Los armarios de nuestra casa, además de contener nuestros objetos, también contienen energía.
Según la zona vital que ocupan en la vivienda, su presencia refleja una tendencia a ser más previsor o contenido en algún aspecto de nuestra vida.
En muchas ocasiones, pueden reflejar la tendencia a retener aspectos de nuestra personalidad como talentos, compromiso, creatividad, cercanía, sensibilidad, sabiduría, alegría, ilusión…
Si conoces las zonas energéticas que ocupan tus armarios, puedes poner consciencia sobre lo que guardas en ellos y cómo lo guardas, pero si no conoces las zonas, hay un ejercicio que puedes realizar si te apetece trabajar en ello.
Elige un armario, ponle orden y coloca una pequeña luz interna (puede ser una pequeña linterna a pilas o algo de este estilo) y enciéndela unas horas al día.
Cuando lo hagas, observa qué aflora en tu interior.
Normalmente, si había algo que retenías en tu interior y no eras consciente, al
realizar este ejercicio puedes sentir que algo internamente pide paso.
Si lo sientes, permítele salir, incluso puedes, por
reflejo, despejar un poco ese armario en el que estás trabajando tu reflejo e
incluso dejar unos minutos al día las puertas abiertas.
Una vez sientas que ya lo has gestionado, puedes probar con otro armario e ir descubriendo aspectos de tu personalidad que tienes tendencia a ocultar.
Una vez los descubres, te sorprende la forma diferente que vives y tratas tus armarios.
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