Reseteo económico I
Hagamos un poco de historia,
de las consecuencias de ciertos tratados y/o acuerdos y las derivaciones que se
produjeron desde entonces y cómo afecta a la humanidad en estos momentos y qué
ha de suceder para salir de esta esclavitud del dinero deuda que se acordó cuando
no había aún terminado la II GM.
El día 22 de julio de 1944,
estando en la II guerra mundial aún en marcha, donde se mataban sin cesar los
unos a los otros en tremendas batallas, 44 países se reunieron para ganar una
guerra, la económica, antes de que la contienda acabase, aunque ya la daban por
ganada esos 44 países implicados que se reunieron en la llamada Conferencia de
Bretton Woods. De ahí se forjaría el pacto entre ellos por el que se diseñó un
nuevo orden económico mundial que a día de hoy está desmoronándose a pasos
agigantados.
La base de partida de esa
Conferencia y del nuevo diseño económico se basaba según esos países en que las dos guerras mundiales
se habían producido como consecuencia
de una competencia política y económica descarnada entre las grandes potencias.
Bien, esta es la gran excusa de la que se parte en esta Conferencia. ¿Pero es
la verdad o es que se quería implantar algo mediante una base de partida
cualquiera? Simplificar que la II GM se produce por una cuestión económica
entre potencias… bueno, es simplificar mucho. Allí hubo muchas ganas de expansionismo,
conquista de países con muchas materias primas, odio, genocidio, limpieza
étnica… vamos que reducirlo todo el conflicto a una cuestión de competencia
económica es mucho reducir. Pero esa fue la excusa de la que se acordó ese
diseño económico que ahora padecemos.
De
entrada, se establece un sistema de reglas que ordene las relaciones
monetarias, financieras y comerciales entre las naciones del mundo. Y como todo
el conflicto mundial se originó por una competencia desmedida en lo económico
entre potencias, ahora quieren prevenir esto estableciendo un marco regulatorio
que ayude a prevenir los conflictos, en especial de esas dimensiones. La verdad,
y es evidente, los conflictos siguieron dándose poco después, sirva de ejemplo
el conflicto en Corea donde queda dividida en dos naciones, amén de los
numerosos conflictos bélicos que se producirían posteriormente, no mundiales,
pero sí trágicos siempre.
De
aquella Conferencia sale los siguientes productos:
-
Creación del FMI (27/12/45). ¿Para qué? Para paliar los desequilibrios
económicos que se produjeran entre países en el futuro. Ampliamos luego.
-
Se crea el Banco Mundial. ¿Para qué? Aparte de que es una de las cinco
entidades del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BRIF), y se crea
para ofrecer préstamos para la reconstrucción de Europa, una Europa que en
aquellos momentos se empeñaban en destruir más, aunque les quedaba un año de guerra
para seguir destruyéndola más y más.
-
Se establece el dólar como moneda de cambio entre los países cuando se producen
la venta y compra entre los mismos de bienes y servicios. Es decir, todo sería
pagado, a nivel internacional mediante el dólar. Y eso lo deciden 44 países,
más bien sería que lo imponen (La ONU aún no existía). Y establecen que cada
dólar es equivalente a 28 gramos de oro. De tal forma que USA se compromete a
mantener el equilibrio entre sus reservas de oro, las más grandes en aquel momento,
en relación a sus billetes. Es decir, no puede imprimir más billetes que el oro
al que corresponde o representa.
-
Y sucede algo que apenas se menciona, que la Libra Esterlina deja de tener
influencia mundial.
-
Y ojo, y lo mejor de todo, en letra pequeña para que no lo pudiéremos leer el
común de los mortales: estos acuerdos que dan origen al FMI y al Banco
Mundial, son organismos de crédito que funcionarían en función de la renta
per cápita de cada uno de los países, es decir, el producto sobre el que se
negociaría sería en base a lo que cada ser ciudadano produce. Más claro:
jugarían con el sudor de nuestro trabajo para negociar entre ellos. De los
8.000 millones de dólares iniciales para su funcionamiento, Estados Unidos
aportaría el 31%. Y el FMI tendría la misión de financiar los déficits fiscales
de los diferentes países, con créditos a mediano plazo, pero a la vez, iba a
fijar las pautas económicas de esos países para asegurarse la recuperación de
los créditos, pero de esto hablamos más tarde y comprendemos mejor la trampa en
la que nos metieron.
Los acuerdos de Bretton Woods, según
analistas financieros: fueron importantes porque representaron la primera vez
que los gobiernos
de todo el mundo se comprometieron con un orden monetario y financiero global, que se
centró en una especie de multilateralismo liberal institucionalizado que debía
ser compatible con varios tipos de gestión pública activa de la economía. Este
nuevo principio tuvo un gran impacto en la economía mundial de posguerra y
pronto se aplicó a la gobernanza del comercio internacional.
Aquellos acuerdos se pusieron en
marcha entre el 8 y el 18 de marzo de 1946 en una cumbre en Savannah, Georgia, USA. De estas
excluyen a la URSS y al naciente sistema que le seguía marcado por el telón de
acero de fondo y la guerra fría que se impuso desde aquel entonces. Por tanto,
el sistema impuesto sale viciado por la imposición del mismo y la exclusión de
muchos. De cualquier manera y partiendo desde la desigualdad, queriendo evitar
un tercer conflicto mundial, lo que siembran son las bases de la tercera guerra
mundial, pero en este caso es una guerra mundial económica, y añado de rapiño
absoluto. Y hasta 1970 parecía que todo iba acorde a los planes, pero no era
así. Resulto que muchos países, mandaron inmensos barcos llenos de dólares a
los USA para cambiarlos por el oro que valía cada dólar. Obvio que USA tuvo que
hacer frente a ello y las reservas de oro que se alojaban en Fort Knox fueron
vaciándose. A día actual se supone que lo existe en Fort Knox son lingotes de
plomo bañados en oro. Vamos, un mineral que ni sirve actualmente para las
tuberías que se hacen de PVC. Será que almacenaron el plomo y sacaron del
mercado el mismo sustituyendo el oro e inventaron el PVC para el uso que se le
daba antes al plomo, pero esto es mi parecer a modo irónico. Pero a todo ello
se le une la famosa guerra de Vietnam que dejó los fondos de reserva de oro más
liquidados aún si cabe.
De cualquier modo, el acuerdo de Bretton Woods
pareció funcionar bien durante décadas en occidente, del resto del mundo no se
cuenta, aunque se sabe que iban como podía, muy a duras penas. Pero como los
pilares de este acuerdo fueron abandonados en la década de 1970, en teoría por
sucesivas crisis, se llega al punto en que llega el presidente Nixon y la lía a
su manera, pero aún no entro en ello.
Recordemos que en el período entre la I y II
GM los países habían recurrido a devaluaciones y restricciones comerciales,
ello concurrió a la inestabilidad de los tipos de cambios y una prolongada
recesión. Y que esto fue el argumento para que en Bretton Woods, el compromiso
de esos 44 países fuera el de mantenerse en una relación casi inmóvil con el
dólar, mientras que los Estados Unidos se comprometieron a sostener la
convertibilidad del dólar al oro a un tipo de cambio fijo. Lo que quiere decir
que USA establece la paridad de que cada 35 dólares son equivalentes a 28
gramos de oro, fundamentalmente de su oro, de sus reservas en oro.
Las consecuencias fueron que los bancos
centrales de cada país debían comprar su moneda cuando ésta se depreciaba
frente al dólar y vender cuando se apreciaba mucho. Y aquí entra en juego el
FMI, que en caso de que un país entrara en una situación de desajuste muy
grande, el FMI intervenía. Es básicamente asistir a las naciones cuando el valor de sus monedas se derrumbaba.
los dólares que les prestaba servían precisamente para equilibrar su valor.
Cada país suscriptor debía aportar una cuota de oro acorde al tamaño de su
economía y estaba autorizado a pedir un rescate por un monto vinculado a su
aporte. Es decir, si a un país le van mal las cosas económicamente, llega el
FMI, le presta todos los dólares que quiera, pero a cambio le entrega el valor
en oro de las reservas de ese país. Lo que hace que el país se quede cada vez
con menos oro, menos posibilidades de negociación, con unos intereses sobre el
préstamo que no podrían pagar y que luego llega de nuevo el FMI diciendo que
para poder pagar lo que debía esta vez se les debían ceder los beneficios o
derechos de explotación sobre las riquezas de ese país. De esta manera se
condona la deuda y los intereses, y de esta forma al país (1) se le imponen
políticas económicas que no son propias, sino del FMI, (2) estás le llevan a la
ruina, y (3) han de vender lo que sea para salir del bache en el que se les ha
metido. Esto, posteriormente lo padecen los ciudadanos del país en cuestión que
ven que sus recursos ya no le son propios, que han de pagar más por los mismos
bienes de antes y que eran propios al país, pero que ahora están en manos
alejas, y que el país, entre otras cosas, aumentan los impuestos para poder
seguir subsistiendo, mientras que los pocos que están detrás de las cuerdas que
manejan el FMI cada día son más ricos y los demás más pobres.
El esquema de
Bretton Woods fue en gran medida responsable
de "los 30 años gloriosos"
del capitalismo, una era en la que se logró el mayor crecimiento
económico en la historia de la humanidad hasta ese momento, junto con niveles
de bienestar y equidad que nunca se habían conocido antes, ni se volverían ver.
Pero en la década de 1970 el sistema
comenzó a crujir.
El nuevo patrón
monetario había hecho que en todo el mundo creciera la demanda de dólares, que
eran un sustituto del oro. Eso hizo que progresivamente fuera aumentado su
valor, lo cual era un problema para el comercio estadounidense. En un contexto de estanflación, el presidente
Richard Nixon decidió devaluar. De 35 dólares por 28 gramos de oro, pasó
primero a 38 y luego a 42. La medida fue vista como una señal de
debilidad del dólar, así que empezó a crecer la demanda de oro, lo que agravó
el problema. Finalmente, Nixon terminó
con el tipo de cambio fijo en 1973. Desde entonces, ya no es necesario
que la Reserva Federal mantenga una relación estable entre billetes y metal, y
el dólar dejó de ser el patrón forzoso para el resto de los países, que pueden
elegir como parámetro otras monedas o dejar que el mercado establezca su valor
libremente.
Pero qué quiere
decir esto, pues que la Reserva Federal que no estaba en manos del Gobierno
Americano, sino en manos de bancas privadas, los cuales se habían dedicado,
como harían en lo sucesivo, a darle a la máquina de fabricar billetes sin
refrendo en oro. A día actual sólo dos dólares de 100 tienen soporte en oro, el
resto es papel mojado que no sirve para nada. Por ello, y hace muy poco, por
ejemplo, Rusia y China se des-dolarizaron y hacen sus intercambios
internacionales de bienes producto basados en sus propias monedas, bien en el
rublo o en el yuan, que si están basado en el oro de las reservas de sus
respectivos países.
Un analista
señaló: "El sistema ha evolucionado y ha cambiado fundamentalmente desde
principios de los años 70. Ahora tenemos un mundo en el que existen
diversos tipos de cambio y se han abandonado las estrictas restricciones a los
flujos de capital que caracterizaron el período anterior. El papel tradicional
del FMI pasó de ser que se posibiliten los desequilibrios comerciales de corto
plazo a uno de gestión de crisis. Y el BM hace tiempo que ha pasado de la
reconstrucción de los países asolados por la Segunda Guerra a ayudar a los
países más pobres del mundo. A pesar
de que hace ya varias décadas que no existe más lo que se conocía como el
sistema de Bretton Woods, buena parte
del espíritu de lo que se acordó en aquella conferencia se mantuvo vigente.
La defensa de la coordinación económica internacional, el rechazo al
proteccionismo y el objetivo de aumentar los flujos comerciales sin
restricciones siguieron en pie.
Sin embargo, muchas de las ideas fundacionales de 1944 están hoy en
cuestión. Sumergido en su agenda doméstica, Estados Unidos ya no tiene el mismo
interés que antes en destinar los
recursos económicos y políticos para ejercer un liderazgo como el que tuvo
hasta finales del siglo XX. Además, hay nuevas potencias, especialmente China,
que están en condiciones de disputarle el lugar.
Por otro lado, la apertura
comercial tiene cada vez más detractores, empezando por el gobierno
estadounidense desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, como
lo evidencia su guerra comercial con China. Por su parte, si bien se manifiesta
a favor del librecambio, Beijing cimentó su fenomenal expansión apelando a
estrategias comerciales que vulneran principios básicos de la Organización
mundial del comercio (OMC).
Dicho lo dicho por el analista, la
cuestión actual es que la mayor parte de las economías mundiales están en deuda
permanente sin vías de posibilidad de solución toda vez que la deuda y los
intereses siguen creciendo, pero ese crecimiento de la deuda y los intereses
están basados en un aporte de capital que no existe. Es decir, como se puede
imprimir tantos billetes como se quiera sin ningún tipo de soporte, lo que se
está es comprando un dinero, en especial al FMI y al Banco Mundial, que no es
físico, que no es real, que no tiene un refrendo en nada, mucho menos en el
oro. Que lo que se compra son dígitos en un ordenador, que no hay un
intercambio de billetes del FMI al banco central de un país, sólo asientos
digitales. Es algo así como si me pides un préstamo, y en vez de darte el
dinero en metálico, le digo al tendero que tienes un crédito en su tienda (esto
sería el banco) de hasta 10.000 euros, por ejemplo, pero cuando llega el
momento en que le has consumido al tendero los 10.000 (al banco) el mismo te
embarga tus bienes en función de los 10.000 más los intereses que no pudiste
pagar. Es decir, te presté un dinero que no existe, y que cuando no lo puedes
devolver, voy y me quedo con tus bienes que sí existen. ¿Observas el robo? Pues
así están las economías mundiales, endeudadas y vendiendo sus riquezas a un FMI
y Banco Mundial (en manos privadas muy secretas) que son los que realmente se
está enriqueciendo al prestar algo que no tienen, que luego no se le puede
devolver y que recuperan embargándote todo lo que suponga riqueza para ellos y
empobrecimiento para el resto del mundo, es decir, el 3 % se queda con todo y
el resto con cada vez menos.
Pongámoslo
más claro: Mientras la mayoría de las naciones, necesitaban
producir bienes y servicios, Estados Unidos imprimía billetes; unos producían
cosas reales y EEUU se dedicaba a fabricar cromos de colores sin valor, papel
mojado, para intercambiar por lo que otros producían de forma real. Para 1970,
y como consecuencia de la necesidad de financiar la Guerra de Vietnam, Estados
Unidos había inundado los mercados de dólares, agotando las reservas de oro. El
presidente Richard Nixon, bajo
el asesoramiento de Paul Samuelson,
devalúa la moneda norteamericana y el 15 de agosto de 1971, iba a declarar la
inconvertibilidad del dólar en oro. De este modo, los Acuerdos de Bretton Woods
llegaban a su fin y los tipos de cambio flotante se impondrían, finalmente, en
todo el mundo, abriendo un nuevo escenario de crisis. Las sucesivas crisis que
hemos estado viviendo hasta ahora, y la que se avecina, que va a ser
descomunal. ¿Qué sucede al abandonar el patrón oro por Nixon? Para comprenderlo
mejor veamos unos cuantos detalles en cuanto al origen, causas y consecuencias.
Vamos a ver los
dos tipos de dinero que existen (dinero mercancía y dinero fiduciario) y el
abandono del patrón oro por parte de Estados Unidos, lo que significó
la inconvertibilidad del dólar en oro, terminando de manera unilateral con
el acuerdo de Bretton Woods.
El dinero
siempre ha jugado un papel crucial en la vida de los seres humanos, al menos
desde su creación, ya que al principio el mercado de trueque servía en sí mismo
como medio de intercambio de bienes y servicios. La modernidad se caracterizó
por el tránsito del dinero mercancía al dinero fiduciario.
Hay dos clases
de dinero:
– Dinero
mercancía: es el dinero cuyo valor fundamentalmente proviene del bien del
cual se compone. El dinero mercancía consiste en bienes u objetos que tienen
valor por sí mismos, además del valor de cambio al ser utilizado como
moneda. Una de sus principales características es que su valor es
observado directamente por quienes utilizan dicho dinero, ya que reconocen la
utilidad del dinero y reconocen el valor de la propia mercancía. Ejemplo: tener
una moneda hecha de oro equivale a poseer físicamente dicha cantidad de oro.
– Dinero
fiduciario: es el que se basa en la fe o confianza de la
sociedad, es decir, que no se respalda por metales preciosos, salvo una promesa
de pago por parte de la entidad emisora. Es el modelo monetario que manejamos
actualmente en el mundo. Este tipo de dinero no basa su valor en la
existencia de una contrapartida en oro, plata o cualquier otro metal ni en su
valor intrínseco, sino simplemente en su declaración como dinero por el
Estado. Sin esta declaración, no tendría ningún valor.
Y todo esto nos
lleva a un episodio importante en la historia económica, el final del patrón
oro por parte de Estados Unidos. El patrón oro era un sistema monetario que
digamos respaldaba el papel moneda y el oro, garantizando y asegurando su valor.
Fue en Gran Bretaña en el año 1.812 cuando comenzó a aplicarse. Este sistema se
caracterizaba por fijar los tipos de cambios de las divisas en función del
precio del oro, de manera que el patrón oro imponía tipos de cambio fijos.
Fue tras la
Primera Guerra Mundial cuando comenzó a criticarse este sistema. En la
década de 1.930, con la Gran Depresión, muchos países decidieron abandonar el
patrón oro, ya que necesitaban devaluar sus divisas para incrementar sus
exportaciones y así acelerar sus maltrechas economías.
En junio de
1.944 se celebró la conferencia de Bretton Woods y se acordó vincular las
divisas al dólar norteamericano, pero con una condición: Estados Unidos debía
de mantener el dólar a un tipo de cambio fijo respecto al precio del oro y
la Reserva Federal era la institución encargada de cambiar los dólares por oro.
El gobierno de
Richard Nixon se enfrentó a un problema: los dólares superaron las reservas de
oro del país, de manera que el precio del oro en dólares superó el precio fijo
del oro. El incremento de los gastos del Gobierno no ayudó precisamente. Nixon
siguió el consejo de Milton Friedman: eliminar la convertibilidad del
dólar en oro dado que la divisa valía por el propio respaldo que ofrecía el
gobierno de Estados Unidos. De esta manera, el domingo 15 de agosto de 1971,
Richard Nixon declaró la inconvertibilidad del dólar en oro, y terminó de
manera unilateral con el acuerdo de Bretton Woods.
Esta decisión
tuvo una serie de consecuencias:
– Provocó
desajustes en el Sistema Monetario Internacional. Es decir, no había moneda o
patrón por el que regirse, y el caos económico es la deriva.
– Apareció una
fuerte inflación debido a la expansión desmedida del crédito. Todo empieza
a subir pues no había un referente al que acotarse.
– El Sistema
Monetario Internacional se transformó en un sistema de tipos de cambio
flexibles, donde los tipos de cambio de las divisas oscilaban según el
juego de la oferta y la demanda. Y así jugaban con las economías de los demás
países, metiéndoles miedo.
– Mayor margen
de maniobra de los bancos centrales para imprimir dinero según estimen
oportuno. Vamos, el descontrol para imprimir papeles de colores que valían
menos que los cromos de los futbolistas.
Son muchos los
analistas que dan a este hecho una importancia crucial en el devenir de la
economía posterior hasta desembocar en la mega crisis que soportamos hoy.
Conviene pues detenerse un poco en esto a lo que llamaban “patrón oro”.
Haciendo un
poco de historia, el patrón oro fue la regla que se usó como norma en las
transacciones internacionales a mediados del siglo XIX. Por entonces, las
monedas eran ya una realidad en la mayoría de países con un mínimo de interés
comercial, y se hizo, por tanto, necesario dotarlos de unas reglas de
valoración monetaria que hicieran justos y equilibrados los intercambios entre
países. Así fue como se optó por el oro en detrimento de la plata para fijar el
valor de cada moneda nacional. Era sencillo y no necesitaba de más medidas que
aplicar las reglas una vez aceptadas por todos. Y la regla no era otra que
fijar en cada país el valor de la moneda en una determinada cantidad de oro, de
forma que las monedas y los billetes en curso en cada país dependían de la
cantidad de oro con la que contaba el país en cuestión.
Dichas monedas
podían y debían ser cambiadas por su valor en oro a voluntad de cada país. De
esta manera quedaba unificado el sistema monetario internacional y se
preservaba el equilibrio en las economías nacionales.
Digamos que
existía una correlación directa entre la riqueza del país y el dinamismo de su
economía, y era igualmente fácil corregir un desajuste o desfase, como veremos,
de manera muy simplificada. Así, cuando un país compraba bastante más de lo que
vendía se veía obligado a sacar oro de sus reservas para hacer frente a los
pagos, provocando un desequilibrio en su balanza comercial. Esta situación
traía, como consecuencia, la ralentización del crecimiento, menos venta, y por
consiguiente una obligatoria bajada de los precios de los productos de cara al exterior,
lo cual favorecía a su vez la venta, por ser más baratos sus productos al
cambio, volviendo de esta manera a entrar divisas de fuera que equilibraban el
desfase de la balanza comercial.
Y de igual
manera, al contrario: cuando un país vendía mucho más de lo que compraba sus
reservas en oro crecían y el país se hacía más rico, la gente podía comprar más
porque tenían más dinero, lo que provocaba un alza en los precios de los
productos de cara al exterior, situación que traía, como consecuencia, un
descenso de las exportaciones en relación con las importaciones, y con ello de
nuevo el equilibrio.
Este sencillo y
en apariencia armonioso sistema, empezó a notar algunos problemas cuando las
economías fueron creciendo y se hizo necesaria más liquidez, esto es, más
monedas y más billetes circulando. Lo cual fue un problema porque no se podían
poner en circulación más monedas que su equivalente en oro en cada reserva
nacional. Dicho de otra manera: cada país podía crear moneda, pero sabía que al
crear moneda estaba dando salida a parte de su oro, y sólo en base al oro del
que dispusiera podía crear moneda, y no más, ya que había que respetar el valor
de cambio en oro dado a la moneda, un valor que se falseaba si se emitían en
exceso.
Por suerte, la
necesidad de liquidez en los mercados crecientes fue satisfecha por la potencia
hegemónica por entonces, Gran Bretaña. A finales del siglo XIX Gran Bretaña
controlaba buena parte del comercio internacional, esto hacía que los pagos se
efectuaran mayoritariamente en libras, manteniendo las reservas nacionales bien
cubiertas de oro.
Así, mientras
el país mantuvo su hegemonía internacional y la libra estuvo fuerte, la
liquidez la puso Gran Bretaña inyectando libras en el mercado y cambiando éstas
por oro irrestrictamente. La libra se convirtió así en la moneda reserva, era
un valor seguro, de forma que, si no había oro, había libras en las que
invertir para asegurar la riqueza de cada país.
De esta manera
estuvo el sistema funcionando, gracias a la aceptación tácita de las reglas del
juego que a casi todos parecían beneficiar. Pero llegó la Primera Guerra
Mundial y con ella la regla de oro del sistema que permitía convertir de
inmediato las monedas en oro quedó suspendida. Acababa la guerra, Inglaterra se
había dejado en ella buena parte de su oro y también su hegemonía, de forma que
ya no podía garantizar la convertibilidad de las monedas en oro. La libra dejó
de ser el garante y el sistema perdió la confianza que lo había mantenido
estable y vigente. Perdida la confianza, el sistema dejó de funcionar.
Corrían los
primeros años 20, y aunque todavía Inglaterra intentó varias veces restablecer
el orden, sus intentos fueron vanos. Ahora había otros países con igual pujanza
aplicando otras reglas, pongamos los EEUU, y el mercado se descontroló
definitivamente. Las monedas nacionales comenzaron a fluctuar libremente, no
había control, no había una regla unificadora, y así a los pocos años acabó por
estallar el famoso Crack del 29, la primera gran crisis del capitalismo.
Poco tiempo más
tarde el mundo volvía a la guerra, esta vez la Segunda. En unos años, en los
que intentando sobrevivir, a pocos países les quedó tiempo de preocuparse por
ordenar el sistema monetario internacional. Pero la guerra acabó, y vistos los
antecedentes pasados, pronto, los vencedores empezaron a preocuparse por
recuperar el orden económico perdido. De aquella preocupación vino Bretton
Woods (1944), se creó el Banco Mundial, y el FMI, y se pasó de acuerdos tácitos
a acuerdos oficiales jurídicamente reglados que volvían a poner orden en los
intercambios monetarios entre países.
En Bretton
Woods se decidieron, entre otras cosas, que el “policía” encargado de hacer
cumplir las reglas del juego sería el FMI, y detrás de él, con un peso
fundamental, los Estados Unidos. Se estableció de nuevo una paridad entre las
distintas monedas y el oro, pero la moneda reserva garante del equilibrio del
sistema pasaba a ser ahora el dólar americano, al precio de 35 dólares por 28
gramos de oro. El tipo de cambio seguía siendo fijo con algunas salvedades, y
se permitía a los Bancos Centrales de cada país miembro del sistema acudir a la
Reserva Federal americana para convertir los dólares reserva en oro al precio
fijado o viceversa. EEUU ofrecía así su moneda como valor reserva, y ésta hacía
las veces del oro, sustituyéndolo, pero manteniendo su paridad con él.
La salvedad
venía dada por la posibilidad que ahora tenían los países, previa autorización
del FMI, de hacer fluctuar el valor de cambio de su moneda, a la baja o al
alza, con el fin de garantizar la estabilidad de su economía en un momento de
crisis.
¿Bien hasta
aquí? Pues como queda mucho de explicar al respecto y me he pasado de páginas,
lo dejamos para la siguiente parte.
Nota: Este
Informe XI es muy largo y se ha dividido en VIII partes para su publicación, si
quieres el resto sólo solicítalo.
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