una antigua tradición que sostiene que esta clase de organizaciones o, incluso, sociedades secretas perviven desde hace centurias. Textos como El Club Bilderberg: los amos del mundo (Arcospress Producciones; Barcelona, 2007), de mi amiga y cualificada periodista Cristina Martín Jiménez, o Las sociedades secretas y su poder en el siglo XX (Ewertverlag S.L.; Gran Canaria, 1995), de un autor que desea guardar su identidad bajo el pseudónimo de Jan Van Helsing, aportan datos apabullantes al respecto. E incluso permiten ligarlas con el funcionamiento de una enigmática institución, a medio camino entre la realidad, el mito y la leyenda: los Illuminati.
Pero más allá de los perfiles exactos del modelo de organización que utilizan, sus raíces históricas y su posible “conexión Illuminati”, interesa sobre manera saber cuáles son en el momento presente sus objetivos y sus principales líneas de actuación. ¿Hay información suficiente y puede resumirse en un formato blog?. ¡Allá vamos!.
Para empezar, la meta que persiguen no es el dinero, ya tienen mucho más del que necesitan. Lo que ansían es el poder. Un poder omnímodo en forma de un "Nuevo Orden Mundial" que les permita tener el control absoluto de todo y de todos. Para lograrlo, usan cinco armas fundamentales:
+Codicia inimaginable: La dimensión de su codicia es tan gigantesca que resulta inconcebible para el resto de los seres humanos. Es un arma de un valor incalculable. Les sirve para pasar desapercibidos en sus planes y actos. Y la aprovechan para sacar el mayor partido a los privilegios que ya disfrutan, llevando el “todo vale” a su máxima envergadura y desenvolviéndose en el pleno convencimiento de que el fin justifica los medios, cualesquiera que sean.
+Utilización avezada del miedo: Son expertos en el uso del miedo y la inseguridad en pro de sus objetivos. Conocen en profundidad, se han especializado en ello, los resortes del miedo y la cadena de reacciones que provoca en el ser humano y la sociedad. Y esto les lleva a pensar que su poder omnímodo llegará a ser aceptado por la humanidad -parcialmente, lo está siendo ya- como única solución posible y mal menor en un contexto de inseguridad, crisis e incertidumbre generado por ellos mismos. Que esto puede ser así, lo vienen comprobado por medio de los que denominan “conflictos locales” -los que provocan en distintos puntos del planeta para experimentar sus estrategias- y las “enfermedades globales” -campañas mundiales de pánico masivo asociadas a hipotéticos riesgos de pandemias-.
+Uso magistral de la dualidad: Saben de la irrefrenable tendencia de la mayoría de las personas hacia los dualismos -bueno y malo, superior e inferior, feo y bonito, a favor y anti,...-; y han aprendido a fabricarlos, posicionándose a la vez en ambos extremos para salir ganando siempre del enfrentamiento. Por tanto, les interesa todo lo que sea dividir y tenga el gancho suficiente como para que la gente se coloque voluntariamente en alguno de los dos polos de la disputa. Ellos, que han dado pie a la misma, urden en sigilo y promueven el quehacer de las dos partes confrontadas, hasta llegar al punto, no importa el coste humano que esto tenga, en el que pueden rentabilizar el conflicto en beneficio propio.
+Manipulación integral: Son manipuladores profesionales, dando la vuelta cual calcetín al lema que hizo famoso a Le Monde: “la información es sagrada y la opinión es libre” ha sido transformado por ellos en “la opinión es sagrada y la información es libre”. ¡Qué la verdad de la noticia nunca eche por tierra un buen titular!. Controlan económicamente muchos medios y grupos de comunicación a nivel planetario, que se han convertido en meras marionetas al servicio de sus estrategias y acciones.
+Impunidad absoluta: La práctica acumulada les ha mostrado que la riqueza que atesoran les garantiza la impunidad en sus actuaciones. Y esto lo han sublimado hasta el extremo de no detenerse ni ante nada ni ante nadie, incluidos los Estados y gobiernos, sobre los que influyen de muy distintas maneras y cuya disolución -o dejación de responsabilidades- pretenden para dar paso a un gobierno planetario -aún en la sombra, ya está operando- comandado por ellos de manera totalitaria. Es a lo que se refieren con la expresión Nuevo Orden Mundial.
Ya, sé que es demasiado para el cuerpo. Pero, ¿has visto últimamente algún telediario?. Cuando veas el próximo, ponte estas lineas por delante a modo de "chuleta". ¡Los resultados son estremecedores!.
Tal hecho enlaza con una antigua tradición que sostiene que esta clase de organizaciones o, incluso, sociedades secretas perviven desde hace centurias. Textos como El Club Bilderberg: los amos del mundo (Arcospress Producciones; Barcelona, 2007), de mi amiga y cualificada periodista Cristina Martín Jiménez, o Las sociedades secretas y su poder en el siglo XX (Ewertverlag S.L.; Gran Canaria, 1995), de un autor que desea guardar su identidad bajo el pseudónimo de Jan Van Helsing, aportan datos apabullantes al respecto. E incluso permiten ligarlas con el funcionamiento de una enigmática institución, a medio camino entre la realidad, el mito y la leyenda: los Illuminati.
Pero más allá de los perfiles exactos del modelo de organización que utilizan, sus raíces históricas y su posible “conexión Illuminati”, interesa sobre manera saber cuáles son en el momento presente sus objetivos y sus principales líneas de actuación. ¿Hay información suficiente y puede resumirse en un formato blog?. ¡Allá vamos!.
Para empezar, la meta que persiguen no es el dinero, ya tienen mucho más del que necesitan. Lo que ansían es el poder. Un poder omnímodo en forma de un "Nuevo Orden Mundial" que les permita tener el control absoluto de todo y de todos. Para lograrlo, usan cinco armas fundamentales:
+Codicia inimaginable: La dimensión de su codicia es tan gigantesca que resulta inconcebible para el resto de los seres humanos. Es un arma de un valor incalculable. Les sirve para pasar desapercibidos en sus planes y actos. Y la aprovechan para sacar el mayor partido a los privilegios que ya disfrutan, llevando el “todo vale” a su máxima envergadura y desenvolviéndose en el pleno convencimiento de que el fin justifica los medios, cualesquiera que sean.
+Utilización avezada del miedo: Son expertos en el uso del miedo y la inseguridad en pro de sus objetivos. Conocen en profundidad, se han especializado en ello, los resortes del miedo y la cadena de reacciones que provoca en el ser humano y la sociedad. Y esto les lleva a pensar que su poder omnímodo llegará a ser aceptado por la humanidad -parcialmente, lo está siendo ya- como única solución posible y mal menor en un contexto de inseguridad, crisis e incertidumbre generado por ellos mismos. Que esto puede ser así, lo vienen comprobado por medio de los que denominan “conflictos locales” -los que provocan en distintos puntos del planeta para experimentar sus estrategias- y las “enfermedades globales” -campañas mundiales de pánico masivo asociadas a hipotéticos riesgos de pandemias-.
+Uso magistral de la dualidad: Saben de la irrefrenable tendencia de la mayoría de las personas hacia los dualismos -bueno y malo, superior e inferior, feo y bonito, a favor y anti,...-; y han aprendido a fabricarlos, posicionándose a la vez en ambos extremos para salir ganando siempre del enfrentamiento. Por tanto, les interesa todo lo que sea dividir y tenga el gancho suficiente como para que la gente se coloque voluntariamente en alguno de los dos polos de la disputa. Ellos, que han dado pie a la misma, urden en sigilo y promueven el quehacer de las dos partes confrontadas, hasta llegar al punto, no importa el coste humano que esto tenga, en el que pueden rentabilizar el conflicto en beneficio propio.
+Manipulación integral: Son manipuladores profesionales, dando la vuelta cual calcetín al lema que hizo famoso a Le Monde: “la información es sagrada y la opinión es libre” ha sido transformado por ellos en “la opinión es sagrada y la información es libre”. ¡Qué la verdad de la noticia nunca eche por tierra un buen titular!. Controlan económicamente muchos medios y grupos de comunicación a nivel planetario, que se han convertido en meras marionetas al servicio de sus estrategias y acciones.
+Impunidad absoluta: La práctica acumulada les ha mostrado que la riqueza que atesoran les garantiza la impunidad en sus actuaciones. Y esto lo han sublimado hasta el extremo de no detenerse ni ante nada ni ante nadie, incluidos los Estados y gobiernos, sobre los que influyen de muy distintas maneras y cuya disolución -o dejación de responsabilidades- pretenden para dar paso a un gobierno planetario -aún en la sombra, ya está operando- comandado por ellos de manera totalitaria. Es a lo que se refieren con la expresión Nuevo Orden Mundial.
Ya, sé que es demasiado para el cuerpo. Pero, ¿has visto últimamente algún telediario?. Cuando veas el próximo, ponte estas lineas por delante a modo de "chuleta". ¡Los resultados son estremecedores!.
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