Lluvia, otoño, musgo, ermita…… Todo está fuera…… El haiku (*) es un decir sin decir. Ésta es la paradoja del haiku: si se dicen las palabras equivocadas, lo sagrado que tenía el “momento-haiku” desaparece. Si no se dice nada en absoluto, no hay haiku, no hay comunicación en absoluto. El silencio nada dice mientras que determinadas palabras pueden decir el silencio. Se nos ha dado la palabra para eso, para expresar el silencio; pero no cualquier palabra es capaz de expresar el silencio. La mayoría de nuestras palabras expresan nuestro ruido interno.
Lo importante en el haiku es qué no estás diciendo. La elección que se hace de las palabras que lo conforman es para proteger el misterio del silencio de ese haiku. El aware que se ha sentido tiene unas palabras concretas que protegen su silencio y una infinitud de palabras posibles que destruyen su silencio. Es fácil equivocarse en materia de haiku; sea porque hay instrumentalización de
El haiku es lo que sucede fuera porque no eres el señor de lo sagrado que alienta en ti; no, al menos, en Oriente. El poeta de haiku trata de vaciarse para que su palabra diga lo sagrado exterior, lo sagrado que le excluye. Si creemos que lo sagrado nos habita el haiku no nos será un instrumento eficaz de adiestramiento espiritual. Para extinguir tu “yo” tienes que ir a buscarlo Todo fuera de ti. Por eso el haiku no trabaja con metáforas poéticas, que surgen de la imaginación o de la erudición; el haiku usa palabras sencillas para excluirte. Para que creas que lo que dices no tiene valor literario alguno; porque no lo tiene. Porque el haiku no es Literatura. Se trata de adiestrarte a estar fuera, a ser sólo receptor, a que tu voz interior no distorsione la percepción de lo de fuera instante tras instante; matar tu subjetividad a fuerza de no alimentarla. Toda subjetividad es ruido: ruido de pensamientos, de sentimientos, de creencias, de esperanzas, de miedos, de odios, de pasiones. “Qué está sucediendo” debe sustituir a “Qué efecto tiene en mí lo que está sucediendo”.
(*) El haiku es una de las formas de poesía tradicional japonesa más extendidas. Consiste en un poema breve de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente.
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Autor: Vicente Haya
Fuente: http://enpaz.com/wp/
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