Capítulo 3 del libro “Bioeconomics,
Biological Economics”
Bioeconomía y el concepto de coevolución
La Bioeconomía es una
metodología holística e interdisciplinaria que permite investigar las
interacciones que se presentan en la interfaz Biología-Economía. Estas
interacciones tendrán que ser estudiadas tanto a nivel temporal como espacial
de forma holística e integrada. De esta forma, se espera desarrollar un modelo
bioeconómico con rigor científico para ser útil como modelo corevolucionario
para el desarrollo.
La “coevolución” es un proceso dinámico que funciona como una
serie de procesos recíprocos. respuestas entre dos sistemas interactivos y en
evolución. El sistema socioeconómico humano depende totalmente del sistema
biológico y, se quiera o no, ambos están en permanente interacción. La especie
humana, a diferencia de otras especies animales, no sólo utiliza, sino que
construye y transforma su entorno natural que, en consecuencia, se encuentra en
un constante proceso de cambio; es decir que la propia Naturaleza se transforma
continuamente y se vuelve a crear. Además, como las acciones son recíprocas, la
Naturaleza también impacta en la especie humana que, en consecuencia, por ello está
cambiando y por lo tanto, la Biosfera en su conjunto (Naturaleza y Humanidad)
se están ambas transformando de un estado de ser a un estado de devenir
(Prigogine, 1980). Esto ha tenido graves repercusiones para la Naturaleza misma
y para la Humanidad en particular.
Aunque las interacciones
entre el sistema socioeconómico y el sistema biológico han sido en general
positivas y productivas, también es cierto que en muchos casos han sido
desfavorables y han resultado en casos revolucionarios que han sido muy
perjudiciales para el sistema planetario. Un muy ejemplo sobresaliente es el
caso de la ignorancia humana de las señales de peligro que emana del impacto de
la actividad socioeconómica humana asociada con el calentamiento global, al
agotamiento de la capa de ozono y otras. También, han resultado de esta
desfavorable coevolución nacional y regional, conflictos con graves
consecuencias para el sistema litosférico (Mohammadian, 1996). Estos
conflictos, todos ellos son resultantes de interacciones y condiciones desfavorables,
que tienen su origen en la psique humana y, por lo tanto, es esencial,
para efectuar una transformación drástica, cambiar la mente humana de su
tradicional actitud antropocéntrica a otra más biocéntrica.
En este sentido, una
estrategia posiblemente útil para avanzar hacia la sostenibilidad es determinar
qué raíces psicológicas generan la devastación del medio ambiente humano. Es
decir, hemos de preguntarnos por qué la Humanidad, al menos en su mayoría, está
tan dispuesta al abuso de los recursos biológicos y la destrucción del medio
ambiente. Las respuestas podrían ser las derivadas del nuevo estudio sobre
psico-ambientalismo llevado a cabo por Richard House (1996), que sostiene, que
el comportamiento destructivo de la Humanidad hacia el entorno es inconsciente
y está determinado por procesos psicodinámicos durante los períodos prenatal y
postnatal. Parece que es condición necesaria para un futuro sostenible el que
todos y cada uno de nosotros seamos conscientes de nuestra directa e indirecta participación
en la destrucción de la Biosfera y el abuso de los recursos. Sin embargo,
también es cierto que una de las causas de la destrucción es nuestro deseo
constante de más artículos de consumo que conducen a la sobreexplotación del
sistema biológico. Nuestro expoliador sistema socioeconómico de producción y
consumo tiende a volverse cada vez más más complejo tecnológicamente y como
resultado pierde su capacidad de rentabilizar del potencial de desarrollo
generado por el proceso co-evolucionario.
En consecuencia, la
perspectiva bioeconomía trata de la coevolución de los sistemas socioeconómicos
con el sistema biológico. Esta perspectiva contempla las relaciones e
interacciones entre la Humanidad, el medio ambiente y los recursos biológicos
inherentes a ella. La Bioeconomía con su inherente coevolución fundada en el
conocimiento cultural y tradicional de los sistemas biológicos y
socioeconómicos evolucionados durante milenios, pueden facilitar un modelo de “desarrollo
coevolucionario” con una óptima gestión de recursos humanos y biológicos.
En otras palabras, la Bioeconomía es la disciplina científica y, el proceso coevolucionario
es una herramienta funcional a disposición de la teoría de la Bioeconomía, al
servicio del desarrollo coevolucionario.
Para lograr un desarrollo
coevolucionario positivo el sistema socioeconómico requiere una fundamentación
teórica que no debe ser únicamente económica; es decir, que se base sólo en la
producción, intercambio y gestión de materiales manufacturados; ni debe
ser únicamente; biológico; es decir, que se base únicamente en la
administración y utilización de los escasos recursos biológicos no- renovables.
Esta fundamentación teórica debe basarse en estos requisitos previos; es decir sobre
una base bioeconómica, pero también en los aspectos espaciotemporales de la
actividad biológica.
La teoría bioeconómica utiliza
la idea de los ciclos temporales biológicos como una forma de unir el sistema
socioeconómico con su fundamento biofísico del que se ha ido separando
gradualmente con gran perjuicio para la existencia de los seres humanos … y
progreso coevolucionario. Son muy significativos los resultados que nos hacen
darnos cuenta de cuánto hemos subestimado la importancia de los tiempos
biológicos en el proceso de generación de residuos y de su regeneración y
reciclaje, en el desarrollo coevolucionario. (Adam, l 995.) Al mismo tiempo la
teoría bioeconómica está imbuida de los dos elementos más significativos de la existencia,
del tiempo y el espacio, tan esenciales para el desarrollo coevolucionario y por
lo tanto para la sostenibilidad. Se va consiguiendo cerrar la brecha que se ha
producido lentamente entre estas variables causando estrés emocional y
psicológico a un gran segmento de la Humanidad (Hughes, l989).
La concepción integrada y
holística de las dimensiones temporal y espacial de nuestra existencia nos
permitirá comprender mejor nuestros complejos problemas como lo que realmente
son; problemas interrelacionados, interactivos y complejos. Ello nos puede
dirigir hacia soluciones corevolucionarias holísticas en lugar de
reduccionistas y fragmentarias, no aptas para su resolución.
Podemos suponer fácilmente
entonces, que todas las condiciones necesarias para desarrollo coevolucionario
positivo, es decir, un sistema biológico sostenible y un sistema socioeconómico
perdurable están ambos contemplados en el modelo del sistema bioeconómico. Esto
está de acuerdo con mi definición de un sistema bioeconómico, basado en la
definición de cualquier sistema ofrecida por Meadows et al. (1992). Así, “un
sistema bioeconómico puede definirse como un sistema de elementos biológicos y
socioeconómicos interactivos que están coherentemente organizados en torno al
propósito de hacer que el sistema socioeconómico humano sea más eficiente,
menos derrochador y por lo tanto más sostenible”. Además, “un sistema es
algo más que la suma de sus componentes”:
Sin embargo, un sistema
bioeconómico está limitado por las siguientes condiciones:
4 El aprovechamiento de los recursos biológicos no-renovables
según sus capacidades de conservación y regeneración y también las prácticas de
reciclaje.
4 La utilización de recursos biológicos no
renovables en una manera frugal (inmaterializacion) y, según el ingenio humano
para producir alternativas.
4 La modificación de los procesos de fabricación
para que sean más eficientes (desmaterialización).
4 Saber dar tiempo a los ciclos biológicos
temporales para su recuperación desde los residuos y contaminación producidos
por por la actividad socioeconómica. Se necesita tiempo para que ellos se
puedan recuperarse y así renovar las condiciones necesarias para la
regeneración del sistema biofísico.
4 Reducir y limitar el consumo de mercancías de
lujo.
4 Fabricación de mercancías para que sean más
duraderas y propicias. para reparar y reutilizar.
4 Reducir y limitar los residuos y material
contaminante según a la capacidad de absorción del sistema biológico. Se ha de
hacer un especial esfuerzo para reducir la producción de gases nocivos
responsables de fenómenos como el calentamiento global, el agotamiento de la
capa de ozono y también de sustancias químicas con efectos duraderos nocivos para
la salud humana y el bienestar ambiental.
4 Instituir el reciclaje en todos los procesos de
producción y fabricación.
La consideración de estas
condiciones y limitaciones nos hace conscientes de que observarlas nos llevarán
un largo camino hacia una sociedad sostenible a través de la estrategia coevolucionaria
de desarrollo bioeconómico. En resumen, podemos afirmar que, desde el punto de
vista del sistema bioeconómico y de acuerdo con las teorías de Maturana sobre
la autopoiesis y la cognición (1970, 1994 y Maturana-Varela, 1987), el sistema
socioeconómico humano, organizado como sistema bioeconómico tiene ciertas
características para convertirlo en un sistema cuasi-cognitivo, en el sentido
de que es capaz de autoorganizarse y coevolucionar dentro del “Sistema
Planetario”. Esta, en esencia, es la lógica del paradigma bioeconómico, porque
trasciende los objetivos de cuantificación y monetización, para aspirar a los
de calidad y valoración sin necesidad de la asistencia artificial permanente
del sistema humano. Esto es posible sólo cuando el sistema socioeconómico es
biológicamente sostenible; eso es, si se desarrolla a través de la coevolución
con el sistema de la Biosfera. En resumen, sólo cuando el sistema
socioeconómico se convierte en bioeconómico.
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Autores: Mansour Mohammadiam y José
Alfonso Delgado (traducción)
Nota: La publicación de las diferentes entregas
de El Tercer Camino
se realiza en este blog, todos los lunes desde el 3 de enero de 2022.
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