===============================================
El blog El Cielo en la Tierra publica todos los lunes, desde el 3 de septiembre de 2018, una entrada relacionada con el Proyecto de investigación Consciencia y Sociedad Distópica. Por medio de la web del Proyecto se puede tener información detallada sobre sus objetivos y contenidos y cómo colaborar con él:
http://sociedaddistopica.com/
===============================================
===============================================
La intelectual
estadounidense Shannon Vallor es profesora en la Universidad de Santa Clara
(California), en el corazón del Silicon Valley. Es una reputada investigadora
de la ética y la filosofía de la tecnología. Trabaja muy cerca de donde vienen
surgiendo muchos de los avances tecnológicos que han revolucionado la realidad
económica y social.
La robotización y la
automatización, por ejemplo, son dos procesos en los que se avanza en este área
del este de Estados Unidos. Eso, pese a los muchos miedos que genera en la
clase trabajadora la robotización del mundo laboral. Son recurrentes los
estudios que aseguran que se perderán millones de empleos en la próxima década
por culpa de los robots.
Como integrante de la
dirección de la Fundación para la Robótica Responsable, Vallor se esfuerza en
aclarar cómo la tecnología, más que una amenaza, constituye una oportunidad,
siempre y cuando se ponga al servicio de los trabajadores."El problema
está en no usar esas tecnología al servicio de los trabajadores", dice
Vallor en esta entrevista con eldiario.es.
De ahí que anime a
realizar reformas en el actual sistema económico, para que sea posible la
convivencia de robot y trabajador en los empleos del futuro, y que inste a
presionar a las empresas para que desarrollen "productos y aplicaciones
más compatibles con los intereses de los humanos".
¿Qué piensa usted del miedo que genera la robotización, según
muestran las encuestas, en buena parte de la clase trabajadora?
Es un tema complicado. Hay una gran probabilidad de que la
robotización continúe significando la automatización de algunos sectores de la
economía. En consecuencia, algunas categorías laborales van a estar en peligro.
Aquí, lo problemático es el uso que se pueda hacer de esos miedos. Mucho de lo
que se escucha puede llevar a la gente, si no está informada, a pensar que
vamos a tener robots que van a tomar todos los trabajos que hoy hacen los
humanos.
Eso no es realista, al menos en las próximas dos décadas y
probablemente para muchas más. Los avances en robótica y en inteligencia
artificial son reales e impresionantes pero no están teniendo lugar tan rápido
como mucha gente cree. Hay muchos límites a la hora de asignar tareas a esas
máquinas y de determinar qué son capaces de hacer.
¿La robotización no es tan peligrosa para los trabajadores?
Desde un punto de vista laboral, no se puede decir que no haya de
qué preocuparse. Pero tampoco hay que exagerar la amenaza.
¿Hasta qué punto le preocupa el uso político que puede darse a los
miedos que generan la robotización y la inteligencia artificial?
Me preocupa mucho dejar claro que no es la tecnología la que va a
suponer una amenaza para los trabajadores. Es el sistema económico, sus
incentivos y los poderes económicos, los que controlan realmente cómo esa
tecnología se va a utilizar.
Hay muchos modos en los que los robots y la inteligencia artificial
pueden mejorar las condiciones laborales, acabando incluso con los trabajos más
peligrosos, aburridos, degradantes o sucios. Hay muchas tareas por las que se
paga a gente para que se expongan. Estarían mejor sin hacerlas, haciendo otra
cosa. Diseñar máquinas para hacer esos trabajos no es inherentemente malo. Hay
mucha confusión en la opinión pública cuando hay encuestas sobre el miedo a las
máquinas.
Mucha gente famosa, como Elon Munsk, Stephen Hawking o Bill Gates,
que no son investigadores de Inteligencia Artificial, han especulado o
especulan sobre los riesgos de la Inteligencia Artificial, diciendo que puede
ser peligrosa si escapa a nuestro control, si se hace más inteligente que los
humanos. Pero todo eso es ciencia ficción. No estamos ni mucho menos cerca de
que haya una inteligencia artificial comparable a la inteligencia de un humano.
Ni siquiera se sabe cómo hacer algo así.
¿Dónde está el problema entonces?
No hay que tener miedo de los robots. Hay que tener miedo de los
humanos usando estas tecnologías de un modo no ético o destructivo. El problema
está en no usar esas tecnologías al servicio de los trabajadores. La clave está
en que las máquinas estén al servicio de los trabajadores en lugar de tener
como objetivo maximizar los beneficios y la eficiencia. Pero en un sistema
económico donde esos son los únicos objetivos, muchas de las oportunidades para
que los robots estén ahí para ayudar a los trabajadores y hacer sus trabajos
más seguros, más disfrutables y de modo que se sientan más realizados, van a
ser ignoradas. Todo esto debido a los intereses económicos, que van en contra
de la gente.
¿Hay que cambiar el sistema para implementar esta otra idea de la
tecnología?
No hay que cambiar todo el sistema para reformar las partes que no
funcionan. Estamos hablando, en realidad, de la necesidad de un cierto cambio
sistemático en la economía moderna. El sistema ahora mismo parece tan brutal
que no parece posible ver cómo cambiarlo. Además de empujar hacia una reforma
económica y política, algo que creo que es muy importante es pensar que hay
formas del capitalismo, de hace 50 ó 60 años, que hacen posible la promoción de
los intereses de los trabajadores. Hay ejemplos en varios países.
En Estados Unidos tuvimos un movimiento que llevó a la imposición de
la semana laboral de 48 horas, la instauración de regulaciones sanitarias y de
seguridad, la obligatoriedad de introducir pausas en el trabajo y las bajas. En
el Siglo XX ha habido todo tipo de reformas que han cambiado el trabajo. El
lugar de trabajo pasó de ser un lugar donde los trabajadores eran explotados y
se abusaba de ellos a ser un lugar donde hay ahora una mayor protección.
Desafortunadamente, en Estados Unidos, hemos ido ahora en la dirección opuesta
respecto a esos avances, acabando con mucha de esa protección.
¿Qué más se puede hacer, más allá de empujar hacia una reforma del
sistema?
También se puede presionar a las compañías tecnológicas para que
desarrollen productos y aplicaciones que sean más compatibles con los intereses
de los humanos. Se les puede presionar para que la tecnología sea concebida
como una ayuda para los trabajadores, para que su diseño haga a los
trabajadores sentirse más seguros, más felices y menos degradados y explotados
por su trabajo. Ahora mismo, las compañías tecnológicas, en muchos países, han
sufrido grandes golpes en su reputación. Y están trabajando para restaurar
la fe del público en ellos y en el sector tecnológico. Muchas compañías, por
esto mismo, están ahora moviéndose hacia el diseño de procesos y aplicaciones
más éticos.
Por ejemplo, ahora, en el sector tecnológico, están promoviendo la
idea de que los humanos no deben ser reemplazados por dispositivos de
Inteligencia Artificial sino apoyados por estos sistemas. Pero no está claro si
éste será el modelo que triunfe o si todas las empresas lo adoptarán. No se
sabe si el trabajador mantendrá, por ejemplo, el sueldo de alguien asistido por
un sistema de Inteligencia Artificial o si el empresario caerá en la tentación
de echar al trabajador.
En Estados Unidos, hay un debate sobre si los populistas, como el
presidente Donald Trump, sustituirán a la inmigración, objetivo de muchas de
sus reformas, por los robots."Primero vinieron a por los inmigrantes.
Luego vinieron a por los robots" es un reciente titular de la revista
Foreign Policy. ¿Qué piensa usted?
Pienso que no hemos visto algo así todavía. De hecho, en 2017, el
Secretado de Estado para el Tesoro, Steven Mnuchin, dijo básicamente que la
amenaza de la robotización "no está ni siquiera en nuestro radar", según
sus términos. Él cree que incluso dos décadas era una exageración, y que la
amenaza de la robotización a los puestos de trabajo llegaría, tal vez, en 50 ó
100 años. Ésto es lo que la administración Trump dice al respecto. No están
centrados, ahora mismo, en la automatización.
¿Por qué motivo?
Porque el populismo de Trump está principalmente inspirado por la
xenofobia, y no por una sincera preocupación por los intereses de los
trabajadores. De hecho, las políticas de Trump hasta ahora han sido bastante
dañinas para los trabajadores. Creo que este tipo de populismo de Trump sólo es
superficialmente favorable a los trabajadores. En realidad, en su sustancia, es
anti-trabajadores. La reacción de Trump diciendo que los inmigrantes están
tomando empleos de los estadounidenses está fundamentada en la xenofobia y en
el racismo, más que en una verdadera preocupación por los trabajadores del
país. Yo no creo que los robots vayan a entrar en esa retórica. Pero esto puede
ocurrir en otros países.
En Los Países Bajos, en el puerto de Rotterdam, los sindicatos
alertaron de que muchos trabajadores se inclinaban allí el año pasado a votar
por el Partido de la Libertad del populista de ultraderecha Geert Wilders. Los
líderes sindicales hablaban de enfado por la robotización del sector. Al menos
así lo contó la agencia Bloomberg.
Estoy en contacto con numerosos académicos de Los Países Bajos, que
trabajan ahora mismo sobre las implicaciones sociales que despiertan la
robotización y la inteligencia artificial. En general, yo diría que Los Países
Bajos es un país muy favorable a la robotización. Tienen más universidades
centradas en tecnología que otros muchos países de similar tamaño. Pero cada
país tiene una respuesta diferente a la robotización.
En Japón, por ejemplo, la robotización es algo que está siendo
bienvenido. Porque no tienen, fundamentalmente, suficientes trabajadores para
sustituir su mano de obra en una sociedad que está envejeciendo y que sigue
siendo muy poco favorable a la inmigración. La respuesta a la robotización va a
depender de muchos factores, como la situación económica del país, cómo es la
situación del desempleo o si hay o no dificultades para ofrecer empleo a la
gente. Ahí está la clave de que pueda haber resentimiento contra los robots,
especialmente si hay clases de trabajadores que se vean afectadas.
¿Dónde es más probable que afecte la robotización?
Es más fácil ver que la automatización del trabajo tenga lugar en
fábricas, pero también en la venta o en atención al cliente, como en los centros
de llamadas. En muchos países, la venta y la atención al cliente son la primera
categoría de empleo para gente sin educación universitaria o que, simplemente,
están empezando en su vida laboral. Son trabajos típicos de estudiantes, por
ejemplo.
En Estados Unidos, esto ocurre mucho en el sector de la venta. Si
se elimina el empleo de personas en ese sector, se va a dificultar mucho la
integración de mucha población en el mercado laboral. Se sabe que, cuando una
persona tarda en conseguir su primer empleo, luego es muy difícil desarrollar
una historia laboral sólida. Pienso que hay peligros asociados a la
automatización de según qué sectores. Sin embargo, tampoco podemos determinar
el impacto de la automatización, porque es algo relacionado con la cultura del
consumidor.
¿A qué se refiere?
No sabemos en realidad cuánta demanda hay de gente queriendo
interactuar con un robot, por ejemplo, en un centro de atención al cliente. En
este sector, mucho depende de si el consumidor sabe que está interactuando con
una máquina o una persona y de si la persona quiere o no tener esa interacción.
Por ejemplo, se puede sustituir al personal de un restaurante por robots. Pero
puede ser que la gente no responda positivamente a esa propuesta. Puede ser que
esa experiencia para el consumidor resulte frustrante, debido a los límites de
la tecnología. Este tipo de situaciones puede que ralenticen la automatización.
Ser capaz de hacer una máquina que haga un trabajo no significa que eso sea una
ventaja.
===========================================
Autora: Shannon Vallor (Profesora en la
Universidad de Santa Clara de California, es integrante de la Fundación
para la Robótica Responsable)
Fuente:
===========================================
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.