Tras su difusión en medios de comunicación británicos, matemáticos del London University College se sorprendieron de que es increíblemente inteligible a primera vista. No en balde, muestra un código en ASCII, con un mensaje que puede decodificarse en nueve dígitos de código binario.
A estos matemáticos se han sumando pronto académicos, científicos transdisciplinares, biogenetistas y físicos. Y todos convergen en la interpretación del código, demostrando una excelencia y objetividad sin precedentes hasta ahora en ningún otro crop circle conocido. En particular, la aplicación al crop circle de la llamada Ecuación de Euler ofrece, como se muestra en la siguiente entrada (El crop circle de Wilton Windmill (3): aplicación de la Ecuación Euler), resultados francamente extraordinarios.
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