Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2024-2025

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15/6/20

Presentación del MODELO 1 (Visión sistémica del mundo: 22)


En enero de 2020 pasado, al presentar el Proyecto de la Visión Sistémica del Mundo, anunciábamos que, una vez expuestos los fundamentos de la Teoría de Sistemas y de la interpretación del Universo, de la Naturaleza y de la vida, bajo el prisma del pensamiento sistémico, al abordar la realidad del ser humano, la afrontaríamos bajo dos paradigmas, que denominábamos “modelos”, el uno y el dos.
Con lo expuesto hasta este momento, hasta la reflexión sobre el ser humano de las dos últimas entregas, nos podemos dar cuenta de que nuestro comportamiento “tiende a…” separarse de los arquetipos de comportamiento naturales, que “tiende a…” incumplir las leyes sistémicas, la estabilidad de fuerzas antagónicas y, en suma, que “tiende a…” salirse de márgenes de seguridad, que garantizan la estabilidad de la sociedad humana y del ecosistema de la Biosfera, donde está incluida, quiera o no quiera, la Humanidad.

A esta “tendencia a…” separarse de la norma natural de convivencia con la Biosfera, es a la que denominaremos “MODELO 1 de comportamiento sistémico”. Este comportamiento es el que podemos observar cuando estudiamos la Historia de la Humanidad, cuando estudiamos la sociedad humana, las ciencias económicas, la Psicología y leemos en las noticias de los periódicos o los telediarios de los medios de comunicación. El Modelo 1 es el que describe la vida del ser humano en este planeta, hasta ahora.

Y que nadie piense que el Modelo 1 es el capitalismo y el dos es el socialismo; o que el Modelo 1 es el liberalismo y el Modelo 2 es el populismo. Craso error si identificamos ambos paradigmas con los paradigmas políticos al uso. Porque ambos paradigmas políticos, el de derechas y el de izquierdas constituyen la base del Modelo 1. Y tampoco pensemos que el Modelo 2 es la media aritmética y sincrética de ambos extremos ideológicos, es decir, el Centro político. No.

El Modelo 1 es el modelo dual de comportamiento humano, mientras que el Modelo 2 es el modelo no-dual de comportamiento humano.

Es decir, el Modelo 1 es aquel que se basa se centra en el “yo” vs “lo demás”, mi ego vs el resto de seres que me rodean, tanto humanos como no humanos, es decir, la Naturaleza. El Modelo 2 es aquel que se centra en “nosotros”, siendo nosotros una no-dualidad, una unidad emergente del conjunto de todos los seres que pueblan este mundo, que se denomina Biosfera o también Gaia o la Madre Tierra de los indígenas amazónicos.

Visto así, estaréis conmigo en que estamos hablando de “los mundos de Yupi”, del paraíso terrenal, que nuestros primeros padres, Adán y Eva, abandonaron nada más pisar este mundo; es el retorno al Edén que, como bello deseo, no está mal, pero tal y como se nos plantea el futuro, en una sociedad tan distópica como la nuestra, el Modelo 2 es más irreal que un cuento de hadas. Hasta ahí podríamos llegar, pensaría Donald Trump, la familia Rothschild y demás magnates de este mundo, “antes muertos que sensillos” que diría la canción de María Isabel.

Y sí, cinco mil años de civilización demuestran la inviabilidad del Modelo 2, porque parece que el Modelo 1 es inherente a la naturaleza humana, esclavizada por lo que las religiones llaman pecado y la cristiana, pecado original; sin entrar en estos temas religiosos de interés mayor o menor, según cada cual, es un hecho evidente que, el corazón humano se mueve en un conflicto interno entre el vicio y la virtud, entre la soberbia y la humildad, entre la avaricia y la generosidad, entre la ira y la paciencia, entre la envidia y la caridad y, así, entre todos los vicios y virtudes humanas.

Pero en este discurso, en el que aspiramos a la belleza, la pureza, el amor y demás virtudes, pero nos puede nuestra egóica visión de las cosas, llevamos desde que el mundo es mundo.

Y aquí entra algo, que ya se ha expuesto en nuestro libro “Consciencia y sociedad distópica”, que nuestra deriva egoica, sólo tiene un final, el desastre, el fin del Modelo 1, el fin de este mundo tal y como le conocemos.

Esto es del mismo modo que le sucede a cualquier tipo de cáncer que, en su ambición desmedida por devorar todo el organismo con sus múltiples metástasis, finalmente, muere el propio organismo y, con él, el cáncer también.

En la entrega 20, sobre la historia de los philos, tratábamos las grandes extinciones que se han producido en la Tierra y, en especial, la quinta, la extinción del Cretácico, donde desaparecieron los grandes saurios y se hizo posible el desarrollo de los mamíferos. Hacíamos referencia a varias causas que se han puesto como razones de sus desapariciones. Lo que a la gente se le ha quedado como conclusión es que, estando todo bien, un asteroide cayó en el Golfo de México, cerca de Yucatán y, se acabó, los dinosaurios se extinguieron. Y es verdad que así fue, el asteroide cayó. Pero esto sólo fue la traca final de una tragedia que se fue gestando millones de años atrás.

En el Jurásico y en el Cretácico, los dinosaurios lograron alcanzar la cúspide de la evolución, durante cien millones de años fueron los campeones de la vida. Nadie, ninguna otra especie, ni género ni familia les pudo hacer sombra. Pero hablábamos que otras causas subyacentes fueron preparando el terreno para la traca cósmica final como, por ejemplo, la reserva genética deficiente de esta subclase, que no se puso en evidencia en un medioambiente bonancible para ellos, con comida muy abundante. Así que el clímax ecológico se consiguió y se mantuvo durante muchos millones de años. Nada impedía la expansión, el crecimiento en tamaño y número de la población de dinosaurios.

Pero la vida no admite campeones vitalicios. Cuando uno llega a la perfección, lo único que ha de saber que es cierto es que, el siguiente paso es el comienzo de la involución y degeneración. Y esta se produce por varias causas, entre ellas que, a partir de la perfección, cualquier mutación será la aparición de una deficiencia tras otra; y con ello, la pérdida de adaptabilidad al medio si este cambia. Los dinosaurios tenían un tamaño tan descomunal que para mantener alimentados sus cuerpos necesitaban toneladas de biomasa por individuo y año, lo que probablemente comenzaría a producir una devastación de los recursos disponibles (acordémonos del modelo de Lotska y Volterra de competencia entre especies, el de los zorros y los conejos). Si a esto le sumamos las veleidades del Sol, los cambios climáticos de entonces y la cada vez menor capacidad de respuesta de estos gigantes a la adaptabilidad y, sobre todo la imperiosa necesidad de esquilmar cualquier recurso disponible para alimentar sus descomunales cuerpos, poco a poco, las piezas del dominó necesario para que se generase la extinción de la subclase, fueron poniéndose de pie una tras otra, hasta que la caída del asteroide, lo único que supuso fue la “tobita final” que le fue dada a la primera pieza, para que una tras otra, todas fueran cayendo en un descomunal efecto dominó que terminó con los campeones definitivamente y, de paso, la vida pudiera resurgir y seguir su camino hacia una mayor perfección, con la aparición de los mamíferos y las aves.

De alguna forma, el Planeta justo antes del asteroide, vivía ya una situación insostenible, porque los dinosaurios habían supuesto un bloqueo total al desarrollo de la vida. Pero la Naturaleza, que es muy sabia, supo, aunque le costó millones de años conseguirlo, preparar el entorno para la llegada final del “ángel devastador”, el asteroide, que desbloqueara definitivamente el camino de la Vida.

No quisiera ser agorero con esta reflexión, pero “mutatis mutandi”, la situación de la actual quinta humanidad, también denominada “raza raíz” por la teosofía, no impresiona de ser demasiado diferente a la de los dinosaurios antes de la llegada del asteroide.

Cuando la Tierra no tiene forma de neutralizar o compensar los efectos adversos que una especie provoca en un ecosistema, más tarde o más temprano, tira por la calle de en medio y vía catástrofe natural, arrampla con todo, hace tabla rasa y comienza de nuevo. Eso lo ha hecho hasta ahora cinco veces y media (si por esa media consideramos la extinción de los grandes mamíferos de la edad de hielo). Y no le dolerán prendas si se ve forzada a hacerlo de nuevo una sexta vez, pero esta vez, con el ser humano incluido en el manifiesto.

El MODELO 1 es el modo de vida que los humanos nos hemos dotado desde que quisimos abandonar el Edén. Nos ha traído hasta aquí. Y la prospectiva no tiene buenas noticias para nosotros. La inteligencia racional ha creado el mundo tecnológicamente avanzado que vemos, pero la inteligencia emocional, la abstracta, se ha desarrollado mucho menos que la racional, aunque a lo largo de la Historia, grandes hombres, grandes pensadores nos han advertido de nuestra locura; me refiero a los grandes pensadores como Buda, Lao tse, Confucio, Sócrates, Platón, Shankara, Mahoma y Jesús de Nazareth. Ellos marcaron la senda del MODELO 2 de vida; pero muy pocos han sabido hacerles caso o peor aún, han cogido el rábano por las hojas y han utilizado sus enseñanzas tendenciosamente, para montar sistemas religiosos que, en fin…

Así que, en conclusión, a continuación, en las siguientes entregas, comenzaremos a estudiar y reflexionar, con perspectiva de pensamiento sistémico, sobre el ser humano y la sociedad que ha creado, donde veremos cómo el MODELO 1, ha preparado el camino, poniendo de pie todas las piezas del dominó para que finalmente, “algo”, que no sabemos lo que es o será, dé el toque de gracia a la primera pieza, para que en la típica reacción en cadena, todas las piezas del dominó de nuestro querido MODELO 1, vayan cayendo una tras otra, hasta dejar finalizada esta Humanidad, y sea posible dejar paso a la nueva Humanidad, que se basará, en caso que se desarrolle en este Planeta, en el MODELO 2.

Lo único que aquí puedo adelantar sobre el MODELO 2, es que se basa en la puesta en marcha del Tercer Camino, un modelo socioeconómico basado en la integración de la Humanidad en la Biosfera y que tiene como base conceptual, algo que denominaremos como “BIOECONOMÍA”.

Pero vayamos por partes, primero estudiemos el MODELO 1, para comprender por qué la actividad socioeconómica actual de la Humanidad es literalmente imposible de sostener, aunque lo haya sido hasta ahora, pero a partir de lo que conocemos por Globalización, está siendo ya imposible.

En el fondo es lo que el libro “Consciencia y sociedad distópica” ha tratado de exponer y de decir, más alto, pero no más claro.

Y por esto, este Proyecto de Visión sistémica del Mundo es su continuación.

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Autor: José Alfonso Delgado (Doctor en Medicina especializado en Gestión Sanitaria y
en Teoría de Sistemas) (joseadelgado54@gmail.com)
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La publicación de las diferentes entregas de Visión sistémica del mundo se realiza en
este blog, en el contexto del Proyecto Consciencia y Sociedad Distópica, todos los lunes
desde el 20 de enero de 2020.
Se puede tener información detallada sobre los objetivos y contenidos de tal Proyecto
por medio de su web: http://sociedaddistopica.com/
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