Permitidme que me salga de la línea habitual de este blog para escribir unas palabras acerca del gazpacho, espléndido plato -o vaso, que también en él se toma- que saboreo en estas fechas con frecuencia y cuyo disfrute quiero compartir con vosotr@s.
Vaya por adelantado que no tengo ni idea de cocina, lo que no quiere decir que no me guste la buena mesa, sobre todo si se consigue con platos caseros y sencillos -por eso me encanta el gazpacho, especialmente del modo que lo prepara María Jesús, con mucho tomate y sin pan-. Y andaba pensando en esto, que hay tiempo para todo, cuando causalmente accedí a una web -http://www.directoalpaladar.com/- y me sorprendió una referencia al gazpacho que resumo seguidamente como modesto homenaje a este gran invento de origen, probablemente, romano -su nombre puede provenir del término latino “caspa”, que significa fragmento o cacho, en alusión a que se hacía con trozos de pan- y árabe -el sufijo “acho” parece mozárabe-. 0
Refrescante, sabroso y con un sinfín de propiedades, el gazpacho es, por merito propio, parte indispensable de la dieta mediterránea. Aunque durante muchos años estuvo relegado a las mesas más humildes, el paso del tiempo ha colocado a este plato en un lugar privilegiado dentro de la afamada dieta mediterránea, gracias a sus altas cualidades nutritivas.
En Andalucía está la cuna del gazpacho. Y el llamado gazpacho andaluz es, sin ningún género de duda, la preparación mas reconocida entre las numerosas modalidades que existen de esta receta, algunas parecidas al andaluz y otras muy diferentes en cuanto a su preparación, ingredientes, consistencia, presencia y, por supuesto, sabor. El gazpacho extremeño, el murciano, el manchego, el alicantino, la porra antequerana, el salmorejo o el ajo blanco, son algunos de ellos.
La base del gazpacho es el tomate maduro, al que se le suma ajo, pepino, pimiento verde, cebolla, trozos de pan, aceite de oliva y vinagre, además del agua. Todos estos ingredientes se mezclan en crudo y se trituran hasta obtener una fina crema, fuente natural de vitaminas A, C y D, sales minerales, fibra y sustancias antioxidantes -como el licopeno-.
Por sus bondades nutritivas y su escasez de calorías, el gazpacho se recomienda como entrante o primer plato en caso de sobrepeso. Y está especialmente indicado para personas que sufren estrés, o los que requieren un aporte extra de vitaminas y minerales
El secreto de su éxito es consumirlo bien frío; se debe conservar tapado y refrigerado y es conveniente tomarlo inmediatamente sacado del frigorífico, para así degustar bien los aromas de cada uno de sus ingredientes.
El toque de sofisticación lo da la guarnición, que varía según las zonas. Las más comunes son pequeños pedazos de pepino y tomate, huevo duro triturado, verduras, pan, hierbas aromáticas e incluso trozos de jamón o frutas.
¡Disfruta de tan refrescante plato en esta época de calor!. ¡A tu salud!
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