—Dignos de comprensión son los ebrios, porque sirven sin saberlo de vasos donde beben seres que aún están sujetos fuertemente a los deseos de las sensaciones.
Dignos de comprensión son los avaros, porque
están tratando de reunir lo que despilfarraron en otro tiempo.
Dignos de comprensión son los drogadictos,
porque quieren encontrar el mundo que no les supieron dar sus mayores y tratan
de escapar de esta cárcel, pero por caminos equivocados.
Dignos de comprensión son los maledicentes,
porque en cada cara ven un enemigo y en cada voz una crítica.
Dignos de comprensión son los envidiosos,
porque nunca estarán tranquilos.
Dignos de comprensión son los fanáticos,
porque creen lo que no entienden y por ello siguen ciegamente a la palabra, pero
no al espíritu de ella.
Dignos de comprensión son los egoístas,
porque ellos viven en la cárcel de su pequeño yo.
Dignos de comprensión son los que se sujetan
a la materialidad de esta vida, porque morirán con ella.
Dignos de comprensión son
los que no pueden dar aun esforzándose, porque son como los árboles que no dan
fruto.
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Autor: Cayetano Arroyo
Fuente: Diálogos con Abul Beka (Editorial
Sirio)
Nota: En homenaje a la memoria de Cayetano Arroyo y Vicente Pérez Moreno,
un texto extraído de los Diálogos de Abul Beka se publica en este blog todos los
miércoles desde el 4 de octubre de 2017.
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