Una de las características más
atractivas de la iluminación de nuestro hogar es la posibilidad de variar su
temperatura.
Los diferentes grados de
temperatura de la iluminación de nuestra vivienda nos permiten crear diferentes
ambientes y facilitar diferentes estados de ánimo.
En la cocina, por ejemplo, la
luz blanca o neutra en la zona de trabajo favorece la concentración y la
creatividad. Por otro lado, la luz cálida sobre la mesa en la que se come,
favorece la cercanía y la unidad.
En el salón, la luz de techo
neutra facilita la comunicación y las luces auxiliares, cálidas e indirectas,
facilitan la desconexión y la intimidad.
En los dormitorios, la luz de
techo neutra facilita la claridad de sentimiento y las luces cálidas indirectas
en las mesitas, facilitan la relajación y la entrada al sueño.
La luz de nuestro hogar es uno
de los elementos decorativos que más rápido incide en nuestra propia lucidez y
serenidad.
Prestar atención a su
temperatura y al tipo de ambiente que necesitas sentir en los diferentes
momentos del día, puede ayudarte a sosegar tu mundo emocional, a vislumbrar con
más claridad tu realidad sentimental y a lograr conectar con tu mundo interno
con más facilidad.
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Autor: Andrés
Tarazona (andres@andrestarazona.com)
Todos los jueves, desde el 7 de noviembre de 2019, Andrés comparte
en este blog una serie de publicaciones centradas en
el Diseño Sentido: interiorismo y diseño consciente de viviendas, comercios
y empresas que mejoran la calidad de vida.
Todas están a tu disposición de manera gratuita a traves
del e-book Habitar, al que puedes acceder a través de este enlace:
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