Aprenderás a darte cuenta de que todo lo que he escrito sobre estas dos señales y sus maravillosos efectos es cierto. Y, sin embargo, después de que hayas experimentado alguno de ellos, o quizá todos, llegará un día en que desaparezcan, dejándote, como si dijéramos, árido, o, en tu opinión, peor que árido. Habrá desaparecido tu nuevo fervor, pero también tu habilidad para meditar como habías hecho durante tanto tiempo anteriormente. ¿Qué hacer entonces?. Sentirás como si hubieras caído en alguna parte entre dos caminos sin tener ninguno, aunque intentando agarrarte a los dos. Y así será, pero no te desanimes demasiado. Experiméntalo humildemente y espera con paciencia para que obre tu Ser Profundo. Pues ahora te encuentras en lo que yo llamaría una especie de océano espiritual, en viaje desde la vida de la materia hasta la vida en el espíritu.
Durante este viaje surgirán, sin duda, grandes tempestades, dejándote aturdido y sin saber a qué camino volverte para encontrar ayuda, pues tu afecto se sentirá privado tanto de tu gracia ordinaria como de tu gracia especial. Te repito: no temas. Aun cuando pienses que tienes grandes motivos para temer, no te angusties. Por el contrario, mantén en tu corazón una cordial confianza en tu Yo Verdadero o, en todo caso, haz lo que puedas según las circunstancias. Ciertamente, él está en ti y quizá en cualquier momento influirá en tu mente y tu corporeidad más intensamente que en el pasado con una reavivación de la gracia contemplativa. Entonces, mientras dura, sentirás que estás curado y que todo va bien. Pero, cuando menos lo esperes, se irá de nuevo, y otra vez te sentirás abandonado en tu barco, de acá para allá, sin saber dónde. Vendrá a su propia hora. Con fuerza y más maravillosamente que antes vendrá en tu ayuda y aliviará tu angustia. Volverá tantas veces como se vaya.
Y si experimentas todo esto con Amor, cada venida será más maravillosa y más gozosa que la última. Recuerda que todo lo que tu Ser Profundo hace es con una intención sabia: quiere que en cuerpo y mente llegues a ser tan dúctil espiritualmente y tan moldeado a su voluntad como un fino guante a tu mano.
Y así, unas veces irá y otras vendrá, de manera que tanto con su presencia como con su ausencia pueda prepararte, educarte e introducirte en las profundidades secretas de tu espíritu para esta obra. En la ausencia de todo entusiasmo, te enseñará el significado real de la paciencia. Desaparecido tu entusiasmo, podrás pensar que le has perdido también a él, pero no es así; sólo quiere enseñarte la paciencia. Mas no te equivoques sobre esto; tu divinidad, procedente de
Debemos recordar que la gracia, en sí misma, es tan alta, tan pura y tan espiritual que nuestros sentidos y emociones son de hecho incapaces de experimentarla. El fervor sensible que experimentan son los regalos de la gracia, no la gracia misma. Estos los retirará tu Yo Verdadero de vez en cuando para ahondar y madurar la paciencia en nuestra mente y corporeidad. También lo hace por otras razones, pero no entraré ahora en ellas. Sigamos más bien con nuestro tema.
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